Reykjavik, Islandia.– Los islandeses rechazaron ayer en un referéndum,
por una clara mayoría, la ley que permite indemnizar a
cerca de 300.000 ahorristas británicos y holandeses del
banco Icesave, que quebró durante la crisis financiera. Según
los sondeos en boca de urna, el no superó el 90 por ciento
de los votos.
El acuerdo que logró el gobierno islandés con Londres y Amsterdam para
indemnizar a los ahorristas había generado tal grado de
resistencia popular que llevó al presidente Olafur Grimsson
a negarse a ratificar la ley que reglamentaba las
devoluciones.
Grimsson tomó la decisión después de que 56.089 personas, una cuarta
parte del electorado islandés, firmaran un petitorio en
contra de la ley y pidieran someterla a referéndum. El
acuerdo original preveía devolver los 3700 millones de
euros (unos 5000 millones de dólares) de deuda pendiente en
15 años y a un interés del 5,5 por ciento.
Holanda y Gran Bretaña, por su parte, presentaron una oferta sensiblemente
mejorada, a un interés fijo y con un tipo variable en el
período final. Pero a pesar de que existía una mejor
oferta sobre la mesa, la consulta popular se realizó sobre
la propuesta original porque fue aprobada por el Parlamento.
La primera ministra islandesa, la socialdemócrata Johanna Sigurdaottir, era
partidaria de suspender el referéndum y apostar por un
nuevo acuerdo, pero la cancelación de la consulta no era
posible sin la aprobación de la oposición.
Sigurdaottir anunció que no participaría en la votación al considerar que
el referéndum no tenía sentido alguno y que cualquiera que
fuera su resultado no cambiaría para nada las cosas, ya que
se intentaba negociar un nuevo acuerdo.
Puerta
a la ayuda
Lograr poner en práctica un acuerdo con Holanda y Gran Bretaña es clave
para Islandia, porque le abriría la puerta a la posibilidad
de recibir ayudas internacionales e impulsaría su
acercamiento a la Unión Europea (UE). Pero sin un nuevo
acuerdo mejorado con los acreedores holandeses y británicos
los créditos prometidos por el Fondo Monetario
Internacional (FMI) y los países del norte de Europa se verían
bloqueados, lo que pondría a Islandia en una grave situación
presupuestaria y lo llevaría incluso al borde de la
bancarrota.
Además, las negociaciones para el ingreso a la UE correrían peligro de
quedar empantanadas.
La norma rechazada afecta a unos 300.000 ahorristas holandeses y británicos
que fueron atraídos por los altos intereses que ofrecían
los bancos islandeses y que a la postre se vieron duramente
golpeados por la crisis financiera global.
La indemnización de 34.000 inversores alemanes por parte del Kaupthing Bank
ya se reglamentó el año pasado. El costo de la indemnización
a los ahorristas del Icesave supone dos terceras partes del
presupuesto anual de Islandia.
Los impulsores del referéndum sostuvieron durante la campaña que lo que
quieren es lograr mejores condiciones para el pago de la
deuda.