SEAT
lleva toda una década con reajuste de plantillas a precio
de saldo, con ayudas públicas del Estado capitalista, con
dinero del pueblo y de los trabajadores. Atrás quedaron la
jubilación por relevo con los salarios precarios de entrada
pactados por UGT y CC.OO. en el 2.001, los despidos pactados
del 2005 por UGT y CC.OO., de los que algunos trabajadores
volvieron a entrar con acuerdo sindical, el recorte de
plantilla del 2007 con bajas y jubilaciones anticipadas
pactadas por UGT, CC.OO. y CGT.
Durante
este tiempo nuevos trabajadores pasaron a formar parte del
ejército obrero de SEAT, con salarios más baratos, con
contratos temporales y con menos capacidad de resistencia
ante la embestida patronal y capitalista de la crisis, todo
ha sido fruto de esta "negociación" sindical en
la que han estado todos los sindicatos afines al régimen
capitalista: la UGT del PSOE, CC.OO. excomunista y la CGT
reformista.
Pero
hoy se vuelve a hablar de SEAT, que desde noviembre del
pasado año, al igual que otras empresas del automóvil, las
poderosas multinacionales capitalistas vienen acelerando sus
políticas de ajuste, para cargar la crisis sobre las ya muy
desgastadas espaldas de los trabajadores. Los ERE caen a
diestro y siniestro, las amenazas de cierre, los chantajes
sobre la adjudicación de nuevos modelos y producciones, las
congelaciones salariales, que en SEAT todos los sindicatos
han acabado por asumir... se han convertido en la tónica
general que todos los trabajadores del sector industrial
deben soportar y hasta bendecir.
Ante
una situación así, lo lógico sería que se defendiera con
uñas y dientes el empleo, el reparto del trabajo con la
reducción de jornada hacia las 35 o 30 horas sin reducción
de salario, el poder adquisitivo.
Pero
no, impera la política del Estado capitalista: moderación,
congelación o recorte salarial, aumento del desempleo
temporal o extintivo, convenios o leyes que los legitimen,
chantajes que lo justifiquen. Y la fórmula que han
encontrado los sindicatos de SEAT (UGT, CC.OO. y CGT) ha
sido la firma de un acuerdo (3–10–2009) para recuperar
producciones de un modelo (Ibiza) en fines de semana,
mientras los días laborales trabajadores de SEAT están
desempleados en el ERE.
En
una supuesta "respuesta" a la empresa que venía
realizando con voluntarios trabajo en festivos desde hace
meses, se llegó a convocar una huelga fantasma para fines
de semana desde octubre hasta final de año, que ni siquiera
se ha llegado a realizar la primera huelga cuanto todos los
sindicatos pactan la desconvocatoria a cambio de un acuerdo
que "regule" el evento de trabajar en festivos. Lo
curioso es que el sindicato, denominado como
"anarquista" (CGT) contra todo pronóstico, y de
forma sorprendente firma también la desconvocatoria y el
acuerdo. Inaudito, pero cierto. "Paso a paso",
pacto a pacto, todos juntitos hacia la bancarrota de los
trabajadores.
La
excusa es que se pierden coches de un modelo, el Ibiza, que
hoy es el que más se está vendiendo. Lo curioso es que
mientras esto sucede, la empresa recorta las producciones
diarias del Ibiza en 30 coches menos en días laborales de
Octubre, 1 día de ERE en ese mismo mes y mete además 5 días
de ERE para el mes de noviembre. ¿No sería más lógico
mantener la producción en días laborables?. ¡Pues no!, se
continuarán trabajando los domingos noche en chapistería
para fabricar carrocerías con voluntarios, y los lunes se
adelantaran dos horas de trabajo en pinturas para fabricar
carrocerías. Domingos noche y 10 horas de jornada en Lunes.
¿Así se reparte el trabajo?.
Pero
la cosa no acaba ahí. Además de mandar más trabajadores
al desempleo al recortar las producciones en días
laborales, se permite que las semanas que haya ERE sean los
trabajadores voluntarios que trabajan los festivos los que
se libren, discriminando al resto de obreros que cumplen con
su jornada. ¡Vaya vara de medir!. Premio para el
"estimado colaborador" y castigo para el
"obrero díscolo o respondón". No es extraño que
hoy en SEAT hayan unos trabajadores con mucha cantidad de
desempleo por ERE y otros con poca.
La
empresa se sale con la suya, ya que de esta manera reduce
los stockajes, reduce las plantillas, abarata los costes
laborales y lo que es peor divide y enfrenta a unos
trabajadores, con el permiso y la claudicación sindical. De
los días de gloria de la lucha obrera contra el Estado
capitalista y su forma más brutal el régimen franquista,
hemos pasado a los días de pena de retroceso y claudicación.
Reducción
de la jornada sin reducción salarial y reparto de la
riqueza
Para
los trabajadores, la solución a la crisis capitalista y a
la crisis industrial, no pasa por cargar más a los mismos
de siempre, dejando que los empresarios y banqueros se
enriquezcan exorbitadamente.
Es
de locos, no defender el reparto del trabajo y de la riqueza
social. Frente a los ya más de 4 millones de parados, la única
solución viable es pelear por la reducción de la jornada
hacia las 35 horas y hasta las 30 horas como propone la CNT.
Y adelantar la edad de jubilación a los 60 o 55 años,
mejorando las pensiones, precarizadas por las últimas
reformas que ampliaron el cómputo de cálculo para la pensión.
Bajo
la crisis no se va a crear empleo, ni mucho menos estable,
sino que al revés se está destruyendo cada vez más. Las
cifras son alarmantes. A la vista de la magnitud del
problema, hay que plantear una reducción drástica de la
jornada, es decir, que los que ahora trabajan lo hagan
durante menos horas, de modo que para mantener la producción
la patronal se vea forzada a contratar parados, o a mandar a
menos trabajadores a los ERE de suspensión. Como en el caso
de SEAT, en vez de firmar domingos y jornadas diarias de 10
horas.
La
forma más eficaz de combatir las horas extras es de que la
reducción de la jornada no se haga con reducción de
salario. ¿Y de donde sale ese dinero?. De los beneficios
patronales y de la banca privada. Las grandes empresas
anuncian todos los años, sin ningún rubor, cifras de
beneficios que superan lo imaginable. No es viable para la
salud de los trabajadores, una economía que se basa en el
gasto militar, los presupuestos de la iglesia, la bonificación
fiscal de las rentas altas, los paraísos fiscales y la
especulación, los impuestos indirectos, subida del IVA, la
gravación del impuesto directo en exclusiva de los
salarios.
En
el Siglo XXI faltan soluciones que coloquen el reparto del
trabajo y de la riqueza, y sobran pactos que incrementan el
desempleo permitiendo las jornadas largas y el trabajo en
festivos, como en SEAT. Un retroceso más, de espaldas hacia
nuestro horizonte, que no es el de los capitalistas.