Dmitri
Medvedev (presidente de Rusia) y Viktor Yanukovich (nuevo
presidente de Ucrania) relanzaron ayer las relaciones
bilaterales tras lo que el mandatario ruso definió como «racha
negra», que redujo al mínimo los vínculos políticos
entre los dos estados más poderosos surgidos de la
desaparecida Unión Soviética.
Los presidentes ruso, Dmitri Medvedev, y ucraniano, Viktor Yanukovich,
celebraron ayer el «renacimiento» de las relaciones diplomáticas
entre sus países y se comprometieron a resolver rápidamente
cuestiones espinosas como el precio del gas o la flota rusa
en el mar Negro, en territorio ucraniano.
Yanukovich, calurosamente recibido por Medvedev en el Kremlin, llegó ayer a
Moscú en una visita oficial que muestra el propósito de
Kiev de mejorar sustancialmente los nexos bilaterales. Esta
disposición del presidente ucraniano, consideraron líder
de la población rusófona en Ucrania, fue recibida con
evidente beneplácito en la capital rusa.
«Confío en que con su llegada (al poder), con su trabajo como presidente,
termine la racha negra que hubo en las relaciones entre
Ucrania y la Federación Rusa y alcancemos nuevos niveles de
cooperación», dijo Medvedev, quien se refería al gran
deterioro sufrido durante el man– dato del predecesor de
Yanukovich, Viktor Yushenko, en particular en el último año
y medio tras la guerra ruso–georgiana.
«Después de cinco años, ahora podemos abrir una nueva página en nuestras
relaciones», agregó Yanukovich, quien destacó que las
elecciones en su país no fueron sencilla, pero sí democráticas
y expresó su confianza en que la política exterior e
interior de Ucrania cambiará de manera significativa.
En la rueda de prensa posterior al encuentro, ambos estuvieron distendidos y
risueños.
«Ahora no hay problemas, lo importante es que a la mayor brevedad demos
pasos decididos para restablecer cooperación en el ámbito
económico y político, y en los problemas de seguridad»,
apuntó el inquilino del Kremlin.
Principios
de acuerdo
Medvedev y Yanukovich suscribieron una declaración conjunta que recoge los
principios de acuerdo para esta nueva etapa en las
relaciones bilaterales.
«Hemos acordado encargar a nuestros gobiernos y ministros que entablen
relaciones plenas y estudien las posibilidades de cooperación
en el ámbito energético», explicó el presidente ruso.
«Nuestras relaciones en los últimos años no sólo no se han desarrollado
sino que se han degradado. Ahora no se trata de mejorarlas,
sino de su renacimiento, de su reanimación con medicinas
potentes», manifestó Medvedev. Con este fin, añadió, «es
necesario intensificar todos los vínculos, en primer lugar
a nivel de ministerios, parlamentos, gobiernos y
organizaciones sociales», dijo.
La declaración conjunta de los dos mandatarios consignó que «respetando
la libertad de opción, de mecanismos y de formas de
participación de los estados en los procesos de integra–
ción económica, Rusia y Ucranoa procurarán que esa
participación no vaya en detrimento de la cooperación
bilateral».
El documento señala que «Rusia y Ucrania, ésta en su calidad de Estado al
margen de bloques, pueden participar activamente en los
procesos europeos de seguridad».
Medvedev y Yanukovich acordaron, asimismo, celebrar durante el primer
semestre de este año una reunión de la comisión
interestatal ruso–ucraniana.
A diferencia de su homólogo ruso, el presidente ucraniano no tiene
autoridad sobre el Gobierno, que rinde cuentaa únicamente
ante el Parlamento.
Actualmente, el Ejecutivo de Kiev está liderado en funciones por Alexandr
Turchinov, el número dos del destituido Gabinete de la
primera ministra, Yulia Timoshenko. Yanukovich, que fue
investido el pasado 25 de febrero, no dispone aún de
Gobierno ni de mayoría parlamentaria.
Según la Constitución ucraniana, el presidente sólo puede nombrar a los
titulares de Asuntos Exteriores y Defensa.
Rusia
afirma que no necesita incrementar su potencial disuasorio
Dmitri Medvedev aseguró ayer que Rusia no tiene necesidad de incrementar su
potencial disuasorio, aunque recalcó que las armas
nucleares garantizan la independencia y la soberanía del país.
Subrayó que la política de Rusia como potencia nuclear
apunta a «la conservación de la paz, a la prevención de
cualquier conflicto bélico y a contribuir al arreglo de
problemas postconflicto».
Por su parte, Rumanía confirmó que acogerá tres baterías de ocho misiles
encuadradas en el nuevo escudo antimisiles de EEUU en
Europa.