La jornada de 65 horas y Europa
Por Trabajadores del Sector Aéreo
(Estado español)
Boletin
Entorno (Año 6 Número 56), 07/07/08
Los Ministros de Trabajo de la Unión
Europea aprobaron una directiva en materia laboral, mediante
la cual, los empresarios podrán fijar la jornada laboral en
65h semanales. Con esta normativa, la Unión Europea se
carga de un plumazo la lucha de más de 150 años de los
trabajadores, y nos retrotrae a la primera mitad del siglo
XIX.
Con provocación y cinismo mayúsculos,
el comisario europeo de Empleo, Vladimir Spidla, defendió
la normativa diciendo que se trata del “mayor paso
adelante para los trabajadores europeos que refuerza el
dialogo social”.
La normativa, para que ser efectiva, aún
tiene que ser aprobada por el Parlamento Europeo. Pero sus
componentes no se diferencian mucho de los que la han
aprobado, y si no hay una gran movilización en contra en
toda Europa, es muy probable que se apruebe, o se haga una
modificación de lavado de cara.
El Gobierno de España dice que se
opone a la normativa, pero su Ministro de Trabajo en el
Consejo que la aprobó se abstuvo. Curiosa forma de
oponerse.
Contenido de la normativa
La normativa ha sido propuesta por
Inglaterra, supuestamente para solucionar la escasez de médicos
que tienen en su país.
Seria de ilusos pensar que esa es la
razón de fondo. La razón de fondo no es otra que la
voracidad de las multinacionales, que envalentonadas por el
apoyo del Gobierno de Bush, y desde hace unos años, por los
Gobiernos Europeos, desean tener mayor libertad de explotación
en Europa, principalmente con las posibilidades que les
brindan las mafias instaladas en el poder por EE.UU. en los
antiguos países del este europeo, hoy integrados en la
nueva Europa.
La normativa deja a la supuesta
“libre negociación entre el trabajador y el empresario”
la regulación de la jornada, lo que supone cargarse la
negociación colectiva, y dejar en manos de los empresarios
su aplicación.
Además, supone una profundización del
“dumping social”, ya que las multinacionales presionarán
a los gobiernos con la amenaza de la deslocalización de las
empresas hacia los países que aprueben el aumento de
jornada, o derivando trabajos hacia empresas situadas en
dichos países.
En la normativa, también se contempla
que los trabajadores de las ETT’s no se equipararán con
sus compañeros de trabajo hasta transcurridos 4 meses, o
sea, no se equipararán nunca.
La aplicación de la normativa puede
suponer un aumento del paro y de accidentes laborales a
cuotas nunca vistas. La normativa es un ataque sin
precedentes contra los trabajadores, su bienestar y
condiciones de vida, a la negociación colectiva, y a la
historia del movimiento obrero.
Antecedentes de la jornada de 40
horas
En el Congreso Obrero Socialista de la
Segunda Internacional, celebrado en París en 1889, se acordó
celebrar el 1º de mayo como jornada de lucha reivindicativa
por las 40h, y en homenaje a los Mártires de Chicago,
sindicalistas asesinados en Estados Unidos por su
participación en las jornadas de lucha por la consecución
de la jornada laboral de 8 horas, que tuvieron su origen en
las huelgas iniciadas el 1º de mayo de 1886, bajo la
consigna de “8 horas para el trabajo, 8 horas para el sueño
y 8 horas para la casa”, con el desenlace del asesinato de
6 trabajadores y decenas de heridos por la policía delante
de la fábrica Haymarket de Chicago, y con el crimen de
estado cometido por las autoridades USA, con un juicio
injusto y amañado, como tantos en ese país, que sentó en
el banquillo a los supuestos dirigentes de las jornadas de
lucha, y condenó a la horca a cinco de ellos, y ejecutados
el 11 de noviembre de 1887.
Tras muchos años de lucha de los
trabajadores europeos, y tras el triunfo de la Revolución
de Octubre en 1917, en Europa se consiguió el 1º de mayo
festivo, y la jornada oficial de 48h en 1919.
En España, la lucha por las 40h, por
el 1º de mayo y los derechos de los trabajadores, llevó a
miles de trabajadores a la cárcel en la época franquista,
con largas condenas. Fue después, en los 70, y
principalmente tras las libertades democráticas, que la
mayoría de los trabajadores consiguieron en sus convenios
la jornada de 40h. Y no fue hasta 1980 cuando se reguló por
ley. En Francia y Noruega, desde hace unos años, los
trabajadores conquistaron la jornada de 35h.
Curiosamente, mientras en Europa, con
muchas luchas y sacrificios de los trabajadores, se fue
avanzando en la conquista de las 40h, en EE.UU., el supuesto
paraíso de la libertad para algunos, 202 años después de
aquellas históricas jornadas de lucha y sufrimiento, el 1º
de mayo sigue siendo laborable, no tienen regulada la
jornada laboral, y para muchos las 40h son una ilusión
inalcanzable.
¿Hacia donde va Europa?
Europa, después de la IIª guerra
mundial, en las décadas de los 50, 60, 70, 80 y hasta bien
entrados los 90, fue tierra de libertad y asilo para miles
de españoles, portugueses, latinoamericanos, africanos, asiáticos,
y no pocos norteamericanos. También fue un ejemplo de
progreso social para millones de trabajadores del mundo
entero, avances sociales como la jornada de 40h, igualdad
social del hombre y la mujer, vacaciones anuales, seguridad
social universal y gratuita, escolarización gratuita y
obligatoria, jubilación con dignas prestaciones económicas
y sociales, y un largo etcétera de leyes, conseguidas por
la lucha de los trabajadores, por la correlación de fuerzas
en las democracias europeas tras la liberación, por la gran
influencia de los partidos socialistas y comunistas, y por
la existencia de la URSS.
Para muchos demócratas españoles
durante el franquismo, entrar en Europa se convirtió en una
meta importante para conseguir las libertades y el bien
estar social que negaba la dictadura. Ya con las libertades
democráticas, el 29 de noviembre de 1978, España solicita
el ingreso en la Comunidad Europea, e ingresa el 1 de enero
de 1986, junto con Portugal, teniendo que adaptar para ello
los derechos y libertades europeos.
Si bien es cierto que Europa allanó el
camino para los cambios democráticos en España, esa ayuda
no fue gratuita. La brutal reconversión industrial, con la
pérdida de miles de puestos de trabajo, y la desaparición
o reducción drástica de sectores industriales como la
minería, la siderurgia, la construcción naval, la no
realización de la reforma agraria en Andalucía y
Extremadura, etc., ha sido el costoso precio a pagar, a
cambio de convertir España en uno de los lugares de
vacaciones más apreciado por los europeos, y convertir
nuestras costas en el gran paraíso de las mafias y la
especulación.
Con la falsa justificación de la
imposición europea, los gobiernos del PSOE y PP
privatizaron sectores estratégicos como el transporte aéreo,
las comunicaciones, la electricidad, el gas, el combustible,
la fabricación de armamento, etc.…, sectores que en
Francia, país fundador de la U.E, siguen siendo públicos.
A partir de febrero de 1992, con la
aprobación del Tratado de Maastricht, comienza en Europa la
imposición de las políticas más abiertamente
neoliberales, con la sumisión absoluta al Fondo Monetario
Internacional (FMI) y a la Organización Mundial del
Comercio (OMC), iniciándose paralelamente el recorte a los
derechos sociales de los trabajadores, y en el orden
internacional, el sometimiento más absoluto a la OTAN y
EE.UU., y como consecuencia, la conversión de Europa en
potencia imperialista.
Hoy Europa está minada de bases
norteamericanas, y tiene su territorio a disposición de
EE.UU. para los vuelos con detenidos ilegales, cárceles
clandestinas, tráfico de armas, y demás ilegalidades
desarrolladas en la guerra de Irak, con total
desconocimiento de los pueblos europeos.
Hoy, Europa se ve involucrada cada vez
más en conflictos internacionales, camuflados con el
eufemismo de misiones de paz. Así, hoy se encuentran tropas
europeas en Irak, Afganistán, Somalia, Sudán, Haití,… y
en la ex–Yugoslavia, desarrollando una nítida política
de ocupación imperialista, para facilitar la penetración
de las multinacionales en esos países.
Consecuentemente con esa política
imperialista, en Europa se están recortando conquistas
sociales, derechos y libertades. Además de la directiva de
las 65h, otras directivas, como la directiva Bolkenstein
para el “dumping social” (mediante la que se puede
contratar a trabajadores de un país con salario local, para
realizar trabajos en otro país, directiva que aunque no fue
aprobada, se está aplicando), o la nueva directiva europea
sobre la inmigración, relativa al retorno de los nacionales
de terceros países en situación ilegal. Y todas esas políticas
se están realizando sin consultar a las ciudadanas y
ciudadanos de los países europeos.
Contra esa política, algunos pueblos
que han tenido la oportunidad de pronunciarse, han empezado
a decir no, como es el caso Francia y Holanda ante la
Constitución Europea, y de Irlanda, que en referéndum ha
rechazado su adhesión al tratado de Lisboa, sustitutivo de
la constitución europea, por su contenido regresivo.
Contra la libre decisión del pueblo
irlandés, ya han comenzado a cuestionar su derecho a
decidir personajes como Sarkozi, Durao Barroso, Javier
Solana, y otros politicastros españoles y europeos. También
andan negociando en secreto la adhesión de Israel a Europa.
Esta es la Europa que nos vienen
construyendo desde hace algo más de una década, sin
conocimiento y aprobación por los pueblos europeos. Los
politicastros europeos se han instalado en la impunidad, lo
que es mucho peor. Hagan lo que hagan, da exactamente igual,
no hay opinión pública, los medios de difusión están en
manos de los poderes fácticos europeos y americanos. Y aquí
no pasa nada.
Ha llegado el momento de cuestionar
seriamente la actual Europa, no ya solo tal o cual
directiva, y empezar a construir la Europa de los pueblos
contra la Europa del capital.
Responsabilidades y alternativas a
la actual situación
Sin duda hay serias preguntas que
formularse para buscar responsabilidades y alternativas a la
actual situación. La 1ª pregunta ante el tema principal
que nos atañe, la directiva de la 65h es: ¿Qué han hecho
los sindicatos ante esta situación y que piensan hacer?
La propuesta de aumento de jornada ha
sido formulada por Inglaterra desde hace 5 años. En estos 5
años, la información a los trabajadores ha sido nula, y la
oposición de los sindicatos a la directiva ha sido
meramente testimonial, excepción hecha de los sindicatos
franceses que han defendido con las movilizaciones de los
trabajadores sus 35h.
La CES, y los sindicatos en Europa,
salvo las excepciones antes mencionadas, al igual que en
España, se han sometido a las políticas neoliberales,
asumieron en su momento las brutales reconversiones
industriales y las privatizaciones de empresas y sectores públicos,
asumieron recortes a los derechos de los trabajadores, y
fueron asumiendo el modelo económico del FMI y de la OMC, a
cambio de oscuras financiaciones para mantener sus
estructuras burocráticas sindicales, en algunos casos, al más
puro estilo sindical Hoffa.
De la lucha contra la regresión social
europea, debe nacer un nuevo sindicalismo horizontal, democrático
y unitario de base, que aniquile el actual modelo sindical
burocrático, ajeno a los trabajadores, e inicie un modelo
sindical que defienda las conquistas de los trabajadores y
luche contra el modelo social, económico y político
neoliberal.
Una 2ª pregunta sería: ¿Qué es de
los partidos socialistas y de la Internacional Socialista?
Los partidos socialistas europeos han sido y son cómplices
de la política neoliberal desde sus inicios, el ejemplo
español es elocuente. Los gobiernos de Felipe González
fueron los mayores impulsores de las privatizaciones del
sector público, y de la cultura de la especulación y el
pelotazo, allanando el terreno a la derechona pura y dura de
Aznar. En materia laboral, aquellos gobiernos fueron los
inductores de las ETT’s, la flexibilidad y movilidad
laboral, la economía sumergida con el impulso de los falsos
trabajadores autónomos, y un largo etcétera.
Hoy, en el tema que nos atañe, el
representante español, el Ministro Celestino Corbacho, del
que no se le conoce pasado en defensa de los trabajadores,
se ha abstenido, aunque el Gobierno Español dice que no lo
va a aplicar, al igual que dice con la directiva sobre
inmigración. Además, no lo dejemos en el olvido, la
propuesta de las 65h está hecha por el representante de un
partido miembro de la Internacional Socialista, el mismo que
participó en la guerra de Irak.
En política internacional, los
partidos socialistas europeos vienen apoyando sin pestañear
las políticas imperialistas norteamericanas. La postura del
PSOE en la guerra de Irak aparece cada vez más claramente
como una postura coyuntural electoralista, consecuencia de
la movilización del pueblo español. Mientras sacaba las
tropas de Irak, el Gobierno Zapatero aumentaba la
participación española en Afganistán, la ex–Yugoslavia,
Chad, Haití, etc., y mirando para otro lado con las bases
norteamericanas en España, que siguen siendo utilizadas por
EE.UU. en sus guerras contra Irak, Irán, Afganistán,
vuelos clandestinos de detenidos, etc...
Además, tampoco dejemos en el olvido,
que el responsable de la política internacional europea es
el siniestro dirigente socialista Javier Solana, quien acuñó
el término de “daños colaterales” al genocidio causado
por él en Belgrado, tras ordenar su bombardeo cuando era el
Secretario General de la OTAN. ¡Y ahí sigue impune de
genocidio!
Ante la realidad de la política de los
partidos socialistas, ¿puede seguir considerándose a
dichos partidos de izquierdas?, ¿en que se diferencian de
los partidos de derechas?
Si a la claudicación de los partidos
socialistas, añadimos la casi desaparición de los partidos
comunistas en Europa, los trabajadores nos encontramos sin
representación política en los parlamentos nacionales
europeos, y en los organismos de la nueva Europa, lo que está
facilitando la penetración de las políticas y las ideas
del neoliberalismo. Pero eso será tema para otros trabajos.
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