Entre los jóvenes, el desempleo y la
inquietud crecen de la mano
El porcentaje de desocupados alcanza el
45%
entre los menores de 24 años
Por Daniel Wools
Desde Madrid
Agencia
Associated Press, 28/05/11
Lo primero que le dijeron a Silvia
Huelves cuando empezó a estudiar arquitectura fue que debería
aprender chino o japonés? porque no iba a construir nada en
España por un buen tiempo.
No fue una crítica a su capacidad, sino
un reflejo del estado del país, donde el porcentaje de
desempleo entre los menores de 25 años alcanza un asombroso
45%, y donde una caída del sector de la construcción generó
casi dos años de recesión.
Ahora los jóvenes protestan, arreglándoselas
en improvisados campamentos erigidos en el corazón de las
principales ciudades españolas, para llamar la atención
sobre su desafortunada situación.
Aunque los manifestantes españoles que
protestan en todo el país están enojados por muchas cosas,
las sombrías perspectivas laborales y el hecho de tener que
vivir con mamá y papá hasta bien entrada la edad adulta
figura en uno de los primeros lugares de la lista.
Huelves, una joven de 19 años con una
ancha sonrisa, dijo que sus profesores no se gastan en ocultar
el espantoso estado de cosas reinante. "Una ingresa y lo
primero que le dicen es: «Olvídalo, nunca vas a construir
edificios»", dijo la joven. "Dicen: «La
arquitectura es algo hermoso y acabado y muy útil para muchas
cosas, pero no vas a construir edificios»."
La construcción es, por cierto, el
sector más afectado de la maltrecha economía española, ya
que trata de recobrarse del estallido de una burbuja
inmobiliaria. Pero en casi todos los sectores los jóvenes se
enfrentan con complicadas perspectivas. La tasa de desempleo
entre los menores de 25 años hace que el porcentaje nacional
de desempleo, del 21,3%, parezca leve por comparación. Si se
amplía el sector hasta los 29 años, el porcentaje, que
alcanza el 35%, sigue siendo asombroso.
Gran parte del problema son las rígidas
leyes que gobiernan el mercado laboral español, en particular
el alto costo que implica despedir a los empleados antiguos,
de más edad y menos productivos, según una legislación que
se remonta a 30 años atrás, dijo Gayle Allard, una experta
en mercado laboral de la Escuela de Negocios IE de Madrid.
Como los empleadores son reticentes a darles a los nuevos
empleados contratos sin plazo y con todos los beneficios, los
jóvenes trabajadores suelen terminar con contratos
temporarios, que a veces sólo duran unos meses.
En los buenos tiempos, las empresas
renovaban esos contratos, pero desde la recesión simplemente
los dejan vencerse.
Oscilaciones
Eso hace que el porcentaje de
desempleados españoles sea mucho más vulnerable a las
oscilaciones de la economía, ya que casi un tercio de todos
los empleados tienen contratos temporarios. El porcentaje de
desempleo se duplicó en apenas tres años, y la gente joven
suele ganar tan sólo 1000 euros al mes, por lo que resulta el
sector más afectado.
El año pasado, el gobierno español
implementó reformas laborales con el propósito de lograr que
a las empresas les resultara más barato y sencillo despedir
empleados y más caro el hecho de hacer contratos temporarios.
La idea era alentar los contratos y conseguir que los empleos
fueran más estables.
La situación española tiene efectos que
trascienden las protestas y los actos públicos y que impactan
en la estructura de la sociedad del país.
España tiene una de las tasas de
natalidad más bajas de Europa –1,4 hijos por cada mujer en
edad de ser madre–, en parte por el tiempo que a los jóvenes
les insume irse de la casa de sus padres, establecerse en una
carrera e iniciar una familia.
Hasta que eso ocurre, la vida es una
especie de limbo para muchos jóvenes españoles. "No
pueden ser productivos. No pueden usar sus capacidades. No
pueden ahorrar. No pueden invertir en una vivienda. No
acumulan riqueza para el futuro", dijo Allard, una
norteamericana que vive en España desde hace 25 años.
"Estos chicos están pagando nuestras jubilaciones y no
van a poder ahorrar nada; es realmente aterrador", agregó.
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