Tensión
entre EEUU y Rusia fortalece a Irán
Análisis
de Jim Lobe
Inter
Press Service (IPS), 28/08/08
Washington.–
Irán puede emerger como el gran triunfador de la creciente
tensión entre Estados Unidos y Rusia, al menos en el corto
plazo, según diversos analistas.
Las escasas
posibilidades de que Washington lanzara un ataque militar
contra Teherán antes de la finalización del gobierno de
George W. Bush, el próximo 20 de enero, se han prácticamente
esfumado a causa del aún incierto desenlace de la crisis en
Georgia, invadida por fuerzas de Moscú el 8 de agosto,
agregan los observadores.
El primer
ministro ruso, Vladimir Putin, acusó este jueves a Estados
Unidos de provocar el conflicto. En declaraciones a la
cadena estadounidense CNN, dijo que durante los
enfrentamientos había ciudadanos estadounidenses "en
el área", recibiendo "órdenes directas de sus líderes".
Según
Putin, la "provocación" buscaba beneficiar a uno
de los aspirantes a la presidencia de Estados Unidos, donde
se votará para elegir al sucesor de Bush el 4 de noviembre.
La Casa Blanca señaló que las acusaciones son
"irracionales".
Por su
parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Francia,
Bernard Kouchner, dijo que la Unión Europea consideraba
sanciones a Moscú, mientras que su par británico, David
Miliband, declaró que la invasión a Georgia "marcó
claramente el fin de la relativa calma" en Europa que
siguió a la disolución de la Unión Soviética.
En este
contexto, la posibilidad de que Rusia coopere con Washington
y sus aliados europeos para imponer nuevas sanciones a Irán,
por su negativa a interrumpir su programa de enriquecimiento
de uranio, aparece remota.
La
confrontación con Moscú desplazó a Irán del tope de la
agenda política del gobierno estadounidense. Al mismo
tiempo, reforzó la posición de Teherán, ya sea como
potencial socio de Occidente para contener a Rusia o
potencial aliado de Moscú para enfrentar la presión de sus
adversarios.
"Cuando
Estados Unidos invadió Iraq, no lo hizo para reforzar el
poder de Irán en la región. Tampoco fue ese el propósito
de Rusia cuando invadió Georgia, pero este puede ser el
resultado", señaló Gary Sick, experto en asuntos iraníes
de la Universidad de Columbia y ex funcionario del Consejo
Nacional de Seguridad.
Hasta el
momento, la respuesta de Teherán a la crisis en Georgia ha
sido mesurada, afirmó Farideh Farhi, del Centro
Internacional para Académicos Woodrow Wilson, con sede en
Washington.
A pesar de
los llamados de algunos sectores para alinearse con Moscú,
el gobierno, incluido el presidente Mahmoud Ahmadineyad,
desaprobó las acciones rusas, especialmente el
reconocimiento formal de la independencia de las regiones
georgianas de Abjasia y Osetia del Sur, indicó la experta.
"La
razón es de principios. Si Irán apoya la secesión de
territorios que no están felices con los gobiernos
centrales, tendrá que hacerle frente a sus propios
problemas de descontento étnico", dijo a IPS Farhi,
quien también es profesora en la Universidad de Hawaii.
Además, la
mayoría de los responsables de la política exterior iraní
no consideran a Rusia un aliado confiable.
"Entienden
que puede apoyarlos en el tema nuclear, de acuerdo a sus
propios intereses políticos y de seguridad, pero Moscú
también ha utilizado a Irán como pieza de negociación en
sus relaciones con Estados Unidos", agregó.
"Los
iraníes no acudirán en apoyo de Rusia salvo que reciban un
pedido de ayuda, en cuyo caso podrán solicitar algo a
cambio", señaló Farhi.
Esto podría
incluir varios temas. Entre ellos, una acelerada finalización
de la demorada planta nuclear de Bushehr, el ingreso como
miembro pleno de la Organización de Cooperación de Shangai
––grupo de defensa establecido por China y Rusia––,
o la entrega de misiles avanzados tierra–aire, algo que ya
ha solicitado Siria a Moscú, tras apoyar su invasión de
Georgia.
La
fortaleza de Teherán responde, por un lado, a su condición,
compartida con Turquía, de ser la nación más poderosa en
un área estratégica poblada por Estados relativamente débiles,
que cuentan con el apoyo de Washington, como Georgia.
Durante la
Guerra Fría, hasta la revolución islámica de 1979, Irán
fue el principal baluarte de Estados Unidos contra la
influencia soviética en la región del Golfo Pérsico.
Pero, por
otro lado, deriva de su carácter de gran productor de petróleo
y gas, que puede jugar un papel clave como punto de
transporte de los recursos energéticos de la región del
mar Caspio y Asia central hacia Europa, cuya creciente
dependencia del suministro ruso aparece ahora más peligrosa
que nunca.
Esto se
volvió particularmente claro con la invasión de Georgia.
Moscú demostró que puede alcanzar fácilmente el oleoducto
Bakú–Tbilisi–Ceyhan, el único que transporta el petróleo
hacia Europa sin atravesar territorio ruso o iraní.
"Las
compañías de gas y petróleo deben tomar en cuenta ahora
este nuevo nivel de inseguridad. Georgia se ha vuelto
inestable y esto incrementa el riesgo de transportar
hidrocarburos a través de ella", afirmó Jay Stanley,
experto en energía que escribe para la publicación Caspian
Investor.
Si Georgia
ha dejado de ser una fuente confiable de abastecimiento,
Teherán ocupará su lugar, señaló William Beeman, experto
en Irán de la Universidad de Minnesota. "¿Quieren
gas? Se los vendemos", será seguramente su posición,
agregó.
Beeman
destacó que Suiza firmó en marzo un acuerdo con Irán, con
vigencia por 25 años y por valor de 42.000 millones de dólares,
referido a un gasoducto y la provisión de ese producto.
Aunque Irán
ha tenido conflictos con la mayor parte de las grandes compañías
energéticas europeas, a causa de los duros términos que
exigía, "puede ahora ver esta crisis para volver a
tomar contacto con ellas y proponerles dar una nueva mirada
al tema", dijo Sick.
La
creciente tensión entre Estados Unidos y Rusia puede
influir las discusiones en el gobierno de Bush respecto de
la recomendación del Departamento de Estado (cancillería)
de buscar la aprobación iraní para abrir una "sección
de intereses" en Teherán, que en la práctica
significa restablecer las relaciones diplomáticas rotas en
1979.
Pero
algunos expertos creen que las ventajas iraníes pueden
tener corta vida.
Ante la
seguridad de que Rusia vetará en el Consejo de Seguridad de
la Organización de las Naciones Unidas sanciones contra
Teherán, Washington podría dejar de lado esa alternativa y
optar por adoptar medidas en conjunto con sus aliados más
cercanos, según Trita Parsi, director del Consejo Nacional
Iraní–Estadounidense.
Por otra
parte, advirtió el analista Michael Klare, el interrogante
es si la acción bélica unilateral de Rusia hace que Bush y
su vicepresidente neoconservador Dick Cheney, el abanderado
de la línea dura, "se sientan fortalecidos para actuar
en forma más beligerante".
|