Estado español

Otra vergüenza de Zapatero

El PSOE encubre al franquismo

Movilizarse por la investigación y castigo de los crímenes
de la dictadura fascista

Por Oscar Alba
Socialismo o Barbarie, periódico Nº 206, 28/07/11

La dictadura franquista impuesta luego de la derrota de la Revolución Española, se extendió por más de treinta y seis años, dejando como saldo un verdadero genocidio tras de sí. El general Francisco Franco Bahamonde, nacido en 1892 en El Ferrol, en el seno de una familia de clase media de tradición marinera, encabezó en 1936 el levantamiento militar contra el gobierno de la República y luego de tres años de guerra civil presidió el gobierno español hasta su muerte, acaecida en Madrid en 1975.

Durante la revolución, los franquistas demostraron hasta dónde estaban dispuestos a ir en la eliminación de los opositores y luego de finalizada la guerra en abril de 1939 y hasta 1945, se llevaron a cabo miles y miles de ejecuciones de obreros, intelectuales y políticos que habían luchado o trataban de resistir la dictadura del "Generalísimo", tal como se hacía llamar Franco.

A mediados de los 70, el aislamiento internacional del régimen, la deteriorada salud del "Generalísimo" y una profunda crisis económica, política y social, llevan a la burguesía a discutir una salida política para España: una transición controlada hacia un nuevo régimen con libertades democráticas retaceadas. De esta manera, se buscaba evitar el desborde del movimiento de masas que podía colocar a España en una situación similar a la de Portugal, que por entonces estaba viviendo una revolución con el movimiento de masas y sectores del Ejército movilizados en las calles. La crisis del Estado español se agudiza en septiembre de 1975 con la ejecución de militantes anarquistas y de la ETA, organización que en 1973 se había hecho célebre ejecutando en un atentado –la "Operación Ogro"– al almirante y ministro franquista Luis Carrero Blanco.

Pero para la "transición" la burguesía española va a contar con la complicidad de las principales direcciones obreras: el Partido Comunista (PCE) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

El PCE "plantea el pasaje pacífico" a un "gobierno de reconciliación nacional" formado por "la izquierda... el centro y la derecha civilizada". (Le Monde Diplomatique, mayo de 1975) [1]. La decisión de Franco de designar como su sucesor al frente del gobierno al rey Juan Carlos de Borbón suponía llevar adelante la instauración de una monarquía institucional. Lo cual chocaba con el profundo sentimiento republicano que mantenían las masas españolas.

El 22 de noviembre de 1975 las Cortes proclaman a Juan Carlos de Borbón, rey de España y jefe de Estado. Éste, a su vez, nombra a Adolfo Suárez nuevo Presidente del gobierno.

Los primeros tres meses de la monarquía vieron una movilización de masas que se extendía a los distintos sectores reclamando amnistía a los presos políticos, el fin de los topes salariales, sindicatos obreros, el desmantelamiento del aparato represivo franquista que continuaba en pie y el castigo de los crímenes de la dictadura. "Otro objetivo que resalta como de primordial importancia porque atenta al centro mismo del pacto social y político, es la exigencia de disolución de los cuerpos represivos y el castigo a los criminales franquistas".[2] Es decir, la consigna democrática de juicio y castigo a los culpables de la masacre española estaba unida, en la movilización, a las reivindicaciones salariales y laborales. Pero como dijimos, la acción del PC y el PSOE le garantizaron a la burguesía que el proceso no se profundizara.

En 1977, se promulgan una serie de reformas que incluyen el derecho a huelga y la disolución del Movimiento Nacional, herramienta política del franquismo y se sanciona la Ley de Amnistía... pero se tiende un manto de silencio sobre los crímenes fascistas.

Un nuevo rechazo a investigar los crímenes fascistas

En diciembre de 2007, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero sanciona la Ley de Memoria Histórica. Dicha ley si bien habla de reparación de los derechos de las víctimas de la guerra civil y de la dictadura de Franco, no va al fondo de la cuestión que es la investigación y el castigo de los crímenes del franquismo. Ahora, una nueva instancia en el Congreso español se ha perdido en el pantano estéril y tramposo del parlamentarismo burgués. El 19 de julio el Congreso rechazó por mayoría la posibilidad de reformar la ley de amnistía de 1977 para poder investigar los crímenes de lesa humanidad perpetrados por la dictadura. La votación se realizó un día después de conmemorarse un nuevo aniversario del comienzo de la Revolución Española.

En dicha sesión el presidente del cuerpo legislativo, el "socialista" José Bono, escandalosamente, se negó a condenar el golpe militar de Francisco Franco del 18 de julio de 1936 que dio comienzo a la guerra civil. Pero los "socialistas" del PSOE no sólo aportaron declaraciones sino que votaron junto al Partido Popular y el resto de la derecha, estableciendo así la mayoría contra la reforma a la ley.

Una vez más, se demuestra que no hay posibilidad de avanzar en la resolución del genocidio español si no se hace carne en las masas movilizadas y peleando en las calles contra los intereses políticos de la burguesía. En este sentido, el proceso de protestas masivas contra el régimen y el sistema político que surgió en la Puerta del Sol, hace dos meses y medio, y tomó el nombre de Movimiento de los Indignados, aún no ha incorporado el reclamo de investigación y justicia de la masacre franquista a sus reclamos actuales. En el marco de la profunda crisis económica y social que vive España, producto de la crisis general europea hacen más que necesario englobar en un solo programa político las reivindicaciones actuales y las histórico–políticas para que los trabajadores y el pueblo español den pasos hacia una real perspectiva de clase para un cambio real en la península.

Notas:

1. Citado por Roberto Ramírez en Revista de América, julio de 1975.

2. Roberto Ramírez. Revista de América, abril–mayo de 1976.