WikiLeaks
vs. Stratfor
Persigamos
la verdad y no a quienes la revelan
Por
Amy Goodman (*)
Democracy Now!, 02/03/2012
WikiLeaks, el
sitio web de divulgación de información clasificada,
publicó nuevamente una gran cantidad de documentos, esta
vez de una empresa de inteligencia privada conocida como
Stratfor. La fuente de la filtración fue el grupo de
hackers “Anonymous”, que afirmó haber obtenido más de
5 millones de correos electrónicos de los servidores de
Stratfor. Anonymous obtuvo el material el 24 de diciembre de
2011 y se lo proporcionó a WikiLeaks, que a su vez trabajó
junto a 25 organizaciones de medios de todo el mundo para
analizar los correos electrónicos y publicarlos.
El
soldado Bradley Manning y Julian Assange, de WikiLeaks
Entre los
correos electrónicos filtrados se encuentra un mensaje de
una oración que sugiere que el gobierno estadounidense
emitió un auto de procesamiento confidencial contra el
fundador de WikiLeaks, Julian Assange, mediante un gran
jurado secreto. Además de mostrar a Stratfor como una
empresa de inteligencia privada que realiza actividades ilícitas,
que tiene estrechos vínculos con organismos de inteligencia
de Estados Unidos y que brinda información tanto a empresas
como a las Fuerzas Armadas estadounidenses, los correos
electrónicos confirman la creciente convicción de que el
gobierno de Obama, lejos de alejarse del secretismo de la
era Bush/Cheney, está obsesionado con ocultar cierta
información al público y se opone fuertemente a la
transparencia.
Viajé a
Londres el 4 de julio del año pasado para entrevistar a
Assange. Cuando le pregunté acerca de la investigación del
gran jurado, respondió: “No puede considerarse un jurado.
Es una especie de tribunal medieval. Son entre 19 y 23
personas que juran mantener el secreto y no pueden consultar
el asunto con nadie más. No hay juez ni abogado defensor
pero hay cuatro fiscales. Es por eso que la gente que conoce
bien el modo de proceder de un gran jurado en Estados Unidos
afirma que éste acusaría a cualquiera que el fiscal
considere pertinente”.
Cuando estaba
por regresar de Londres, el periódico The Guardian publicó
más información acerca del escándalo de escuchas telefónicas
de la empresa News Corp. de Rubert Murdoch, que provocó el
cierre de su periódico sensacionalista News of the World,
el periódico dominical británico de mayor tirada en el
Reino Unido. La coincidencia es pertinente ya que News of
the World informaba acerca de todo menos de lo que
proclamaba su nombre: las verdaderas noticias del mundo. Se
centraba, en cambio, en detalles morbosos acerca de la vida
privada de las celebridades, crímenes sensacionalistas y
fotografías de mujeres semi desnudas. Gracias a este y a
sus otros emprendimientos, Murdoch amasó una fortuna
personal de 7.600 millones de dólares.
Tanto Murdoch
como Assange nacieron en Australia, aunque Murdoch renunció
a su nacionalidad australiana para obtener la ciudadanía
estadounidense y así poder comprar más licencias de difusión
de radio y televisión en Estados Unidos. Pero a diferencia
de Murdoch, Assange ha protagonizado uno de los actos más
valientes de la historia de las publicaciones al fundar
wikileaks.org, un sitio web que permite a las personas
entregar documentos en forma segura mediante la utilización
de Internet de un modo que hace que sea casi imposible
rastrear al informante. Assange y sus compañeros de
WikiLeaks han publicado millones de documentos filtrados,
los más importantes acerca de las guerras y ocupaciones de
Estados Unidos en Irak y Afganistán, y miles de cables
diplomáticos, verdaderas “noticias del mundo”. La
fundación Sydney Peace le otorgó una medalla de oro a
Assange por su “valentía excepcional y su defensa de los
derechos humanos”. En cambio, el gobierno de Estados
Unidos lo persiguió, posiblemente en virtud de la Ley de
Espionaje. Murdoch es venerado como un pionero del mundo de
las noticias, mientras que los expertos de los medios de
televisión por cable de los que Murdoch es propietario
piden abiertamente la muerte de Assange.
Los correos
electrónicos de Stratfor se irán publicando de a poco,
junto con el contexto brindado por los socios mediáticos de
WikiLeaks. Los documentos ya revelan conexiones cercanas y
potencialmente ilícitas entre empleados de Stratfor y
funcionarios policiales y de inteligencia. La revista
Rolling Stone informó que el Departamento de Seguridad
Nacional vigiló las protestas de Occupy Wall Street a nivel
nacional y que el Departamento de Seguridad Pública de
Texas tiene un agente encubierto en Occupy Austin que reveló
información a empleados de Stratfor. Stratfor es también
contratada por empresas multinacionales para conseguir
supuesta “información” acerca de sus críticos. Algunas
de las empresas que han contratado los servicios de Stratfor
son Dow Chemical, Lockheed Martin, Northrop Grumman,
Raytheon y Coca–Cola.
Fred Burton,
vicepresidente de inteligencia de Stratfor y ex director de
contrainteligencia del cuerpo diplomático del Departamento
de Estado de Estados Unidos, escribió en un correo electrónico:
“No publicar. Tenemos un auto de procesamiento secreto
contra Assange. Por favor, proteger”. Burton y otros
empleados de Stratfor han mostrado un profundo interés en
WikiLeaks a partir de 2010 y en sus correos se expresa una
fuerte aversión hacia Assange en particular. Burton escribió:
“Assange va a ser una linda novia en prisión. Revienten
al terrorista. Va a comer alimento para mascotas toda su
vida”. Otro empleado de Stratfor quería que a Assange se
lo sometiera a tortura mediante la técnica del submarino.
Michael Ratner,
asesor legal de Assange y WikiLeaks me dijo: “El gobierno
de Obama ha perseguido a seis personas en virtud de la Ley
de Espionaje, seis casos diferentes, el número más elevado
desde que la ley entró en vigor en 1917. Entonces somos
testigos de un esfuerzo del gobierno de Obama, a pesar de
que afirmen lo contrario, de que quiere un gobierno cerrado
y que está dispuesto a perseguir a los periodistas. Pueden
discutir todo lo que quieran sobre violaciones técnicas a
la ley, pero finalmente lo que sucede es que Estados Unidos
quiere ocultar la verdad”.
1917 también
fue el año en que el Senador estadounidense Hiram Johnson
pronunció una frase célebre: “La primera víctima de la
guerra es la verdad”. La Casa Blanca realizará una cena
de gala esta semana en homenaje a los veteranos de la guerra
de Irak. Bradley Manning es un veterano de la Guerra de Irak
que no fue invitado. Está siendo juzgado por un consejo de
guerra y podría ser condenado a cadena perpetua o a pena de
muerte por supuestamente haber entregado miles de documentos
militares y diplomáticos a WikiLeaks que revelaban
información acerca de las víctimas de la guerra. El
presidente Obama honraría más al país si también
homenajeara a Assange y a Manning.
Debemos
perseguir la verdad, no a quienes la revelan.
*
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero
internacional que se emite diariamente en más de 550
emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 350
en español. Es co–autora del libro "Los que luchan
contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos
extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le
Monde Diplomatique Cono Sur. Denis Moynihan colaboró en la
producción periodística de esta columna.
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