Alemania exige quitar la soberanía a los
países que reciban ayudas
y rechaza
dar carta blanca al fondo
de rescate griego
Las dudas sobre Grecia reavivan la
tormenta europea
Por Claudi Pérez
El País, 28/07/11
Cuando Europa despertó, el mercado todavía
estaba ahí. La cumbre europea de la semana pasada supuso un
cambio de rumbo (ayudas más baratas y un fondo de rescate
capaz de comprar deuda pública en el mercado abierto) que
probablemente permita a Grecia esquivar el accidente al que
parecía abocada.
Pero Europa ha perdido 20 meses, el
problema es ya demasiado grande y a estas alturas la solución
es insuficiente si el incendio alcanza a Italia y España.
Sobre todo si las balas silban por todas partes: la falta de
acuerdo en EE UU deja al Gobierno de Obama al borde de la
suspensión de pagos, y a este lado del Atlántico Alemania
vuelve por donde solía.
Su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble,
lanzó ayer un doble mensaje: Berlín no dará carta blanca a
las compras de bonos por parte del fondo de rescate (lo que
resta credibilidad a la solución técnica alcanzada), y los
países que necesiten ayuda deberán ceder soberanía a
la UE (y eso anticipa problemas políticos).
Pasado ya el ensueño de la cumbre, los
mercados llevan varios días castigando, y ayer el revés llegó
tanto a la Bolsa (caídas superiores al 1% en toda Europa y
del 1,5% en Wall Street, lideradas por la banca) como al
mercado de deuda, donde Italia sufrió de lo lindo y elevó su
prima de riesgo casi a la altura de la española. España e
Italia pagan cerca del 6% por sus bonos a 10 años. Alemania,
menos del 3%. La diferencia (el llamado riesgo país) tiene a
Europa en ascuas: ambas economías suman en torno al 40% del
PIB de la eurozona, una cifra que las hace demasiado grandes
para caer y para ser rescatadas.
La fragilidad del acuerdo europeo puede
medirse por los mensajes de los líderes políticos a sus
respectivas ciudadanías. A un lado, el primer ministro de
Grecia, Yorgos Papandreu, aseguró que el nuevo fondo de
rescate, con ayudas a tipos de interés del 3,5% –solo algo
por encima de lo que paga Alemania– "es equivalente a
introducir los eurobonos", en lo que supone "una
decisión histórica". Al otro, Alemania: "Un Estado
que reciba ayudas debe devolver a la UE su renuncia a parte de
su soberanía", dijo Schäuble en unas declaraciones
destinadas al consumo interno, con la popularidad de la
canciller Angela Merkel en horas muy bajas.
Los frentes abiertos son múltiples y esa
guerra de guerrillas entre países rescatadores y países
rescatados no ayuda. La agencia S&P volvió a degradar la
nota de solvencia de Grecia para dejarla al borde de la
suspensión de pagos y reiteró que la participación del
sector privado en la reestructuración de deuda equivale a un
impago selectivo.
El Eurogrupo sigue sin cerrar la cuantía
del rescate a Atenas –los 109.000 millones pactados son solo
una cifra "estimada", dijo un alto funcionario
europeo– y el FMI añadió incertidumbre al amagar con
reducir su parte en la ayuda a Grecia, según el Wall Street
Journal.
¿Y España? Los beneficios del primer
banco español, el Santander –cuyo crédito en España cae
el 7%– se redujeron el 21% en el trimestre, las comunidades
amenazan con incumplir el objetivo de déficit, la prima de
riesgo sigue por las nubes. "La presión está lejos de
ceder. Por los problemas de EE UU, por el inoportuno debate
que vuelve a reabrir Alemania, por toda la incertidumbre que
vuelve a estar sobre la mesa", indicó José Carlos Díez,
de Intermoney. El mercado sigue ahí, al acecho.
El jueves 21,
un rescate orquestado en
una cumbre europea fue saludado por
los mercados, pero todo
indica que se trata de un alivio efímero
Rescate a Grecia: se va la euforia y
vuelve la crisis
The
Guardian, 23/07/11
Al segundo día, la euforia se disipó.
Las acciones de los bancos dejaron de subir, la tasa de los
bonos de Italia y España retomó su alza y la conducta de los
inversores mostró que, pese a la pericia puesta en diseñar
un paquete que esquivara el campo financiero minado, los desafíos
económicos y políticos todavía son enormes.
Primero, la noticia ciertamente positiva.
El rendimiento de la deuda griega a dos años cayó del 40% al
28%. Por cierto, aun esa menor tasa hace evidente que Grecia
está a miles de kilómetros de poder financiarse en el
mercado. Pero el riesgo de un inminente default caótico se ha
disipado por la disposición de la eurozona a prestarle
dinero. Recibirá US$109.000 millones al 3,5%, con plazo de
entre 15 y 30 años. Los bancos se sumarán (forzados) a este
intento de alivio de la deuda griega, pero no pondrán tanto
como para que haya que temer hoyos en sus balances.
Las sumas exactas son difíciles de
determinar, dada la complejidad del menú del ofrecimiento de
los bancos, pero el golpe al sector privado podría ser de
US$50.000 millones para 2011–14, calculan los analistas; los
bancos lo considerarán un buen resultado para ellos ¿Pero la
ayuda será suficiente para que Grecia vuelva a la senda de la
solvencia financiera? ¿Y la eurozona ahora tiene los medios
para lidiar con algún pánico sobre la deuda de España y de
Italia? Es difícil contestar “sí” a esas preguntas. El
plan de alivio de la deuda no parece suficiente como para ser
una solución definitiva. El ratio de la deuda griega respecto
del PBI, que antes se estimaba que llegaría al 160%, podría
no bajar de 130% y su economía aún es demasiado poco
competitiva y demasiado débil como para que las subas de
impuestos recorten significativamente la deuda.
Mientras tanto, el nuevo organismo de
estabilización financiera pergeñado por Europa (EFSF) es un
invento raro. Se le ha dado más libertad para correr en
defensa de España e Italia, mediante la compra de bonos en el
mercado y otras maniobras, pero no se le ha dado dinero para
destinar a esas misiones. Como dijo Willem Buiter, economista
de Citigroup : “El EFSF ahora es un arma más grande, pero
con la misma debilidad de municiones”.
La munición tendrá que provenir de una
colecta entre los países miembros. Pero los mercados saben
que pasar la gorra durante una crisis es un negocio incierto:
si los electorados de los países ricos se rebelan contra los
rescates, los políticos pueden vacilar. Los inversores, es
presumible, solo respetarán el poder del EFSF cuando vean el
dinero. Entonces ¿cuáles son las probabilidades de otra
cumbre de emergencia en un año? Si el crecimiento sigue
perdiendo fuerza en la eurozona, parece que habría muchas
posibilidades.
Preocupan los detalles confusos del plan
Los mercados dudan del rescate griego
Por Luisa Corradini
Corresponsal en Francia
La Nación, 23/07/11
París.– Pasado el primer momento de
euforia provocado el jueves por el masivo plan de ayuda a
Grecia y al futuro del euro, los mercados financieros
comenzaron ayer a reflexionar sobre las incertidumbres que
pesan respecto de la aplicación del acuerdo alcanzado por los
17 líderes de la eurozona y las consecuencias que tendrá el
inminente default parcial de la deuda griega.
La sanción por los interrogantes que dejó
abiertos la solución adoptada no tardó en llegar: después
de juzgar "importante" y "positivo" el
acuerdo concluido, la agencia de riesgo Fitch anunció ayer su
intención de colocar la deuda griega en "suspensión
parcial de pagos".
Los dirigentes europeos habían aludido a
esa posibilidad al anunciar el programa de ayuda de casi
160.000 millones de euros, con una fuerte participación del
sector privado.
Ese plan modifica los términos iniciales
de reembolso de los préstamos otorgados a Grecia. Una
modificación "que implica una pérdida del 20% para los
bancos y otros tenedores de deuda griega", precisó
Fitch. Para la agencia, "esto constituye un
default".
Por el momento, esa suspensión de pagos,
que debería durar pocos días y ser acompañada por el Banco
Central Europeo (BCE), no parece inquietar a los mercados,
como perturban otros detalles confusos del plan.
"Los resultados de la cumbre
sorprendieron positivamente, pero, como siempre, el diablo se
esconde en los detalles", señalaron analistas del banco
francés Crédit Agricole.
La incertidumbre persiste, por ejemplo,
en cuanto a la forma en que se producirá la intervención del
sector privado en este segundo plan de ayuda. Bancos,
aseguradoras y fondos de pensión, que poseen 150.000 millones
de euros de deuda griega, deberían contribuir con unos
135.000 millones de aquí a 2020 (y no en 30 años como declaró
el presidente Nicolas Sarkozy anteayer).
De esa cifra, 54.000 millones serán
desembolsados en los próximos tres años.
Entre los puntos positivos, figuran la
reducción de 26.000 millones de euros del volumen de la deuda
griega y la capacidad acordada al Fondo Europeo de Estabilidad
Financiera (FEEF) de comprar deuda pública de aquellos países
en dificultad en el mercado obligatorio secundario.
"El problema es que el FEEF, en su
envergadura actual, tendrá una capacidad de acción
limitada", señala Valentín Marinov, analista de CitiFX.
Ese fondo, creado en 2010 y dotado de 440.000 millones de
euros, parece insuficiente para ayudar a un país del tamaño
de España y mucho menos de Italia.
La verdadera garantía reside en que
"todos los Estados de la eurozona se comprometan a
respetar sus obligaciones financieras y sus propios programas
de reducción de déficits y de reformas estructurales",
indicó la firma Aurel.
En todo caso, el nuevo plan de ayuda a
Grecia tendrá consecuencias directas en el endeudamiento de
los 17 países de la zona euro: la deuda pública de Francia,
por ejemplo, aumentará en 15.000 millones de euros en dos años,
según anunció ayer el primer ministro François Fillon. Esa
suma se agregará a los 1,6 billones de deuda global del país.
Ese "costo indirecto" responde a las garantías
aportadas por Francia a los préstamos consentidos al FEEF.
Los mercados también son conscientes de
que, a pesar de todos los esfuerzos realizados y de la
considerable reducción de su deuda, el nivel de endeudamiento
de Grecia es considerado casi insostenible.
La canciller alemana, Angela Merkel,
prometió ayer en Berlín "consagrar todas sus energías
a apoyar" los esfuerzos de recuperación de Atenas e
incitar a la industria alemana a poner en marcha en ese país
una suerte de "Plan Marshall".
El Ministerio de Economía alemán habría
elaborado un plan de 16 puntos llamado "Ofensiva de
inversión y crecimiento para Grecia", que detalla las
posibilidades para empresas e instituciones alemanas de
participar en el proceso griego de reformas.
En resumen, nadie ignora que el riesgo de
contagio no ha sido totalmente descartado y que todavía es
demasiado pronto para cantar victoria. Pero aun los peores
euroescépticos coincidían ayer en que, por primera vez en años,
los líderes de la eurozona fueron capaces de evitar una catástrofe
de imprevisibles consecuencias.
"A pesar de que la cumbre de
anteayer no concluyó con una solución definitiva a la crisis
de la deuda, es imposible calificarla de «nuevo parche de
emergencia»", afirma el influyente diario británico
Financial Times en su editorial de hoy. La biblia de las
finanzas mundiales señala que los líderes de la eurozona
"fueron capaces de dar un paso atrás después de mirar
el vacío desde el borde del precipicio".
Ayer, las Bolsas europeas y asiáticas
mantuvieron el optimismo provocado en la víspera en los
mercados por el rescate alcanzado para Grecia, aunque las
plazas americanas cerraron mixtas: el Dow Jones perdió 0,34%,
pero el Nasdaq ganó 0,86%.
Reina la
incertidumbre sobre los efectos
del plan acordado en la Conferencia Europea
para no dejar caer
el euro
Por Luisa Corradini
Corresponsal en Francia
La Nación, 24/06/11
PARIS.–Durante
más de un año, la crisis de la eurozona pasó de un drama al
otro sin solución de continuidad: primero Grecia, después
Irlanda, más tarde Portugal, España, Italia, Grecia otra
vez. Cuando ya todos daban por perdida la moneda única y
pronosticaban el regreso de Atenas al dracma, los líderes
europeos tomaron, esta semana que pasó, una serie de medidas
que alejaron al bloque del precipicio. Pero pasados los
primeros momentos de euforia, las preguntas de siempre
volvieron a surgir: ¿fue suficiente? ¿Grecia está salvada?
¿El euro está asegurado?
Hasta los más escépticos reconocen que,
por una vez, los dirigentes de la eurozona se animaron a
aceptar que lo "impensable" era, en realidad,
"inevitable": dejaron de pretender que Grecia era
solvente; consintieron en prestarle más dinero (158.000
millones de euros) y por más tiempo; solicitaron a los
acreedores privados que contribuyeran a la reducción de la
deuda; prometieron asegurar la financiación de los bancos
griegos; reconocieron la necesidad de alentar el crecimiento,
y extendieron las atribuciones del Fondo Europeo de
Estabilidad Financiera (FEEF) para convertirlo en un
instrumento flexible de intervención.
En la Cumbre en Bruselas sólo fueron
desechadas las ideas más radicales. Entre ellas, la creación
de "eurobonos", alentada por sectores del mundo de
las finanzas.
Tratándose de Grecia, el aggiornamento
es real. A una ecuación sin solución, los líderes opusieron
una nueva arquitectura financiera que no parece imposible.
Prestando más barato y con una reducción de la deuda actual,
provocaron un alivio de 26% de la carga financiera, sin dudas
insuficiente pero incontestable.
El acuerdo tuvo sus efectos inmediatos.
Los mercados respondieron con relativo optimismo, el euro se
fortaleció y la reducción de las primas de riesgo para
Grecia y otros países permitió, sobre todo, creer en un
receso de la ola especulativa contra la periferia de la
eurozona.
Pero los actores del mercado tampoco
dejaron de señalar que el ambicioso acuerdo tiene que ser
todavía implementado. "Los resultados de la cumbre
sorprendieron positivamente, pero el diablo se esconde en los
detalles", señalaron analistas del banco francés Crédit
Agricole.
Tres puntos preocupan: la inminente
suspensión parcial de pagos de Grecia, su desarrollo económico
futuro y el efecto de su deuda en el resto de la eurozona.
Después de haber transformado la cuestión
en tabú, el default griego es exactamente lo que sucederá.
Pero el impacto no debería ser muy dramático. Las agencias
de notación indicaron que los nuevos bonos de la deuda podrán
ser recalificados, después de ser cambiados en el mercado
secundario, porque estarán garantizados por el FEEF.
Es verdad que una reducción de la deuda
pública griega no devolverá la competitividad a sus empresas
y el trabajo a sus desempleados. Muchos creen que su nivel de
endeudamiento es insuperable y que, para salir del pozo, tendrá
que abandonar el euro y regresar al dracma.
Cuando la Argentina dejó la paridad con
el dólar, en 2002, el peso perdió 80% de su valor. En
Grecia, toda la deuda está emitida en euros. La conversión
forzada destruiría lo esencial del ahorro y provocaría
quiebras en cadena en el país, en la eurozona y en el resto
del mundo, según la geometría de la conversión.
Antes de ese shock, los ahorristas se
precipitarían a sacar su dinero de Grecia, lo que derrumbaría
los bancos. Lejos de verse reforzada, la eurozona resultaría
debilitada, pues la especulación se lanzaría sobre el euro.
"Es por esa razón que es preferible la opción de una
reestructuración dentro del euro", precisó Bris
Schlossberg, director de investigación en Global Forex
Trading.
Los que nunca caen
El acuerdo del jueves pasado parece haber
alejado ese fantasma. Sin embargo, para algunos expertos, que
las agencias de riesgo hayan aceptado colaborar no significa
que el peligro haya desaparecido.
"Los mercados pueden reaccionar lanzándose
en una especulación irracional contra otros países de la
región", advirtió Jürgen Matthes, del Instituto de
Investigación Económica de Colonia.
Matthes señala el reciente anuncio de la
agencia Moody's, al advertir que otros países podrían ser
sancionados en caso de un default parcial de Grecia. Pero ¿cómo
se lucha contra el riesgo de una "especulación
irracional"?
En la batalla actual entre mercados y
Estados, hay actores que nunca caen en default. Por ejemplo,
los especuladores, que hacen su trabajo: especulan.
Ayudados por cierta prensa financiera y
algunas agencias de riesgo obnubiladas por las dificultades de
Europa –y despreocupadas por el estado calamitoso de las
finanzas públicas de Estados Unidos y Gran Bretaña–, esos
actores trabajan para que los peores augurios que pesan sobre
el euro y la UE se hagan realidad.
Por el lado de Europa, varios Estados
respondieron positivamente a sus nuevas obligaciones. Todos
los países del Sur lanzaron planes de austeridad. Todos saben
que es una cuestión de supervivencia.
En todo caso, al tratarse del euro, las
medidas de consolidación anunciadas no disiparán la
inquietud sobre otros países de la zona. Sobre todo, España
e Italia.
"Entre los puntos vulnerables
revelados por los movimientos telúricos de los últimos
meses, uno de los más serios parece ser la correlación entre
crisis bancaria y crisis soberana", señaló Erik Jones,
profesor en la John Hopkins University.
En Grecia, el estado de las finanzas públicas
es una amenaza para los bancos, cuyo portafolios de títulos públicos
es dos veces superior a sus capitales. El mismo temor existe
en Italia. En Irlanda, el derrape de los bancos terminó por
poner de rodillas al Estado. "El círculo vicioso se
inicia por un lado o por el otro, pero enseguida la lógica es
la misma: un Estado en dificultad fragiliza los bancos por la
depreciación de los títulos públicos. A su vez, los bancos
en dificultad debilitan al Estado por el costo de sus
rescates", explicó Jones. Una sola receta parece ser
capaz de romper ese círculo devastador: una mejor
gobernabilidad financiera a nivel europeo y una mayor
mutualización de los riesgos. Desde el jueves, el bloque
parece dirigirse lentamente en dirección de la primera
medida.
Por el contrario, la mutualización sigue
siendo tabú. Como sucedió con el default griego, no es
seguro que ese prejuicio sobreviva a los desafíos actuales.
La peligrosa pendiente de la
economía de la UE
Pese a los ajustes, los multimillonarios
rescates y el ambicioso plan para salvar a Grecia y al euro,
el peligro aún está latente: un default –aunque parcial–
griego podría arrastrar hacia el abismo a otras economías
europeas que están debilitadas por la crisis de deuda
soberana.
Francia: Estático. Aunque la
percepción es que está lejos del efecto contagio de la
crisis de deuda, Francia es el único de los principales países
europeos que no ha tomado medidas significativas para atacar
su déficit. PBI: 2.582 – Deuda: 81,7%.
Gran Bretaña: Riesgo. El ministro de
Finanzas reconoció que el país "no está inmune" a
la crisis; la rebaja en la calificación crediticia de Irlanda
podría afectar a los bancos británicos nacionalizados, que
hicieron fuertes préstamos a Dublín. PBI: 2.247 – Deuda:
76,5%.
Austria: Dependencia. Aunque su situación
no es agobiante, al igual que los Piigs depende en gran parte
de la financiación externa para administrar su carga de deuda
soberana. PBI 376 – Deuda: 72,3%.
Hungría: Auxilio. No está en la
eurozona, pero ya hizo tambalear a los mercados, que la veían
como "la próxima Grecia"; en 2008, el FMI la rescató
de la quiebra, con un auxilio de 19.000 millones. PBI: 132 –
Deuda: 80,2%.
Bélgica: Amenaza. El país, que sufre
una larga crisis política, quedó en el ojo del huracán: por
su alto nivel de deuda, las calificadoras lo amenazaron con
bajarle la nota, lo que provocó una fuerte suba de la prima
de riesgo. PBI: 465 – Deuda: 98,6%.
Italia: Estancado. Tercera economía de
la región, el país casi no crece desde hace una década,
arrastra una pesada deuda y su gobierno está en la cuerda
floja. Para alejar el fantasma del contagio de la crisis,
aprobó un duro ajuste de 70.000 millones en tres años. PBI:
2.055 – Deuda: 119%.
España: Vulnerable. Es uno de los países
más vulnerables al contagio: sumergido en una profunda crisis
económica, con récord de desempleo, los tipos de interés
españoles en el mercado de deuda llegaron a picos históricos
desde la creación de la eurozona. PBI: 1.409 – Deuda:
63,4%.
Portugal: Ajuste. Ante la imposibilidad
de hacer frente a su deuda y su abultado déficit, el gobierno
tuvo que aprobar en abril un doloroso plan de ajuste, para así
recibir la vital ayuda de la UE y el FMI, de 78.000 millones
en tres años. PBI: 229 – Deuda: 93%.
Irlanda: Debacle. De protagonizar un
milagro económico hasta hace tres años, pasó a la debacle.
Ya recibió 85.000 millones de ayuda, y ahora Moody's le bajó
la nota a "bono basura": necesitaría más
financiación para volver a los mercados. PBI: 204 – Deuda:
96,2%.
Caen las
bolsas de Europa por las dudas
sobre el rescate griego
Pese al plan de ayuda millonario,
Grecia
iría a la quiebra
Por Julio Algañaraz
Corresponsal en Roma
i–Eco, 28/07/11
Es cada vez más real el espectro de una
segunda fase dramática de la crisis global que estalló en
2008 con efectos devastadores sobre la economía mundial. Ayer
la acumulación de malas noticias agravaron los temores. En
una semana se han disipado las esperanzas y los débiles
optimismos de que un Plan Marchall de 160 mil millones de
euros, aprobado por los jefes de Estado y de gobierno de la
Eurozona, salvarán a Grecia y al euro. La agencia de rating
Standard and Poors, gran pájaro de mal agüero, bajó la
calificación de Grecia de triple a doble CC, poniendo a
Atenas a un metro del precipicio .
Las Bolsas europeas fueron ayer el termómetro
del agravamiento de la crisis, que parece imparable por los
contragolpes de la pelea en EE.UU. entre demócratas y
republicanos que puede llevar el 2 de agosto a un
“default” de la superpotencia. Milán encabezó la caída
generalizada. Al cierre, el índice MIB bajó un 2,8%, pero en
medio de la sesión las pérdidas llegaron al 3,3%. El sector
bancario es el lastre que tira abajo al mercado financiero,
porque Unicredit (–4,30%) Intesa San Pablo (–5,13%) y Ubi
Banca (–5,68%), están pletóricos de títulos de la deuda pública
italiana, en la que han perdido confianza los inversores.
Una noticia alimentó el pesimismo. El
londinense Financial Times informó que el Deutsche Bank ha
reducido drásticamente (un 88%) su exposición en
obligaciones de la deuda pública de Italia, que es del 120%
del PBI y está llegando a los dos billones de euros.
El descalabro de los valores bancarios se
extendió a España, donde las pérdidas llegaron al 1,93%. En
París el retroceso fue de 1,42% y en Londres del 1,23%,
mientras que en la Bolsa de Franckfurt fue de 1,32%.
“Los mercados se preparan a lo peor”
, dijo un operador de la Bolsa italiana. Ayer los Bonos del
Tesoro pasaron la barrera psicológica de los 300 puntos y
cerraron a 3,12%, contra 2,88% del martes. En Italia los
remates cotidianos de títulos públicos a diez años llegaron
a un interés del 5,748%, mientras que en España el temor al
contagio de la crisis de Grecia elevó las tasas al 6,02%.
Mientras tanto, en Alemania la confianza
en los “bund” hicieron bajar el interés a 2,70% de 2,73%
del martes, calificados con el mágico rating de AAA. Habrá
nuevas rebajas de los tipos germanos, lo que mejora
notablemente las finanzas públicas porque el estado alemán
desembolsa menos y puede emitir nuevos títulos.
En cambio, el panorama es negro en los países
débiles de la zona euro. Grecia pagó ayer 14,4% de
sobretasas contra 14,43% del martes. En Italia, cada 1% que
aumenta el “spread” obliga a un esfuerzo financiero que en
tres años llegará a los 7.500 millones de euros,
comprometiendo el plan de medidas de austeridad aprobado hace
dos semanas a tambor batiente por el Parlamento de Roma. La
decisión de las calificadoras de bajar también el
“rating” de riesgo de Chipre causó inquietud porque la
isla del Mediterráneo oriental se ha convertido en una plaza
financiera importante tras la decadencia de Beirut y Dubai. Es
el principio del contagio de la tragedia griega.
El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang
Schauble, echó más leña al fuego de la desconfianza, al
advertir en una carta a los diputados de su país que “no
vamos a firmar un cheque en blanco”, para la compra de deuda
de los países en dificultad por parte del Fondo Europeo de
Estabilidad Financiera, elegido como gran instrumento para
poner en pie a Grecia.
Los griegos se encaminan a una bancarrota
para muchos inevitable. Ya algunos analistas y las compañías
calificadoras de riesgo consideran que el plan de ayuda
contiene de hecho “defaults” selectivos que deberán pagar
los bancos y sectores privados comprometidos a colaborar por
los 17 gobiernos de la Eurozona.
Califican de default “restringido” al
nuevo plan
de salvataje griego
Por Idafe Martín
Desde Bruselas
i–Eco, 23/07/11
Las amenazas, si no se cumplen, no son
creíbles. Y las agencias de calificación, ariete de los
mercados financieros, cumplieron ayer las suyas. Fitch Ratings
aseguró que el segundo rescate a Grecia será considerado un
“default restringido”.
Cuando Atenas haga el canjee de bonos
previsto en el acuerdo europeo para sostener sus finanzas,
Fitch dará a la deuda helena la calificación de D (por
default). Con eso podrían activarse los credit default swaps
(cds) , seguros contra impago de deuda, unos instrumentos de
especulación extremadamente tóxicos que podrían
desencadenar otra crisis financiera global.
Esta interpretación fue rechazada por la
International Swaps and Derivatives Association. Esta
organización –que decidirá si se activan los cds y cuándo
se haría– cree que Grecia n o debe ser considerada en
default porque la implicación bancaria es voluntaria.
Las bolsas habían arrancado ayer con
subidas, pero tras el anuncio de Fitch se moderaron y
volvieron a poner en tensión las primas de riesgo de Italia y
España, el diferencial que deben pagar con respecto a
Alemania para colocar sus bonos. La sobretasa española que
había bajado hasta 245 por la mañana saltó a 290 puntos. Y
la italiana subió hasta 230. La semana pasada España había
tocado 375 e Italia 330.
Tampoco ayudó ayer Angela Merkel a
contener la tensión. La jefa del gobierno alemán, tras decir
que quiere que “Europa salga reforzada de esta crisis” y
que “Europa es impensable sin el euro”, añadió que
Italia debe aprobar más ajustes para reducir su déficit público
y su deuda del 120% del PBI, a pesar del plan de ajuste de
79.000 millones de euros en 4 años aprobado la semana pasada.
La reacción más comedida de los
mercados se debe a que, con el acuerdo para ayudar a Grecia,
el Banco Central Europeo tomó las medidas oportunas para
enfrentarse a esa rebaja de la calificación griega. Aunque
Grecia reciba la D, el emisor europeo seguirá aceptando sus
bonos como garantías para financiar a la banca helena.
Según el comunicado de Fitch, “la
participación del sector privado que recoge el memorando de
la cumbre tal y como está descrita por el Instituto para las
Finanzas Internacionales que reúne a más de 400 bancos de
unos 70 países será un fenómeno de impago restringido”.
Fitch añade que el canje conllevará “ una pérdida neta
del 21% para los bancos y otros acreedores de Grecia ”.
Las agencias aseguran que el sistema
acordado por la Eurozona hará que los bonos actuales en poder
de los bancos se canjeen por bonos con peores condiciones de
rentabilidad, menores intereses y plazos de vencimiento más
largos. Fitch dice que la rebaja de la calificación se
producirá cuando acabe el plazo de canjeo de los bonos.
Funcionarios europeos aseguraron ayer que la UE había
explicado el programa a las calificadoras y cómo querían
hacer participar en él a los bancos de “forma
voluntaria”. Además, habrían intentado evitar que las
agencias siguieran bajando la nota de la deuda de los demás
países amenazados. La participación bancaria consiste en que
los bancos, a través del canje, dejarán de cobrar 37.000
millones de euros de aquí a 2014 y perderán otros 12.600
millones por la recompra.
Moody's bajó la calificación de la
deuda griega y
la dejó a un paso del default
Agence
France–Press (AFP), 25/07/11
Pese al plan de rescate internacional, la
agencia de calificación degradó en tres escalones la nota de
la deuda a largo plazo porque consideró que el país no podrá
reembolsar íntegramente a sus acreedores privados.
La agencia de calificación financiera
Moody's degradó en tres escalones la nota de la deuda a largo
plazo de Grecia, pese al plan de rescate internacional, colocándola
a un paso de la cesación de pagos, pues considera que no podrá
reembolsar íntegramente a sus acreedores privados.
El anuncio de un segundo plan de ayuda de
la Eurozona y del intercambio de las antiguas obligaciones
griegas contra nuevas que lo acompañan "sugieren que los
acreedores privados sufrirán pérdidas", explica el
lunes esta agencia en un documento. La nota de la deuda a
largo plazo de Grecia es ahora de Ca, contra Caa1
anteriormente.
"Esta degradación refleja las pérdidas
esperadas que sugiere el intercambio de deudas", explica
Moody's, una de las tres grandes agencias mundiales de
calificación financiera.
Moody's indica que una vez realizado el
intercambio entre los antiguos documentos griegos y los
nuevos, examinará nuevamente la nota de este país para
asegurarse de que la misma "refleja el riesgo asociado a
su nuevo estatuto, incluyendo potenciales futuras
reestructuraciones de la deuda".
Para esta agencia, el nuevo plan de
salvamento tiene indudablemente ventajas para el país –baja
de los costos vinculados a su deuda y menor dependencia de los
mercados financieros–, "pero el impacto sobre la
reducción de su deuda es limitado", alega.
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