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2.000
Son los millones de dólares que destinó
el gobierno de Obama a evitar el desalojo de familias
ahogadas por créditos hipotecarios. El plan preveía usar
46.000 millones.
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Nueva York.– Si se sintió shockeado
por el informe de desempleo de Estados Unidos del 8 de
julio, si pensó que íbamos bien y lo desmoralizó la mala
noticia, no ha estado prestando atención. El hecho es que
la economía de Estados Unidos ha quedado estancada por el
último año y medio.
Y nuestro discurso ha quedado dominado
por una pasividad destructiva. Si prende su TV, verá a algún
comentarista con aire satisfecho declarando que no puede
hacerse demasiado respecto de los problemas de corto plazo
de la economía (recordatorio: este "corto plazo"
ahora va por su cuarto año), que debemos concentrarnos en
cambio en el largo plazo.
Esto es equivocado. Crear empleos en
una economía deprimida es algo que el gobierno podría y
debería estar haciendo. Hay inmensos obstáculos políticos
para actuar, en particular que la Cámara baja está
controlada por un partido que se beneficia de los problemas
económicos. Pero la trabazón política no debe confundirse
con la realidad económica.
No crear empleo es algo por lo que
hemos optado, no algo inevitable y es una elección que se
justifica con excusas cambiantes.
Excusa 1: a la vuelta de
la esquina hay un arco iris en el cielo
¿Recuerda los "brotes
verdes"? ¿Recuerda el "verano de la recuperación"?
Los funcionarios no dejan de asegurarnos que la economía se
está recuperando. Estos autoengaños sobre la recuperación
han sido una excusa para no hacer algo para solucionar la
crisis del empleo.
Excusa 2: temor al mercado
de bonos
Hace dos años, The Wall Street Journal
declaró que las tasas de interés sobre la deuda de Estados
Unidos se irían por las nubes a menos que Washington dejara
de combatir la caída económica. Desde entonces los alertas
sobre inminentes ataques de la "patota de los
bonos" han sido utilizados para rechazar todo gasto en
la creación de empleo.
Pero las reglas básicas de la economía
indican que las tasas seguirán bajas mientras la economía
esté deprimida y así ha sido. La tasa sobre los bonos a 10
años era de 3,7% cuando The Wall Street Journal dio ese
alerta; al final de la semana pasada era de 3 por ciento.
¿Cómo han respondido los sospechosos
de siempre? Inventando su propia realidad. La semana pasada,
el diputado Paul Ryan, el hombre detrás del plan de los
republicanos para desmantelar Medicare (el sistema estatal
de salud para jubilados y pobres), declaró que debemos
reducir el gasto para "quitar presión a las
tasas"; supongo que se refiere a la misma presión que
ha llevado a esas tasas a un nivel tan bajo que es casi un récord.
Excusa 3: es culpa de los
trabajadores
El desempleo creció mucho durante la
crisis financiera y sus postrimerías. Por lo que parece
extraño sostener que el problema es de los trabajadores,
que los millones de estadounidenses que tenían trabajo hace
cuatro años, pero ahora no, no tienen las capacidades que
la economía requiere.
Pero eso es lo que se escucha de muchos
comentaristas hoy en día: el alto desempleo es
"estructural", dicen, y requiere soluciones a
largo plazo (lo que significa no hacer nada).
Si se tratara de que los trabajadores
que tenemos no encajan con los que necesitamos, los
trabajadores que tienen las capacidades necesarias y
consiguen empleo, debieran estar recibiendo grandes aumentos
salariales. No es así: los salarios promedio cayeron el mes
pasado.
Excusa 4: tratamos de
estimular la economía y no funcionó
Todos saben que el presidente Obama
trató de estimular la economía con un gran aumento del
gasto y eso no funcionó. Pero lo que todo el mundo sabe es
equivocado.
¿Dónde están los grandes proyectos
de obras públicas? ¿Dónde están los ejércitos de
trabajadores estatales? Hay medio millón de empleados del
Estado menos ahora que cuando asumió Obama.
¿Entonces qué pasó con el estímulo?
Consistió de rebajas impositivas, no inversión. La mayor
parte del resto consistió en ayuda a familias en problemas
o en apoyo a gobiernos estaduales o municipales con déficit.
Esta ayuda puede haber mitigado los efectos de la caída,
pero no fue el tipo de programa de creación de empleo que
pudimos y debimos haber tenido. Y no es que afirmamos ahora
algo de lo que no alertamos antes: algunos dijimos desde el
comienzo que la reducción de impuestos no sería efectiva y
que el gasto propuesto era inadecuado.
No se ha hecho casi nada en otra área
en la que el Estado podría haber ayudado mucho: el apoyo a
los dueños de viviendas en problemas. El programa de ayuda
hipotecaria de Obama no ha logrado nada: de los US$ 46.000
millones asignados a ayudar a familias a permanecer en sus
casas se gastaron menos de 2000 millones.
No hay obstáculos reales que impidan
actuar al gobierno: la "patota de los bonos" y el
desempleo estructural sólo existen en la imaginación de
los comentaristas. Si uno los escucha, uno pensaría que el
problema es que "no podemos". Pero la realidad es
que "no queremos".
• El autor es Nóbel de Economía
y profesor de la Universidad de Princeton.