Europa

Los países de la UE se rebelan contra el ajuste

Crece el malestar social y gremial

Por Luisa Corradini
Corresponsal en Francia
La Nación, 24/10/10

París.– Trece meses después de asumir, mientras se aprestaba a hacer votar una nueva y controvertida ley de transportes, Nicolas Sarkozy se atrevió a afirmar: "Desde hace un año, cuando hay una huelga en Francia nadie se da cuenta". Hoy debe estar mordiéndose la lengua.

Para los franceses, la reforma de la jubilación fue simplemente la gota que rebasó el vaso. Con características diferentes, la misma ebullición se registra en la mayoría de los otros 26 países de la Unión Europea (UE), donde uno de cada cinco menores de 25 años está desocupado, en tanto que el desempleo total del bloque se eleva a 9,5 por ciento.

Indignados por la sensación de estar gobernados por "el presidente de los ricos", empujados por la certeza de que "los que pagan son siempre los más frágiles", los franceses hicieron otra vez honor a una tradición de más de dos siglos y desde hace cuatro meses salieron a la calle, masivamente, a protestar, cortaron autopistas; pararon trenes y aeropuertos; tomaron depósitos de combustible y refinerías; dejaron de recolectar hasta la basura y pusieron en jaque la actividad económica del país arrojándose a una serie de huelgas indefinidas que, por el momento, no tiene visos de terminar.

Todo eso, para protestar contra una modesta y necesaria reforma del régimen de jubilaciones, por el cual la edad mínima del retiro aumentará –sólo en 2020– de los 60 a los 62 años, edad que seguirá estando por debajo de la media europea.

Considerada por Nicolas Sarkozy "la madre de todas sus reformas", esa ley forma parte, sin embargo, de un plan más vasto de ajuste, cuyo objetivo es el de economizar 100.000 millones de euros hasta 2013, reduciendo así el déficit público de 8% a 3%.

En Bélgica, las discusiones comunitarias esconden las respectivas visiones de los grandes partidos sobre cómo economizar los 24.000 millones de euros de déficit.

"Naturalmente, ninguno piensa en los bancos, las grandes fortunas o los fraudes fiscales. Los recortes los pagarán el sector social, los desempleados y los trabajadores– Resistiremos, como en el resto de la UE", afirma Liliane Rubens, representante del sindicato socialista belga FGTB.

En Gran Bretaña, la federación sindical TUC proyecta manifestaciones masivas a partir de fin de mes, después que el gobierno conservador de David Cameron anunció su intención de economizar 94.000 millones de euros antes de 2014. Esa cirugía sin anestesia implica la supresión de 500.000 empleos públicos y una reducción del presupuesto de defensa, que termina con los últimos vestigios del Imperio Británico.

"Gran Bretaña se ha embarcado en una experiencia extremadamente riesgosa", opinó Joseph Stiglitz. El premio Nobel de Economía advirtió una vez más sobre "los efectos perversos de la austeridad sobre el empleo y la inversión".

Las protestas contra el plan de austeridad más doloroso desde que terminó la Segunda Guerra Mundial habían comenzado, en realidad, el 29 de septiembre, cuando, de Glasgow a Londres, cientos de militantes ocuparon las calles. El mes pasado y a comienzos de octubre, diversas huelgas paralizaron el tráfico de subterráneos y trenes, en protesta por los despidos anunciados.

Portugal, España, Holanda, Alemania, Irlanda, Italia, Dinamarca, Bulgaria, Hungría, Letonia, Lituania y Rumania han vivido la misma experiencia: jornadas de manifestaciones masivas y huelgas nacionales convocadas por los sindicatos para protestar contra los recortes anunciados por sus gobiernos.

Con leves variantes, esos planes de economías incluyen una prolongación de la edad de la jubilación, reducciones masivas de empleos en la administración pública y drásticos cortes en los sectores de la salud, la educación y la cultura.

Portugal debe ahorrar 11.700 millones de euros antes de 2013; Italia, 24.000 millones entre 2011 y 2012; Alemania, 82.000 millones antes de 2014, y Grecia, 30.000 en tres años.

"Hay que elegir: economizar 30.000 millones o seguir viviendo." En Grecia, el eslogan del Frente Militante de Lucha de los Trabajadores (PAME) figuraba en primera línea de cada manifestación durante las 12 huelgas generales organizadas con éxito desde que el primer ministro Georges Papandreu anunció las medidas de austeridad.

La amenaza de explosión social no es la única preocupación de los gobiernos europeos. Desde mediados de año, la economía desaceleró su ritmo y las exportaciones disminuyeron. En otras palabras, el peligro es que los recortes presupuestarios terminen por asfixiar la reactivación, todavía extremadamente frágil.

Presión sobre el sector privado

Uno de los principales interrogantes es cómo se comportará la demanda de empleo. ¿El sector privado puede crear suficientes puestos de trabajo como para compensar la supresión de cientos de miles de empleos públicos? Peor aún: teniendo en cuenta los puestos de trabajo del sector privado amenazados por los planes de austeridad, en los próximos tres años podrían desaparecer, en realidad, millones de empleos.

La respuesta a esa cuestión se conocerá dentro de algunos meses, cuando el impacto de las medidas de austeridad llegue a la economía real.

La segunda gran incógnita reside en la equidad de los recortes. La mayoría de los gobiernos insiste en que han prestado especial atención al "equilibrio social", protegiendo los gastos de salud pública y de educación. Todos pretenden aplicar políticas "progresistas". Nadie ignora, sin embargo, que los grandes perdedores de esos ajustes serán las ayudas sociales y las jubilaciones. En la mayor parte del espacio europeo, esos presupuestos sufrirán sensibles amputaciones.

Para lanzar su megaplán de austeridad, el gobierno británico escogió como eslogan “We are all in this together”, que, en traducción libre, sería algo así como "Estamos todos en el mismo barco".

Para Cameron, Merkel o Sarkozy, todos los europeos –ricos o pobres– padecerán los efectos de los ajustes. Es probable que gran parte de los 23 millones de desempleados de los 27 países miembros de la UE tenga dificultades para coincidir con ellos.