Atenas.– Grecia vivió ayer
una nueva jornada de huelga general y de manifestaciones en protesta por el
severo plan de austeridad y recorte de salarios para reducir la deuda del país.
"Kleftes, kleftes
(ladrones, ladrones)", "Devuelvan el dinero y salgan de allí",
coreaba la multitud concentrada frente al Parlamento, en la quinta huelga
general convocada por los sindicatos mayoritarios desde que comenzó el año.
Los manifestantes (unos
50.000, según los sindicatos, y 15.000, según la policía) alzaron pancartas
con lemas como "quiten las manos de nuestras pensiones" o "no
hemos robado, así que no pagaremos".
Abogados, maestros,
bancarios, empleados públicos, personal sanitario y trabajadores de los
medios de transporte, entre otros, se unieron a una protesta que volvió a
dejar paralizado al país. Según Stazis Anestis, de la central sindical Gsee,
el acatamiento fue del 80%.
El país quedó sin
transporte marítimo y de trenes, y una cincuentena de vuelos se vieron
afectados por los paros de los empleados de aduanas en varios aeropuertos
regionales.
El resto del transporte público
quedó inactivo y el servicio de los trenes suburbanos y del tranvía en
Atenas funcionó sólo hasta media tarde, para permitir a los griegos
participar de la protesta.
En los hospitales públicos sólo
se ofrecieron servicios de urgencias. Hasta la emblemática Acrópolis
permanecía cerrada a los turistas.
La policía antidisturbios,
armada con escudos y bastones, ocupó los escalones del Parlamento. Pero tras
una hora de protestas la mayoría de los manifestantes se dispersó pacíficamente.
Con la huelga de ayer, las
centrales sindicales, que representan a la mitad de la fuerza laboral del país,
volvieron a dejar claro su rechazo a las medidas de ahorro aprobadas por el
gobierno de Atenas para intentar reducir el enorme déficit y el nivel de
endeudamiento que tiene al país al borde de la bancarrota.
Los sindicatos rechazan el
proyecto de ley sobre pensiones que prevé eliminar los pagos extras a los
jubilados que cobran más de 2500 euros al mes. Además, el nuevo sistema
establece en 60 años la edad mínima de jubilación, eleva de 37 a 40 años
el período de cotización para acceder a la pensión completa y extiende a
toda la vida laboral el período para calcular la pensión.
Esas medidas, así como la
suba de impuestos y la reducción del tamaño de la administración pública,
forman parte del programa de ahorro que la eurozona y el Fondo Monetario
Internacional (FMI) han impuesto como condición sine qua non para que Grecia
reciba 110.000 millones de euros en préstamos.
De hecho, algunos de los eslóganes
coreados ayer tenían como destinatario a ese organismo internacional:
"Los buitres del FMI que se vayan", en alusión a la presencia en
Atenas de los expertos del organismo internacional encargados de certificar
que Grecia hace sus deberes.
Los manifestantes protestaron
también contra la corrupción, la evasión de impuestos por parte de famosos
y la impunidad en escándalos económicos de gobiernos anteriores. Ese enfado
se ha visto acentuado con la noticia de que el esposo de la viceministra de
Turismo evadió 5,5 millones de euros en los últimos 15 años.
Quinta
huelga general en Grecia
Grecia registró ayer la
quinta huelga general convocada por los sindicatos contra las medidas de
austeridad adoptadas por el Gobierno. La protesta dejó al país sin servicios
de barcos, de trenes y transporte público. Miles de manifestantes se
congregaron delante del Parlamento para protestar con lemas como "quitad
las manos de nuestras pensiones" o "no hemos robado, así que no
pagaremos". En la imagen, varios policías intentan desalojar a dos
mujeres durante una sentada en el centro de Atenas.
La huelga general de 24 horas
convocada hoy en Grecia por los sindicatos mayoritarios contra las medidas de
austeridad adoptadas por el Gobierno para superar su grave crisis de deuda ha
vuelto a dejar al país sin servicios de barcos, trenes o transporte público
y con miles de personas manifestándose por la calle. También los hospitales
solo han atendido las urgencias. La huelga, la quinta general en este año y
con el trágico recuerdo de las tres personas que murieron en los incidentes
del pasado día 5, ha sido organizada por el sindicato de funcionarios
estatales ADEDY y por la Confederación de Trabajadores GSEE, que aglutinan
dos millones de afiliados.
Los servicios de trenes de
cercanías y de tranvía solo han funcionado las horas centrales del día para
facilitar el acceso de los manifestantes al centro de Atenas, donde varios
millares de personas han repetido las marchas contra el Parlamento de las
anteriores jornadas. Aunque se han vuelto a registrar altercados entre los
trabajadores y los agentes antidisturbios, no ha habido que lamentar ningún
incidente de gravedad.
Los manifestantes, que según
fuentes policiales alcanzaban las 15.000 personas y según los sindicatos
superaban las 50.000, han alzado pancartas con lemas como "quitad las
manos de nuestras pensiones" o "no hemos robado, así que no
pagaremos". Otros eslóganes, como "Los buitres del FMI, que se
vayan", aluden a la presencia en suelo griego de expertos del Fondo
Monetario Internacional (FMI) y de la Comunidad Europea para supervisar la
economía y la aplicación del plan de ajuste fiscal para reducir el déficit
del país.
Los empleados públicos, que
superan el medio millón, están entre los sectores más afectados por los
recortes de gastos que el Gobierno socialista ha impuesto para ahorrar unos
30.000 millones de euros en tres años a cambio de recibir la ayuda de la UE y
el FMI para afrontar sin problemas los vencimientos de su deuda. Los
sindicatos rechazan "las medidas extremas (de ahorro) en el sistema de
seguridad social, que afecta a los trabajadores y jubilados y, en especial, a
la nueva generación". Además, denuncian el alto índice de desempleo,
que alcanzó el 12% en febrero.
Los controladores aéreos no
han participado en esta huelga, por lo que la mayoría de los vuelos se han
llevado a cabo en forma regular, a excepción de 50 destinos al interior del
país y a las islas por la participación en las protestas de los funcionarios
de aduanas. Por su parte, gran parte de los abogados, los docentes, los
empleados bancarios, los funcionarios de Hacienda, de los ministerios, de los
ayuntamientos y de los juzgados tampoco han trabajado, según fuentes
sindicales.