¿Qué
significan estas nuevas manifestaciones de un aglomerado de
clase muy joven, crítico y activo, ligado a formación e
implantación de la alienación laboral?
La
nueva clase obrera
Por
K. Raveli (*)
Indymedia
Barcelona, 23/12/08
Tendríamos
que decir: la nueva clase obrera frente al nuevo
capitalismo: el capitalismo cognitivo. Una clase que
justamente gana ahora visibilidad en Grecia contra las
nuevas formas de explotación del trabajo y de la vida que
se está desarrollando desde los años ochenta. Desde
cuando, para simplificar en lo mínimo, la producción
inmaterial ha empezado a superar en valor a la producción
material, correspondiente a la precedente etapa fordista de
carácter preponderante fabril, manufacturero.
Posiblemente
en esto se puede enmarcar la cada vez más radical
manifestación del aglomerado de clase más joven y activo,
ligado a la formación y a la implantación de la alienación
laboral originaria, y a las nuevas tecnologías: la juventud
estudiante en primer lugar, y los sectores precarios más
relacionados o conectados con ella.
Argentina
ya había anunciado en cierto modo la tendencia. Italia ha
abierto de nuevo la ofensiva: nadie duda de que las largas
movilizaciones que desde septiembre están marcando la
actividad social y política italiana, la llamada Ola Anómala,
no es un simple y tradicional movimiento estudiantil.
Tampoco tiene muchas similitudes con la anterior etapa de
rebeliones juveniles de masas, el 68 por empezar, o los
fuegos de las banlieu. Estudiantes sí, pero también
trabajadores de todos los ámbitos de la escuela junto a
padres de niños preescolares o en primera escolaridad,
profesores universitarios y de cualquier otro nivel de
formación, investigadores y becarios, como representantes
explícitos de algunas formas de precariedad, se han unido
en un proceso cada vez más imbricado con las cuestiones de
la formación y del empleo.
No
hablan ni de ideologías y menos aún de partidos; luchan
contra el puro capitalismo en su cara de instrucción al
trabajo, y naturalmente también con radicalidad contra
formas de su sistema institucional.
¿Y
qué sabemos exactamente, en estos términos, de lo que
sucede en Tailandia, India, y en la misma China o en otros
muchos estados y naciones donde crecen progresivamente las
movilizaciones sociales?
Grecia.
Es evidente que no se está en presencia de “clásicas y
simples” movilizaciones juveniles y estudiantiles
exacerbadas, como al contrario intentan convencernos los
medios capitalistas, con su viejo lenguaje de evidente descrédito.
Pero, y aquí surge el problema, esta vez no sólo la prensa
del sistema, sino los mismos sindicatos capitalistas y las
viejas izquierdas no parecen conseguir con demasiada
facilidad la inmunización del contagio con el sector
tradicionalmente dominante de la clase: los trabajadores con
empleos más estables. Muchos habrán leído en Indymedia lo
que verdaderamente está pasando con este tema crucial.
¿Que
es lo que ocurre en realidad?
Hablando
esquemáticamente, la cuestión es muy simple: con el
capitalismo cognitivo y la globalización están entrando en
crisis las tradicionales barreras sobre las que se había
construido, sumadas a lo que llaman ahora financiarización
de la economía, la riqueza y el poder de la moderna clase
capitalista: la división de la producción en una
multiplicidad de figuras obreras, con la generalización
progresiva de precarización, deslocalización y
terciarización del empleo, además de las migraciones
intercontinentales. Todo naturalmente acompañado de un
ataque liberista masivo al salario en todas sus formas,
desde justamente los años ochenta. Salvados los sectores
obreros capitalizados de las metrópolis, naturalmente. Los
que la burguesía denomina ahora capital social (y político,
por supuesto).
Para
razonarlo, hay que tener más en claro cual es la actual
composición–décomposición de la clase obrera ‘en sí’,
que se puede describir, para entendernos, con cuatro grandes
categorías, delimitaciones o sectores generales:
1.
La aglomeración de la clase en formación, es decir el
mundo de la instrucción, de la escuela en todos sus
niveles, de la preparación general para la alienación del
trabajo asalariado y para el mercado, desde las primeras
normalizaciones educativas, la alineación a horarios,
normas, valores, disciplinas, subordinaciones y tecnologías
productivas de base (lenguajes, matemáticas, ciencias “troncales...”
y sobre todo “provechosas”, etc.) que está entrando
progresivamente en crisis por las contradicciones entre
conocimiento, desarrollo personal, cultura y modelo de
desarrollo capitalista.
2.
La aglomeración (mundial) del desempleo, paro, marginación,
migración y pauperización absoluta, añadidas a nuevas
formas de esclavitud, que están asumiendo dimensiones cada
vez más catastróficas si se miran desde un planteamiento
global, no cerrado en el coto de cada estado o isla
socio–económica de crecimiento, en las que nos intentan
mantener los medios de difusión y de formateación de la
opinión. En el mal llamado Norte o Centro, sobretodo. A
pesar de que existe, es evidente, una creciente movilidad,
comunicación e transversalidad, generadas globalmente,
entre las diferentes zonas de empleo, producción, mercado,
y las de saqueo agrícola y de materias primas.
3.
El progresivo y cada vez más diversificado deglomerado de
la precariedad, del subempleo, del autoempleo o trabajo autónomo,
parasubordinado, flexible, intermitente y en formación o
auto–formación semi–permanente, los que llaman brain
workers, casi totalmente desorganizados bajo las formas
tradicionales de conexión, pero que, además de representar
una parte creciente de la fuerza trabajo (capital variable)
en la producción del capitalismo cognitivo, golpea ahora
sobre todo y en primer lugar a la juventud.
4.
El conglomerado del empleo más estable, lo que se llamaba
tradicionalmente “clase trabajadora”, sector obrero a
menudo sindicalizado, que en no pocos casos resulta muy
capitalizado en su papel productivo, social y cultural, con
estatus personales que la sociología del poder define de
“clase media” y que es en realidad, simplemente, una
figura “privilegiada” de la clase obrera. En cualquier
caso, un sector a su vez muy fragmentado, también con la
permanencia de figuras obreras prefordistas y fordistas,
sobre todo en la industria “tradicional”, en la
construcción, o en las concentraciones productivas de las
periferias.
Sobre
las contradicciones entre estos cuatro grandes conjuntos
obreros, y sobre sus multíplices diferencias internas, es
lo que está jugando todo el sistema, inclusive sus
organizaciones laborales de acompañamiento, para mantener
el poder y la extracción de plusvalía de las exiguas minorías
capitalistas. Y sobre estas preguntas es donde no se nos
quiere dejar analizar, cuando se centra principalmente la
actual crisis del modelo capitalista sobre sus aspectos
financieros. También por parte de aquellos que saben, o
repiten como papagayos lo evidente, que cualquier crisis o
fenómeno del capitalismo está ligado o representa un
aspecto de la lucha de clases entre obreros y capital. Hoy a
nivel planetario.
Nosotros
podemos elegir con cuales categorías queremos analizar esta
etapa, antes todavía que las rebeliones o insurrecciones se
extiendan en otros países. Y trabajar y luchar EN
CONSECUENCIA. También en la lucha nacional, por supuesto
(*). Si queremos seguir los viejos modelos trasnochados del
seudomarximo parlamentarista, con todas sus nuevas o viejas
izquierdas–zombi, IU, P”C”s, NPAs, Die Linkens, IACs,
IOS y ETCs o si, al contrario, queremos ver la realidad:
este desarrollo de procesos radicales de clase obrera
mundial, que hablan con nuevos lenguajes y nuevas formas de
expresión, pero que siempre quieren decir lo mismo:
Basta
ya con la barbarie capitalista!
Estará
en la unidad de acción masiva de estos cuatro conglomerados
de la clase obrera, con todas sus contradicciones internas,
la resolución de este desafío histórico que, ahora, se
empieza a planteas definitivamente a escala global. De esto
podemos estar ciertos. Y la liberación de los miles de
pueblos oprimidos por los 200 estados del sistema, tendrá
también que pasar por ahí. Como no es difícil entender.
(*)
Soberanismo y lucha de clases.
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