Hasta ahora las agencias calificadoras
de riesgo habían eludido pronunciarse sobre la abultada
deuda pública de Estados Unidos, la mayor del mundo. Pero
la situación parece haber cambiado en las últimas horas, y
los observadores advierten que las consecuencias para la
economía global podrían ser enormes.
Moody's acaba de advertir que podría
bajarle la nota al país, hoy AAA, por la "creciente
posibilidad" de que entre en cesación de pagos o
default (es decir, que no pueda seguir abonando los
servicios de sus préstamos).
La agencia explicó que Estados Unidos
podría retroceder un escalón en su rating ante la
posibilidad de que demócratas y republicanos no lleguen a
un acuerdo para que el Congreso eleve el límite legal de
endeudamiento del gobierno.
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Deuda pública de EEUU
El gobierno de EE.UU. tiene actualmente
un déficit presupuestario de US$1,5 billones.
Para hacer frente a él, se ha visto
obligado emitir títulos del tesoro, bonos y otros
instrumentos financieros.
La deuda pública ascendió a US$14,3
billones en mayo.
Cuando Barack Obama asumió la
presidencia en enero de 2009, la cifra era de US$10,6
billones.
El Congreso votó por elevar el límite
del endeudamiento diez veces desde 2001. Fuentes: Tesoro
de EE.UU., Servicio de Estadística y Oficina de Presupuesto
del Congreso.
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La deuda alcanzó su techo de unos
US$14 billones (US$14.000.000.000.000) el 16 de mayo, pero
la administración de Barack Obama se las ha arreglado para
seguir operando gracias a una alta recaudación impositiva y
a que ha hecho malabarismos con sus cuentas.
Moody's es la primera de las tres
mayores agencias calificadoras de riesgo estadounidenses que
pone bajo revisión la nota de la mayor economía del
planeta. Según los analistas, las otras dos –Standard
& Poor's y Fitch– podrían seguir sus pasos.
Las conversaciones entre ambos
partidos, que llevan semanas, continúan este jueves. Hasta
el momento no se ha producido avance alguno; las posiciones
parecen más distantes que nunca.
Y el tiempo se agota: el entendimiento
de los políticos y la aprobación legislativa deben
producirse antes del 2 de agosto.
Ese día, el gobierno debe pagar los
intereses de bonos que emitió para obtener fondos.
Y si no se sube el tope de la deuda, la
administración de Obama podría verse en dificultades para
hacer frente a sus obligaciones financieras, ya que para
realizar nuevos pagos debería reorganizar nuevamente sus
cuentas o bien endeudarse aún más.
La primera opción parece cada vez más
impracticable –queda poco dinero para gastar– y la
segunda depende de los congresistas. Si ninguna de ellas
resulta posible, al gobierno no le quedaría otra
alternativa que declararse en default.
¿Reajuste mundial?En caso de que que
se le baje la calificación a Estados Unidos y –en el peor
de los escenarios– se produzca una cesación de pagos, ¿cuáles
podrían ser las consecuencias para ese país y para el
resto del mundo?
Una nota menor colocaría a la mayor
economía del mundo por debajo de naciones como Alemania en
la apreciación de los inversores.
"Esto podría llevar a una masiva
venta de bonos de la deuda estadounidense, porque ya no
valdrían lo mismo para quienes los poseen, perderían
valor. Y uno de los grandes perjudicados sería China, el
mayor acreedor de Estados Unidos", le explica a BBC
Mundo Federico Steinberg, investigador principal de economía
y comercio internacional del Real Instituto Elcano, de España.
"Esto podría generar un enorme
reajuste de rentabilidades en el mercado financiero global,
ya que los inversores saldrían a comprar títulos que aún
conservan la triple A, como los alemanes y los
franceses".
"También podría reacomodarse el
esquema de riesgo relativo de las deudas públicas en todo
el mundo. Recordemos, por ejemplo, que los bonos del Tesoro
estadounidense son tomados como referencia global", añade
Steimberg.
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Cómo se mide el riesgo
Las calificaciones de Moody's van de la
AAA a la C:
AAA: excelente, riesgo mínimo
AA: muy buena, bajo riesgo
A: buena, bajo riesgo
BAA: adecuada, riesgo moderado
BA: riesgo sustancial
B: riesgo alto
CAA: riesgo muy alto
CA: posibilidad o cercanía de un
default
C: en default
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Para él, naciones como Alemania podrían
tomar la posta de Estados Unidos y fortalecerse como parámetro
de solidez financiera, lo que podría alterar la prima de
riesgo de países europeos altamente endeudados como Grecia,
Irlanda, Portugal, España e Italia.
"Temblores"
En caso de un default, las propias
calificadoras, al igual que los analistas y los actores políticos
y económicos estadounidenses, coinciden en que los efectos
pueden ser devastadores.
Para empezar, la deuda pública de
Estados Unidos es enorme por donde se la mire: equivale a un
quinto de la producción mundial. Esto por si sólo
–dicen– basta para que una cesación de pagos genere una
tormenta en la economía global.
El propio presidente de la Reserva
Federal (o Fed, el banco central estadounidense), Ben
Bernanke, reconoció que una cesación de pagos podría
derivar en una "crisis de grandes proporciones".
"Podría provocar temblores en
todo el sistema financiero", advirtió el miércoles
ante el Congreso.
Con él coincide Steinberg: "Si
Estados Unidos decide no pagar su deuda, habría pérdidas
cuantiosas para China y para muchos otros acreedores del
resto del mundo. Incluso para la propia Fed, que en los últimos
años ha comprado gran cantidad de bonos del gobierno para
inyectar dinero a la economía".
"Además, podría esperarse un
fuerte debilitamiento del dólar, la moneda de referencia
para muchos bancos centrales del planeta. Estados Unidos
también podría caer en recesión y, por su peso específico
como actor económico y su importancia como gran comprador
en el comercio global, arrastrar a todo el mundo".
Estornudo
Como los peligros no son menores, todas
la miradas apuntan a los legisladores estadounidenses.
Los demócratas quieren que se eleve el
límite del endeudamiento para que el gobierno pueda captar
nuevos recursos y esté así en capacidad de pagarles a sus
acreedores, mientras que los republicanos exigen recortes
del gasto público a cambio de levantar ese techo.
En el pasado, el Congreso ha subido en
numerosas oportunidades el tope de la deuda: lo hizo diez
veces desde 2001. La necesidad de usar fondos públicos para
reactivar el país tras la crisis financiera que estalló en
2008 volvió más necesaria esa medida.
Es más: Bernanke sugirió que, por
tercera vez desde aquella debacle, el gobierno podría verse
obligado a inyectar dinero al sistema –la llamada
flexibilización cuantitativa (quantitative easing)– para
seguir estimulando la economía, que no termina de arrancar.
Pero esta vez los republicanos, que en
los últimos tiempos se han visto fortalecidos políticamente,
han querido imponer sus condiciones. Y las negociaciones no
logran destrabarse.
En momentos en que el fantasma de un
default asusta cada vez más y no se asoma un acuerdo entre
los partidos políticos, Obama dijo enfáticamente: "¡Ya
basta!".
Pero los analistas creen que no son las
palabras del presidente, sino las de las temidas
calificadoras de riesgo las aumentarán la presión sobre
los demócratas y los republicanos para que alcancen un
entendimiento.
Steimberg cree que "los
legisladores finalmente resolverán sus diferencias y
Estados Unidos evitará el default".
Después de todo, parafraseando una
expresión que se ha vuelto popular, cuando agencias como
Moody's estornudan, los políticos tiemblan.
Las calificadoras de riesgo y la nota
de la deuda de EEUU
La agencia china Dagong ya le bajo la
calificación
El poder de las calificadoras de riesgo
se ha hecho evidente en la crisis que están viviendo varios
países de la eurozona, hasta el punto de que muchos
gobiernos han llegado a criticar abiertamente lo que ven
como un dedo acusador.
Portugal, cuya deuda fue rebajada este
martes a nivel de basura por la agencia de valoración de
inversiones Moody's, fue el último país en estar en la línea
de fuego, en la que también se ha situado Grecia.
El canciller griego, Stavros
Lambridinis, calificó este miércoles de "locura"
el papel de estas calificadoras.
Pero mientras esto sucede en Europa,
muchos se preguntan por qué esas agencias han mantenido la
calificación de AAA (la máxima que se otorga a un país) a
Estados Unidos, la nación más endeudada del mundo.
La pregunta es más pertinente aún
porque este país ha alcanzado su tope de endeudamiento
(US$14,3 billones) y republicanos y demócratas no han
llegado a un acuerdo para aumentar este techo, lo cual lo
coloca en riesgo de entrar en default o cesación de pagos.
La razón, según le dijo a BBC Mundo
Federico Steinberg, economista en jefe del Real Instituto
Elcano de Madrid, es que EE.UU. es la economía más
importante del mundo y tiene la moneda de reserva, "lo
que le permite financiarse unos niveles de deuda y de déficit
mucho mayores".
"Pesan también las propias reglas
que tienen estas agencias calificadoras a la hora de
evaluar. No sólo (toman en cuenta) el nivel de deuda, sino
también la estabilidad política de EE.UU., su capacidad de
respuesta –ya que tiene una posición hegemónica
mundial– y su capacidad de influir en organismos económicos
internacionales", dijo.
Eso se cristaliza en una calificación
AAA que facilita a EE.UU. financiarse en los mercados a
bajas tasas de intereses, en contra de lo que sucede con países
con percepción de riesgo más alta, a los que les cuesta más
colocar bonos en los mercados de capitales.
No todos están
convencidos
Esos criterios no convencen a la
agencia de evaluación de riesgo china Dagong, que no dudó
en bajarle la calificación a EE.UU. hace unos meses debido
a la política expansiva de la Reserva Federal.
En esa ocasión, Guan Jianzhong, el
director de la agencia, le dijo a BBC Mundo que había
tomado la decisión porque "para nosotros lo
fundamental es la capacidad de generar riqueza de un país
en un momento dado".
"Esto es diferente a la evaluación
de las agencias occidentales que se basan en la capacidad de
un país de financiar su deuda".
El director de Dagong señaló a BBC
Mundo que esas agencias "están muy politizadas y
siguen una visión muy ideológica que no se ajusta a
criterios científicos".
El papel de las agencias calificadoras
ha sido cuestionado por muchos en los últimos años a raíz
del escándalo de las hipotecas basura en EE.UU.
Nadie olvida que éstas otorgaron la
calificación de AAA a cientos de miles de millones de dólares
de títulos de hipotecas subprime que terminaron siendo
activos tóxicos (deudas incobrables) que dispararon la
crisis de 2008.
Federico Steinberg reconoce que esto es
así, pero advierte que en el caso de la deuda soberana hay
razones para escucharlas.
"Por lo general saben lo que hacen
cuando evalúan la deuda soberana, aunque esto no caiga bien
a los países cuya calificación es rebajada".
¿Factores subjetivos?
Steinberg admite, sin embargo, que a la
hora de calificar a EE.UU. también influye que el mercado
de evaluación de riesgo está dominado por tres agencias
que son estadounidenses: Moody, Standard & Poor y Fitch.
"En el caso de EE.UU. pesa también
que las tres agencias tienen una visión más optimista de
la economía estadounidense. También son más suaves porque
podrían desencadenar una marea de ventas si le bajan la
calificación a este país".
"Y la justificación es que es la
economía más importante y tiene la moneda de reserva que
es el dólar y ese es un factor importante. Las agencias
pueden argumentar que se están basando en criterios
objetivos, aunque coincido en que el tratamiento en este
caso no es simétrico", resaltó.
La Unión Europea (UE) tiene razones
para dudar y así lo expresó este miércoles cuando criticó
fuertemente a la agencia Moody's tras su decisión de
reducir a nivel de basura los bonos de Portugal.
La UE describió la decisión como
"cuestionable" y basada en escenarios hipotéticos.
El hecho es que el cambio en la calificación de Portugal
encarece enormemente el costo de financiamiento del país.
En ese contexto, el gobernador del
Banco Central de Austria, Ewald Nowotny, llegó a decir que
la capacidad de sanción de las calificadoras es "más
grande que la de Dios".
Pero según los críticos, esa
capacidad de sanción no siempre se aplica de la misma forma
cuando se trata de EE.UU.