Reclamos en el movimiento obrero por
huelga general indefinida
¿Hacia un cambio en la situación de
la lucha de clases?
Por Ramate Keita
Desde Francia
Para Socialismo o
Barbarie, 10/10/10
Hace
ya varias semanas que se habla mucho de hacer huelgas “reconductibles”.
Esto refleja una rabia social creciente. La gente
comienzan a darse cuenta que el desempleo y la
“austeridad” no son problemas circunstanciales, de un
momento pasajero de la crisis, sino que han venido para
quedarse, liquidando lo que quedaba del “estado de
bienestar social”. Esto se traduce a su vez en una presión
y descontento con los burócratas de la CGT y demás
centrales sindicales, porque sólo toman medidas de
“lucha” aisladas y sin continuidad. Ahora se abre la
posibilidad de un desborde que lleve a una nueva situación.
París.–
En Francia, se llama “grève reconductible”
–literalmente, “huelga que puede ser renovada”– a
una forma de huelga indefinida, ya sea una huelga general o
de un sector determinado. Los burócratas sindicales decían
que ningún sector de trabajadores sería capaz de ser el
iniciador de la huelga indefinida. Pero ya no hay duda que
los trabajadores del transporte (trenes y metro), los químicos,
y la energía serán los primeros. Ya sus sindicatos
llamaron a huelga reconductible a partir del 12 de octubre.
Y una huelga indefinida de estos sectores puede
paralizar el país.
Ya en la jornada de paros y
manifestaciones del 23 de septiembre, muchos trabajadores de
la educación, de las refinerías Total y de los trenes querían
declararse en huelga “reconductible”. Las dos
manifestaciones de septiembre, y la del 2 de octubre
mostraron que hay mucha rabia contra el gobierno.
Amplios grupos de manifestantes gritaban exigiendo a las
centrales que llaman a paralización total. Es que
muchos ya se dan cuenta que el saboteo de la burocracia de
las centrales es el obstáculo principal que deben vencer
los trabajadores para tomar medidas efectivas de lucha.
Otros síntoma de la agudización de
la lucha de clases: El primero de octubre hubo una
manifestación de enfermeros anestesistas que fue reprimida
violentamente. Por la televisión todos vieron a los policías
arrastrando las enfermeras. Asimismo, en la ciudad de
Marsella, la segunda ciudad de Francia, ya hay una
circunstancia de casi huelga general.
También la situación es tensa en
varios sectores. Un ejemplo son los trabajadores de los
hospitales, que ya no pueden mas. Las enfermeras no pueden
ni tomarse vacaciones porque no hay reemplazantes. El
estado, en aplicación de los planes de austeridad, recorta
los gastos “innecesarios”, como el de sostener la salud
pública. Así, las enfermeras empiezan a declararse en
huelgas reconductibles.
Sarko
en su momento de mayor desprestigio
El gobierno teme la reacción de los
trabajadores. Pero, además, atraviesa su momento de mayor
desprestigio por el destape de escándalos corrupción.
En el verano se destapó un escándalo
mayúsculo, la corrupción del mismo ministro de Trabajo que
quiere imponer la “reforma de las pensiones”. Pero el
gobierno es tan arrogante que el ministro sigue en su
puesto. Con los gobiernos anteriores ya habría sido
obligado a renunciar, y el presidente y el primer ministro
se habrían “lavado las manos” de sus fechorías. Al
dejarlo en su puesto, todo el gobierno, y en primer lugar
Sarkozy, asumen las responsabilidades.
Por esos motivos, Sarko trata de
distraer y ganarse los sectores más atrasados y
reaccionarios, expulsando a los roms (gitanos europeos, que
desde hace siglos viven en estos países). Muchos tienen
nacionalidad francesa. Y ahora han resucitado la amenaza de
“atentados terroristas”, como es su costumbre cada vez
que hay agitación social. ¡Quieren distraer a la gente con
el racismo antigitano y el miedo a los “terroristas islámicos”.
Los
reclamos de huelga general “reconductible” y los burócratas
de las centrales
Desde principios de septiembre se
habla de que sólo la huelga indefinida, el “bloqueo”
del país hará ceder al gobierno. Incluso “expertos” y
“politólogos” en la televisión hacen el mismo análisis.
Los trabajadores no necesitan análisis doctorales para
saberlo. Por eso, muchos no paran cuando la burocracia llama
a huelga de un día, porque saben que no servirá para nada.
Mientras tanto, ¿que hacen los burócratas
de las centrales sindicales, en especial la CGT, que es la
de más peso? ¿Apoyan las huelgas que se iniciarían el 12
de octubre?
En lugar de llamar a huelga general
indefinida contra el proyecto del gobierno de la jubilación
a los 67 años, Thibault (secretario general de la CGT)
escribe una carta a los militantes sindicales para que
“decidan” democráticamente, si paran o no. ¡Ahora
Thibault, un burócrata recalcitrante se ha vuelto “democrático”!
Es que la burocracia juega a que los
trabajadores más aislados y atrasados no paren y que esto
pese negativamente en la movilización. El argumento de los
burócratas grandes y pequeños para desmovilizar es que
“los trabajadores no van a perder salarios poniéndose en
huelga”! Claro que sí. Son capaces de “perder
salarios”, porque saben lo que se les viene encima y
porque movilizándose unidos recobrarán confianza.
Estas discusiones de están dando en
el seno de la CGT y demás organizaciones sindicales. Acompañamos
nuestro artículo con un texto que las describe –“Urgente:
huelga reconductible!!!”–, de los “Comités
Syndicalistes Révolutionnaires”, una corriente
sindicalista que actúa en la CGT y otras centrales.
La inquietud también se está
propagando a los sectores juveniles. Así, los liceístas
comienzan a movilizarse en varias regiones contra el
proyecto del gobierno. Saben que sus padres se retiraran con
pensiones miserables, porque no podrán trabajar hasta los
67 años, y ellos no encontrarán trabajo para ayudarlos.
¿Qué hace el Nuevo Partido
Anticapitalista (NPA)?
Mientras
tanto, lamentablemente, el NPA en vez de estar a la cabeza
de esta situación marcha a la cola de ella.
Si
bien, ante la urgencia de esta coyuntura, la dirección
convoca asambleas generales de militantes, no hay ninguna
orientación práctica. Cada uno toma la palabra para
describir cómo es el panorama en su fábrica, hospital o
escuela, pero no se formula ninguna línea ni menos aun se
sale a hacer campaña por la huelga general. La conclusión
de las asambleas es: “hay sectores que van para adelante,
en otros no pasa nada, o a las asambleas de tales sitios de
trabajo vino mucha o poca gente, etc., etc.”... Y así
termina la reunión...
Los
panfletos y el periódico del NPA ahora llaman a la huelga
general. Es un cambio. Antes evitaban hacerlo mediante el
truco de hablar de la “convergencia de las luchas” (una
abstracción que no se sabía qué significaba exactamente).
Pero
la dirección del NPA sigue sin dar una orientación
concreta acerca de cómo lograr la “huelga general
reconductible”. Es evidente que no se puede alcanzar
sin una dura batalla contra los burócratas de las centrales
que se oponen a ella, en primer lugar el architraidor
Bernard Thibault, secretario general de la CGT.
Esta
batalla no es sólo de palabras, sino que exige también
hechos concretos. Por ejemplo, que sectores del movimiento
obrero (como los que salen a la lucha el 12 de octubre) comiencen
a desbordar los diques de contención burocráticos.
Esto
no sería, además, un hecho inédito. Por el contrario, sería
la repetición de una larga tradición del
proletariado francés. Fue lo que pasó en las ocupaciones
masivas de 1936, en el Mayo Francés de 1968 y en el gran
movimiento de huelgas de 1995, que sin llegar a una huelga
general total, paralizó de hecho al país durante varias
semanas.
Tales
son los ejemplos que deberían inspirar la política y la
actividad del NPA. Más allá de su fuerza orgánica
concreta, una campaña de agitación del NPA proponiendo a
los activistas y trabajadores esa política, sería un
factor a favor de ir construyendo la huelga general
reconductible.
Urgente:
huelga reconductible!!!
Construir la huelga reconductible en
un marco confederal
Comités
Syndicalistes Révolutionnaires (CSR), 26/09/10
Traducción
de Ramate Keita
Lo
que es nuevo en relación al 2008 y sobre todo al 2009, es
la cuestión de la huelga reconductible, que no se plantea sólo
para un círculo muy reducido de militantes.
Actualmente, esta exigencia entre los
trabajadores, principalmente en los más explotados, aparece
de manera más concreta: ¿cómo hacer para organizar una
huelga reconductible? Esta claro que, evidentemente para
muchos, sin una huelga interprofesional, masiva y
reconductible, será perdida la lucha contra el proyecto de
reformas de las pensiones de retiro.
La
clave de la solución: La CGT
Desde el inicio de la crisis
capitalista en el 2008 y del ascenso de las protestas, la
dirección confederal de la CGT se ha negado constantemente
a convocar una huelga interprofesional indefinida. Uno de
los argumentos es que la CGT no había nunca llamado a este
tipo de huelga de su historia. El argumento no sostiene
porque es históricamente falso.
En 1906, la CGT llamó a una nueva
huelga de todos los trabajadores para ganar la jornada de 8
horas, preparando desde meses antes la organización de esa
huelga.
En 1944, llamó a una huelga general,
e incluso a tomar las armas, para liberarse de la ocupación
nazi.
En 1947, decidió a nivel nacional
poner en marcha grandes huelgas por salarios, huelgas
coordinadas dentro de un comité de huelga nacional.
En 1968, si bien la CGT no llamó a
huelga general indefinida a nivel nacional, el discurso
estaba claro para los militantes: las huelgas con ocupación.
Todo el mundo debía estar listo para desarrollar esas
huelgas, organizar, decidir con los trabajadores
sindicalizados y con los no sindicalizados también.
Desde el año 2008, y más hoy en día,
el liderazgo de la confederación CGT ha mostrado claramente
su estrategia: no a la huelga general reconductible.
Esta dirección da la espalda a la
historia de la CGT. Durante más de dos años, ha hecho todo
lo posible para evitar que este debate atraviese los
sindicatos CGT, las uniones locales y departamentales, y las
federaciones. Hay que concluir que la dirección de la CGT
eligió la estrategia de la derrota, voluntariamente, porque
sabe que sin una nueva huelga a escala masiva, los
trabajadores serán derrotados
Muchos directivos sindicales tienen
miedo de un movimiento de masas de los explotados, de los
que no tienen nada que perder con el futuro que los amenaza.
Desde hace mucho tiempo esos dirigentes estiman que jamás
“el mundo cambiará de base”.[1] Ahora se ven obligados,
por las exigencias desde la base (exigencias ciertamente aún
minoritarias), a hablar de la huelga reconductible ante los
activistas y los trabajadores. Pero lo hacen, en frases poco
claras, para mantener la confusión.
En lugar de asumir sus
responsabilidades como dirigentes de una confederación, de
empujar a todas las organizaciones de la CGT (sindicatos,
uniones locales, federaciones) a debatir con los
trabajadores de la necesidad ineludible de la huelga
reconductible, tratan de desorganizar a las que están en
tren de tomar forma.
Pero
de la dirección de la CGT no es la única responsable. Hay
responsabilidades a todo nivel
Las direcciones de las uniones
departamentales y federaciones se han mostrado hasta ahora
muy calladas sobre la necesidad de organizar rápidamente la
huelga... Ya en el debate en 2009, especialmente antes del
Congreso Confederal, se contentaron con etiquetar a
militantes sinceros de “izquierdistas” porque hablaban
de la necesidad de la "huelga general". Vemos el
resultado hoy...
Está también el rol de freno que
muchos cargos sindicales juegan en las empresas: derrotismo,
reclusión en la propia empresa cuando la urgencia es
unificar los sindicatos a nivel local, en los lugares donde
hay posibilidad de huelga reconductible. Los trabajadores
sindicalizados deben dirigirse a las empresas donde hay
mucha rabia contra los patronos pero no hay sindicatos, para
plantear lo de las pensiones pero también el empleo y los
salarios.
Hay un cambio de dimensión que muchos
activistas sindicales no alcanzan a comprender: los hábitos
de la actividad sindical centrada en la empresa
(especialmente las reuniones de comité de empresa) debe dar
paso a dar prioridad a la lucha interprofesional y local.
Este freno se explica por los
demasiados años de derrotas, de combates limitados a la
propia la empresa, por la negativa de las direcciones
federales y la confederal a discutir la situación política.
Pero este freno se debe eliminar.
Tenemos que ir a sacudir nuestros
compañeros descreídos, multiplicar los contactos entre los
activistas de las uniones locales, de las zonas
industriales... Si ganamos a los activistas para la
perspectiva de la huelga general indefinida, ella se volverá
irresistible.
Solidaires,
Force Ouvriere, FSU (otras centrales sindicales): ¡es el
momento de actuar!
Más allá de las palabras de simpatía
de las respectivas direcciones nacionales a una "huelga
general", los activistas de estas organizaciones deben
preguntarse qué hacer en la práctica para organizar la
huelga reconductible. Donde las uniones locales no funcionan
realmente como una herramienta para la organización
interprofesional, deben contactar con trabajadores de otras
empresas y de su ciudad para movilizarlos y unir así a
todas las fuerzas de inmediato con la red de uniones locales
de la CGT.
12 de octubre: la necesidad de una
perspectiva
Para que el día de 12 de octubre no
sea el final de las movilizaciones, todos los
activistas sindicales clasistas, cualquiera que sea su
sigla, deben imponer antes de esa fecha la discusión sobre
la reconducción de la huelga en su sindicato, en su unión
local etc... Hay que tomar la palabra a los dirigentes de la
CGT: la huelga debe tener sus raíces en la base de las
empresas y localmente. Porque nosotros sí, verdaderamente, lo
queremos.
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