"La
crisis se utiliza como coartada para un sacrificio que se
pregona colectivo
pero que sólo se impone sobre los trabajadores"
El
Pacto del Euro se olvida de las necesidades
del ciudadano
Por
Daniel Basteiro
Corresponsal en Bruselas
Público.es, 20/03/11
El acuerdo
impuesto por Angela Merkel evita fijar metas en la ampliación
de la protección social para centrarse en los
“sacrificios” y la “austeridad”... para los
trabajadores.
Pocos días
antes de llegar a una conclusión, los altos cargos que
negociaron el Pacto por el Euro se dieron cuenta de que no había
referencias a "su dimensión social", según fuentes
cercanas a la negociación. El acuerdo logrado la semana
pasada por la cumbre de líderes del euro resultó ser, tal y
como se esperaba, una colección de deberes dictados por
Alemania y suavizados por Francia para mejorar la
competitividad y homogeneizar políticas económicas. La lista
incluye retrasar la edad de jubilación, eliminar limitaciones
a la libre competencia, desligar la evolución de los salarios
de los precios o prohibir el déficit por ley.
¿Dónde está
la "dimensión social", dónde se habla de reducir
el paro? El texto que finalmente se aprobó contiene dos
referencias de última hora: la intención de "respetar
las tradiciones nacionales de diálogo social y relaciones
laborales" y la inclusión de los sindicatos en el pacto
a través de unos encuentros que ya se celebran regularmente.
Mientras que las
medidas de austeridad y esfuerzo económico son explícitas y
tienen plazo de cumplimiento, las que podrían mejorar la
calidad de vida de los 330 millones de ciudadanos que usan el
euro son inexistentes, denuncian numerosos expertos.
"El acuerdo
sólo presta atención a la contención salarial y de la deuda
ignorando que esta crisis es financiera y causada por los
bancos", denuncia Sony Kapoor, director del centro de
estudios Redefine y asesor de varios Gobiernos sobre reformas
financieras. "Los líderes debían haber mandado dos
mensajes: que mañana será diferente", asegura, en
referencia a la superación de la crisis. "Pero también
que el mañana será mejor", lamenta. La creencia de que
la crisis ha hecho tocar techo al Estado del bienestar, de que
las generaciones de europeos posteriores a la crisis se
arriesgan por primera vez a sufrir una regresión de las
conquistas sociales, cobra peso gracias a los silencios e
inconcreciones del pacto. Según Kapoor, un pacto
"realmente social" debería centrarse en "ganar
competitividad no a través de una simple rebaja en los
salarios, sino de una mejora en la capacitación laboral para
que el trabajo valga más" y se pueda competir con otras
economías gracias a cerebros bien formados.
En ese sentido,
el pacto pide "mejorar los sistemas educativos y fomentar
el sector I+D+i", pero el pasaje del texto no generó
ningún debate en la zona euro al no llevar de la mano ningún
objetivo específico. En febrero, el presidente español, José
Luis Rodríguez Zapatero, barajó la posibilidad, pero advirtió
de que "otras partidas de los presupuestos de todas las
administraciones tendrían que reducirse" más. "A
lo mejor tenemos que hacer un pacto en España para lograr ese
3%", reflexionó, en referencia al objetivo europeo en
inversión en I+D+i, que no es vinculante.
Según Kapoor,
cualquier reforma del modelo salarial que arriesgue el poder
adquisitivo del trabajador es inconcebible sin "una lucha
sin cuartel" contra la evasión fiscal de los que más
cobran. Todo ello, advierte, tras poner en orden el sector
financiero, que ha sido rescatado con dinero público, pero no
ha visto la "refundación del capitalismo" prometida
en 2008 por Nicolas Sarkozy. El impuesto sobre las
transacciones financieras, la regulación de las agencias de
calificación de riesgos o las duras exigencias que destierren
las prácticas peligrosas para el resto de la economía siguen
siendo asignaturas pendientes.
Progreso social
La Fundación
Primero de Mayo da prioridad, frente a la "enfermiza
obsesión por los equilibrios macroeconómicos", al
"crecimiento y la creación de empleo", según Ramón
Baeza, director de Estudios Europeos, quien cree que estos
elementos son un requisito previo imprescindible para salir de
la crisis y hacer otras reformas, y no viceversa.
Baeza lamenta
que la zona euro plantee su pacto por la competitividad como
un freno a los excesos del pasado, ya que las rentas
salariales han aumentado muy por debajo del conjunto de rentas
nacionales en las últimas tres décadas, según datos de la
OCDE. Ante vagas intenciones de la zona euro, el centro de
estudios propone "una cláusula de progreso social en el
derecho primario que asegure que los derechos fundamentales
tienen primacía sobre las libertades económicas". Para
el sindicalismo europeo es imprescindible pasar de las
palabras a los hechos y poner en marcha una "armonización
fiscal a escala europea". Aunque los líderes europeos la
mencionan en su acuerdo, sólo se aplicará a la base del
impuesto de sociedades y, por el momento, no estudiará cómo
recaudar a escala europea en otras áreas para gastar mejor.
Ni las medidas
del pacto ni las propuestas desde otros ámbitos pretenden
acelerar la salida de la crisis, sino aplicar políticas económicas
parecidas para que, si se produce otra, se pueda luchar con
las mismas armas contra problemas similares. La principal
amenaza presente y futura es el excesivo endeudamiento, contra
el que se ha erigido un muro un poco más alto que el que
fijaba hasta ahora el Pacto de Estabilidad. Con la reducción
del agujero en las cuentas públicas, una obligación que será
incluida en cambios constitucionales o de grandes leyes, la
moneda única pretende recuperar la credibilidad perdida en
los mercados.
A las sanciones
se le suma el control europeo del borrador de los presupuestos
nacionales, antes incluso de que sean negociados por los
parlamentos. Para referentes europeístas como Jacques Delors,
antiguo presidente del Ejecutivo comunitario, es "lo más
reaccionario que ha producido jamás la Comisión".
Según Alberto
Montero, profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Málaga,
el rumbo que se enfila estrangula la capacidad de los Estados,
con el gasto social como primera víctima. "La crisis se
ha utilizado como coartada" para "un sacrificio que
se pregona colectivo pero que sólo se impone sobre los
trabajadores", dice. Mientras, señala Kapoor, los bancos
disfrutan sabiendo que "para ellos, el mañana sí será
mejor".
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