El
ejecutivo de la Unión Europea acepta ahora
nacionalizar los bancos
Por
Idafe Martín
Corresponsal en Bruselas
Clarín, 26/02/09
Es la
propuesta de la Comisión Europea en Bruselas, históricamente
opuesta a implementar políticas reguladoras. Pero ahora el
Ejecutivo de la Comunidad admitió hacerlo si los bancos,
como parece, no pueden enfrentar a la crisis financiera.
La Comisión
Europea propuso ayer que, como último recurso, los
gobiernos europeos nacionalicen los bancos para evitar la caída
de las que consideren instituciones financieras claves. La
condición previa sería que los bancos a los que se ayude
expliquen clara y detalladamente su exposición a activos tóxicos
o que hayan perdido mucho valor.
Bruselas da
así un giro de 180 grados en su tradicional política
liberalizadora y desreguladora y se apunta a los rumores de
nacionalización que llegan desde Washington.
"Nacionalizar a los bancos podría ser una posibilidad
en este momento, pero sinceramente espero que tras la crisis
haya una vía de salida", sostuvo la comisaria europea
de Competencia, Neelie Kroes.
En un
documento enviado a las capitales europeas, el Ejecutivo
comunitario invita a los 27 a que tomen en consideración la
opción de nacionalizar la banca si una reestructuración se
considera imposible. Bruselas considera, acusando en parte a
los bancos, que la exposición a activos
"podridos" es la primera causa de la crisis
financiera. La idea consistiría en que se sepa claramente
qué bancos y hasta qué grado están expuestos a esos
activos "podridos", algo que las entidades
bancarias por ahora se resisten a desvelar porque las hundiría
en las bolsas.
La luz
verde que ahora da Bruselas a una posible nacionalización
bancaria podría ser la única salida después de que varias
intervenciones parciales resultaran desastrosas, como la del
gobierno belga en Fortis, la del irlandés en el Anglo Irish
Bank o la del portugués en el BNP.
La Comisión
Europea se vería en muy mal lugar si mantuviera su
tradicional política desreguladora a la hora que la
Administración de Barack Obama podría estar a punto de
nacionalizar –aunque nadie pronuncie ese término, una
absoluta aberración hace menos de un año– dos gigantes
como el banco Citigroup y la seguradora AIG.
Aún así,
Bruselas explica en sus recomendaciones que la nacionalización
sólo debería efectuarse como último recurso.
Bruselas
también presentó ayer un informe de un grupo de expertos
en mercados financieros, liderados por el ex director
general del FMI, Jacques de Larosière, en el que se
recomienda que se refuerce y coordine la supervisión
financiera en la UE, pero, a pesar de lo previsto, no apoya
la creación de un único regulador europeo.
El texto,
presentado por el propio De Larosière, pide que los 27 se
doten, "paso a paso", de "estándares
equivalentes" que les ayuden a gestionar el riesgo,
reduzcan las tendencias procíclicas de los mercados y
refuercen la transparencia. De Larosière, durante la rueda
de prensa, reconoció que no recomienda la creación de un
super regulador europeo "por las pocas posibilidades de
que fuera aceptado" por los ministros de Economía de
la UE.
El
presidente de la Comisión, Durao Barroso, dijo que "si
frente a la crisis que estamos viviendo, y viendo todos los
errores que se han cometido, los líderes europeos no se
ponen de acuerdo para hacer avanzar un sistema integrado de
supervisión, no lo harán nunca". Neelie Kroes, fue la
más explícita: "Si a los ministros de Economía no
les gustan estas recomendaciones, entonces ya no sé lo que
piden".
El informe
de los expertos financieros sí propone la creación de un
Sistema Europeo de Supervisión Financiera en una segunda
fase en 2011 y considera que la regulación actual en la UE
es demasiado flexible. Además, en 2012 se debería crear un
Consejo de Riesgo Sistémico Europeo que sea dirigido por el
Banco Central Europeo. Esta segunda institución, en la que
se sentarían representantes de los bancos centrales
nacionales, estaría encargada de analizar todo lo relativo
a la estabilidad financiera. Para De Larosière, la UE tiene
dos alternativas, que cada uno vaya por su cuenta y riesgo o
"una cooperación europea pragmática que beneficie a
todos".
Los
bancos europeos, con pérdidas históricas
Varios
gobiernos alistan salvatajes
Por
Luisa Corradini
Corresponsal en Francia
La Nación, 27/02/08
París.–
El cataclismo que estremece actualmente a varios grandes
bancos de Gran Bretaña, Francia y Alemania amenaza con
llevar el sistema financiero de Europa al borde del abismo.
La gravedad
de la situación quedó demostrada por las pérdidas sin
precedente anunciadas ayer por el Royal Bank of Scotland (RBS)
y las graves dificultades que atraviesan Dresdner Bank, la
Union des Banques Suisses (UBS) y los franceses Banque
Populaire y Caisse d´Epargne, obligados a fusionarse con
apoyo político y financiero del gobierno para evitar una
tragedia.
Royal Bank
of Scotland anunció una pérdida récord de 24.000 millones
de libras (34.300 millones de dólares), que obligó al
gobierno británico a desembolsar 18.500 millones de dólares
para evitar la quiebra del banco de la reina Isabel II. En
octubre pasado, la entidad financiera ya había recibido una
inyección estatal de 28.600 millones de dólares.
Los bancos
británicos negocian actualmente con el gobierno los últimos
detalles de un plan de protección de 715.000 millones de dólares,
que les permitirá evitar futuras pérdidas. Los primeros
beneficiarios de ese plan serán el RBS y el Lloyds Banking
Group, en los cuales el Estado tiene una participación de
70% y 43%, respectivamente.
En
Alemania, el asegurador Allianz también reconoció sus
dificultades, al acusar una pérdida de 8100 millones de dólares,
provocada en buena medida por los malos resultados de su
filial, Dresdner Bank. El mes pasado, Allianz cedió su
filial bancaria a Commerzbank.
UBS, número
uno de Suiza, intentó ayer frenar su vertiginoso descenso a
los infiernos al anunciar el alejamiento de su director
general, Marcel Rohner, responsable de la pérdida de 17.000
millones de dólares en 2008.
La situación
también es muy inestable en Francia, donde ayer quedó
oficializada la fusión de la Banque Populaire y de la
Caisse d´Epargne. De esa forma, se transforman en el
segundo grupo bancario del país, detrás de BNP–Paribas.
En el
momento de anunciar su fusión, La Caisse d´Epargne
reconoció una pérdida de 2500 millones de dólares, y el
Banque Populaire, un resultado negativo de 600 millones de dólares.
Esas cifras se deben a los resultados catastróficos de su
filial común, Natixis, que debía financiar el primer tramo
del tren bala argentino.
La fusión
fue resuelta directamente por Sarkozy para evitar el riesgo
de quiebra que amenaza a ambos bancos, debilitados por su
exposición a operaciones de alto riesgo en Estados Unidos.
A cambio de los 6300 millones de dólares que aportará el
Estado, el gobierno recibirá el 20% de las acciones y tendrá
el derecho a imponer al director general, lo que permite a
Sarkozy aumentar su influencia directa en un sector clave
del aparato económico del país.
El
británico Royal Bank of Scotland
al borde de la nacionalización
Por
Sara Schaefer Muñoz,
Alistair MacDonald y Carrick Mollenkamp
Wall Street Journal, 27/02/09
El gobierno
del Reino Unido llevó el jueves al gigante bancario Royal
Bank of Scotland (RBS) al borde de la nacionalización, al
acordar inyectar‐ miles de millones de libras y
asegurar unos 300.000 millones de libras (US$432.000
millones) en activos, a medida que se agotan las opciones
disponibles para bancos y gobiernos en todo el mundo.
En una
apuesta destinada a restaurar la confianza en el sistema
financiero británico, el Ministerio de Finanzas del Reino
Unido eligió asegurar una mayor cantidad de activos de lo
previamente esperado, señalando que está preparado para
destinar suficiente dinero de los contribuyentes para que
los bancos superen incluso una recesión larga y prolongada.
Con la idea
de situar a RBS en una mejor posición que le permita volver
a extender préstamos, el gobierno también proveerá hasta
US$36.800 millones para reconstruir el capital del banco. La
inyección podría incrementar la participación económica
del gobierno en el banco a hasta el 95%.
El acuerdo
con RBS resalta no sólo la profundidad de los problemas del
Reino Unido, sino también los obstáculos que enfrentan el
primer ministro Gordon Brown y los gobiernos del mundo, que
están destinando miles de millones para rescatar bancos en
problemas.
Repetidos
intentos de encontrar una solución final, que en el Reino
Unido han involucrado más de US$865.900 millones en
inyecciones de capital y garantías de préstamos, no han
sido suficientes, ya que la creciente crisis económica ha
empeorado las pérdidas de los bancos y ha minado la
confianza de los inversionistas.
El
resultado de la última medida del Reino Unido constituirá
una importante señal para otros países, ya que el gobierno
del Reino Unido está más cerca de quedarse sin opciones a
la hora de lidiar con un banco que, como Citigroup Inc. y
Bank of America Corp. en Estados Unidos, es de crucial
importancia para el funcionamiento del sistema financiero
global.
El plan de
garantías británico, que se espera cubra más de US$721.600
millones en activos en problemas en bancos británicos, es
considerado como la última oportunidad para que el gobierno
del Reino Unido evite una nacionalización a gran escala de
dos de los mayores prestamistas del país: RBS y Lloyds
Banking Group PLC. Una nacionalización sería embarazosa
para Brown, y pondría a su gobierno en la posición políticamente
difícil de destinar préstamos a compañías privadas y de
decidir qué deudores de hipotecas en mora deberían perder
sus casas.
En una
entrevista el jueves, el presidente ejecutivo de RBS,
Stephen Hester, dijo que el gobierno había dado al banco
"un gran seguro contra cualquier catástrofe".
Pero no se atrevió a asegurar que si se registran pérdidas
adicionales en el banco no se vería forzado a volver a
acudir al gobierno, diciendo que el tambaleante panorama
económico hace casi imposible saber la diferencia entre un
préstamo bueno y uno malo.
Hester
anunció también un plan de reestructuración, diciendo que
se desprendería de un 20% de sus activos en los próximos
tres a cinco años.
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