Hay
señales de debilitamiento de la economía incluso en Alemania
Crecen
las dudas sobre la deuda de Italia y España
Por
Stacy Meichtry, Jonathan House y Charles Forelle
Wall Street Journal, 02/08/11
Los bonos
soberanos y los mercados financieros en Italia y España
continuaron su caída sin pausas el martes, intensificando la
preocupación sobre la posible propagación de la crisis a dos
de los países más vulnerables de la zona euro.
El gobierno
italiano se puso en estado de alerta el martes, luego de que
los rendimientos de los bonos soberanos subieran y los precios
de las acciones de los bancos del país, que poseen muchos de
estos valores, cayeran precipitadamente.
El ministro de
Economía, Giulio Tremonti, llamó a una reunión de altas
autoridades, que luego emitieron una declaración en la que
recalcaron que Italia está siendo golpeada por
"tensiones derivadas de la incertidumbre
internacional". El documento añadió que "las
finanzas de Italia y el sistema bancario son sólidos".
El primer
ministro Silvio Berlusconi, planea dirigirse hoy al Parlamento
en medio de los llamados a realizar mayores recortes fiscales.
Tremonti, por su parte, viajará a Luxemburgo para sostener
conversaciones con Jean– Claude Juncker, jefe del grupo de
los 17 países que utilizan el euro.
El
presidente de gobierno español, José Luis Rodríguez
Zapatero, postergó brevemente sus planeadas vacaciones en el
sur de España "para seguir de cerca" la evolución
de los indicadores económicos, dijo su oficina.
Posteriormente, partió de vacaciones.
Los datos no son
muy alentadores. En las primeras horas del martes, los
inversionistas pedían una tasa de cuatro puntos porcentuales
por sobre los bonos alemanes de referencia para prestarle a
España a 10 años. En el caso de Italia, el diferencial por
sobre los bonos alemanes llegó a ubicarse en 3,5%, más del
doble del nivel de hace un mes.
El diferencial
español se redujo levemente, pero la reacción de los
mercados en España e Italia dejaron claro que el deterioro de
los indicadores económicos en Estados Unidos y Europa, así
como la crisis de la deuda, han mermado el apetito por los
bonos de los países riesgosos del sur de la zona euro.
La situación
podría causar serias perturbaciones. Tanto Italia como España
tienen déficits fiscales y necesitan un acceso consistente a
nuevo financiamiento para cubrir esas brechas y devolver los
préstamos que vencen. La falta de acceso a los mercados de
capital de cualquiera de los dos países constituiría un
escenario catastrófico que las autoridades europeas ni
siquiera quieren contemplar.
El intento de
los líderes europeos en su cumbre del pasado 21 de julio para
aislar a Grecia, Irlanda y Portugal del resto de la zona euro
no surtió el efecto deseado. Los líderes prometieron públicamente
nuevas medidas para ayudar a los países vulnerables, pero han
acordado pocas acciones concretas y algunos políticos ya
comenzaron a desdecirse.
Una de las
mayores preocupaciones es el volumen del fondo de rescate de
la zona euro: pese a los cambios prometidos que incrementarán
su alcance y financiamiento, dista de ser suficiente para
apoyar a Italia. Y las modificaciones —que le darían más
capacidad para asistir a España— todavía no se han
materializado.
Tampoco está
claro por cuánto tiempo Italia y España podrán financiarse
a tasas de largo plazo de en torno al 6%, que es
aproximadamente el valor actual. Las perspectivas para su
crecimiento a largo plazo se ubican muy por debajo de ese
nivel, y es poco probable que los inversionistas presten hoy
si piensan que hay una posibilidad de que no se les pagará.
Los gobiernos
han recurrido a medidas de austeridad. Italia aprobó el mes
pasado recortes presupuestarios del orden de los 40.000
millones de euros (US$57.000 millones) con el fin de calmar
los nervios de los inversionistas. No dio resultado. El grueso
de los recortes contenidos en las medidas entrará en vigor en
2013 y 2014, luego de las elecciones nacionales que podrían
dar a un nuevo gobierno facultades para dejarlas sin efecto.
Los líderes
empresariales, los sindicatos y los inversionistas ahora están
pidiendo a Roma que elabore una nueva serie de medidas
destinadas a enfrentar las profundas debilidades
estructurales— desde un rígido mercado laboral hasta los
altos impuestos— que han llevado al estancamiento de la
economía en la última década.
El gobierno
tiene poco margen de maniobra. La deuda pública italiana, que
equivale a 120% del Producto Interno Bruto, es una de las más
onerosas del mundo.
Los analistas
también están preocupados por la posibilidad de que Italia
pueda tener problemas para acceder a financiamiento en
septiembre, cuando está previsto que subaste 61.700 millones
de euros (US$88.502 millones) de bonos soberanos, más del
doble de la cantidad habitual, aunque una pequeña fracción
de la deuda total de 1,8 billones de euros (millones de
millones).
El deterioro de
las perspectivas de Italia y España ha ido de la mano de
otras sombrías noticias económicas. La cadena minorista
alemana Metro AG, por ejemplo, atribuyó el martes a la frágil
demanda en Europa Occidental sus decepcionantes ganancias del
segundo trimestre y las pérdidas en su división de electrónicos
de consumo, haciéndose eco de las negativas perspectivas que
brindaron recientemente Philips Electronics NV y otros
fabricantes europeos de productos de consumo. Siemens AG, BASF
AG y otros pesos pesados de la industria, advirtieron la
pasada semana que hay señales de debilitamiento incluso en
Alemania, que ha sido el motor de la recuperación de la zona
euro.
Dudas
por la economía de EEUU y la zona euro
Caen
las Bolsas y vuelve el acoso sobre España e Italia
Madrid
y Roma intentaron frenar la escalada,
que se acerca al punto de no retorno
Por
Idafe Martín
Desde Bruselas
i–Eco, 03/08/11
Los mercados
financieros presionaron ayer con fuerza a la zona euro,
haciendo caer las Bolsas y subir los intereses de la deuda.
Milán volvió a ser el gran perjudicado entre los todas las
del viejo continente con una caída del 2,53%. Frankfurt perdió
un 2,3%, Madrid un 2,18%, París un 1,82% y Zurich un 4,1%.
Al otro lado del
charco, Wall Street cayó un 2,2% por las malas perspectivas
de crecimiento económico y a pesar del acuerdo para elevar el
techo de la deuda estadounidense.
La Unión
Europea ve cómo se acerca el escenario que lleva meses
intentando evitar. Tras rescatar a Grecia –y ya van dos
veces–, a Irlanda y a Portugal, los mercados han puesto sus
cañoneras a disparar contra dos pesos pesados de la zona
euro: Italia y España.
Los mercados
financieros quieren acciones, no declaraciones y su apetito
parece insaciable. La Eurozona acordó el pasado 21 de julio
el segundo rescate a Grecia y flexibilizó el fondo de
rescates para detener el contagio de la crisis. Pero el plan
no está operativo todavía y el contagio ya se está
produciendo .
Los bonos españoles
e italianos a 10 años rompieron ayer su techo. Tras una
jornada de alzas, cerraron por encima del 6% –los españoles
llegaron a cotizarse al 6,4%–, casi cuatro puntos más que
los “bund” alemanes, de referencia en Europa. La
diferencia se amplía aún más porque los intereses de los
bonos alemanes bajan por la fuerte demanda que están
recibiendo al ser tratados como una de las inversiones más
seguras.
Madrid y Roma
intentaron frenar la escalada, que se acerca al punto de no
retorno. Los tres rescates aprobados hasta ahora se activaron
cuando los intereses de los bonos a 10 años pasaron del 7%.
La presión se
debe a que los mercados creen que el fondo de rescates de la
UE, en su configuración actual, no tiene capacidad para
rescatar a economías del tamaño de la italiana y la española
. Habría que aumentarlo considerablemente –tiene 750.000
millones de euros, pero sólo 440.000 son efectivos– pero
nada indica que eso frenaría el contagio y que los mercados,
tras tumbar a Italia y España, no irían tras Bélgica
–cuyos intereses también suben– o incluso tras Francia.
La desconfianza
de los inversores se debe en parte a la mala gestión política
de la crisis en la zona euro y a la dificultad de sus
dirigentes para tomar decisiones. Pero los planes de ajuste,
que están congelando las economías, tampoco ayudan a
explicar cómo se van a reducir déficits y deudas con un
crecimiento económico anémico cuando la deuda se refinancia
a tasas cada vez más altas.
La Comisión
Europea negó ayer que España o Italia se dirijan hacia un
rescate. Chantal Hugues, portavoz del ejecutivo comunitario,
dijo ayer que “Bruselas tiene mucha confianza en la
determinación de las autoridades españoles e italianas”
para arreglar sus cuentas. La UE promete que “la cuestión
de un plan de rescate ni está sobre la mesa ni ha sido
discutida”.
El presidente
español, José Luis Rodríguez Zapatero, retrasó el inicio
de sus vacaciones para “seguir la evolución de los
indicadores económicos” y en Italia se reunieron las
autoridades económicas.
Italia
pasa a ser el epicentro de la crisis
de la deuda europea
Por
Stacy Meichtry y Charles Forelle
Wall Street Journal, 04/08/11
Roma.– El
primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, bajo una intensa
presión para apaciguar a los mercados, rechazó los llamados
de los inversionistas y de los líderes empresariales para
anunciar medidas destinadas a reactivar la estancada economía
del país. Esto podría acentuar los temores de que la reacción
de los líderes europeos es demasiado tardía para contener la
crisis de deuda que atraviesa la región.
Italia, la
tercera economía de la zona euro, desplazó a España en los
últimos días para transformarse en el epicentro de las
preocupaciones de los mercados sobre el euro.
Hacia finales de
la jornada del miércoles, el rendimiento de los bonos
soberanos italianos a 10 años se ubicó en 6,07 puntos
porcentuales, 3,66 puntos porcentuales por encima de los bonos
alemanes del mismo plazo. En tanto, el rendimiento de los
bonos españoles a 10 años cerró en 6,23 puntos
porcentuales.
La evolución de
los mercados de bonos de Italia y España "son causa de
profunda preocupación", reconoció el presidente de la
Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la Unión Europea,
José Manuel Barroso, en un comunicado difundido el miércoles
por la mañana.
Muchos esperaban
que el discurso de Berlusconi ante el Parlamento aplacara las
dudas de los inversionistas. Aguardaban, en particular, el
anuncio de compromisos específicos para abordar algunos de
los problemas estructurales de la economía, como el rígido
mercado laboral, los elevados impuestos y la falta de
inversiones en investigación. Otros querían cambios en un
plan de austeridad de 40.000 millones de euros (US$57.000
millones) aprobado por el Parlamento hace apenas dos semanas.
El primer
ministro, en cambio, manifestó que las "tensiones"
en los mercados internacionales eran impulsadas por las
dilatadas negociaciones en Washington para elevar el límite
de endeudamiento estadounidense.
Aseguró que los
mercados estaban evaluando incorrectamente la deuda soberana
italiana al no tomar en cuenta el alto nivel de ahorros de las
familias y la fortaleza de los bancos italianos, que, insistió,
han sobrellevado la crisis financiera mejor que sus pares
europeos.
"Como pasa
a menudo en una crisis de confianza, los mercados no están
evaluando correctamente nuestro crédito", aseveró
Berlusconi. "Nuestra economía es saludable. El país es
económica y financieramente sólido", recalcó.
"El
crecimiento es ciertamente el objetivo fundamental", dijo
Berlusconi en su discurso. El primer ministro, sin embargo, no
anunció ninguna medida concreta para reanimar el crecimiento
económico y optó por informar que planeaba asistir a mesas
redondas con líderes empresariales y sindicales para analizar
formas para liberalizar el mercado laboral italiano.
El mes pasado,
Italia aprobó un recorte de gastos en torno a los 40.000
millones de euros y los líderes de la zona euro realizaron
una cumbre en la que comprometieron nuevas medidas para ayudar
a Grecia, Irlanda y Portugal. Los inversionistas, sin embargo,
distan de estar convencidos.
La oposición
política italiana y algunos líderes empresariales dudan de
la capacidad del gobierno encabezado por Berlusconi para
lograr la aprobación de medidas severas en el Parlamento,
donde el primer ministro tiene una leve mayoría.
"Tenemos un enorme problema de credibilidad en el país.
Necesitamos un liderazgo capaz de restaurar la cohesión",
dijo Sergio Marchionne, presidente ejecutivo de las
automotrices Fiat SpA y Chrysler LLC en una entrevista con la
agencia de noticias ANSA. El comentario, realizado antes del
discurso de Berlusconi, fue confirmado por un portavoz.
Mientras tanto,
el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez
Zapatero, interrumpió por segunda vez sus vacaciones para
reunirse con ministros y líderes para analizar "los más
recientes movimientos en los mercados financieros",
informó su oficina.
El gobierno español
informó que llevará a cabo dos reuniones de gabinete para
aprobar nuevas reformas económicas en un esfuerzo para
contener la volatilidad de los mercados e impedir el colapso
de la cuarta economía de la zona euro.
Los costos de
financiamiento de España se están acercando a los niveles
que alcanzaron Grecia, Irlanda y Portugal antes de que se
vieran obligados a solicitar un paquete de rescate.
La zona euro ha
planeado durante varios meses expandir a unos US$440.000
millones de euros su principal fondo de rescate, desde los
actuales 250.000 millones de euros. La medida, sin embargo,
debe ser ratificada por los parlamentos de los países
miembros, lo que probablemente no ocurrirá antes de
septiembre. Pero incluso un fondo ampliado de 440.000 millones
de euros sería insuficiente para asistir a Italia y España.
La deuda pública
italiana asciende a los 1,8 billones (millones de millones) de
euros, un 120% del Producto Interno Bruto (PIB), una de las más
altas del mundo.
Preocupación
en la zona euro
Vuelve
la alarma por España e Italia
El
riesgo-país de ambos tocó nuevos récords y se derrumbaron
las bolsas
La UE desmintió que esté preparando más rescates
Por
Adrián Sack
Desde Madrid
La Nación, 03/08/11
Las maltrechas
economías de España e Italia vivieron ayer su peor y más
angustiosa jornada en los 12 años de historia de la eurozona.
Jaqueados por los temores a una nueva recesión global,
cercados por el desplome de sus bolsas y con un riesgo país
desbocado, ambos países quedaron mucho más cerca de
necesitar el tan temido rescate financiero externo.
En España, la
alarma y las corridas comenzaron poco antes de la apertura de
la Bolsa madrileña, cuando se supo que la prima de riesgo de
la deuda española, que mide la diferencia por pagar entre el
bono local y el alemán a diez años, se disparó a 404 puntos
básicos. El repunte no sólo marcó un nuevo e inquietante récord,
sino que logró perforar la "barrera psicológica"
de los 400 puntos, el nivel establecido tácitamente por los
expertos para determinar la necesidad de España de acudir a
un paquete de ayuda externa del Banco Central Europeo (BCE) y
los organismos internacionales de crédito.
Y si bien ayer
una multitud de analistas intentaron desestimar este límite
psicológico, la repentina decisión del presidente José Luis
Rodríguez Zapatero de suspender sus vacaciones -que
comenzaban ayer- para seguir de cerca las alternativas del
riesgo país le agregó una cuota de dramatismo a la delicada
situación.
El nerviosismo
general no tardó de apoderarse de la Bolsa, donde el índice
IBEX sufrió una fuerte caída de 2,2%, después de haber
perdido 3,24% la jornada anterior. Así, la Bolsa de Madrid
acumuló una caída total del 9,4% en la última semana.
Pero la
preocupación no sólo fue disparada por la debacle bursátil.
El rendimiento del bono español a diez años, que es el otro
referente para determinar el grado de peligro de caída en el
rescate financiero externo, rozó el 6,4%, casi 5 décimas más
que la semana pasada. Desde esta variable, España también
habría quedado mucho más cerca de necesitar la asistencia
internacional a la que ya debieron acudir Irlanda , Grecia y
Portugal : la marca por alcanzar es del 7%, un tipo de interés
nada improbable si se tiene en cuenta el crecimiento
registrado en las últimas semanas.
Por otra parte,
en Italia, el desaliento y la frustración se extendieron
tanto como en España. Las acciones en la Bolsa de Milán
vivieron un verdadero martes negro y cerraron a su nivel más
bajo desde abril de 2009. La prima de riesgo italiana también
estuvo fuera de control y alcanzó un máximo de 386 puntos básicos,
mientras que el rendimiento del bono equivalente subió al
6,18 por ciento.
A pesar de que
el riesgo país y el interés de la deuda soberana italiana
son menores que sus equivalentes de España, las posibilidades
de necesitar un rescate financiero son igual de preocupantes.
Esto se explica en el mayor nivel de endeudamiento de Italia
(120% del PBI, contra el 65% de España) y a la inestabilidad
del gobierno de Silvio Berlusconi.
Dada la gravedad
de la crisis financiera, el primer ministro italiano se
presentará hoy ante el Parlamento para debatir las medidas
que su ministro de Economía, Giulio Tremonti, trató ayer en
una reunión de urgencia con el comité para la salvaguardia
de la estabilidad financiera. En la reunión, Berlusconi
intentará ratificar la fortaleza y efectividad real del plan
de austeridad de cuatro años que fue aprobado el mes pasado,
aunque la voracidad de los reclamos de los mercados parecen
exigir reformas más profundas y urgentes.
Sin
rescate en la mesa
A pesar de la
fuerte presión de los mercados, la Comisión Europea (CE)
afirmó ayer que no hay ningún plan de rescate para ambos países.
"La cuestión de un plan de rescate no está sobre la
mesa; no está siendo debatida", reveló un vocero de la
CE.
El nuevo
derrumbe en los mercados, que ocurrió mientras los
"indignados" reavivaban su protesta con masivas
marchas en el centro de Madrid, irrumpió en la campaña
electoral para las elecciones del 20 de noviembre, en las que
se elegirá al sucesor de Rodríguez Zapatero en el Palacio de
la Moncloa.
Una de las
declaraciones más polémicas provino del Partido Popular (PP),
la principal fuerza de oposición, desde donde no dudaron en
relacionar el aumento del riesgo país con el incremento del
desempleo, que hoy afecta a casi cinco millones de españoles.
"Con la prima de riesgo por encima de los 400 puntos se
van a perder más puestos de trabajo. Si el dinero de los españoles
se tiene que emplear en pagar los intereses de una deuda, no
se podrá crear una economía productiva y se perderán muchos
puestos de trabajo", dijo el vicesecretario de Comunicación
de ese partido, Esteban González Pons.
El ataque recibió
una inmediata y enérgica respuesta del oficialista Partido
Socialista Obrero Español (PSOE). "Los dirigentes del PP
son palmeros de los especuladores y están en la estela del
Tea Party, porque sólo quieren perjudicar a España. Deberían
seguir el ejemplo de [el candidato a presidente Mariano] Rajoy,
e irse de vacaciones", ironizó el diputado del Comité
Electoral socialista, Pedro Sánchez.
Las
claves de la crisis de la deuda
¿Qué es la
prima de riesgo y cuál es su importancia para los mercados?
Es el sobreprecio que exigen los inversores por comprar la
deuda de un país respecto de la alemana, cuyo precio es
referencial, ya que está considerada la más segura en función
de factores coyunturales.
¿Cómo se
fija la rentabilidad de un bono?
El Estado realiza sus emisiones de bonos con un interés que
varía en función de la demanda o el plazo de vencimiento de
los títulos. Cuanto mayor sea ese plazo, los compradores
exigen más rentabilidad, ya que no van a volver a disponer de
su dinero hasta que concluya ese tiempo.
¿Cómo se
calcula la prima? A
partir de la diferencia entre los bonos a diez años de un país
frente a los de Alemania en un mercado secundario, ya que este
mercado, que tiene el mismo perfil de inversor que el
primario, es más permeable a las circunstancias concretas que
afectan a cada Estado.
¿Qué
efectos tiene para las arcas del Estado?
Si el bono alemán se vende en el secundario al 2,6% frente al
5,6% que piden por los de España, la prima es de 3 puntos
porcentuales o 300 puntos básicos.
¿Cómo
influyen y qué son las notas de calificación crediticia?
Sólo hay tres agencias de calificación importantes [Standard
& Poor's, Fitch y Moody's], que se encargan de poner nota
a los valores que se negocian (deuda soberana o acciones), en
función de la seguridad de la inversión. No obstante, hay
que recordar que no son infalibles, ya que en algunos casos,
como el de las hipotecas subprime, calificaron de AAA a
productos que no lo merecían.
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