El mayor ataque a la legislación
laboral europea
Establecen la jornada de 65 horas
semanales
Rebelión, 11/06/08
Los ministros de Trabajo
de la UE han abierto la puerta a la ampliación de la
jornada laboral de 48 a 65 horas semanales, un retroceso que
Bruselas presenta como «un paso adelante para los
trabajadores». La discusión sobre la propuesta, que
llevaba años bloqueada, se prolongó hasta altas horas de
la noche y, al final, se aprobó por una mayoría
cualificada de los titulares de Trabajo de los Veintisiete.
Tras cerca de 12 horas de
negociación, los ministros de Trabajo de la Unión Europea
acordaron, por mayoría cualificada, ampliar los límites de
la jornada laboral hasta las 65 horas semanales. La
propuesta, que llevaba varios años bloqueada y que, ahora,
debe ser aprobada por el Parlamento Europeo (PE) para su
entrada en vigor, es «un paso adelante para los
trabajadores», según la Comisión Europea.
El Estado español, Bélgica,
Chipre, Grecia y Hungría, presentaron una declaración en
la que aseguraron no poder aceptar el texto por el «retroceso
social» que supone.
La reforma de la directiva
de Tiempo de Trabajo consagra la hasta ahora transitoria cláusula
del «opt out» -introducida en su día a petición de Gran
Bretaña- que ofrece a los empleados la posibilidad de
trabajar por encima del máximo vigente de las 48 horas
semanales.
Más
de diez semanas
El texto acordado por los
ministros establece que este límite, que sigue siendo el
oficial, podrá superarse en caso de acuerdo entre el
trabajador y el empresario, siempre por debajo de un techo máximo
que queda fijado en 65 horas a la semana si se incluyen períodos
de guardia.
Sin ellos, el límite
estará en 60 horas semanales, a no ser que exista un
convenio colectivo o un acuerdo entre patronal y sindicatos
que ponga un tope más alto. Por las presiones del Estado
francés, la directiva se aplicará a todos los contratos de
más de diez semanas de duración y no sólo a aquellos de más
de cuatro meses, como establecía el texto presentado por la
Presidencia de turno eslovena.
El texto pactado introduce
varias salvaguardas llamadas a asegurar que el empleado que
trabaje por encima de las 48 horas a la semana lo haga «de
forma voluntaria y no obligado» por el empresario.
En paralelo, los estados
de la Unión Europea acordaron la equiparación salarial de
los trabajadores cedidos por Empresas de Trabajo Temporal
(ETT) con sus compañeros contratados directamente a partir
del primer día de contrato, algo que ya ocurre en el Estado
español.
La directiva pactada por
los ministros de Trabajo de los Veintisiete incluye una
excepción para aquellos estados donde exista un acuerdo
entre la patronal y los sindicatos en este ámbito, caso de
Gran Bretaña -que hasta ahora había bloqueado el texto-,
donde la igualdad salarial se da a partir de doce semanas de
contrato.
El comisario de Empleo,
Vladimir Spidla consideró el acuerdo como «un paso
adelante» y como un plus de «seguridad» para los
trabajadores, «sobre todo de empresas de trabajo temporal,
al tiempo que mantiene la flexibilidad que requieren tanto
la industria como los empleados».
Sindicatos
consideran que es un «ataque en toda regla»
«Ataque en toda regla a
los derechos de los trabajadores» y apoyo a «las tesis más
conservadoras» son algunas de las definiciones utilizadas
por los sindicatos para valorar la decisión de los
ministros de Trabajo de la UE de ampliar la jornada laboral
semanal. Tras indicar que la iniciativa proviene de «la
mano de la derecha más conservadora y más ultraliberal»,
José Luis Rezabal, responsable del área jurídica de LAB,
subrayó que su aplicación supondría «desmantelar» el
modelo de relaciones laborales basado en la negociación
colectiva, al «posibilitar que el acuerdo individual se
superponga al convenio colectivo».
ELA consideró que la
medida «pretende eliminar el tiempo de descanso y
retrotraernos a tiempos pasados de jornadas de trabajo
interminables y condiciones laborales extremas, más propias
de la sociedad preindustrial».
El secretario de Acción
Sindical Internacional de CCOO, Javier Doz, manifestó que
«estamos ante el mayor ataque al derecho laboral europeo
desde la creación de la Unión». Subrayó que es «intolerable
que se convierta la jornada de trabajo -elemento esencial de
la negociación colectiva y de la legislación laboral- en
una cuestión de relación individual entre el empresario y
el trabajador».
Desde Bilbo, el secretario
general de UGT, Cándido Méndez, aseguró que «así
podemos abocar a una situación de confrontación muy seria».
La
Confederación Europea de Sindicatos calificó de
inaceptable el acuerdo y consideró que «consagra las
excepciones a las 48 horas semanales y no fija ninguna fecha
para eliminarlas».
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