Una
huelga de 24 horas de los trabajadores del metro de Londres está afectando a
millones de viajeros que utilizan diariamente este medio de transporte. El
paro comenzó ayer por la tarde, cuando los encargados de los servicios de
mantenimiento abandonaron sus puestos de trabajo. Los conductores y empleados
de las estaciones se unieron a la protesta cuatro horas más tarde.
Los huelguistas condenan la
proyectada eliminación de 800 puestos de trabajo, que entre otras cosas
amenaza, según denuncian, la propia seguridad de los viajeros.
Un portavoz de la empresa
Transport for London ha declarado que esperaba mantener el 50% del servicio en
algunas líneas y el 25% en otras, aunque no ha declarado de cuáles se trata.
La compañía ha fletado un
centenar de autobuses y ha puesto en marcha servicios extras de transporte por
barco en el Támesis. Otra de las recomendaciones de la empresa es que los
ciudadanos utilicen la bicicleta.
Un intento
de atacar al Gobierno
El alcalde de la capital, el
conservador Boris Johnson, ha calificado la huelga de "motivada políticamente"
y de un intento de atacar al Gobierno de coalición conservador–liberaldemócrata
de David Cameron.
Por el contrario, el
secretario general del sindicato de transportes RMT, Bob Crow, ha advertido al
alcalde de que "si viola sus promesas y elimina puestos de trabajo en las
estaciones de la red, dará luz verde al desastre".
Según el director ejecutivo
de la Cámara de Comercio de Londres, Colin Stanbrige, un día de cierre del
metro significa 57,6 millones de euros de pérdidas para la economía de la
capital.
En una disputa laboral por
separado, 200 trabajadores de mantenimiento de dos de las líneas del metro,
la Jubilee y Northern, que trabajan para la empresa Alstom–Metro,
emprendieron el domingo una huelga, también de 24 horas, en protesta por un
incremento salarial que calificaron de "insultantemente" bajo.