Comicios
municipales en Francia
Duro
revés para Nicolas Sarkozy
Reuters,
09/03/08
París.–
La gobernante Unión por un Movimiento Popular (UMP) del
presidente Nicolás Sarkozy sufrió hoy una significativa
derrota en las elecciones municipales y cantonales en manos
del socialismo y el resto de los partidos de izquierda. El
domingo próximo casi todas las grandes ciudades definen a
sus alcaldes en la segunda vuelta.
Así, el
Partido Socialista (PS) y sus aliados de izquierda y
ecologistas están en condiciones de recuperar varias de las
ciudades más importantes de Francia, aunque nada está
definido ya que el próximo domingo se realizará la segunda
vuelta.
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Éxito
de los anticapitalistas en la primera vuelta de las
elecciones municipales
Corriente
Alterna, 15/03/08
La
LCR ha presentado o sostenido más de 200 listas en
las elecciones municipales. Más de 110 superan el 5 %
de los votos y 32 de ellas rebasan el 10 %. Obtienen
en total unos 70 electos directamente en la 1ª
vuelta, de los cuales veinte corresponden a listas LCR
y cincuenta
a listas unitarias en las que participa la LCR.
La
LCR estará presente en 14 listas en la 2ª vuelta
Para
la 2ª vuelta de las municipales, once listas
sostenidas por la LCR y que han sobrepasado el 10% de
los votos, se mantienen, en los siguientes municipios:
Foix
«Vraiment à gauche», Ventabren «Ouverture à
gauche», La Couronne «La Couronne, résistances
sociales et résistances», Louviers «La gauche
debout !», Saint–Nazaire «Label gauche»,
Clermont–Ferrand «A gauche 100%», Cavaillon
«Cavaillon avec vous», Prades–le–lez
«L’alternative de gauche», Quimperlé «La vraie
gauche», Palaiseau «Vraiment à gauche»,
Noisy–le–Grand «Noisy solidaires vraiment à
gauche».
En
otros tres municipios, las listas sostenidas por la
LCR en la 1ª vuelta se fusionan con otras listas. Se
trata de Morlaix (fusión de la lista IDEES con el PCF
y el PS), Montpellier (fusión con Los Verdes),
Haillan (fusión tecnica aceptada por el PS). |
El
resultado de las municipales es "incierto y más
equilibrado" respecto a cuanto anunciaban los sondeos,
minimizó el primer ministro Francois Fillon, intentando
animar a la movilización de los electores de derecha para
el segundo turno del domingo próximo.
Pero el
voto, definido como "punitivo", contra Sarkozy
(47,5% para la izquierda, 40% para la derecha) fue el
resultado del primer turno.
Según los
socialistas y el centro el resultado es "una
advertencia" para el presidente y su gobierno.
Sin embargo
nada es definitivo, ya que en casi todas las grandes
ciudades se irá a un balotaje para elegir a los alcaldes.
Si bien la izquierda se impuso a la derecha en Rouen, en
Burdeos, en cambio conserva al ex premier Alain Juppe.
Los 38.782
municipios franceses votaron hoy para elegir a sus alcaldes
por los próximos seis años con una participación que
oscila entre el 68% y 71% según los diferentes sondeos, más
alta con respecto a las últimas elecciones municipales del
2001 (67,3%) y comparable a las de 1995 (69,42%).
Al superar
el 50% de los sufragios el PS obtuvo además en la primera
vuelta Rouen, capital histórica de Normandía, Mans,
Tourcoing, Auxerre, Laval, Alecon y Rodez, que desde hace 55
años era gobernada por la derecha.
La sorpresa
se dio en Lyon, donde el socialista Gérard Collomb conservó
hoy su alcaldía al superar por 30 puntos al candidato de la
UMP. También sobresale el triunfo del socialista
Jean–Marc Ayrault en Nantes.
El
socialismo quedó bien posicionado para ganar en segunda
vuelta en París, Lille, Caen, Estrasburgo, Rennes, Brest,
Metz y Narbonne.
Por su
parte, la UMP conservó Burdeos, donde Alain Juppé alcanzo
el 58% de los votos, pero también en Cholet, Epinal y
Meaux.
Por su
parte, la mayoría de los 22 ministros que se presentaron al
escrutinio (en Francia se permite la acumulación de cargos)
alcanzaron buenos resultados que deberán revalidar en una
semana.
En tanto
que en la segunda ciudad del país, Marsella, y en Toulouse,
el escrutinio promete ser sumamente cerrado la semana próxima.
La ex
candidata presidencial socialista Ségolene Royal calificó
a la primera vuelta como "un voto castigo" y
reclamó que "esta tendencia se amplifique" el próximo
domingo y llamó a que el PS realice alianzas con el
centrista MoDem, de Francois Bayrou, que pese a su escaso 4%
a nivel nacional podrá cumplir el papel de árbitro en el
ballotage.
El primer
secretario del PS, Francois Hollande, subrayó la
"voluntad" de cambio de los franceses y calificó
los resultados como "estimulantes", pero advirtió
que "nada está asegurado aún, por eso la movilización
del electorado debe ser total en la segunda vuelta".
En ese
llamado de movilización coincidió el primer ministro
Francois Fillon, quien además pidió no "mezclar la
actualidad nacional en un escrutinio local".
Sin
embargo, difícilmente el oficialismo logre revertir esta
tendencia dentro de una semana.
Electo con
holgura en mayo del 2007, el oficialismo sabe que no saldrá
indemne de su primera prueba electoral, especialmente por la
continua caída de popularidad de Sarkozy, su criticado
estilo frívolo y la desilusión de los franceses en su
figura por la suba del desempleo y la pérdida de poder
adquisitivo que le otorgaron a estas elecciones locales
dimensión nacional.
Aunque se
trata de elecciones locales, tienen un significado nacional
y permitirán medir la relación de fuerzas entre los
principales partidos políticos, en un contexto marcado por
la fuerte caída de popularidad del presidente Sarkozy desde
comienzos de año y por una coyuntura económica
desfavorable.
Uno de cada
dos franceses consideraba que si el partido de Sarkozy, la
Unión por un Movimiento Popular (UMP), perdía varias
ciudades grandes, sería una "derrota personal"
para el presidente, cuya impopularidad refleja, según los
analistas, el descontento por el incumplimiento de sus
promesas sobre el poder adquisitivo, la exhibición de su
vida privada y su forma de comportarse en el cargo.
El jefe del
Estado ha excluido una "gran" remodelación de su
Gobierno después de las elecciones, en las que concurren 22
de los 33 miembros del Ejecutivo, incluído el primer
ministro, François Fillon.
Actualmente
la derecha conduce 223 ciudades con más de 20 mil
habitantes y la izquierda 178. Entre las 37 ciudades con más
de 100 mil habitantes la derecha está en el poder en 21,
entre ellas Marsella, Tolosa, Niza, Bordeaux y Estrasburgo,
y la izquierda en 16, entre ellas París, Lyon, Nantes,
Lille, Montpellier y Rennes.
El
presidente francés no paso el test de las municipales
Por
Eduardo Febbro
Corresponsal en París
Página 12, 10/03/08
La
izquierda le ganó a Sarkozy. En la primera vuelta de las
elecciones locales, los socialistas conservaron bastiones
como París y Lyon y se imponían en varias ciudades
importantes, como Estrasburgo y Toulouse.
El halo de
la victoria habrá durado muy poco. Apenas diez meses después
de haber ganado las elecciones presidenciales y casi
enseguida la mayoría en la Asamblea Nacional, Nicolas
Sarkozy fue castigado en las urnas de la consulta municipal
y cantonal por una concreta mayoría que le dio su voto a la
izquierda. El llamado “sarkotest” se inclinó hacia las
listas de izquierda. Los socialistas no sólo conservaron
bastiones tan emblemáticos como París y Lyon sino que
tienen además muchas posibilidades de arrebatarle a la
derecha varias ciudades importantes como Estrasburgo y
Toulouse, al tiempo que en otras localidades de peso
–Lille, Turcoing, Rouen– se imponen en una sola vuelta.
La victoria de los candidatos de izquierda es menos
sustancial de lo que los sondeos habían previsto. No hubo
la anunciada “ola rosa” pero sí una fuerte progresión
de las listas de izquierda. Los resultados nacionales
muestran en cifras las variaciones de ese avance: la
izquierda obtuvo 47 por ciento de los votos y la derecha 40
por ciento.
Anoche, los
conservadores celebraban con modestia haberse salvado de una
hecatombe municipal. EL jefe de gobierno conservador evocó
los resultados “más equilibrados de lo que se esperaba”
mientras que François Hollande, primer secretario del PS,
habló de “resultados alentadores”. El empuje electoral
de la izquierda francesa es notorio. En casi todos sus
bastiones electorales sus listas, que incluyen a los
ecologistas, los comunistas, la extrema izquierda y otros
candidatos, registraron un incremento claro en relación con
las elecciones municipales de 2001. Pero ese avance es aún
más evidente en el caso de ciudades administradas por la
derecha: 12% más en Caen, 9 en Rouen, 13 en Périgueux, 8%
en Saint–Etienne y hasta una ciudad arrancada a la derecha
desde la primera vuelta, Rouen. El ejemplo de Marsella es
uno de los más concretos. Esta gran capital portuaria del
sur de Francia, reino indiscutido de los conservadores y
tierra de predilección de la extrema derecha del Frente
Nacional, está en la cuerda floja de las urnas. Su
intendente actual, Jean–Claude Gaudin, tiene una ventaja
de apenas un punto con respecto al socialista.
Desde el
anuncio de los resultados, los responsables socialistas
aplicaron la misma estrategia que en el curso de la campaña.
Hacer de una consulta local un tema nacional. François
Hollande fue el primero en afirmar que estas elecciones
locales marcaban la “voluntad” del electorado de
interpelar al gobierno y al presidente de la República,
“especialmente en lo que toca al poder adquisitivo”. Más
agresiva en su intervención, la candidata socialista a las
elecciones presidenciales, Ségolène Royal, declaró:
“Los electores quieren elegir buenos intendentes,
intendentes serios, que no improvisan, intendentes que
rinden cuentas y respetan a los ciudadanos”. De hecho, el
triunfo de la izquierda se llenará de plenos sentidos recién
la próxima semana, cuando se celebre la segunda vuelta. Las
ciudades indecisas y las alianzas que se pactarán a escala
local serán determinantes para confirmar el renacimiento
electoral de una izquierda prácticamente ausente en los
debates nacionales. En este sentido y en contra de la
voluntad de la dirigencia socialista, Royal repitió sus
llamados seductores a los electores del centro, que votaron
por las listas del Moden, partido creado luego de las
presidenciales por el centrista Jean–François Bayrou. La
sorpresa de la noche vino de la Place Colonel Fabien, sede
del Partido Comunista francés. En constante declive desde
hace 20 años, el PCF salió restaurado del desafío
electoral, especialmente en los llamados suburbios rojos de
la región de Saint–Denis, que son el símbolo del
comunismo municipal. Allí, los socialistas le disputaban al
PCF 7 de sus 13 municipalidades. Llevados por el contexto
favorable a la izquierda, los comunistas evitaron la paliza
de 2001, cuando habían perdido toda una serie de ciudades.
Esta vez, el PCF conservó desde la primera vuelta varias
ciudades y hasta le arrebató otras a la derecha. A su vez,
la ultraderecha francesa del Frente Nacional brilló por su
ausencia. Castigado por una serie de reveses electorales que
vaciaron sus cajas, el Frente Nacional presentó pocas
listas. El antaño pájaro negro de la democracia francesa
no tiene hoy el poder de trastornar las reglas de juego.
Aunque la
prudencia se impone a los actores políticos y a los
analistas, la lectura política no ofrece muchas
alternativas: Sarkozy pagó en las urnas el tributo de las
escasas medidas tomadas para defender el poder adquisitivo y
la mediatización de su vida personal. Un sondeo efectuado
antes de este domingo mostró que, para los franceses, un
mal resultado en las elecciones municipales sería “una
derrota personal” de Sarkozy. El jefe de Estado advirtió
antes de la elección que no se dejaría “distraer por las
peripecias”, que el balance habría que hacerlo al final
de su mandato y que proseguiría con las reformas. Lo cierto
es que hoy, si la segunda vuelta corrobora la tendencia de
la primera, Sarkozy habrá dilapidado en pocos meses una de
las dinámicas favorables más marcadas de los últimos años.
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