El Gobierno tuvo que tomar
medidas en 2009 tras quitarse la vida 44 trabajadores en año y medio por las
condiciones de explotación en la empresa
Un empleado de France Télécom
se ha quemado a lo bonzo hoy, en el aparcamiento al aire libre que se
encuentra a la salida de su empresa, en Mérignac, en las afueras de Burdeos (Gironde),
reabriendo de golpe la crisis de los suicidios que sacudió a esta compañía
de telecomunicaciones (y a toda Francia) en el otoño de 2009. Entonces, el
Gobierno de Nicolas Sarkozy obligó a la dirección de France Télécom a
reaccionar ante una estadística espeluznante: 44 suicidios en un año y
medio, la mayoría en el lugar donde trabajaban.
Los sindicatos relacionaron los
suicidios con las estresantes condiciones de trabajo, con los traslados
fulminantes que debían encarar los trabajadores por la reestructuración de
la empresa y con la presión incesante de los jefes sobre los empleados a fin
de cumplir determinados objetivos comerciales. También con los cambios de
destino que de un día a otro, por ejemplo, colocaban a un operario experto en
tender cables en la calle a atender averías por teléfono.
Poco se sabe aún del empleado
que se ha quemado hoy: tenía 57 años y, según varios compañeros, llevaba
muchos de ellos trabajando en la empresa. "Burdeos es una de las zonas en
las que más ha existido lo que nosotros llamamos la violencia social de la
empresa, y este trabajador había confesado a sus compañeros que se sentía
afectado", explicaba hoy en la cadena de Televisión i–Télé el
sindicalista Sebastien Crozier.
Un informe de la inspección de
Trabajo confirmó en 2010 que las intenciones de la empresa, con su terminante
e incesante política de traslados y cambios de actividad, era minar la moral
y suprimir 22.000 puestos de trabajo, la mayoría funcionarios, de los 100.000
con que cuenta France Télécom.
La oleada creciente de
suicidios, las críticas de los sindicatos, la descripción de las condiciones
de trabajo y su repercusión mediática tuvo efectos en la cúpula de la
empresa: en noviembre de 2009 dimitió el número dos de la empresa, Louis Wenès,considerado
por los trabajadores el responsable de la deriva estresante de la compañía.
Pocos meses después, en febrero de 2010, el presidente ejecutivo del grupo,
Didier Lombard, dejaba también el cargo. La nueva cabeza visible de la compañía,
Stéphane Richard, presionado por el Gobierno (el Estado regenta el 26% de las
acciones) decidió modificar las condiciones de trabajo.
Esto no
ha bastado, según los sindicatos, que aseguran que en 2010 se han suicidado
25 trabajadores. "Esta violencia social se paró con Richard. Pero pasará
mucho tiempo hasta que se reconstruya la empresa por completo. La anterior
etapa ha dejado huellas en los trabajadores y lo que ha pasado hoy es una
prueba", explica el sindicalista Crozier.
France
Telecom paga a los ejecutivos según los trabajadores que dejan la empresa
Revelan la
política de presión sobre la plantilla
tras el suicidio de 25 empleados
París.– La resaca de la ola
de suicidios que ha sacudido a la plantilla de France Télécom y que ha
llevado al propio presidente de la República, Nicolas Sarkozy, a abrir una
investigación sobre el asunto, está arrojando algo de luz sobre las
presiones a las que estaban sometidos los trabajadores. De hecho, según
revela la edición española de la revista Vanity Fair, la dirección de la
compañía de telecomunicaciones renumeraba a los ejecutivos en función de la
cantidad de empleados que abandonaban la empresa. En concreto, entre un 15 y
un 40% del sueldo de los directivos dependía de que consiguieran un objetivo:
incitar a un mínimo de 22.000 trabajadores a abandonar la compañía.
El artículo, en el que se
recogen numerosos testimonios de los propios trabajadores en los que se llega
a recordar cómo se quitaron la vida 25 compañeros en un año y titulado
“Suicídise, s'il vous plaît”, señala que la forma de instar a los
empleados a abandonar la empresa pasaban por estresantes métodos de trabajo y
organización, en los que no se excluía los ataques personales y dejar en ridículo
a los que menos ventas lograban, así como constantes cambios de ubicación y
departamento. Y apunta a un responsable último: Olivier Barberot, director
del departamento de recursos humanos de France Télécom, que a partir de 2002
puso en marcha un proyecto en el que llamaba a los trabajadores "a tomar
las riendas de su futuro profesional mediante la creación de una empresa en
el exterior".
Durante
la vigencia del programa, suspendido a finales de 2008 y que un directivo de
la empresa ha llegado a calificar a la revista como "la caza del
hombre", se han suprimido 30.000 puestos de trabajo "invitando a que
los trabajadores se vayan" sin ninguna negociación con los sindicatos ni
acuerdo con los trabajadores, explica esta fuente anónima. Aunque el artículo
también añade algunos nombres del grupo directivo como Sébastien Croizier:
"Todos los jefes tienen entre sus objetivos la reducción de personal. Si
no lo consiguen, no obtienen la parte variable de su sueldo. No es una prima,
forma parte de su trabajo".