Finaliza
la campaña electoral: por primera vez no participan los
partidos abertzales
Proscripción
de la izquierda independentista
Reuters,
DPA y AFP
La
Jornada, 28/02/09
Madrid,
27 de febrero.– La campaña electoral para los comicios
del domingo en el País Vasco terminó hoy, en lo que será
el primer proceso electoral en 30 años al que no concurrirá
ninguna formación abertzale, después que el Tribunal
Supremo español anuló las listas de Askatasuna y D3M, por
considerarlas nuevas versiones de la coalición Batasuna,
ilegalizada por supuestos vínculos con la organización
armada vasca ETA.
Desde
Bilbao, el candidato del Partido Nacionalista Vasco (PNV
moderado) y lehendekari, Juan José Ibarretxe –en el
poder–, pidió al electorado no quedarse en casa y sostuvo
que su formación lo ha dado todo por el País Vasco.
Patxi
López, del Partido Socialista de Euskadi (PSE), durante el
día hizo un llamado para desplazar a los nacionalistas del
poder: “Ha llegado la hora del cambio. Sólo quedan dos días
para abrir los ojos y decir ‘lo logramos’”.
El
candidato del derechista Partido Popular (PP), Antonio
Basagoiti, se mostró convencido de que su formación será
crucial en el nuevo gobierno vasco.
Según
sondeo de intención de voto más reciente de Sigma Dos,
publicada esta semana, el PNV lograría entre 27 y 29 escaños,
con 36.2 por ciento de los votos.
El
PSE obtendría entre 22 y 25 escaños, con 28.4 por ciento
de los sufragios, y estima que el PP ganaría entre 12 y 14
escaños. Se prevé una elevada abstención.
Pese
a la prohibición y las detenciones de personas con
propaganda de las candidaturas proscritas, los carteles de
D3M eran hoy visibles en varias localidades vascas, como
Mondragón, donde hace un año ETA asesinó al ex concejal
socialista Isaías Carrasco dos días antes de las
elecciones.
A su
vez, ETA reapareció en las últimas horas de la campaña y
en un comunicado remitido al diario Gara, arremetió contra
el Parlamento vasco que saldrá de las urnas el próximo
domingo, resultante de un fraude político.
En
su comunicado, ETA calificó a las elecciones del primero de
marzo de antidemocráticas.
Denunció
“el apartheid político” que vive el País Vasco, en
alusión a la decisión de la justicia de anular la
participación de los partidos afines a la organización
armada, el cual persigue que la oportunidad de cambio que
vive nuestro país no se realice en la dirección de la
independencia, e invitó a denunciar en las urnas esta
situación antidemocrática y reinvidicar la autodeterminación.
Además,
la izquierda independentista vasca llamó a sus
simpatizantes a votar el domingo con las papeletas de las
candidaturas anuladas por la justicia.
Ante
las elecciones vascas
Elecciones,
democracia y Ley de Partidos
Por
Paco Azanza Telletxiki
Baragua
WordPress, 26/02/09
Rebelión,
27/02/09
Se
aproxima el día de las elecciones en la Comunidad Autónoma
Vasca –CAV–, y la campaña electoral –a la oficial me
refiero, que la otra la llevamos soportando desde hace
cuatro años– sigue su curso.
Una
vez más, en el contexto del estado, un importante sector de
la sociedad vasca ha quedado excluido del concurso
electoral. Sabemos que, debido a la alevosa aplicación de
la Ley de Partidos, las listas de la llamada Izquierda
Abertzale han vuelto a ser ilegalizadas; un buen ejemplo de
como la anormal situación política del Estado español se
está volviendo peligrosamente normal, por aceptada y
repetida.
El
argumento utilizado por el Tribunal Supremo y el Tribunal
Constitucional para satisfacer el deseo de la Fiscalía del
Estado ha sido, como viene siendo habitual, que los
ilegalizados pertenecen al entramado de ETA, así como que
no condenan la violencia. Si no fuera por la gravedad del
caso, las pruebas aportadas por los ilegalizadores de turno
serían motivo de estrenduosa carcajada.
Cuando
la libertad de expresión no se respeta, fundamentalmente
desde las altas esferas del Estado, mal podemos llamar
democrático al sistema que nos rige. La libertad de expresión
no consiste solamente en expresar lo que se desee sin
necesidad de recibir premio o sanción alguna por lo
expresado. La libertad de expresión también implica que si
un individuo o una formación política deciden permanecer
en silencio, puedan hacerlo igualmente sin ser represaliados
por ello.
La
utilización de la no condenada, como arma esgrimida para
vulnerar los derechos políticos y civiles a una cifra nada
desdeñable de habitantes, es especialmente grave; máxime
cuando los creadores y sostenedores de la Ley de Partidos
tampoco han condenado afines ejercicios violentos. Me estoy
refiriendo al PP, que nunca ha condenado la brutal violencia
franquista, y al PSOE, que tampoco ha condenado los
asesinatos del GAL, las torturas practicadas en cuarteles y
comisarías en sus 18 años de gobierno...
Conviene
recordar que, a pesar de que el Gobierno español se empeña
en hacernos creer que vivimos en un Estado de Derecho, el
poder político y el poder judicial caminan juntos, cogidos
de la mano. Existen infinidad de ejemplos que avalan esta
creencia, pero, para no extenderme demasiado, expondré sólo
uno de ellos: El actual Consejo General del Poder Judicial
–CGPJ– se eligió de esta significativa y vergonzosa
manera: de los veinte miembros que lo componen, el PSOE
eligió a nueve; el PP a otros nueve; correspondiendo la
elección de los otros dos miembros al PNV y a CIU. Saquen
ustedes mismos sus propias conclusiones.
Decía
al principio de esta nota que la campaña electoral sigue su
curso. No parece haber importado demasiado al resto de los
participantes que una formación política –en las
anteriores elecciones el sector ilegalizado obtuvo nueve
escaños en el parlamento de Gasteiz– haya sido excluida,
puesto que, como si nada hubiera pasado, aquellos siguen
inmersos en la carrera electoral. Lo curioso del caso es que
la mayoría de los partidos políticos que participan en las
elecciones están en desacuerdo con la Ley de Partidos; o al
menos eso es lo que dicen. Pero, ¿dicen lo que piensan?, ¿dicen
la verdad? Es obvio que no. Si fueran sinceros su nefasta
actitud sería otra muy distinta.
Una
buena manera de demostrar su desacuerdo con la citada ley
sería retirar sus propias candidaturas, no participar en
unos comicios que, al parecer, consideran antidemocráticos.
Este hecho pondría en evidencia a los acérrimos defensores
de la “democracia española”, formando, quizá, tremendo
revolico a nivel nacional e incluso internacional –estaríamos
hablando de la retirada de más del 50% de la última
representación parlamentaria de la CAV; y ya la ONU, por
boca de su relator especial por la promoción de los
Derechos Humanos, Martin Scheinin, ha criticado la Ley de
Partidos, además de otros oscuros aspectos–. Pero en esa
dirección no mueven, no moverán ni un solo dedo.
¿Por
qué tanta parálisis solidaria? ¿Por qué tanto “dejar
hacer” a los censores por parte de los que se “oponen”
a la Ley de Partidos?
La
respuesta a estas preguntas es muy sencilla. Los partidos
políticos son empresas privadas altamente subvencionadas
–según los resultados electorales– con el dinero del
Estado. Así pues, reconvertidos en gerentes, sus dirigentes
lo único que buscan es la rentabilidad económica de sus
empresas. No importa si para ello tienen que recurrir a la
prostitución ideológica –la cerebral es la más carente
de ética y recurrida–. Ávidos y necesitados de dinero,
no desean, no pueden desaparecer de la vida parlamentaria;
son demasiados los “demócratas” que se alimentan, que
viven del cuento. Hipócrita actitud, sin duda, la de estos
profesionales de la libertad. Y la hipocresía no sirve para
combatir a la injusta Ley de Partidos… ni al fascismo cada
más presente y consentido.
Nadie
se lleve las manos a la cabeza. Cuando Franco hubo
desaparecido físicamente, aquel histórico momento no fue
abonado con la ruptura democrática que demandaba el pueblo;
y hoy, tantos años después, las raíces más profundas de
la “democracia española” siguen firmemente enraizadas
en el sustrato franquista.
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