Golpeado
por la recesión, el desempleo y por la caída de su
popularidad, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero
lanzó ayer una ofensiva internacional para detener el
incesante cuestionamiento de la credibilidad de la economía
española y llevar calma a los mercados y a los inversores.
Como
primer paso, Elena Salgado, vicepresidenta económica, inició
ayer en Londres una gira para convencer a los inversores de
que es España es más solvente que Grecia, amenazada por
una gigantesca deuda.
En
la City londinense y ante grupo de inversores y banqueros,
el equipo económico del gobierno de Zapatero se comprometió
a reducir el gasto público más de lo previsto y a llevar a
cabo más ajustes fiscales en caso de que la economía española
no recupere la senda de la recuperación.
"Podemos
bajar el déficit público del 11,4% [actual] hasta el 3%
[del PBI en 2013]. Pueden creerme o no, pero España ya lo
ha hecho antes", dijo el secretario de Estado de Economía,
José Manuel Campa, ante los inversores. El funcionario español,
descartó un posible contagio de España por la grave crisis
de endeudamiento público que sufre Grecia y aseguró que
los movimientos especulativos contra las cuentas públicas
españolas fueron "de corto plazo".
El
equipo económico mantendrá hoy un encuentro similar en París
y es posible que la campaña por recobrar la confianza de
los inversores internacionales continúe luego en Asia, ya
que los bancos centrales de China y Japón acaparan buena
parte de los títulos públicos europeos.
El
gobierno español tiene también previsto reunirse con las
principales agencias de calificación, como Standard &
Poor´s, Moody´s o Fitch, que en los últimos meses han
situado al país entre las economías europeas con mayor
riesgo.
Zapatero,
muy presionado también en el frente interno por el opositor
Partido Popular y por los sindicatos, busca presentar la
ofensiva internacional como una estrategia habitual, en el
marco del envío a Bruselas del plan de estabilidad español.
Sin
embargo, para los analistas económicos la ofensiva
internacional deja en evidencia que a Madrid le preocupa
sobremanera estar incluida en el mismo club de economías
poco solventes que Grecia y Portugal.
Como
primera medida para lograr el objetivo de reducción del déficit
público, el gobierno español anunció ayer que reducirá
un 34% sus emisiones de deuda neta en 2010.
El
Ministerio de Economía recordó que, con esa medida, además
de contribuir a rebajar el abultado déficit fiscal,
mantendrá la deuda pública española casi 20 puntos por
debajo de la media europea. El saldo vivo de la deuda en
circulación tras las nuevas emisiones anunciadas alcanzará
los 553.500 millones de euros, lo que supone un 65,9% del
PBI.
Entre
otras medidas para recuperar la confianza internacional,
Zapatero prevé también sanear las entidades financieras y
aprobar dos trascendentales y polémicas reformas: la del
mercado laboral y la de las pensiones.
Salgado
aprovechó su visita a Londres para reunirse con editores y
columnistas del influyente diario económico Financial Times
, una publicación que lleva tiempo cuestionando duramente
la política del gobierno de Zapatero. No se descarta que
algún funcionario de alto nivel se entreviste también próximamente
con los editores de The Economist, otro medio de comunicación
crítico.
"Maniobras
turbias"
Desde
Madrid, y como parte de su ofensiva, el gobierno acusó a
los "especuladores" de los problemas de la economía
española. El ministro de Fomento y número dos del PSOE,
José Blanco, aseguró que las críticas y los ataques
responden a "intereses particulares".
"Existen maniobras un tanto turbias porque hay una
resistencia clarísima a que se controlen y se regulen más
los mercados [?] Nada de lo que está ocurriendo, incluyendo
los editoriales de algunos medios extranjeros con sus
comentarios apocalípticos, es fruto de la casualidad",
declaró Blanco.
Junto
con el elevado déficit público (11,4% en 2009 y una
previsión del 9,8% para este año), el altísimo nivel de
desempleo (el 19,5%), por un lado, y una economía en recesión
durante siete trimestres consecutivos, por otro, han hecho
que la economía española pierda fiabilidad en el exterior.
Los
mercados castigaron severamente a la Bolsa española el
jueves pasado, cuando el Ibex 35 de Madrid llegó a caer
casi 6%. Ayer, las bolsas europeas arrancaron la semana en
alza. París, Fráncfort y Londres registraron ganancias, al
igual que Madrid, que cerró con una suba del 1,02%. Según
los analistas, los mercados se tranquilizaron después de
que el euro controló su derrumbe de la semana pasada ante
el dólar y recuperó terreno ayer, hasta situarse por
encima de 1,37 dólares. Víctima de ventas masivas a raíz
de los déficit públicos en la zona euro, la moneda única
europea había caído el viernes a su nivel más bajo ante
el dólar desde mayo de 2009.
Sin
embargo, arrastrado por las dificultades presupuestarias de
algunos países de la eurozona, Wall Street cerró ayer con
retrocesos en sus principales indicadores. El índice Dow
Jones cedió un 1,04 % y el Nasdaq, un 0,70%.