Irlanda

Irlanda lanzó el “ajuste” hace dos años: no hay señales de recuperación

Un retrato del elevado costo de la austeridad

Por Liz Alderman
The New York Times, 28/06/10
La Nación, 01/07/10
Traducción de Mirta Rosenberg

Barrios ya construidos sin habitantes

Dublin.– A medida que las economías más grandes de Europa empiezan a ajustarse el cinturón, están siguiendo el camino abierto por Irlanda. Pero esa nación, antes próspera, sigue en plena lucha, sin que se vea ninguna señal de una pronta recuperación.

Hace casi dos años, un colapso económico obligó a Irlanda a reducir el gasto público y aumentar los impuestos, el tipo de medidas de austeridad que los mercados financieros desean imponer ahora en la mayoría de las naciones industrializadas.

"Cuando nuestra situación estalló, la idea que predominó fue la de asegurar la confianza de los inversores internacionales, para que pudiéramos seguir teniendo acceso al crédito", dijo Alan Barrett, del Instituto de Investigación Económica y Social de Irlanda. Sin embargo, en vez de ser recompensada por sus acciones, Irlanda está siendo sancionada. Su crisis ha sido más profunda porque el gobierno no gastó más para preservar el empleo. Al carecer de planes de estímulo, el año pasado la economía cayó 7,1%, y sólo ayer salió de la recesión tras crecer 2,7% en el primer trimestre de 2010. Sin embargo, en este país de 4,5 millones de habitantes, la tasa de desempleo subió en junio hasta el 13,4%, la cifra más alta en tres años.

Construcciones abandonadas frente
a muelles sin barcos

"El hecho es que no hay una manera sencilla de reducir el déficit", dijo el primer ministro, Brian Cowen. "Los que afirman que hay un camino fácil o una opción blanda? no están hablando del mundo real."

Pese a su tenaz esfuerzo, Irlanda fue relegada a la misma categoría ignominiosa que Portugal, Italia, Grecia y España. Ahora paga un 3%más que Alemania en sus bonos de referencia, en parte porque los inversores temen que el ajuste, al demorar el crecimiento, impida a Dublín pagar sus deudas. Otros países, entre ellos Gran Bretaña y Alemania, siguen el ejemplo de Irlanda. Argumentan que la única manera de recuperar el crecimiento es convencer a los inversores y a su propio pueblo de que disminuirán los préstamos solicitados por el gobierno.

"Europa está en un aprieto", dijo Kenneth Rogoff, ex economista del FMI. "Si se quiere evitar el default, el camino de Irlanda es el único posible. Pero su experiencia revela los profundos desafíos de esa estrategia."

Aquí los políticos aumentaron los impuestos y redujeron un 20% los salarios de enfermeras, profesores y otros trabajadores públicos. El presupuesto pasó de tener superávit en 2006 y 2007 a un portentoso déficit del 14,3% del PBI el año pasado? peor aún que en Grecia. Y sigue deteriorándose. Sin efectivo después de que el boom inmobiliario al estilo norteamericano se desinfló, Irlanda tuvo que pedir millonarios préstamos. Lo que era una deuda bajísima podría llegar este año al 77% de su PBI.

"Todo el mundo se siente muy mal por lo que ocurrió, porque las cosas iban tan bien...", dijo Patrick Honohan, presidente del Banco Central de Irlanda. "Pero no tenemos ahora la flexibilidad suficiente para incurrir en un gasto destinado a estímulo."

Honohan señaló que el crecimiento podría alcanzar un 3% en 2012, pero esa predicción sería optimista: Irlanda, por integrar la eurozona, está tratando de reducir su déficit al 3% para 2014, un compromiso que podría debilitar su recuperación.

Edificio cerrado: la pared dice: “bienvenido al infierno”

Estos problemas causan escozor a los irlandeses, debido a la ventaja que el país logró respecto de la mayoría de los miembros de la eurozona. Su mercado laboral es de los más abiertos y dinámicos de Europa. Tras su última recesión importante, en los 80, atrajo a multinacionales dedicadas al avance tecnológico, como Intel y Microsoft, lo que la convirtió en una de las economías más dependientes de las exportaciones.

Ahora, el gobierno deposita sus esperanzas de mejorar la economía en un renacimiento de las exportaciones. La rebaja de los salarios y de los costos energéticos, y un euro más débil, han mejorado su competitividad. Sin embargo, convertir las estadísticas en empleos será una tarea titánica. Y después de un boom de una década, que alentó a muchos a regresar desde la diáspora, el país enfrenta ahora otra amenaza: miles de jóvenes calificados se están marchando y hay temor a una fuga de cerebros (ver aparte).

David Stronge regresó a Dublín en 2006, luego de trabajar en Inglaterra. "Quería vivir esto, y lo hice durante casi un año. Pero entonces todo empezó a hundirse", contó.

Las señales de decadencia se advierten en las calles de Dublín. Los carteles de "Se alquila" oscurecen los frentes vacíos de lo que antes eran vibrantes negocios. A 15 minutos del centro, las moles de edificios vacíos son descarnados símbolos del motivo por el que Irlanda debe prepararse para seguir luchando.

En el empobrecido barrio de Ballymun, los desarrolladores inmobiliarios empezaron a demoler villas miseria para hacer viviendas. Pero a mitad del proyecto el financiamiento se cortó, y dejó esqueletos de hormigón cubiertos de grafitis. "Bienvenidos al infierno", se leía en uno.

Un amargo sentimiento de pesar se filtra en las charlas de cualquier bar, donde el tema habitual son los políticos y banqueros corruptos. Se espera que muchos votantes expresen su enojo en las elecciones de 2012.


Miles abandonan el herido "Tigre celta"

Por Graciela Iglesias
Corresponsal en Gran Bretaña
La Nación, 01/07/10

Elm Park, parque industrial vacío

Cuando Adam Finan, un graduado del Galway Mayo Institute of Technology, de 23 años, se cansó de buscar su primer empleo en abril, armó las valijas y compró un pasaje de ida a Perth, Australia.

El de Adam no fue un caso aislado. Según las estimaciones del Instituto de Investigación Económica y Social de Dublín, unas 100.000 personas abandonarán Irlanda entre este año y el próximo. Muchos con destino a Australia, Canadá, el Reino Unido y Estados Unidos.

Con una población de cuatro millones de personas, la cifra es alta, pero está lejos de alcanzar las 750.000 que emigraron durante las décadas del 40 y del 50. Entre los computados figurarían, además, algunos de los 80.000 inmigrantes que llegaron durante la prosperidad de la última década y ahora planean regresar a su país o emigrar a otra nación europea.

El revés de fortuna no puede ser más espectacular. Hasta hace dos años, Irlanda era el "Tigre celta", que había logrado sacarse de encima los harapos de mendigo para vestir el frac de milagro económico de la Unión Europea. Su modelo de crecimiento sobre la base del área de servicios era el modelo de referencia para todo país en busca de un rápido desarrollo. Pero la crisis financiera global dejó al desnudo su gran debilidad: la descontrolada especulación en los sectores inmobiliario y bancario. Irlanda pasó a ser entonces el país de los negocios que cierran, de las obras de construcción a medio acabar.

Para los mayores de 40 años, todo es un volver a vivir. Hasta mediados de los años 90, la principal exportación de Irlanda era su propia gente. La década del 80 fue particularmente dura, y muchos jóvenes abandonaron el país. "La gran diferencia es que entonces eso era lo normal y ahora no lo es. Los jóvenes de hoy fueron criados bajo la idea de que la emigración era algo del pasado. La crisis les cayó como un balde de agua fría. Hasta hace poco, para ellos, ser exitoso consistía en gastar dinero. Ahora el éxito pasa por sobrevivir", dijo Neil Byrne, dueño, junto con su hermano, de un bar sobre el Atlántico.