El
próximo 7 de junio, se vota en Francia diputados al
Parlamento europeo
Apatía
en el final de la campaña europea
La
abstención es la principal amenaza de esta elección
Por
Eduardo Febbro
Corresponsal
en París
Página
12, 26/05/09
Desde
la medianoche de ayer, las elecciones europeas entraron en
la recta oficial de la campaña que concluye la víspera de
la consulta, el próximo 7 de junio. Unas 161 listas y 6000
candidatos compiten por los 72 escaños de Francia en el
Parlamento europeo.
Los
siete puntos que caracterizan las euroelecciones en Francia
son la apatía general, la densidad del clima social, los
remanentes de la crisis financiera internacional, el arraigo
electoral de los centristas, la potencia de las propuestas
ecologistas y de extrema izquierda, la vertiginosa caída de
los socialistas y la inédita presencia de una lista
antisionista liderada por el humorista Dieudonné.
Por
primera vez en muchos años, los sondeos de opinión dan la
ventaja a los candidatos de la lista de la derecha
presidencial, UMP. El PS francés suscita un interés tan
limitado como la misma elección europea y no ha logrado
despegar del subsuelo en el que se encuentra desde hace
varios años. Las encuestas vuelven a poner en el centro del
tablero al líder centrista François Bayrou, fundador del
partido Modem (Movimiento democrático) y, hoy, oveja negra
de los socialistas. Bayrou le disputa al PS los electores
hastiados de la incierta navegación socialista. La lista
UMP encabeza las intenciones de voto con 26 por ciento,
seguida por los socialistas con 21 por ciento, el centrista
Bayrou con 14 por ciento, las listas Europa Ecología
encabezada por el líder del movimiento estudiantil de Mayo
del ’68, Daniel Cohn–Bendit, 9 por ciento.
Si
las opiniones previas al voto se trasladan a las urnas el
Partido Socialista bajaría un peldaño más hacia las
catacumbas. El PS, al igual que casi todos los partidos
socialdemócratas de Europa, no ha recibido de parte de los
electores los beneficios de sus críticas históricas contra
un sistema que explotó en vuelo el año pasado.
Incoherente, desestructurado por sus divisiones internas,
aplastado por la omnipresencia de Nicolas Sarkozy y el
surgimiento de un centro fuerte y de una extrema izquierda
en expansión continua, el PS aborda la etapa europea con
los peores presagios. Por ahora, Sarkozy se ha mantenido a
distancia de las elecciones europeas. El UMP quiere que el
presidente se implique más, pero sus consejeros señalan
que ello acarrea el riesgo de que el anti sarkosismo latente
se haga más sólido.
La
extrema izquierda tiene también la bendición de los
sondeos. Pero las divisiones, que han caracterizado esta
corriente, no son una excepción a la regla. Una encuesta
mostró que si la extrema izquierda del NPA, Nuevo Partido
Anticapitalista, se unía con la lista comunista, ambas
obtendrían cerca del 16 por ciento de los votos. Sin
embargo, han salido desunidas: una, la del NPA, que clama
por “la revolución con las luchas”, y la otra, el
Frente de Izquierda, FG, un grupo compuesto por el Partido
Comunista y un ex miembro del ala radical del PS, Jean–Luc
Melanchon, que promueve “la revolución con las urnas”.
Son, de hecho, estos dos movimientos y Europa Ecología los
que suman altos índices de adhesión. Aunque separados, un
15 por ciento de los votos para la extrema izquierda
representaría un acontecimiento cuya principal víctima sería
el mismo Partido Socialista.
Al
lado de los grandes grupos aparece una galaxia de
candidaturas insólitas. Hay una lista de los defensores del
esperanto, una monárquica, otra que se llama “Ciento por
ciento ciudadanos y sin políticos”, una más que promueve
“el no crecimiento económico”, otra llamada cannabis
sin fronteras. También surgen listas todavía más
indefinibles como la del “programa contra la precariedad y
el sexismo” y la lista de “la felicidad interior
bruta”. La lista sorpresa es la del cómico Dieudonné,
que se llama sin rodeos lista antisionista. Dieudonné
explica que “el único enemigo de esta república es el
sionismo, que está ahí y nos divide desde siempre, que
organiza guerras un poco en todo el mundo y en Francia”.
Por su parte, la extrema derecha del Frente Nacional tendría
7% por ciento de intenciones de voto.
La
abstención es la principal amenaza de esta elección que
cae en el peor momento. Con el correr del tiempo, la idea de
Europa como actor unido fue perdiendo fuerza. La presidencia
semestral de la Unión Europea, a cargo de República Checa,
que reemplazó a Francia, empaña aún más la imagen de esa
Europa, ya que el Ejecutivo checo es eurofóbico. La cifra
que más hace temblar la casa Europa es la de la abstención,
calculada en 53 por ciento. Para el presidente francés, se
trata de que las elecciones no se conviertan en un voto
sanción y de que la lista UMP humille a los socialistas,
aunque, con todo, no tanto como para que el centrismo cobre
vuelo porque ello sería una amenaza directa para Sarkozy en
la perspectiva de la elección presidencial de 2012. Los
socialistas se juegan parte de su futuro, mientras que la
extrema izquierda y los ecologistas pueden consolidar el
suyo y el centro construye su horizonte presidencial.
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