Europa

La crisis del euro: Conferencia Europea de emergencia el jueves 21

El duro enfrentamiento entre Berlín y
el Banco Central Europeo (BCE) sigue abierto

Cacofonía de propuestas y contrapropuestas

Por Juan Gómez
Corresponsal en Alemania
El País, 9/07/2011

Berlín.– El Gobierno alemán sigue ocultando sus cartas para la cumbre de Bruselas del próximo jueves. La canciller Angela Merkel frenó la reunión extraordinaria que debía haberse celebrado el pasado viernes y sembró dudas sobre la conveniencia del encuentro de pasado mañana. Sin embargo, sus portavoces dijeron ayer que confiaban en que los 17 países del euro alcancen el consenso sobre el rescate de Grecia. La incertidumbre en los mercados sobre el contenido de dicho acuerdo elevó ayer la presión sobre los bonos europeos.

Con su reticencia a la reunión de la semana pasada, que consideró "demasiado temprana", Merkel y su ministro de Hacienda, el también democristiano Wolfgang Schäuble, ganaron tiempo para sumar apoyos a la participación privada en el rescate. La cuestión ahora es cómo se planteará esa participación.

El enfrentamiento entre Berlín y el Banco Central Europeo (BCE) sigue abierto. Los banqueros de Fráncfort, con su presidente Jean–Claude Trichet a la cabeza, rechazan cualquier medida que pueda ser interpretada como un "impago" por parte de las agencias de calificación. Merkel y Schäuble, en cambio, temen que el Parlamento federal (Bundestag) no apruebe nuevos desembolsos a favor de Grecia si no se incluye en él a los tenedores privados de bonos helenos.

En una entrevista en el Financial Times Deutschland, Trichet advertía ayer de que, si Atenas se termina declarando insolvente, "los países socios tendrán que asumir la responsabilidad" financiera. Merkel dijo el domingo que su Gobierno "no trabaja para conseguir una reestructuración de la deuda", pero tampoco rechazó esta posibilidad tajantemente.

La interpretación más extendida es que Alemania estudia este escenario como una de las posibilidades inmediatas. Entre muchos de los expertos y augures que tratan de explicar la crisis, la reestructuración de la deuda griega cuenta como algo ya inevitable. Pero el BCE lo rechaza de plano.

Ayer, el diario Die Welt informaba de que sobre la mesa hay una nueva tasa bancaria con la que los institutos privados contribuirían en el rescate griego.

A las tensiones entre el BCE y el Gobierno alemán se suman las diferencias entre Merkel y Schäuble sobre el alcance de esta participación privada. Schäuble lleva tres meses defendiendo que esta vaya tan lejos como sea posible. La canciller defiende planes más moderados e insiste en incluir al BCE en el "consenso" sobre el paquete de ayudas.

De momento, en Alemania no se oye más que una cacofonía de propuestas y contrapropuestas.


La debilidad de la UE, al desnudo

Por Fernando Heller
Deutsche Presse–Agentur (DPA), 15/07/11

Bruselas.–La grave crisis de endeudamiento en la eurozona corre el riesgo de poner en evidencia, todavía más, las flaquezas internas de la UE, especialmente la ausencia de un verdadero "gobierno económico" comunitario que pueda gestionar de manera coherente situaciones de peligro para el euro como la actual.

Mientras el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, trabaja contra reloj para organizar una cumbre europea extraordinaria que sirva para apaciguar a los mercados ante el riesgo de contagio por el incendio de las finanzas griegas, la canciller alemana, Angela Merkel, dijo ayer desde Nigeria que todo estaba "abierto" y que no había "nada decidido".

"No lo podemos asegurar", comentó Merkel, de visita oficial en Nigeria, en relación con la posible cumbre de jefes de Estado de la eurozona que el ex primer ministro belga intenta organizar afanosamente desde el martes pasado, con la férrea oposición alemana y holandesa.

El sonoro fracaso de los ministros de Economía y Finanzas de los 27 socios comunitarios, citados los pasados lunes y martes en Bruselas, para cerrar un segundo rescate a Grecia, por cerca de 100.000 millones de euros, que evite la suspensión de pagos del país mediterráneo, echó más leña al fuego.

Mientras tanto, las tres agencias de calificación de deuda más relevantes del mundo, Standard & Poor's, Moody's y Fitch, prosiguen imparables su disputa directa con Bruselas y el FMI y, casi a diario, vuelven a estremecer con sus rebajas de notas a alguno de los tres socios del euro rescatados: Grecia, Irlanda y Portugal. A la estridente cacofonía entre los 17 socios del euro para activar ese segundo rescate heleno, sumado a las medidas de ajuste que ha tenido que tomar Italia a toda prisa para evitar más ataques especuladores, se acaba de agregar la muestra evidente del escaso poder efectivo que parece exhibir Van Rompuy, al menos cuando se trata de asuntos de gran calado.

En ese sentido, son numerosos los analistas europeos que esta semana ponían el acento en el poder germano. "Los europeos bajan la cabeza ante Angela Merkel", comenta un editorial del prestigioso semanario británico The Economist.

Mientras tanto, el diario francés Le Monde insistía en el peso alemán y lamentaba que, en realidad, el "eje franco–alemán" no estuviera funcionando, pues el mayor peso recae del lado de Berlín. En casos de verdadero conflicto, quien lleva la voz cantante no parece ser el belga, presidente permanente del Consejo Europeo, cargo de nuevo cuño creado con el Tratado de Lisboa.

Berlín discrepa, además, del Banco Central Europeo (BCE) en torno a la participación (obligatoria) del sector privado (bancos y aseguradoras) en el segundo rescate de Grecia, extremo que mantiene entre paréntesis ese segundo bote salvavidas para Atenas y disparó la volatilidad en los mercados de media Europa.

Tanto Alemania como Holanda quieren que la banca y los inversores privados se comprometan a comprar deuda griega a largo plazo como condición para aportar más dinero para Atenas. Sin embargo, el BCE lo rechaza, con el argumento de que eso generará mayores turbulencias en los mercados y será, a la postre, considerado por las agencias crediticia como una suspensión de pagos parcial de Atenas.


Alemania insiste en una participación "substancial" de los bancos en
el segundo rescate a Grecia

Los gobiernos de la eurozona estudian implantar
una tasa bancaria como contribución al rescate

Agencia EFE, 18/07/11

El Gobierno alemán sigue defendiendo una participación "substancial" de los acreedores privados de Grecia, principalmente bancos y aseguradoras, en el segundo rescate del país mediterráneo. Así lo ha afirmado hoy el portavoz del Ejecutivo germano, Steffen Seibert. Pese a su inmovilismo sobre la incorporación del sector privado, Alemania confía en alcanzar una solución en la cumbre extraordinaria del jueves, aunque Seibert ha advertido de que aún así no se disipará "para siempre" la crisis de la deuda.

"La cumbre prevista para el jueves estará centrada en el nuevo paquete para Grecia. En ello vamos a concentrar todos los esfuerzos", ha enfatizado el portavoz, que ha rehuido detallar las variantes que se están estudiando con el argumento de que ese no es tema a abordar públicamente.

Lo importante, ha agregado, es que de la cumbre del jueves salga una respuesta unitaria y que los estados miembros "hablen con una sola voz", y no en analizar ahora las distintas variantes sobre cómo puede ser esa solución para Grecia. Antela incertidumbre, el acoso de los mercados contra la deuda de España e Italia ha marcado esta mañana nuevos máximosdesde que ambos países se sumaron a la Unión Monetaria en 1999.

Respecto a las repetidas advertencias del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean–Claude Trichet, en contra de una reestructuración de la deuda, el portavoz de Finanzas, Martin Kotthaus, ha insistido en que la solución para Grecia debía ser "consensuada" entre los estados miembros y el BCE, pero no se ha movido ni un ápice de que no hay otra salida para que Atenas pueda hacer frente al abultado peso de su deuda pública.

El diario alemán Die Welt afirma en su edición de hoy que los gobiernos de la eurozona estudian la posibilidad de implantar una tasa bancaria como fórmula de contribución de los acreedores privados y en especial la banca al rescate. Según ese medio, que cita a fuentes diplomáticas sin especificar, esa medida permitiría asegurarse la contribución de la banca al rescate tal y como defiendeel gobierno de Angela Merkel– y evitar el acoso de las agencias de calificación en caso de una reestructuración de la deuda.

Tal tasa bancaria, de prosperar, afectaría a todas las entidades, incluidas las que no son acreedoras de Grecia, tanto la gran banca privada como cajas de ahorros, apunta ese medio. Hasta ahora, Merkel ha insistido en implicar a los acreedores privados en los rescates, aunque matizando que su aportación debía ser substancial pero voluntaria. El BCE se opone a la implicación de los acreedores privados, en lo que ve una forma de reestructuración que las agencias de calificación podrían equiparar a una suspensión de pagos.

La canciller alemana se pronunció ayer a favor de la creación de una agencia europea de calificación, aunque admitió que el problema real, por encima de las críticas, no está en la acción de las agencias de rating, sino en la deuda. "De entrada, el problema son las deudas y no las agencias", afirmó Merkel, en declaraciones a la televisión pública alemana ARD, para añadir a continuación que "en momentos sensibles, estas agudizan la situación".

El semanario alemán Der Spiegel difundió ayer que el excanciller Helmut Kohl habría dicho que la política europea de Merkel "es muy peligrosa" y que temía que la actual jefa del Gobierno alemán le rompiera su proyecto de una Europa unida, citando como fuente a un estrecho colaborador y correligionario del excanciller. En declaraciones que publica hoy el diario Bild, Kohl responsabiliza al gobierno socialdemócrata verde de su sucesor, GerhardSchröder, de la actual crisis de la deuda y niega haber criticado la política europea de Merkel. Kohl apunta que las razones de la actual situación están "en primer lugar, en que nunca deberían haberse flexibilizado los criterios del Pacto de Estabilidad". En segundo lugar, añade, en que Grecia "en ningún caso debería haber ingresado en la zona euro sin las oportunas reformas estructurales".


Trichet, presidente del BCE, avisa de que no aceptará bonos de países en quiebra,
como pretende Berlín

El BCE enfrenta a la canciller alemana

Por R. M. de Rituerto
Desde Bruselas
El País, 19/07/11

Jean–Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE), opuesto a los planes de Alemania sobre la solución a la crisis de la eurozona, advierte que si al final Grecia suspende pagos, el BCE no aceptará bonos como colateral y que deberán ser los propios países quienes se ocupen de salvar a Grecia y a quien lo pueda necesitar.

Berlín, sin embargo, parecía ayer optimista sobre los resultados de la cumbre extraordinaria de la eurozona del jueves en Bruselas. Acude a ella sin ceder en su propósito de que el sector privado participe en el segundo rescate a Grecia. Para las agencias de calificación, tormento de las finanzas europeas durante el último año, eso equivaldría a una suspensión de pagos, como mínimo, disfrazada.

Una fuente europea comentaba que si Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, ha convocado a los líderes de la zona euro será porque espera de los países grandes propuestas para salir del marasmo.

Las propuestas siguen en la mesa de diseño y es probable que hasta poco antes de cumbre no haya nada concreto. El pulso entre Alemania y sus aliados (Países Bajos y Finlandia) con Trichet y los suyos (entre ellos, España) sigue. Angela Merkel exige la participación en el nuevo envite heleno, y a cualquier precio, del sector privado (bancos, seguros, fondos de inversión) a lo que Trichet y los otros responden que desastres financieros adicionales, unidos a esa participación privada, degenerarán en un contagio de letales consecuencias.

Intervención

En refuerzo de su posición, Trichet declara al Financial Times Deutschland que "si un país suspende pagos no estaremos en condiciones de aceptar sus bonos como colateral" y que en tal caso los otros "Gobiernos tendrán que intervenir para arreglar las cosas".

Más que una descripción de lo que pudiera pasar, sus palabras suenan a amenaza en vista de que las agencias de calificación llevan semanas advirtiendo de que podrían considerar la intervención del sector privado como una suspensión de pagos enmascarada.

Las pruebas de resistencia no han despejado las dudas. Ayer mismo dos comisarios, Joaquín Almunia y Michel Barnier, aludieron a los desajustes entre lo que dice la Autoridad Bancaria Europea y el Banco de España sobre las cinco cajas españolas suspendidas. "Creo que es algo que tienen que discutir y resolver entre ellos", comentó Almunia.


El miembro austríaco del BCE sí apoya una reestructuración de deudas como propone Alemania

División interna en el Banco Central Europeo

El País, 19/07/11

La acometida de los mercados financieros de los últimos días ya genera las primeras divisiones internas en el Banco Central Europeo (BCE). Contradiciendo lo que el presidente de la institución, Jean–Claude Trichet, sostuvo ayer, hoy el miembro del consejo y gobernador del Banco de Austria, Ewald Nowotny, ha abierto la puerta a aceptar bonos griegos como colateral a pesar de que el país incurreira en algún tipo de impago, siempre que fuera selectivo y a corto plazo.

Nowotny vuelve sobre la rueda de definiciones, tabúes y eufemismos que ha caracterizado las negociaciones europeas a la hora de referirse a la reestructuración de la deuda griga. Asegura que "hay una amplio rango de opciones y definiciones, un default total, un default selectivo, un credit event [un impago aún más suave] y más". Algunas de esas opciones tendrían peores consecuencias que otras de cara a la calificación crediticia de Grecia pero también –lo más importante– sobre la percepción que tienen los inversores acerca de la Unión Europea y la solvencia de sus países miembros.

Trichet se ha negado hasta ahora a aceptar cualquier tipo de impago, del color y la magnitud que sea. Pero la postura alemana de implicar sí o sí a los inversores privados en un segundo rescate griego (lo que supone algún tipo de impago) permanece bastante inamovible, este jueves hay reunión del Eurogrupo para tratar de llegar a un acuerdo y, mientras tanto, el tiempo apremia y los mercados castigan, sobre todo a España e Italia, actualmente en el ojo del huracán.

De forma que la voz del austríaco Nowotny es la primera que se alza en el BCE defendiendo una reestructuración que, en cualquier caso, debe evitar a toda costa un gran impago. "Tenemos que estudiar esto muy seriamente. hay algunas propuestas para permitir un impago selectivo a muy corto plazo que no tendrían mayores consecuencias negativas", ha dicho.

Al contrario que Trichet, que aseguró que no aceptaría bonos griegos como colateral en caso de impago de cualquier tipo, Nowotny considera que el BCE tiene la capacidad de decidir qué colateral acepta, y "esto no debería depender completamente de las agencias de calificación de riesgos".

"Es nuestra responsabilidad, nuestra propia decisión", ha declarado en una entrevista a lacadena CNBC. "Hemos probado esto en el caso de Grecia, irlanda y Portugal, respecto a qué tipo de colateral podemos aceptar. Por lo tanto, somos independientes respecto a las agencias de calificación, si bien no respecto a nuestros propios estatutos; hay ciertos límites", ha afirmado el consejero.


Analiza la UE una compra masiva de deuda griega

Todavía debe vencer la oposición de
la canciller Angela Merkel

Cumbre europea de resultados inciertos

Por Alejandro Rebossio
Enviado especial
La Nación, 18/07/11

Bruselas.– Mientras la crisis financiera de Grecia mantenía las disputas entre las potencias económicas, la Unión Europea (UE) analizaba ayer la posibilidad de comprar en forma masiva deuda griega para evitar el default de Atenas. Para eso, deberá vencer la resistencia de la canciller alemana, Angela Merkel, que, según el diario español El País, rechazaba esa opción.

Las deliberaciones sobre la participación o no de los bancos acreedores de Grecia en el segundo paquete de rescate, un año después del primero, continuaron este fin de semana en Bruselas y en Roma, y se esperaba una decisión el jueves en la cumbre de jefes de Estado y de gobierno de los 15 países de la eurozona, que se celebrará en la capital belga. Un default griego podría contagiar primero a Portugal e Irlanda, y después, tal vez, a dos de las mayores economías de la UE: España e Italia.

En mayo pasado, la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) habían acordado el segundo rescate de Grecia, por 113.000 millones de dólares, pero con la condición de que el gobierno del socialista Giorgios Papandreu aplicara nuevos ajustes del gasto público y un plan de privatizaciones. Pero Merkel exigió, además, que los bancos también hicieran su aporte al aceptar un canje de bonos por otros de vencimiento a más largo plazo.

Se trataría de un default similar al de Uruguay de 2002, y diferente del de la Argentina, que no sólo estiró los plazos, sino que recortó el capital y los intereses en la reestructuración de 2005. Lo que no quiere Merkel es una "reestructuración" de la deuda griega, es decir, una salida a la argentina.

Pero al igual que le sucedió a Uruguay en su momento, las calificadoras de riesgo crediticio –las tres principales, Moody's, Fitch y Standard & Poor's, son de origen norteamericano– advirtieron que si Grecia postergaba los vencimientos, le bajaría la nota de su deuda a "default selectivo".

El Banco Central Europeo (BCE), que preside el francés Jean–Claude Trichet, se mostró entonces preocupado por el impacto que eso tendría en los bancos acreedores, la mayoría alemanes y griegos, y el posible contagio en los otros países europeos en riesgo, como Portugal e Irlanda, que también ya han recibido un salvataje. España está del lado del BCE.

En Atenas, el jefe de la misión del FMI, Poul Thomsen, advirtió que la deuda griega está al filo de la navaja. A esa misma ciudad llegó de visita Hillary Clinton, la secretaria de Estado del país con más peso en el FMI, y destacó el apoyo de Estados Unidos al plan de ajuste griego para combatir el "cáncer" de su deuda.

Sin solución

La discusión sobre la participación de los bancos continúa sin solución. El presidente del Consejo Europeo, el belga Herman van Rompuy, convocó la semana pasada a una cumbre extraordinaria para resolver la cuestión griega, pero Merkel se negó en un principio a asistir porque temía que una reunión sin éxito agitara aún más los mercados mundiales, que vienen en caída, incluido el argentino, que sufre la aversión al riesgo de parte de los inversores.

En una entrevista difundida ayer por la televisión alemana ARD, la canciller dijo que iría a la reunión, ahora postergada para este jueves, sólo en caso de que antes los funcionarios técnicos lleguen a un acuerdo. En eso están tanto en Bruselas, sede de la UE, como en Roma, donde se desarrollaron reuniones con banqueros.

En la UE evalúan la posibilidad de recomprar deuda griega a precios de mercado, es decir, por debajo de su valor nominal, tarea que ya venía haciendo desde el año pasado el BCE con los países en problemas. Con esta operatoria, son las instituciones comunitarias y, por tanto, sus ciudadanos, las que asimilan el costo de la crisis griega. Además, Bruselas analiza rebajar las tasas de interés a los préstamos que ha concedido a Grecia, Portugal e Irlanda.

Pero también se espera que el esfuerzo por fin lo hagan los acreedores de Grecia. El ministro de Finanzas belga, Didier Reynders, dijo ayer en las redes sociales que el aporte privado llegarían a 42.000 millones de dólares.

Merkel dijo, además, que el euro no estaba en riesgo en esta crisis, más allá de que el crecimiento de los países en vilo está postergado por una moneda fuerte que les quita competitividad, y advirtió que, aunque está a favor de crear una agencia europea de calificación de deuda para evitar el monopolio norteamericano, el problema radica en las deudas y no en las calificadoras.

"Merkel está destrozando mi Europa", dijo uno de sus antecesores y correligionarios, Helmut Kohl, en una entrevista con la revista Der Spiegel. La canciller viene retaceando la ayuda a Grecia.


Los mercados europeos sufren otro "lunes negro"

El demorado segundo rescate a Grecia
provoca nerviosismo

Por Alejandro Rebossio
Enviado especial
La Nación, 19/07/11

Bruselas.– Mientras los líderes europeos trabajan contra reloj para consensuar un segundo rescate financiero para Grecia, los mercados vivieron ayer otro lunes negro, pese a que el pasado viernes el Banco Central Europeo (BCE) reprobó a sólo ocho entidades financieras en las pruebas de solvencia que aplicó en todo la eurozona.

El índice Euronext, de las grandes empresas europeas, cayó ayer 1,88%. El español Ibex, arrastrado sobre todo por los bancos (cinco de ellos desaprobaron las pruebas), descendió 1,44%, y la bolsa de Milán, 3,06%. París cayó 2,04% y Londres y Fráncfort, 1,55%. La aversión de los inversores al riesgo ante las dudas de la eurozona se extendió a todo el mundo, y así fue que cayó en Buenos Aires 0,96% el índice Merval.

Los mercados mundiales también se vieron afectados por la falta de acuerdo en el Congreso de Estados Unidos sobre una medida para elevar el techo del endeudamiento de ese país, que se haría a cambio de alzas de impuestos a los más ricos (si ganan la pulseada los legisladores demócratas) o de recortes del gasto público (si triunfan los republicanos).

Esto podría provocar un "default técnico" de la primera potencia, que tiene crédito en los mercados, sobre todo ahora que reina la aversión al riesgo, pero necesita elevar el límite máximo legal de su deuda.

Italia, que aprobó un duro ajuste el viernes pasado, fue el país más golpeado por la baja en los mercados tras las pruebas de solvencia realizadas a los bancos europeos. El problema fue que no todos los bancos se sometieron al llamado "stress test" y además los criterios de evaluación volvieron a ser cuestionados por laxos, al igual que el año pasado.

Pero más allá de esas pruebas, los mercados siguen en baja porque aún los líderes de la Unión Europea no se ponen de acuerdo en el modo en que rescatarán a Grecia por segunda vez en poco más de un año.

Los bonos soberanos de Europa reflejaron el temor a un default griego y su eventual contagio a Portugal, Irlanda, España e Italia.

El riesgo país español cerró en 370 puntos básicos y el italiano, en 330. En la Argentina está en 628. El de Grecia llegó a 1502; el de Portugal, a 961, y el de Irlanda, a 1113.

La barrera de los 1000 es un indicador claro de riesgo de cesación de pagos, pero los analistas consideran que para economías grandes como España o Italia sería riesgoso sobrepasar los 400.

Posible impuesto

En tanto, el ministro de Asuntos Europeos de Francia, Jean Leonetti, dijo ayer en esta capital a la prensa que la UE analiza la posibilidad de imponer un impuesto a toda la banca europea para costear parte del rescate a Grecia.

"Es una de las soluciones que estamos mirando –declaró Leonetti–. Tendría la ventaja de no hacernos intervenir directamente con los bancos y, por tanto, no llevaría al default."

Sucede que en un principio Alemania, seguida por Holanda, Austria y Finlandia, quería que los bancos acreedores de Grecia, la mayoría alemanes y franceses, aceptaran una postergación de plazos de la deuda, lo que implicaría un "default selectivo", según las agencias calificadoras de riesgo.

La UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) pondrían 113.000 millones de dólares, mientras que los acreedores aportarían 42.000 millones. Pero la duda es si los bancos lo harán vía un canje de bonos o a través del impuesto.

Con sus declaraciones, Leonetti confirmó la información publicada ayer por el diario alemán Die Welt, que también aseguraba que los funcionarios europeos analizaban que los acreedores sean "invitados" a vender al gobierno griego sus títulos a precio de mercado, es decir, subvaluados.

De este modo, sufrirían una quita del 40%, pero sería una pérdida y no un default, la palabra más temida por la canciller alemana, Angela Merkel, y por toda la burocracia europea.

Los funcionarios de la UE deberán ponerse de acuerdo sobre la solución para Grecia antes de pasado mañana, día para el que está convocada en Bruselas una cumbre urgente de los jefes de Estado y de gobierno de la eurozona para acabar con esta cuestión.

Merkel ya advirtió que si no se llega a un pacto antes de esa fecha ella no viajará, con lo que la reunión se suspendería.

Otra de las opciones que evalúa la UE es la compra masiva de deuda griega. Merkel no descartó esa posibilidad, aunque se mostró poco entusiasmada con ella. La canciller no quiere que los contribuyentes alemanes sigan soportando el costo de la ayuda a Grecia, que, a su vez, viene aplicando serios ajustes en el gasto social desde el año pasado.

Ayer, una protesta de taxistas colapsó Atenas para rechazar la decisión del gobierno de Giorgios Papandreu de desregular el sector de transporte. El BCE, en tanto, se ha mostrado de acuerdo con la recompra de deuda griega por parte de la UE.

Hasta ahora es el banco central con sede en Fráncfort el que está comprando desde el año pasado bonos subvaluados de los países europeos en riesgo. Además, el organismo presidido por el francés Jean–Claude Trichet se opone a medidas que impliquen un "default selectivo", como las que proponía Alemania.