El movimiento
obrero y Ocupa Wall Street
Todos
contra Wall Street
Socialist
Worker, 07/10/11
Traducido por Orlando Sepúlveda
Los sindicatos están entrando
en el lado de las protestas en "Ocupa Wall Street", una creciente
alianza entre la izquierda y el movimiento de los trabajadores que puede
llevar la lucha a una nueva etapa.
El movimiento sindical está
poniendo su peso detrás de Ocupa Wall Street–y la patronal toma nota de la
mayor alianza entre la izquierda y el movimiento laboral desde las protestas
contra la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Seattle en 1999.
Los sindicatos–"los
agitadores con más experiencia de la ciudad", como Crain's New York
Business l puso–planearon un rally el 5 de octubre en Foley Square, cerca de
City Hall, luego marcharon a Wall Street.
La entrada de los principales
sindicatos a la lucha en Wall Street–de las gigantes filiales neoyorquinas
del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU, por sus siglas en
inglés), a los sindicatos nacionales Acereros Unidos (USW, en inglés) y Unión
Nacional de Enfermeras (NNU, en inglés)–apunta a la posibilidad de que el
movimiento Ocupa profundice sus raíces sociales. Varias luchas en
curso–como la lucha contra las ejecuciones hipotecarias, contra empleadores
rompe–sindicatos, o por construir un movimiento demandando trabajo para
todos –se re–energizarán a partir de esta movilización.
Los dirigentes sindicales que
tomaron la decisión de apoyar la protesta en Wall Street no sólo
respondieron al llamado a la solidaridad con el movimiento Ocupa. Por muy
importante que esto es, ellos además reflejan la ira de sus propios miembros
de base por la pérdida de empleos, los recortes salariales y las reducciones
en el gasto social–mientras la economía sigue empeorando, las corporaciones
estadounidenses amasan ganancias récor, y el súper rico se enriquece aún más.
Esa ira es lo que está
impulsando Ocupa Wall Street, que comenzó hace menos de tres semanas con
cientos de, en su mayoría, jóvenes activistas que decidieron aglomerarse en
el distrito financiero de Manhattan y acampar en Zuccotti Park–rebautizado
Plaza de la Libertad, en honor de la ocupación de la Plaza Tahrir (Liberación)
en Egipto–en Lower Manhattan. La acción ha capturado la imaginación y
simpatía de una gran cantidad de personas hartas de todos los diferentes
aspectos de un sistema dirigido por el 1 por ciento de los súper–ricos,
simbolizados por los banqueros y los especuladores financieros de Wall Street.
En Plaza de la Libertad, Nueva York, las protestas y el debate político,
veinticuatro horas del día, siguen creciendo, mientras activistas en otras
ciudades han organizado sus propias acciones Ocupa.
En suma, Ocupa Wall Street se ha
convertido en un faro para todo el descontento acumulado en EE.UU.
* * * * *
El espíritu de lucha desplegado
en Manhattan no salió de la nada. Estuvo además detrás de la sublevación
en Wisconsin, el invierno pasado, contra ley antisindical del gobernador
republicano Scott Walker, y ha podido ser visto en muchas otros lugares desde
entonces: animando piquetes de huelga en Verizon en agosto, en los bloqueos de
carga esquirol por los trabajadores portuarios la Costa Oeste, desafiando una
orden judicial con los maestros en huelga de Tacoma, Washington, y más. Hay
un nuevo aire de militancia, incluso entre los trabajadores organizados.
La atmósfera de rebeldía, sin
duda, influyó en la junta directiva del Local 100 de los Trabajadores del
Transporte de Nueva York para decidir apoyar Ocupa Wall Street–el primer
sindicato importante en hacerlo. El Local 100 representa a unos 30.000
trabajadores de los autobuses y el metro, y tiene una historia de lucha,
teniendo que soportar duras sanciones y multas por librar una huelga ilegal de
tres días en diciembre del 2005.
Hoy en día, los líderes del
Local 100 hablan de Ocupa Wall Street como una lucha de hermana. El presidente
del sindicato, John Samuelson, explicó en una entrevista televisada por
Countdown:
“Creo que en gran medida, los
manifestantes en Wall Street están cantando la misma canción, y lidiando la
misma batalla, que nuestro sindicato ha luchado durante los últimos 18
meses...
“Hay desesperación, creo,
entre el pueblo y las familias obreras en este país, que la gente en el
gobierno simplemente no entiende. Hay un montón de millonarios en el Congreso
que no tienen ni idea–una gran cantidad de millonarios en la legislatura
estatal, para el caso–que no tienen idea de lo que es tener que alimentar a
los niños o pagar la matrícula o pagar una hipoteca. Hay un montón de gente
en el gobierno que está fuera de toque.
“Estas protestas, por un lado,
han puesto de relieve la disparidad de riqueza en Estados Unidos que se ha
desarrollado durante las últimas décadas. Creo que uno de los grandes
beneficios del movimiento sindical entrando en esta lucha es traer es la
capacidad de articular ese mensaje... en nombre de las familias obreras, ya
sea sindicalizada o no.”
La participación del movimiento
laboral en Ocupa no se limita a la ciudad de Nueva York. Los miembros de base
de los Maestros Unidos de Los Ángeles (UTLA, por sus siglas en inglés) se
unieron a una organización comunitaria y al grupo Ocupa Los Ángeles para
protestar un banco local. En Bay Area, los miembros de SEIU Local 1021
llegaron a Ocupa San Francisco durante los primeros esfuerzos del movimiento
ahí. En Chicago, la dirección del Sindicato de Maestros de Chicago (CTU, en
inglés) mostró su apoyo a Ocupa Chicago, los activistas de Ocupa, a su vez,
votaron a favor de apoyar un rally planeado con anterioridad para 10 de
octubre, iniciado por los maestros y la SEIU.
Todas estas iniciativas son muy
importantes para los sindicatos americanos, que, con algunas notables
excepciones, tienen más de 50 años tratando de evitar el activismo
izquierdista radical. Desde el inicio de la Guerra Fría, hasta después de la
caída de la URSS, el anticomunismo aquí y en el extranjero fue central a la
política del movimiento laboral estadounidense.
Este enfoque se había
desvanecido para la década de 1990, y sindicatos en apuros tentativamente
buscaron aliados en la izquierda, como los activistas del medio ambiente, en
la lucha contra la globalización. Fue la alianza "Teamsters y
Tortugas" que se formó en las protestas de 1999 contra la OMC en
Seattle, reuniendo a decenas de miles de sindicalistas de base.
Desafortunadamente, la recién
nacida coalición se derrumbó bajo la marea conservadora luego de los ataques
del 11 de septiembre de 2001. Casi todos los sindicatos importantes se
alinearon en apoyo de la guerra de EE.UU. contra Afganistán, y algunos
dirigentes sindicales pidieron la reactivación de la "asociación"
entre trabajadores y empleadores (política sindical del era de la Guerra Fría)
para ayudar en "guerra contra el terror".
Sin embargo, el respaldo al
esfuerzo bélico dio peor que nada al movimiento sindical. La patronal siguió
machacando a los sindicatos, eliminando los empleos en la manufactura y
recortando los salarios–incluso durante los años de crecimiento económico
en la década de 2000. Esto dejó a la clase obrera americana aún más
vulnerables cuando comenzó la recesión a finales de 2007.
La respuesta de los sindicatos
fue invertir dinero y recursos en la elección de Barack Obama en 2008, con la
esperanza de que él liderara la batalla por una ley pro–sindical y aplicara
políticas económicas para crear puestos de trabajo. Pero Obama, por
supuesto, hicieron a los banqueros su prioridad.
Ciertamente, los líderes
sindicales volverán a presionar a sus miembros para organizar a favor de
Obama en las elecciones de 2012–esta vez no sobre la base de la esperanza de
cambio, sino del miedo por la alternativa republicana.
Pero el apoyo sindical al
movimiento Ocupa abre el camino para un más amplio activismo político dentro
del movimiento obrero. La declaración del presidente de USW, Leo Gerard,
puede ser usada en los sindicatos estadounidenses como la base para una
resolución de apoyo al movimiento Ocupa:
“El sindicato Acereros Unidos
se solidariza con y apoya firmemente Ocupa Wall Street. Los valientes hombres
y mujeres, muchos de ellos jóvenes sin empleo, que se han manifestado todo el
día durante casi dos semanas en Nueva York están hablando por los muchos en
nuestro mundo. Estamos hartos de la codicia de las empresas, la corrupción y
la arrogancia que han infligido dolor a tantos, por tanto tiempo.”
El movimiento laboral también
puede ayudar al movimiento a enfocarse a ganar victorias concretas. Por
ejemplo, las enfermeras del NNU –que también dedicaron recursos para la
marcha laboral de 5 de octubre hacia Ocupa Wall Street– han estado
organizando "Main Street" (una calle cualquiera en cualquier ciudad.
N del T), una campaña que demanda un impuesto sobre las transacciones
financieras.
* * * * *
El apoyo sindical al movimiento
Ocupa significa, sin embargo, algo más que recursos adicionales o grandes números
en las marchas y manifestaciones. La participación de los sindicatos en la
lucha crea el potencial de usar el poder social de los trabajadores para ganar
importantes luchas inmediatas, así como la batalla a largo plazo por un tipo
diferente de sociedad.
Considere la experiencia de las
protestas laborales en el Capitolio estatal en Madison, Wisconsin. Fue un
enfermazo masivo de los maestros en Madison–y luego en todo el estado–lo
que transformó una sentada, en su mayoría, estudiantil en una completa
ocupación del Capitolio, organizada por trabajadores y estudiantes por igual.
Los líderes sindicales, en última instancia, recularon de usar el poder económico
de los trabajadores para ganar esa pelea, concentrándose más bien en un
esfuerzo por destituir los legisladores republicanos. Pero el potencial para
ampliar la batalla estuvo cuando la huelga general seriamente se discutió
entre los activistas sindicales.
El movimiento Ocupa ofrece una
oportunidad similar para revivir y crear vínculos críticos entre el
movimiento obrero y la izquierda–con el fin de tomar acción. Existe el
potencial para movilizarse por conflictos importantes, como salvar los
trabajos de 716 auxiliares de educación afectando en gran medida barrios
pobres Negro y Latinos en Nueva York. El movimiento puede proporcionar un
punto focal para militantes sindicales que pueden sentirse aislados en su
sindicato o lugar de trabajo, y puede ayudar a revivir redes de activistas de
base dentro y entre los sindicatos.
Para el casi 90 por ciento de
los trabajadores sin sindicato, el movimiento Ocupa puede dar el impulso
necesario para organizar sus propios centros de trabajo. Y todos los
activistas sociales–sean miembros de sindicato o no–pueden desempeñar un
papel crucial en construir el apoyo para el movimiento sindical en los
enfrentamientos contractuales que se ciernen, como el de los maestros en
Chicago y Los Ángeles, o los trabajadores de autobuses y metro de Nueva York.
En un momento en que la crisis
económica, una vez más, tiene a los empresarios y políticos al borde del pánico,
es importante para el movimiento de proyectar su propia visión de una
sociedad basada en las necesidades humanas en vez del provecho económico. Los
activistas necesitan discutir y debatir sus prioridades y estrategias a nivel
local.
Pero también debe enfocarse en
el gran prospecto–la reactivación de un movimiento obrero capaz de defender
los intereses de todos los desposeídos, en su lucha contra el 1 por ciento.
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