Los paros en medios de transportes y escuelas de Francia,
como así también masivas marchas, incomodan al presidente
tras el revés en las elecciones regionales
PARIS.- Huelgas en varios medios de transporte y escuelas
de Francia, además de masivas manifestaciones en defensa de
los salarios, el empleo y la jubilación acechan al
presidente Nicolas Sarkozy, en plena crisis de su gobierno
tras sufrir el duro revés electoral en las elecciones
regionales.
La circulación ferroviaria se redujo por la mañana, en
particular en los trenes regionales, pero los trenes
internacionales a gran velocidad (TGV) hacia otros países
de Europa debían funcionar normalmente, según la dirección
de la empresa francesa de ferrocarriles (SCNF).
Cinco grandes sindicatos franceses, entre ellos la CGT,
convocaron a los trabajadores del sector público y privado
en defensa "del empleo, el poder adquisitivo, las
jubilaciones y las condiciones de trabajo". A raíz de
ello, decenas de manifestaciones se registraban en París y
en las principales ciudades del país.
En la educación había una fuerte adhesión a la huelga
para protestar contra la supresión de puestos de trabajo al
no reemplazar a uno de cada dos docentes que se jubilen. Esa
regla alcanza a todo el sector público. En París, el
servicio de subtes y ómnibus era casi normal, pero el tráfico
de trenes suburbanos se veía más afectado.
Esta jornada de protesta nacional es la primera prueba del
flamante ministro de Trabajo, Eric Woerth, nombrado ayer por
el mandatario, en el marco de un profundo cambio en el
gabinete ministerial tras la derrota de la derecha en las
elecciones regionales del último fin de semana.
Woerth deberá llevar adelante la reforma de las
jubilaciones y pensiones, una de las más cuestionadas por
la oposición y los sindicatos. Según el secretario general
de la CGT, Bernard Thibault, el objetivo es "torcer las
orientaciones económicas y sociales" del gobierno que
quiere enviar en septiembre al Parlamento la ley que reforma
las jubilaciones. Esa reforma prevé aumentar la edad de la
jubilación por encima de los 60 años.
Esta jornada de protesta y movilizaciones había sido
convocada por los sindicatos a mediados de febrero pasado,
tras una "cumbre social" celebrada en el Elíseo,
sede de la presidencia francesa.