Advertencia
de Soros: Grecia u otro país dejará la zona euro
“Estamos
al borde de un colapso económico”
Agencia
Reuters, 27/06/11
Viena.- El
multimillonario inversor George Soros cree que eventualmente
un país, que podrías ser Grecia, dejará la zona euro e instó
ayer a las autoridades a idear un plan B para salvar la Unión
Europea (UE) de un posible colapso.
Soros, famoso
por ganar 1.000 millones de dólares al apostar contra la
libra esterlina en 1992, sostuvo que el euro tuvo una
deficiencia básica desde el inicio, al no estar apoyado por
una cohesión política o un sistema del Tesoro
conjunto."El euro no tuvo precaución sobre las
correcciones. No hubo disposiciones para ver la salida de un
país del euro, lo que en las actuales circunstancias
probablemente es inevitable", afirmó.
Aunque dijo que
la sobrevivencia de la Unión Europea es "de vital interés
para todos", dijo que la UE necesitaba cambios
estructurales para detener un proceso de desintegración.
"No existe un plan B en este momento. Por eso las
autoridades se están apegando al statu quo", declaró.
"Afrontémoslo:
estamos al borde de un colapso económico que se inicia,
digamos, en Grecia, pero que podría expandirse rápidamente.
El sistema financiero sigue extremadamente vulnerable",
sostuvo.
Creciente
tensión política
Crecen
las dudas sobre el plan de ajuste
Agencia
Reuters, 27/06/11
Atenas.- En
medio de una creciente tensión política, el gobierno griego
advirtió ayer que un grupo de legisladores socialistas
disidentes podrían bloquear la reformas exigidas por los
organismos internacionales cuando el Parlamento debata en las
próximas horas un plan de austeridad cuya aprobación liberaría
un nuevo rescate para la economía de Grecia, al borde de la
bancarrota.
Uno de los
colaboradores más cercanos del primer ministro griego,
Giorgios Papandreu, advirtió ayer que los legisladores
disidentes no aceptan la ola de privatizaciones de activos y
empresas estatales, ni nuevos recortes fiscales.
A la rebeldía
de un sector de la tropa parlamentaria oficialista y al estado
de máxima crispación que vive la sociedad griega se sumó
ayer el rechazo de la oposición conservadora a los llamados
del gobierno y de altos representantes políticos de la Unión
Europea (UE) para que los legisladores griegos "cumplan
con su deber" y apoyen el plan en el mediano plazo.
El Parlamento
debería comenzar a debatir hoy el programa de aumento de
impuestos y recortes de gastos por un valor 40.000 millones de
dólares durante los próximos cinco años. Sin embargo, el
proyecto sería votado en el recinto pasado mañana.
Papandreu
necesita de manera urgente la aprobación parlamentaria para
recibir el próximo tramo de un rescate de la UE y el Fondo
Monetario Internacional (FMI) de 156.000 millones de dólares.
En una
entrevista publicada ayer, el viceprimer ministro Theodor
Pangalos, uno de los barones del socialismo griego, se mostró
optimista de ganar la primera ronda de votaciones generales
sobre metas fiscales y recortes de gastos, así como la creación
de una agencia de privatizaciones, pese al descontento dentro
de su partido, Pasok.
Sin embargo,
Pangalos fue más cauteloso en cuanto a si el gobierno podrá
aprobar una nueva legislación sobre medidas presupuestarias
individuales y privatizaciones de activos específicos del
Estado, una de las exigencias de la UE y del FMI para liberar
los fondos, vitales para que Atenas cumpla con su deuda
soberana.
"Creo que
el paquete de medidas a corto y mediano plazo, con el que básicamente
esperamos establecer el marco para emprender las reformas, será
aprobado sin dificultad", dijo Pangalos al diario español
El Mundo.
No obstante,
sostuvo que la aprobación de leyes específicas para realizar
reformas fiscales y privatizaciones de compañías públicas
puede ser más difícil de lograr.
"Ahí es
donde podemos tener problemas. No sé si algunos de nuestros
miembros del Parlamento votarán en contra. Es posible",
manifestó el funcionario, refiriéndose a sus diputados
rebeldes y a la intransigencia del partido de derecha Nueva
Democracia, a la que se responsabiliza de haber alterado los
verdaderos números de economía griega antes de ser
desplazada del poder por el socialismo en octubre de 2009.
Sin el dinero
del FMI y la UE, Grecia enfrenta la perspectiva de convertirse
el mes próximo en el primer país de la zona euro en declarar
una moratoria de pagos, medida que causaría un fuerte impacto
en el frágil sistema financiero mundial y en la credibilidad
de la moneda unitaria.
La mayoría de
los ciudadanos griegos económicamente activos han perdido
empleos y poder adquisitivo en el orden del 20 por ciento en
los últimos dos años y reaccionaron airadamente ante las
medidas, que, según ellos, no apuntan a los ricos evasores,
considerados los responsables de la situación de Grecia,
donde más del 60% de los contribuyentes evaden impuestos.
El oficialista
Pasok, de Papandreu, sufrió cinco deserciones en los últimos
13 meses, y quedó con 155 bancas en el Parlamento de 300
miembros.
Dos de sus
legisladores habían anunciado que no apoyarán el acuerdo en
la inminente votación, y un tercero reiteró ayer que lo haría
sólo si el nuevo ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos,
le daba ciertas garantías. "Le envié un documento de 16
puntos a Venizelos y espero respuestas específicas, de las
que dependerá mi postura", declaró el legislador
Panagiotis Kouroublis a la radio estatal NET.
Venizelos,
flamante ministro de Economía, fue nombrado días atrás en
el cargo por Papandreu, jefe del partido y ex rival en la
interna socialista. Pangalos, en tanto, dijo que creía que
Nueva Democracia, que cuenta con 86 bancas, votaría a favor
de algunas medidas.
En este contexto
y en un intento por aumentar la presión sobre el gobierno,
los sindicatos convocaron a partir de mañana a una huelga de
dos días. Muchas compañías, incluido el principal grupo
energético que será privatizado el próximo año, ya
iniciaron el cese de actividades.
La deuda griega,
de casi US$ 500.000 millones, representa el 150% del PBI del
país.
|