Revuelta
en el sur de Europa - El estallido revela una sociedad harta
El
crecimiento económico no ha alcanzado a
la población que ahora golpea la crisis
Por
Andrés Mourenza
Desde Atenas
El Periódico, 14/12/08
"Rabia"
es la respuesta más repetida por los manifestantes,
especialmente los más jóvenes, cuando se les pregunta qué
les ha llevado a ocupar las calles y los centros educativos
de Grecia en una gran revuelta cuya chispa fue la muerte del
joven Grigorópulos a manos de la policía, el pasado día
6.
Los
tertulianos de la prensa y las televisiones intentan
explicarse el sentido de esa "rabia" explosiva:
desconfianza, falta de expectativas, marginación... son las
razones que se dan. "La gente ha perdido la confianza
en la política por los escándalos de corrupción y la mala
gestión. Esto debilita al Ejecutivo, lo que hace aún más
difícil que consiga gobernar", explica a este diario
el politólogo George Pagulatos. En palabras simples: un círculo
vicioso.
Crecimiento
del 4%
Desde
mediados de los años 90, Grecia ha liderado las estadísticas
de crecimiento de los países de la zona euro con un índice
superior al 4% anual, pero los sindicatos se quejan de que
los beneficios empresariales han ascendido a un ritmo mucho
mayor que los salarios. Además, el crecimiento de los últimos
años se ha basado en gran parte en las grandes obras
derivadas de las Olimpiadas del 2004 y en las ayudas
europeas.
Ninguno de
los dos partidos que se han alternado en el poder desde el
fin de la dictadura de los coroneles en 1975, Nueva
Democracia (ND, conservador) y el Movimiento Panhelénico
Socialista (PASOK, socialdemócrata), se ha atrevido a
emprender las reformas necesarias para solventar los
problemas estructurales de la economía griega.
Quizás el
más urgente y el que más desconfianza genera es la
corrupción rampante. La organización Transparency
International sitúa a Grecia entre los países europeos más
corruptos. Algunos comentaristas, como el liberal Nikos
Pirunakis, definen la política griega como un sistema
clientelar de "votos por favores".
Un ejemplo
es la aerolínea de bandera Olympic Airlines, recomprada por
el Estado al magnate Aristóteles Onassis en 1973, y que los
partidos en el Gobierno han utilizado para atraer votos
dando puestos en la compañía o regalando vuelos a sus
votantes. Estas prácticas la han llevado prácticamente a
la bancarrota, lo que ha forzado al actual Gobierno a
proponer su privatización.
Mercadeo de
funcionarios a pesar de las promesas de reducir el gran déficit
del Estado, el Gobierno del primer ministro, el conservador
Costas Caramanlis, ha contratado a 55.000 nuevos
funcionarios durante sus cuatro años en el poder. "La
creación de puestos de trabajo en el sector público
reservados a sus votantes ha sido siempre un instrumento de
los partidos griegos para ganar apoyos de forma clientelar.
Esta práctica
disminuyó durante el gobierno de Costas Simitis
1996–2004, socialdemócrata, pero con ND se ha vuelto a
incrementar", dice Pagulatos.
Un español
residente en Grecia denunciaba recientemente en su blog
Valencia y che que, en los hospitales públicos, los
pacientes deben entregar sobornos, conocidos como fakelaki,
para ser atendidos y que, en las universidades, los
profesores, en connivencia con los poderosos sindicatos de
estudiantes, aprueban más fácilmente a los alumnos que
pertenecen a su mismo partido político. En los últimos dos
años, cuatro ministros del Gobierno de Caramanlis han
tenido que dimitir por escándalos de corrupción. El último,
relacionado con la venta ilegal de terrenos al monasterio de
Vatopedi, que ha costado 100 millones de euros a los
contribuyentes, será abordado mañana por el Parlamento.
El sistema
de pensiones es, como en el resto de Europa, tabú. Ningún
Gobierno se atreve a tocarlo a pesar de su desequilibrio
(trabajadores de un mismo sector pueden jubilarse con 1.800
euros de pensión o 350 según la empresa para la que
trabajen) y su tremendo coste: en el 2050 supondrá el 25%
del PIB y deberá ser pagado por una generación que hoy
cobra unos 700 euros mensuales, no tiene contrato y está
afectada por el 20% de paro.
El
periodista John Psarópulos, en Athens News, advierte:
"Hay una creciente radicalización política de la
sociedad griega debido a que no se siente satisfecha con los
políticos, siente que el Gobierno es incompetente, crece la
inseguridad y todo esto se agrava con la crisis económica,
que aún no ha comenzado a golpear". Pero además,
Psaropoulos avisa de que "Grecia no está muy por detrás
de otros socios del sur de Europa".
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