Madrid.– El presidente del
gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió ayer su reforma
laboral y anunció cambios en la política de empleo para combatir la tasa de
desocupación de España, que llega al 20,9 por ciento. “La reforma laboral
tiene como finalidad evitar despidos. Ante todo, da flexibilidad a las
empresas para que ante situaciones adversas puedan tomar otras medidas antes
de llegar al despido”, argumentó Zapatero en conferencia de prensa al hacer
un balance de la primera mitad del año.
Zapatero dijo que la reforma
es una gran prioridad social, después de que el Congreso de Diputados
aprobara una enmienda sobre causas de despido objetivo con 20 días de
indemnización, entre las que se incluye la sola previsión de pérdidas o
reducción persistente de ingresos al empleador.
La reforma laboral del
gobierno socialista, que las centrales obreras califican como la más
regresiva de la democracia, fue rechazada con una convocatoria de huelga
general para el 29 de septiembre.
Ante este panorama, Zapatero
remarcó que defenderá la medida donde haga falta, ya que el objetivo de la
reforma es aumentar la estabilidad en el empleo, dando mayor seguridad jurídica.
“La reforma da flexibilidad a las empresas donde no la había y para que
ante circunstancias económicas adversas puedan tomar otras medidas antes de
llegar al despido, algo que antes no pasaba”, apuntó.
Zapatero también defendió
el manejo de la crisis económica que viene llevando adelante su gobierno.
“Estamos en un momento crucial, determinante para renovar la economía y el
modelo de crecimiento. Estamos llevando a cabo el proceso más ambicioso de
reformas que se recuerde en la historia de España”, subrayó. “Ha sido un
semestre de grandes dificultades, pero de intensa actividad del gobierno.
Hemos aprobado 38 leyes, 11 decreto–leyes y más de 20 planes
sectoriales.” Lo que hagamos en los próximos dos años va a decidir el
bienestar de España para los próximos veinte”, dijo el líder socialista.
En ese marco, Zapatero
reconoció que es demasiado alta la tasa de desempleo del 20,9 por ciento
correspondiente al segundo trimestre del año que reveló la Encuesta de
Población Activa (EPA) publicada ayer por el Instituto Nacional de Estadística
(INE). “El reto de la sociedad española es reducir el desempleo”, admitió.
Al mismo tiempo, ratificó el compromiso de su gobierno con los desocupados al
confirmar la prórroga por otros seis meses de la ayuda de 426 euros para los
desempleados de larga duración.
“Este trimestre se ha
creado empleo, pero con una tasa de paro como la que tenemos, esto es una gota
de agua, aunque una gota de agua positiva, la reducción del paro (desempleo)
será lenta porque para reducir la actual tasa de paro hay que crear mucho
empleo”, señaló.
El jefe del gobierno español
confió en que la recuperación de empleo se pueda consolidar y fortalecer a
finales de 2011 o principios de 2012. Zapatero había afirmado en marzo que el
desempleo había alcanzado un techo, pero las cifras publicadas este viernes
han venido a contradecirlo con un nuevo aumento del número de desempleados.
El jefe del gobierno español
se mostró, no obstante, moderadamente optimista sobre la reactivación económica,
anticipando para el segundo trimestre del año un alza del Producto Interior
Bruto (PIB) superior a la del 0,1 por ciento registrada en el primer
trimestre, pero con un crecimiento todavía débil.
“Los presupuestos que vamos
a presentar en septiembre serán necesariamente restrictivos y austeros, con
una reducción media de gasto en los ministerios en torno al 15 por ciento”,
señaló el premier español. El objetivo del gobierno es reducir el déficit
público al 3 por ciento del PIB en 2013, después que hubiera alcanzado el
11,02 por ciento del PIB a finales de 2009.
Zapatero también anunció
que el Ejecutivo acometerá una reforma en profundidad de las políticas
activas de empleo. “Los servicios públicos de colocación están lejos de
lo que deseamos como país”, advirtió.
Por su parte, El Fondo
Monetario Internacional (FMI) saludó ayer, en su informe anual sobre España,
las reformas iniciadas por ese país, pero advirtió que su recuperación económica
sería débil y frágil.
“El ajuste necesario está
en marcha”, subrayó el FMI, que pidió los últimos meses al gobierno español
instaurar estas reformas. “Los desequilibrios acumulados durante los años
de crecimiento comenzaron a reducirse”, observó el FMI. “La perspectiva
de crecimiento sigue sin embargo sin cambios debido a las condiciones
inestables del mercado financiero y de un mercado doméstico débil”, subrayó
el documento.
El FMI continúa estimando un
crecimiento negativo para 2010 de 0,4 por ciento y rebajó sus previsiones
para 2011, pronosticando ahora un crecimiento del PIB de 0,6 por ciento contra
0,9 por ciento en su última proyección de abril.
El gobierno español espera,
por su parte, una contracción del PIB de 0,3 por ciento en 2010 y luego un
crecimiento de 1,3 por ciento en 2011.
“Los directores (del FMI)
saludan las respuestas decisivas de las autoridades a las turbulencias del
mercado financiero y las recientes reformas para restaurar la confianza del
mercado y reforzar un principio de regreso al equilibrio de la economía”,
escribe la institución en su informe.