Después
de más de una semana de negociaciones con la empresa, los
trabajadores del metro de Madrid vuelven a la Huelga. El
objetivo de los sindicatos es defender el cumplimiento del
Convenio colectivo y evitar el recorte de los salarios que
les quiere imponer el Gobierno ultrareaccionario de la
Comunidad de Madrid, por decisión personal de la
“lideresa” del PP madrileño, Esperanza Aguirre.
Es
de reseñar que con la convocatoria de la huelga, después
de varios días de “tregua” por las negociaciones, de
victorias futboleras y excitación de los nacionalismos
patrios, hemos vuelto a la “normalidad” política y económica
de crisis, a las medidas antisociales contra la clase obrera
y a la ejemplar respuesta de los trabajadores del metro de
Madrid, que desató hace solo unos días, la histeria de la
oligarquía en forma de editoriales, artículos y opiniones
de los “tertulianos” charlatanes de feria de turno, que
se lanzaron una verdadera cruzada contra los huelguistas.
Es
primordial sacar lecciones de la lucha y desenmascarar la
feroz campaña antihuelga, ya que la burguesía ensaya los métodos
propagandísticos y legales para combatir las futuras luchas
obreras y hacer fracasar la huelga general de septiembre,
atacando sistemáticamente a los trabajadores y sindicatos
del metro, acusándolos de hacer una huelga “salvaje”,
“incumplir la ley” y los “servicios mínimos”, tratándolos
de "saboteadotes” que agredían con sus piquetes y de
chantajistas que utilizan a los “madrileños como
rehenes” para conseguir sus “egoístas” fines, de
defender “privilegios”...
Los
motivos de la huelga, la negociación colectiva, el
convenio…
La
huelga se inició en protesta contra la decisión de la
Comunidad de Madrid de “ahorrar” 7,9 millones de euros
recortando un 5% los salarios a los trabajadores del metro,
que son empleados públicos pero no funcionarios, amparándose
en que así lo dictaba el decreto ley aprobado por el
Gobierno social-liberal de Zapatero. Sin embargo, la
Comunidad de Madrid quiere ir más allá del
“tijeretazo” puesto que en él se "excluía a las
sociedades mercantiles, como es Metro de Madrid y como son
Renfe, Adif o Aena, que además de ser sociedades
mercantiles tienen convenio propio”, como afirma Ignacio
Arribas, secretario general de Comisiones Obreras de Metro
de Madrid.
Para
los sindicatos, lo más grave de esta agresión es la
vulneración del derecho fundamental de los trabajadores a
la negociación colectiva, al imponer un recorte salarial
saltándose el convenio colectivo vigente sin ni siquiera
negociar con los sindicatos. El artículo 37.1 de la
Constitución define claramente este derecho: “La Ley
garantizará el derecho a la negociación colectiva laboral
entre los representantes de los trabajadores y empresarios,
así como la fuerza vinculante de los convenios.” Es
indecente la hipocresía de la oligarquía española, así
como de Esperanza Aguirre, que siempre cacarean sobre la
defensa de la Constitución de 1978, cuando se trata de
exaltar el “patriotismo constitucional” y la monarquía,
pero no les crea ningún estupor saltársela, si se trata de
pisotear los derechos sindicales y laborales de la clase
obrera.
Recortes
salariales, despilfarro, amiguismo, servicios “mínimos”
abusivos… estalla la indignación
Tras
conocer los planes brutales e ilegales de la “lideresa”,
los sindicatos se pusieron en marcha unitariamente,
convocando a los trabajadores a asambleas masivas y a la
huelga. La respuesta de la Comunidad de Madrid no se hizo
esperar imponiendo unos servicios “mínimos” abusivos
del 50% del servicio que dejaban, la huelga sin efecto en la
práctica.
La
cólera se generalizó entre los trabajadores del metro. ¿Hacer
una huelga para que no tenga efecto? ¿Cumplir los servicios
mínimos abusivos y esperar unos meses para saber si son
legales? Mientras a los trabajadores les recortan el sueldo,
el derroche de dinero público para los “amigos” se
generaliza, aumentando los altos cargos directivos (un
25,81%), que cobran más de 82.000 euros con sus
extravagantes gastos a cargo de la empresa,construyendo
estaciones de metro en descampados para facilitar
operaciones inmobiliarias o haciendo obras faraónicas que
son innecesarias.
Pero
el gasto más llamativo es el de publicidad: 51 millones de
euros en los últimos cuatros años. ¡Que Casualidad! buena
parte del presupuesto de publicidad de Metro de Madrid se va
a la empresa Carat-España, cuyo presidente Miguel Ángel
Rodríguez, fue portavoz del primer Gobierno del deplorable
y criminal de guerra J.Mª.Aznar.
La
provocación era constante: incumplimiento del convenio
colectivo, recortes salariales, despilfarro para los
“amigos”, servicios mínimos abusivos… la total
impunidad y la injusticia se convirtieron en indignación,
la huelga se radicalizó y se paró el servició totalmente.
Linchamiento
mediático, sanciones, intentos de romper la huelga
La
contundencia de la huelga puso muy nerviosa a la burguesía.
Tanto el PP como el PSOE, así como la mayor parte de los
medios de “comunicación” unieron sus voces en un mismo
discurso para criminalizar esta ejemplar huelga sin
contemplaciones, tratando de enfrentar a la población del
metro con los trabajadores y acusar a estos últimos de
llevar un paro ilegal.
Los
ejemplos de la campaña antisindical y antiobrera son
innumerables: “Huelgas con rehenes. El
incumplimiento de los servicios mínimos no puede
convertirse en la pauta de sindicatos serios” (Editorial
El País), “Mañana huelga salvaje en el Metro sin
servicios mínimos” (La Razón), “Su actitud es una auténtica
vergüenza, un insulto y un desprecio a los madrileños”
(Ignacio González, vicepresidente regional PSOE Madrid),
“Son 30 años de democracia y no hemos hecho todavía una
ley de huelga. Esto quiere decir que los representantes
legítimos de los trabajadores siguen teniendo poder para
colapsar ciudades y, en el caso de Madrid, para retener a
6,4 millones de personas, y eso no es propio de un país
democrático” (Esperanza Aguirre, presidenta de la
Comunidad de Madrid).
Un
programa de Antena 3 manipulaba descaradamente diciendo que
los sueldos de los trabajadores eran de 2700 € mensuales
sin decir que era la media en bruto, sin descontar el IRPF y
la Seguridad Social (más de 1000€), ni el dinero que
pierden los trabajadores cada día de huelga. Los medios
trataban a los trabajadores de “funcionarios en el peor
sentido, de vagos, de peseteros”, con acusaciones de ser
"unos trabajadores privilegiados de la Comunidad de
Madrid" criticándoles de “egoístas” por no asumir
los "sacrificios" que la Comunidad de Madrid ha
aplicados a "todos".
Esta
campaña se combinó con intentos de reventar la huelga
obligando a conductores de reserva, intentando desplegar
autobuses, queriendo enfrentar a los trabajadores pagando
salarios a esquiroles por no hacer nada, amenazando con
despidos, abriendo expedientes sancionadores, haciendo
despliegues policiales exagerados. Pero a pesar de la
tentativa de intimidar a la plantilla, a pesar del
linchamiento y la represión, la huelga fue un éxito
rotundo.
La
huelga fuerza la negociación
Después
de varios días de huelgas con servicios mínimos abusivos y
dos días de huelga total, los trabajadores decidieron
levantar el pie del acelerador y se dieron una semana de
plazo para negociar. Tras unos días de reuniones, los
sindicatos mantienen su reivindicación de que los recortes
no salgan de los salarios. Tras las últimas negociaciones
han logrado reducir a 4,5 millones de euros el ahorro, pero
la dirección del Metro sigue exigiendo que haya recortes de
un 1,5% de los salarios.
Los
sindicatos, unificados en un comité de huelga, plantean que
haciendo recortes en diferentes aspectos, como los de
publicidad, se conseguían prácticamente los 7,9 millones
de euros de ahorro que plantea la Comunidad de Madrid. Pero
no se ha podido llegar a un acuerdo, ya que las órdenes de
Esperanza Aguirre son claras, reducir los salarios de los
trabajadores. Es por esto que los trabajadores reunidos en
asamblea, han vuelto a la huelga cumpliendo los servicios mínimos
esta semana y posiblemente convoquen más jornadas de
protesta a lo largo de este mes, con más contundencia o
menos, en función de cómo avance la negociación.
¿A
que se debe tanta saña contra la huelga de los trabajadores
del metro?
La
oligarquía responde irritada a través de sus medios políticos
y propagandísticos porque está nerviosa. La profunda
crisis del capitalismo y el calado de las brutales medidas
antisociales, auspiciadas por la UE y el FMI y aprobadas
tanto por Zapatero como por la “lideresa” filofascista
Aguirre, están generando un creciente descontento e
indignación entre los trabajadores y las clases populares.
Desde
que estalló la crisis, los medios del régimen han tratado
de “gestionar” su discurso y su política para que nada
escape a su control, combinando el miedo a perder lo que
tenemos, la resignación de que no podemos hacer nada frente
al poder del capital y la “ilusión” sobre la pronta
“recuperación”. Está claro, si nos portamos bien,
somos obedientes y responsables, tras las duras medidas
“necesarias” e “inevitables” (recortes de las
pensiones, salarios, laborales y sociales) veremos la luz al
final del túnel, vendrán las inversiones, la prosperidad,
el trabajo y el dinero de nuevo, pero si nos portamos mal
(huelgas, protestas, manifestaciones) solo servirá para que
la miseria y el paro se ceben sobre nosotros.
En
este momento de salvaje ofensiva patronal, la clase obrera
está todavía dispersa, desorganizada y no es consciente de
su fuerza cuando se organiza y lucha. Con el fin de evitar
que los trabajadores nos unamos, estimulan nuestro
enfrentamiento (públicos-privados, parados-activos,
inmigrantes-autóctonos, entre diferentes nacionalidades del
Estado…), para evitar que nos organicemos, fomentan la
desconfianza hacia las organizaciones sindicales (campañas
contra las huelgas, los “liberados” y la “financiación”
de los sindicatos…) estimulando también la despolitización
de los obreros para que dejemos nuestro “destino” en sus
manos. En resumen, aquí la política la hacen los
“mercados financieros”, los banqueros, hombres de
negocios y grandes industriales a través de sus políticos
a sueldo, los trabajadores tenemos que resignarnos, no
podemos hacer nada, las tesis de la izquierda han fracasado
históricamente y las protestas populares solo servirán
para espantar a los “inversionistas”.
Pero,
a pesar de sus esfuerzos demagógicos, el equilibrio entre
su discurso “tranquilizador” y la cruda realidad es cada
día más precaria e injusta, mientras las grandes fortunas,
bancos y empresas rebosan de beneficios, evaden impuestos,
defraudan a hacienda y encima reciben “ayudas” públicas
escandalosas, a los trabajadores nos pasan la factura. Los
recortes neoliberales se generalizan, pasa el tiempo y la
situación empeora dramáticamente, el paro se extiende, las
familias obreras se empobrecen rápidamente y crece la
desesperación al reducirse drásticamente nuestros
ingresos, calidad de vida, al perder las viviendas…
El
caldo de cultivo de las protestas masivas está creado y
determinadas luchas ejemplares pueden calar y contagiar a
otros sectores económicos como una chispa que enciende la
gasolina de forma incontrolable. Ese es el “mal” ejemplo
de los trabajadores del metro de Madrid. Ese es el problema
y eso es lo que les preocupa.
Ninguna
huelga puede tener éxito. Para la patronal y sus acólitos,
políticos y mediáticos, es fundamental transmitir la
sensación de que ninguna demostración de fuerza y de
solidaridad de los trabajadores puede frenar los recortes
sociales. No pueden permitir que los huelguistas se salgan
con la suya y siembren un peligroso ejemplo que podría
romper la actual desmovilización e impulsar la huelga
general de 29 de Septiembre, así como animar a los
trabajadores otros sectores económicos a movilizarse.
Una
lucha ejemplar
El
ejemplo cala a pesar de la campaña mediática. Hemos
escuchado estos días comentarios en los centros de trabajo
o en los barrios obreros: “esto es una huelga con
cojones”, “si todos hiciéramos lo mismo, otro gallo
cantaría”. Es un sentimiento profundo en el pueblo, que
muestra la voluntad de resistir frente los ataques
patronales y al mismo tiempo la impotencia de no poder hacer
nada. Por eso son importantes las luchas y las victorias. Si
ellos lo han logrado, ¿porque nosotros no?
Es
evidente que una lucha de estas dimensiones se da en la gran
empresa, o como en este caso en el sector público, donde
los trabajadores mantienen unas condiciones laborales, un
grado de concentración de miles de trabajadores y los
sindicatos mantienen una relevancia frente a la empresa. La
importancia de estas luchas estriba en que ayudan a cambiar
el estado de ánimo de los trabajadores, a combatir la
resignación, a aprender y a sacar lecciones para organizar
la resistencia:
1.-
La unidad sindical a través del comité de huelga
compuesto por el Sindicato de Conductores, CCOO, UGT,
Solidaridad Obrera, Sindicato Libre y Sindicato de
Estaciones que mantiene una sola voz frente a la
empresa y la opinión pública.
2.-
El alto grado de unidad de los trabajadores para
poder hacer frente a las mentiras, las manipulaciones y la
represión.
3.-
La democracia asamblearia, donde los trabajadores
discuten y deciden sobre las movilizaciones y las
negociaciones.
4.-
La contundencia de las huelgas que muestra claramente
la firme voluntad de los trabajadores de metro de
defender el convenio colectivo y luchar contra los recortes.
Todos
ganamos si el metro gana
Mucho
se ventila tanto en la huelga del metro de Madrid, como en
las próximas protestas en ciernes. La ofensiva patronal
busca destruir derechos históricos, conquistados tras más
de cien años de heroica lucha de la clase obrera, que
debemos defender con fiereza:
a)
El derecho de huelga, que intentan desvirtuar por
ley, a través de unos servicios “mínimos” abusivos,
mediante la utilización masiva del esquirolaje, las
represalias patronales o la represión policial.
b)
Los servicios públicos (sanidad, educación,
transporte…) de calidad y sostenibles, que tratan de
privatizar parcial o totalmente.
c)
Los derechos sociales (jubilación, prestaciones
desempleo, bajas IT, maternidad…) que quieren recortar y
desmantelar.
d)
Los salarios, las condiciones de trabajo dignas para
la clase obrera y los empleados públicos.
e)
Los derechos políticos y la libertad sindical:
garantías sindicales, delegados LOLS y del comité de
empresa, a la negociación colectiva.
En
los próximos tiempos viviremos ataques sin precedentes,
esto supondrá el aumento de campañas de linchamiento mediático
contra los sindicatos y los obreros en lucha, que serán
cada día más habituales. Querrán convencernos de que
defender el derecho “constitucional” a la negociación
colectiva o a nuestro empleo es preservar “privilegios”,
pero meter dinero público a saco, para los beneficios de la
gran banca inmoral y parásita es defender “derechos”.
Las
leyes regresivas contra nuestros derechos se extenderán. La
patronal sabe que la resistencia popular crecerá frente a
sus planes y trata de prepararse. Las luchas “salvajes”
como la del metro de Madrid irán a más, y si vencen ellos,
nos abren las puertas a todos.
Los
trabajadores del metro nos demuestran con su coraje y su
determinación a luchar, que se puede plantar cara frente a
los recortes, que podemos vencer. La huelga de los
trabajadores del Metro de Madrid es un nuevo capítulo de la
lucha de clases en este país, que puede servir como ensayo
para la huelga general. Es esencial trabajar en solidaridad
con los trabajadores del metro, es el momento de cambiar la
correlación de fuerzas a favor de la clase obrera y el
pueblo, hay que preparar la huelga general del 29 de
septiembre para que sea masiva y contundente. No nos queda
otra vía.