Italia
sigue cayendo pese al fuerte ajuste dictado por Berlusconi
La
deuda se hará insostenible si debe pagar un 7%
de renta por sus bonos, advierte Goldman Sachs
Por
Miguel Mora
Desde Roma
El País, 19/07/11
Los mercados
ignoraron ayer el ajuste de 79.000 millones de euros aprobado
el viernes por el Gobierno de Roma en el Parlamento. La Bolsa
de Milán fue un día más la peor de Europa y cayó otra vez
un 3%. Los cinco bancos que aprobaron las pruebas de
resistencia virtuales tampoco pasaron el examen real y
sufrieron fortísimas pérdidas. Los dos más grandes,
Unicredit e Intesa San Paolo, se dejaron más de un 6%. El
otro indicador clave, la prima de riesgo de la deuda, volvió
al columpio y superó los 330 puntos básicos. Los títulos
del Tesoro a 10 años franquearon por primera vez desde 1996
la barrera del 6%. Y según advirtió un estudio de Goldman
Sachs, si el mercado obliga a Roma a pagar un 7% de
rentabilidad en sus bonos, "el peso de la deuda se hará
insostenible para Italia".
Berlusconi no
acudió ayer a sus habituales citas de los lunes con los
jueces de Milán y se reunió durante una hora en Roma con el
presidente de la República, Giorgio Napolitano. Los medios
locales dijeron que el primer ministro planea una inminente
crisis de Gobierno, aunque nadie parece descartar, todavía,
la posibilidad de un Ejecutivo de unidad nacional sin
Berlusconi al frente.
La solución de
una minicrisis en medio de una tormenta financiera tan feroz
suena a mero parche, y muchos dudan de que tuviera un impacto
real sobre los mercados. La gran incógnita es qué sucedería
con el ministro de Economía, Giulio Tremonti, cuya relación
con Berlusconi es inexistente tras las públicas diferencias
de las últimas semanas.
La prensa
conservadora da por segura la salida del Ejecutivo del delfín
de Berlusconi y ministro de Justicia, Angelino Alfano, para
ocuparse a tiempo completo de la secretaría general del
partido. Y juzgan probable el cese del titular de Agricultura,
Saverio Romano, recién imputado por los magistrados
sicilianos de complicidad con la mafia, aunque su presencia es
crucial para Berlusconi porque representa a la treintena de tránsfugas
que sostiene a su mayoría en el Parlamento.
Pero los escándalos
siguen golpeando al Gobierno. Ayer dimitió de su puesto la
portavoz del Ministerio de Economía, Manuela Bravi, tras ser
interrogada por los jueces napolitanos que investigan a la
Logia P4, el caso en el que está acusado de corrupción y
revelación de secretos oficiales Marco Milanese, durante una
década principal asesor de Tremonti.
Sabiendo que los
mercados exigen más que subidas de impuestos y recortes de
prestaciones sociales, Napolitano parece estar ejerciendo su
autoridad moral para que Gobierno y oposición pacten con
urgencia las reformas que necesita el país para crecer.
El clima social,
en las calles y en la Red, es de creciente indignación con el
Ejecutivo y la clase política por no haber afrontado en el
ajuste los derroches y privilegios de La Casta. Y el temor es
que el país repita las cotas dramáticas alcanzadas con
Tangentopolis, el escándalo que hace 18 años puso fin a la I
República.
Regresó ese
ambiente con la muerte violenta de Mario Cal, director
financiero del hospital milanés San Raffaele desde 1971 hasta
hace unos días. Este centro de excelencia, donde se trata
Berlusconi, arrastra deudas por 900 millones. El Vaticano ha
decidido administrarlo, y Cal había declarado ante la fiscalía
sobre la quiebra. Ayer, cuando iba a recoger sus pertenencias
del despacho, dejó una carta para su mujer y una nota a su
secretaria antes de usar su revólver.
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