Los estudiantes de los institutos
se
suman a la protesta social
Por Antonio Jiménez Barca
Corresponsal en París
El País, 15/10/10
El movimiento de protesta contra la
reforma de las jubilaciones propugnada por Nicolas Sarkozy
ha tomado dos direcciones imprevisibles y arriesgadas para
el Gobierno francés: una es la huelga, renovada cada 24
horas, en determinados sectores clave. Uno de ellos es el de
las refinerías, que afecta a 10 de las 12 plantas que hay
en Francia. La otra deriva un tanto incontrolable que ha
tomado la protesta es la inesperada, repentina, decidida y
creciente incorporación de estudiantes de instituto al
movimiento.
Ayer fueron cerca de 500 los institutos
afectados de alguna forma. Muchos de ellos se encontraban
bloqueados por los mismos estudiantes, que impedían la
entrada a alumnos y profesores. Se suceden las
manifestaciones en la calle, tanto en París como en
Burdeos, Rennes, Toulouse o Lille, entre otras ciudades. Ya
se han producido enfrentamientos entre la policía y algunos
jóvenes en Montreuil, en la región de
Seine–Saint–Denis, en las afueras de París.
Precisamente desde
Seine–Saint–Denis llegó ayer Elodie Roblet, que se sumó
a la manifestación celebrada cerca del Campo de Marte, en
París. Es una estudiante de último año de bachillerato,
participó por la mañana en el bloqueo de su propio
instituto y resumía así sus razones para protestar, a los
18 años, por un proyecto de ley que retrasará dos años la
edad de jubilación, de los 60 a los 62: "Cuanto más
tarde se jubile la gente, menos esperanza tendremos nosotros
de encontrar un trabajo. Además, defiendo una jubilación
que, si no se lucha, va a desaparecer, y también lucho por
los derechos de mis padres".
Elodie y los suyos paralizaron de golpe
el tráfico de la avenida Bousquet, cerca de la Escuela
Militar, al pie de la Torre Eiffel, y comenzaron después a
desfilar hacia el Sena entre gritos anti–Sarkozy y
antirreforma. Varios miembros del Gobierno han acusado a la
izquierda de espolear a los jóvenes y de instrumentalizar
el movimiento juvenil a su favor.
Muchos se acuerdan de las protestas
estudiantiles de 2005, que hicieron retirar al Gobierno del
primer ministro Dominique Villepin una también polémica
ley de contratación laboral. El mismo De Villepin lo
reconocía el martes en televisión: "Hay que sacar
lecciones de la experiencia".
Mientras, el presidente de la Unión
Francesa de las Industrias Petroleras, Jean–Louis
Schilansky, viendo que la huelga se puede alargar, ha pedido
al Gobierno que desbloquee parte de las reservas estratégicas
debido a que las gasolineras cuentan, en la actualidad
–según Schilansky–, con depósitos para 10 días
solamente.
Los sindicatos, además de recordar que
mañana hay organizada una jornada de protesta, anunciaron
la convocatoria de otra nueva para el martes 19. Desde el
otro lado, el Gobierno no da ninguna señal de ceder.
Sarkozy, ayer, en una visita a Gironde, sin aludir en
concreto al proyecto de ley, afirmó: "No estoy
obsesionado con las reformas, pero yo tengo la
responsabilidad de conducir la quinta economía del mundo.
En un mundo que se mueve, no nos podemos quedar inmóviles".
Los estudiantes
franceses explican por
qué salen a la calle contra la reforma
de las jubilaciones
"Protestamos porque no queremos
vivir peor
que nuestros padres"
Por Antonio Jiménez Barca
Corresponsal en París
El País, 15/10/10
A un paso del Senado, donde se debate
la polémica ley que amenaza con incendiar Francia, la que
retrasa la jubilación de 60 a 62 años, un centenar de
veinteañeros corta el tráfico de golpe, al lado del Jardín
de Luxemburgo y comienza a gritar: "Sarko, estás
acabado, la juventud ha llegado". Cerca de medio
centenar de antidisturbios vigila de cerca con la porra y el
escudo transparente en la mano. Uno de estos estudiantes es
Benjamin Guerand–Pinet, de 22 años, cursa tercero de
Derecho y se detiene a responder a una turista
estadounidense que pregunta con curiosidad por qué un pelotón
de jovencitos está en un tris de recibir un porrazo por una
ley que regula algo tan remoto como su jubilación.
Guerand–Pinet le contesta muy serio:
"Estamos aquí porque no queremos vivir peor que
nuestros padres".
Cerca, un curioso, Jean–Marc, de 62 años,
recordó que cuando él tenía veinte años participó en
las mismas calles en una revuelta histórica, la del Mayo
del 68, que iba a cambiar la manera de ver el mundo y a la
que muchos aluden actualmente al ver de nuevo a los jóvenes
en ebullición. "Bueno, había una diferencia: nosotros
luchábamos contra la sociedad, ellos creo que luchan contra
Sarkozy. Yo no quería vivir como mi padre, quería acabar
con el mundo de mi padre. Ellos, por lo visto, no",
explica.
La revuelta de los institutos contra la
reforma de las jubilaciones crece. Hoy hay al menos 300
institutos cerrados, en los que los estudiantes bloquean las
puertas por la mañana impidiendo a nadie entrar en clase.
Se reproducen manifestaciones relámpago por toda Francia.
Se han producido disturbios y enfrentamientos entre la policía
y los manifestantes en Lyon, con coches volcados,
contenedores de basura quemados y cargas de los
antidisturbios. En Cannes, un policía ha resultado herido
también en una manifestación anti Sarkozy. El Ministerio
del Interior ha detenido a 150 jóvenes que, a juicio de la
policía, en vez de manifestarse habían salido a la calle
con intención de destrozar en vez de protestar.
En la pequeña protesta del barrio del
Jardín de Luxemburgo no hay incidentes. Tan solo policías
que impiden con su presencia llegar al Senado y un grupo de
jóvenes convencidos de que su futuro se juega en esta
carta: "Si la gente se jubila más tarde, no habrá
trabajo para nosotros", asegura uno. "No quiero
ser un estudiante a los veinte, un parado a los 25 y un
precario a los 62", añade otro.
Después, todos a coro, comienzan a
gritar bajo la mirada de reojo de los policías: "¡No
nos gusta esta sociedad¡".
Jean–Marc, el viejo militante de
izquierda que participó en el Mayo del 68, sonríe y dice:
"¡Qué demonios¡ ¡Que se muevan los jóvenes! ¡Ellos
tienen razón!".
|