Una
nueva huelga general paralizó este jueves en Grecia los
transportes ferroviarios, marítimos y aeroportuarios, al
tiempo que miles de griegos salieron a las calles a
protestar contra la reforma del sistema de jubilaciones
adoptada el miércoles por la noche por el Parlamento.
Unas
12.000 personas, según la policía, participaron en una
manifestación en el centro de Atenas, convocada por las dos
mayores centrales sindicales del país (GSEE del sector
privado y Adedy de los funcionarios públicos).
En
Tesalónica, segunda metrópolis griega situada en el norte
del país, unas 5.000 personas desfilaron por el centro de
la ciudad, según la misma fuente.
Los
participantes enarbolaron banderolas que reclamaban
"Otras soluciones", exigían la renuncia del
Gobierno y llamaban al "levantamiento" de la
población.
"Rechazamos
la reforma de las jubilaciones, que anula los principios de
base del derecho (social). Protestamos contra esta reforma
injusta y antisocial", indicó el presidente del GSEE,
Yannis Panagopoulos.
Otra
concentración, también de varios miles de personas, se
llevó a cabo en otro barrio de Atenas, convocada por el
PAME, frente sindical del ultraortodoxo Partido Comunista,
KKE, con pancartas que exigían "que la plutocracia
pague la crisis".
El
primer cortejo se dirigió al Parlamento, a unos cientos de
metros, mientras que los comunistas marcharon hacia el
Ministerio del Empleo, cerca de la plaza central Omonia.
Ambas
movilizaciones se dispersaron por la tarde sin incidentes.
Una
huelga de 4 horas de los controladores aéreos y otra de 24
horas del personal de la aviación civil obligaron a anular
unos 80 enlaces aéreos nacionales e internacionales y a
retrasar otros 110 vuelos, indicó el aeropuerto
internacional de Atenas.
Todos
los navíos permanecieron amarrados en los muelles y las
compañías marítimas avisaron a los turistas que querían
viajar a las islas que sólo zarparían el viernes.
La
huelga general, convocada la semana pasada contra el
proyecto de generalizar a 65 años la edad mínima de
jubilación (en lugar de 60 años hasta ahora), fue la sexta
desde febrero pasado, cuando se pusieron en marcha las
primeras medidas de auteridad del gobierno socialista del
primer ministro Giorgos Papandreu.
El
cese de actividades afectó igualmente a la Administración
Pública, los hospitales y las empresas públicas. El país
se vio privado además de informativos, dado que el
sindicato de periodistas se sumó al paro.
La
cuestionada ley fue adoptada el miércoles por el
Parlamento, que votó además un recorte promedio de 7% del
montante de las pensiones.
El
Gobierno griego se comprometió ante sus socios de la
Eurozona y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a adoptar
un severo ajuste a cambio de un paquete de 110.000 millones
de euros en tres años que busca evitar que el país,
apabullado por una enorme deuda pública y un abultado déficit
fiscal, se declare en bancarrota.