Los gobiernos de “izquierda” y de derechas no se
distinguen en nada en el proyecto
de atacar a los pueblos
Europa a la hora de la “austeridad”:
¿qué delirio
es éste?
Por Michel
Husson (*)
hussonet, 22/11/10
La política de austeridad presupuestaria es propiamente
demencial. En primer lugar, no puede sino reducir el crecimiento, sobre todo
tal como ha sido planteada. Afirmar lo contrario es ir en contra de la teoría
económica ("El buen momento para la austeridad, es el boom, no la recesión",
decía Keynes) pero también del balance de las experiencias pasadas.
Un estudio reciente del FMI establece que una
"consolidación presupuestaria" de un punto del PIB conduce a una
bajada del PIB de un 0,5%, que puede llegar hasta el 1% si tal política se
extiende a un gran número de países /1.
Un informe parlamentario /2 acaba de echar las cuentas
para el caso de Francia. Según el gobierno, el déficit pasaría del 7,6% del
PIB en 2009 al 2,5% en 2014. Pero este resultado se basa en hipótesis
optimistas: recuperación del crecimiento (2% en 2011, luego el 2,5%) y muy débil
progresión de los gastos (+0,8% en volumen por año contra el 2,3% como media
entre 2000 y 2008), con hipótesis más realistas (crecimiento al 1,5% y
progresión de los gastos al 1,1%), el déficit estaría aún al 6,3% del PIB
en 2014, y la deuda pública continúa aumentando más rápidamente que el
PIB. Frenar el crecimiento, es también frenar los ingresos presupuestarios.
El pesimismo es aún reforzado por la generalización de
la austeridad al conjunto de Europa. Que un país lleve en su rincón una política
así, es una cosa. Pero es algo completamente diferente si todos los países
europeos lo hacen al mismo tiempo. Sin embargo este mecanismo multiplicador no
es tenido en cuenta, o muy parcialmente, en ninguna de las previsiones.
¿Europa podría ser salvada por el resto del mundo? Esta
vía está también cerrada. Los Estados Unidos están inmersos en un débil
crecimiento y Obama no podrá ya hacer política de relanzamiento (en el mejor
de los casos). La política económica acaba de desviarse hacia la inyección
de liquidez (quantitative easing) que facilita las cosas a los especuladores y
que puede alimentar la próxima burbuja financiera. En cualquier caso, tiene
por efecto inmediato hacer bajar el dólar, y por tanto la competitividad de
las exportaciones europeas.
¿Y los países emergentes? En efecto, contribuyen a
tirar de la demanda mundial. Pero todos los países europeos no están tan
bien colocados y esto no puede sino acentuar la divergencia de las
trayectorias en Europa. Incluso en el caso de Alemania, las exportaciones
hacia los emergentes no podrían compensar una fuerte ralentización del
mercado europeo: los PECO y China no representan en 2009 más que el 16% de
las exportaciones alemanas, y éstas dependen aún mayoritariamente -un 63%-
del mercado europeo /3.
¿Por qué este giro brutal hacia la austeridad? Se
invoca a menudo la presión de los mercados financieros. Pero esta presión no
existe más que en la medida en que los gobiernos europeos no han hecho nada
para matarla en el huevo. Las razones de fondo están en otra parte, y en
primer lugar en el rechazo a superar el cada cual para sí coordinando las políticas
nacionales. Pero la crisis es sobre todo la ocasión y el pretexto de una
terapia de choque tanto para hacer pagar la crisis a quienes no son sus
responsables como para hacer adelgazar de una vez por todas el estado social.
Basta con constatar que los planes de austeridad obedecen todos a dos grandes
principios: reducir los gastos, atacando los gastos sociales en vez de
aumentar los ingresos. Y cuando se aumentan a pesar de todo, es por medio del
IVA, el impuesto socialmente más injusto, que tiene además la ventaja
eventual de una devaluación camuflada.
Una rápida mirada a Europa muestra que los gobiernos de
izquierda y de derechas no se distinguen en nada en el proyecto que consiste
en atacar a los pueblos a la vez que se les explica que no hay alternativa.
Una tal regresión social, de una violencia inédita, encadena un proceso de
desestructuración de las sociedades, y conduce a la dislocación de la Unión
Europea. Puede desembocar claramente en una nueva recesión, a menos que las
resistencias sociales fuercen a los gobiernos a retroceder.
(*) Economista y militante de izquierda francés.
Notas:
1/
"Will It Hurt? Macroeconomic Effects of Fiscal Consolidation", World
Economic Outlook, FMI, Octubre 2010.
2/ Assemblée
Nationale, Rapport sur le projet de loi de finances pour 2011, annexe nº21,
"engagements financiers de l´Etat", Octobre 2010.
3/ Ver
"Le modèle allemand n´est pas viable", nota hussonnet nº 19,
septiembre 2010.
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