Protestas
del movimiento 15–M
Los
«indignados» se plantean qué hacer el
día después de los comicios
Por
Begoña Fernández
Gara / Agencia EFE, 22/05/11
Los
«indignados» seguían ayer en la madrileña Puerta del Sol
desarrollando una «jornada de reflexión pacífica», como
hacían miles de personas más con idénticos planteamientos
en otras ciudades del Estado. Los participantes de la conocida
como Acampadasol decidirán hoy a las 11.30 horas en una
asamblea multitudinaria si continúan en la plaza más allá
de las elecciones. La iniciativa Toma la Plaza ya ha convocado
actos para el próximo sábado, 28 de mayo.
Madrid.–
Los participantes de la acampada que se viene desarrollando en
la Puerta del Sol de Madrid decidirán a las 11.30 horas si
continúan o no en dicho lugar tras la jornada de elecciones.
Lo confirmaron desde la megafonía de la plaza los
organizadores de la iniciativa. Un portavoz declaró que ayer
continuaban de «reflexión pacífica», en una jornada que
estuvo marcada por la atracción de un pasacalles musical. Los
«indignados» pudieron disfrutar con tres actividades lúdico–culturales
organizadas por tres escuelas de samba.
Los
acampados se definen como una Ciudad–Estado, autogestionada
por una Asamblea con capacidad vinculante y vocación de
permanencia, dispuesta a pervivir más allá del 22 de mayo, y
advierten de que no son «una nube de verano» sino algo «sólido
y serio, que acaba de empezar». Juan López, uno de los
portavoces, subrayaba que los concentrados en esta
mini–ciudad se enmarcan en un movimiento ciudadano,
apartidista, heterogéneo, con todo tipo de ideologías políticas
y edades que no se rige por «leyes» sino por normas de
convivencia, previamente votadas y consensuadas en la
Asamblea.
El
número de comisiones –al principio fueron cuatro– ha
aumentado y los protocolos de actuación, basados siempre en
la responsabilidad individual, abarcan cada día más aspectos
de la acampada, que se extiende por alguna de las calles que
desembocan en la Puerta del Sol. López explicó que todos los
comunicados que emite la Asamblea salen en la página web
Tomalaplaza.net, que tienen pre– sencia en Twitter y que en
Facebook aparecen como «spanish revolution».
Aunque
la autodenominada Ciudad–Estado contaba a principios de
semana con sólo cuatro comisiones (Comunicación,
Infraestructuras, Alimentación y Acción), ayer contabilizaba
al menos nueve, además de multitud de subcomisiones que, en
conjunto, superan la veintena. Las comisiones y subcomisiones
son las encargadas de coordinar y organizar el día a día.
Así,
por ejemplo, la Comisión de Respeto es la que media entre la
Policía y los concentrados, y tiene la misión de crear un
cordón humano para proteger, en caso de carga policial, a
todo aquel que se encuentre dentro del territorio–acampada.
También rige una norma en la Comisión de Respeto y es que si
la Policía pide el DNI hay que mos– trarlo, pero no
entregarlo y, además, insta a los concentrados a no firmar
ningún documento oficial.
Otra
comisión emblemática en la acampada es la de
Infraestructura. Está encargada de distribuir el espacio,
abrir los «caminos» entre tiendas, hacer la limpieza y «mantener
bajo mínimos el alcohol». De hecho, tanto en las bocas de
Metro como de Cercanías hay pancartas en las que se recuerda
que «Esto no es un botellón» y todos los carteles
mentalizan al visitante de que se trata de una protesta
solidaria en la que la responsabilidad individual es lo más
importante.
24.000
personas
López
subrayó que la gente se está rigiendo por el sentido común,
por lo que tampoco hacen falta normas rígidas y sirven los
protocolos orientativos que pueden verse en casi todas las
comisiones.
El
portavoz también se refirió al hecho de que este acto se
haya convocado en época electoral y estimó la conveniencia
de hacerlo en estas fechas, cuando la sociedad está más
receptiva a hablar de política y los políticos se interesan
más, «o al menos hacen ver que nos escuchan».
A
las 18.00 de ayer, era muy difícil, según la organización,
«hacer una estimación de cuánta gente puede haber, ya que,
siendo sábado, hay un goteo masivo de personas que vienen a
mirar, marchan...» El número de manifestantes que acudieron
el viernes a la concentración fue aumentando a lo largo de
las primeras horas de la noche hasta alcanzar a las 00.45
horas una cifra de entre 22.000 y 24.000, según una estimación
de Lynce para la agencia Efe.
La
cúpula del Ministerio del Interior constató, en una reunión
celebrada por la mañana, que durante la noche anterior no se
produjo ningún incidente en las protestas que tuvieron lugar
en ciudades de todo el Estado, en las que calcula que
participaron unas 58.000 personas. Las FSE no intervinieron.
De
las concentraciones de los «indignados» ya han surgido
diversas convocatorias para movilizarse en los próximos días.
Así, en Madrid se han convocado para el 28 de mayo asambleas
populares en las plazas de cada barrio o pueblo, para debatir
y elevar sus propuestas.
Barcelona
A
media mañana, un grupo de «indignados» catalanes comenzó
la lectura del libro que une a muchos de los manifestantes:
«¡Indignaos!», del escritor francés Stéphane Hessel, de
93 años. Luego se debatió sobre si acudir o no a votar en la
cita de hoy.
Comerciantes
En
Madrid, ayer se dejaron oír los comerciantes de la zona de la
acampada, que están «desesperados» por una iniciativa que,
pese a atraer a miles de curiosos, ha «ahuyentado» a los
compradores. Sus ventas han bajado en más de un 70%.
Qué
cambios
Stéphane
Hessel, autor de «Indignaos», ha declarado que «está bien
que salgan a la calle y que se quejen de cosas, pero aún es más
importante saber por qué cambios están trabajando. Deben
tener claro que no sólo deben estar en contra de algo», añadió.
Miles
de vascos desafían «de modo individual» las prohibiciones
Una
«oleada amarilla» de ciudadanos indignados pasearon en la
tarde de ayer por la capital gasteiztarra para protestar de
forma pacífica por la actual situación política y económica
y «promover una reflexión razonada y responsable a favor del
voto consciente y consecuente».
El
Movimiento 15–M había convocado a través de las redes
sociales una manifestación que el viernes la Junta Electoral
de Alava prohibió por coincidir con la jornada de reflexión.
Los convocantes decidieron desvincularse de la marcha pero señalaron
que la ciudadanía era libre de acudir «de forma individual»,
idea que hicieron suya al menos 3.000 personas, según calculó
GARA. A la hora de la prohibición, numerosas personas
ataviadas con prendas amarillas o con lazos y globos de este
color acudieron a la cita en Bilbo Plaza. Allí, efectivos de
la Ertzaintza les recordaron que la manifestación estaba
prohibida y les advirtieron de que si se desarrollaba iban a
proceder a identificar a los asistentes.
Los
congregados estudiaron la advertencia–amenaza policial e
inmediatamente se pusieron a «pasear» por las aceras sin
proferir gritos ni consignas y sin portar pancartas, hasta
llegar a la céntrica plaza de la Virgen Blanca, donde los
pasados días se han sucedido las concentraciones y acampadas
de los «indignados».
Los
«indignados» de Gasteiz coincidieron a última hora del
viernes con una movilización de Etxerat. Los familiares de
los presos políticos vascos recibieron el apoyo en forma de
aplauso de bastantes de los manifestantes que a esa hora
compartían espacio con ellos.
Por
lo que respecta a las movilizaciones de los «indignados» en
otras capitales vascas, la voluntad de evitar provocaciones y
problemas presidió la actuación de los manifestantes.
Talleres lúdicos y diversas asambleas han sido las
actividades realizadas por las personas concentradas en la
bilbaina Plaza Arriaga, donde en la noche anterior la
Ertzaintza les comunicó por megafonía la prohibición de
hacer alusiones al voto durante la jornada de ayer.
Los
concentrados en la iruindarra Plaza del Castillo, después de
que el viernes se trasladaran desde la Plaza Consistorial, habían
conseguido a media tarde de ayer unas 4.000 firmas de apoyo al
manifiesto «Democracia real ya», y durante la jornada de
reflexión su iniciativa continuaba con normalidad.
Los
centenares de acampados en el Boulevard donostiarra
organizaron una cadena humana, talleres infantiles y monólogos
denominados «Club de una comedia». Sus organizadores
insistieron en que no quieren que este movimiento se quede sólo
«en palabras y discursos», ya que su planteamiento es «avanzar
hacia algún lugar, no quejarnos».
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