Grecia

Grecia cerca del precipicio, crecen los temores de default

“No hay perspectiva posible de que pueda
pagar su deuda”

Por Landon Thomas JR.
New York Times, 19/09/11
La Nación, 21/09/11

Londres.– Menor crecimiento económico en Europa y, probablemente, en Estados Unidos. Enormes pérdidas para los principales bancos europeos. Bolsas en baja alrededor del mundo. Un endurecimiento del crédito, que dificultará a muchos obtener un préstamo.

A medida que crece la preocupación por el posible default de Grecia, los economistas comienzan a delinear los escenarios posibles. Aunque ninguno sabe a ciencia cierta qué ocurrirá, todos dan por descontado que las crisis financieras siempre tienen consecuencias inesperadas, y muchos predicen que se producirán daños colaterales.

A causa de estos temores, Grecia trabaja contra reloj junto con el resto de Europa para evitar el default, profundizando las medidas de austeridad que había prometido implementar a cambio del dinero del rescate europeo para pagar los intereses de su deuda.

Pero algunos economistas creen que el default es inevitable, y que incluso quizás hasta sea mejor para Grecia, a pesar del impacto momentáneo que tendría sobre el sistema, y quizás eventualmente también sobre Europa. Empezaron a preguntarse si las consecuencias de un default o de una reestructuración de la deuda mucho más radical, por salvaje que sea, sería peor o no para Grecia que el miserable sendero que recorre actualmente.

Un default aliviaría a Grecia de pagar una montaña de deuda que no puede afrontar, sin importar cuánto recorte el gasto público el gobierno, que ya ha causado una retracción de la economía.

Mientras que otros países cayeron en default en los últimos años sin producir un efecto de contagio sistémico, los analistas que evalúan el caso de Grecia advierten que su deuda es mucho más elevada, y que por lo tanto los efectos de sacudón podrían ser más graves.

La deuda pública total de Grecia es de 370.000 millones de euros, algo así como 500.000 millones de dólares. En comparación, en el momento de su default, en 2001, la deuda de la Argentina era de 140.000 millones de dólares, y cuando Rusia quebró, en 1998, su deuda era de 79.000 millones.

Los economistas también señalan que un default de la deuda griega podría presionar aún más a Italia, que aunque es solvente, está intentando aplicar medidas de austeridad y encontrar el modo de estimular el crecimiento.

Para colmo, la deuda soberana de Italia es cinco veces más grande que la griega, y si Grecia entra en default podría crecer el temor acerca de la capacidad de Italia para cumplir con sus obligaciones.

En parte, lo que podría ocurrir al día siguiente del default griego dependería de la capacidad de los líderes de Europa para generar una barrera que evite que sus efectos se extiendan como un reguero de pólvora.

Eso requerirá que los altos funcionarios europeos trabajen juntos de un modo que hasta ahora no han logrado hacer, ya que en algunos países gastar miles de millones más para rescatar a Grecia tiene un costo político muy alto.

Pérdidas de los bancos

El escate de los bancos será crucial, tanto si Grecia entra en default como si impone una dura reestructuración, mientras que los bancos podrían verse forzados a aceptar mayores pérdidas en sus papeles, en relación con el benigno 21% de pérdida que se les está pidiendo que acepten ahora como parte de un segundo paquete de rescate de 109.000 millones de euros otorgado a Grecia en junio.

En un reciente informe sobre el efecto contagio que se produciría en el peor de los escenarios posibles –si la severa reestructuración de la deuda griega obliga a otros países europeos a aceptar pérdidas también en sus bonos– Merrill Lynch estimó que las pérdidas generales de los bancos europeos podrían ascender a los 543.000 millones de dólares. Los más perjudicados serían los bancos franceses y alemanes, porque son los mayores tenedores de deuda griega.

El default de Grecia también podría ser muy costoso para el Banco Central Europeo (BCE). Para ayudar a salvar a Grecia, se cree que el banco adquirió unos 40.000 millones de euros en bonos griegos, a un precio mucho más alto de la actual cotización en el mercado.

Si el BCE se viera obligado a aceptar grandes pérdidas en sus papeles de la deuda griega, también podría necesitar una inyección de capitales. Lo más probable es que la mayor parte del esfuerzo recaiga sobre Alemania.

Otra gran incógnita que sobrevuela es el hecho de que a diferencia de otros países que han entrado en default en el pasado, Grecia no posee moneda propia.

De hecho, salir de la eurozona y volver al dracma le permitiría a Grecia devaluar su moneda frente al resto de Europa, lo que la volvería más competitiva y tal vez serviría para dar impulso al crecimiento económico.

Por el momento, los funcionarios griegos juran y perjuran que ni el default ni el abandono de la eurozona y la devaluación están siendo evaluados.

Quienes siguen de cerca la dinámica presupuestaria de Grecia señalan que, a pesar de la preocupación por el déficit, es muy probable que el año próximo Grecia alcance un superávit presupuestario primario, lo que significa que, sin las altas tasas de interés que paga por su deuda, tendrá un presupuesto superavitario.

La historia demuestra que un país sólo toma un camino tan drástico como cortar sus vínculos con sus acreedores internacionales cuando se ha ajustado el cinturón lo suficiente para alcanzar un superávit fiscal y no salen del rojo sólo a causa de los pagos que deben hacer a sus banqueros.

Ese fue el caso de los defaults soberanos más recientes, incluyendo los de la Argentina, Ecuador, Indonesia y Jamaica. "En mi opinión, lo mejor para los intereses de Grecia en este momento es el default, pues no hay perspectiva posible de que pueda pagar su deuda", dijo Desmond Lachman, ex economista del FMI: "Si la reestructuración es inevitable, mejor que sea ahora."


Más presión de la UE y el FMI a Grecia

Agencia EFE, 20/09/11

Le exigen más recortes y despidos a cambio de liberar el próximo tramo del rescate que evitaría el default; bajan la calificación a Italia

El fantasma de un inminente default griego volvió a sobrevolar los mercados, el FMI y la Unión Europea intensificaron ayer la presión sobre el gobierno griego para que adopte nuevas medidas de ajuste a cambio de liberar el próximo tramo del rescate que tanto necesita el país para evitar la cesación de pagos.

El pedido de los inspectores de la UE y del FMI se concretó en una teleconferencia que mantuvo el ministro de Finanzas griego, Angelos Venizelos, con los representantes de la llamada troika, Poul Thomsen, por parte del FMI; Mathias Mors, por parte de la UE, y Claus Masuch, del BCE. La teleconferencia, en la que se busca cerrar un acuerdo para destrabar el crédito de 8000 millones de euros, se reanudará hoy por la noche, indicaron fuentes de la UE y el Ministerio de Finanzas griego.

El contacto fue calificado ayer de "productivo" por Venizelos, que horas antes había prometido que acelerará las reformas ya aprobadas y propondrá nuevos recortes, más allá de un impuesto extraordinario a las propiedades con el que, pese al escepticismo del FMI y la UE, tenía previsto recaudar 2000 millones de euros adicionales que le hacen falta antes de fin de año.

Por su parte, el representante permanente del FMI en Atenas, Bob Traa, afirmó ayer: "La pelota está en del lado griego. La aplicación [de las reformas] es la esencia".

" Grecia hizo progresos, pero se necesitan cambios estructurales fiscales y económicos", subrayó.

En sintonía, los mercados se mostraron pesimistas: el índice alemán DAX cayó un 2,8%, mientras que el francés CAC-40 se desplomó 3%. En Madrid, el Ibex perdió 1,98%, mientras en Milán la bolsa retrocedió 3,17%, horas antes del anuncio de que Standard & Poor's rebajó la nota de la deuda de Italia (otro país de la eurozona en problemas) de A+ a A. Por otra parte, Wall Street cayó 0,98%, también presionada por los temores al impacto de un eventual default griego.

La impaciencia de los acreedores con la demora de Atenas en aplicar las reformas ha llevado a la UE y al FMI a amenazar con cortarle la ayuda externa, cuya entrega depende de una evaluación favorable por parte de los supervisores internacionales.

A pesar de los continuos anuncios de reformas de Atenas, hasta ahora pocas medidas se convirtieron en realidad.

Por esta razón, los expertos de la troika se marcharon de forma abrupta de Grecia el 2 del actual, cuando constataron que el gobierno no había avanzado con sus promesas de aplicar las modificaciones necesarias para sanear la economía y reducir este año el déficit hasta el 7,6%.

Mientras tanto, el país se queda sin dinero en efectivo y la sociedad griega aguarda con la respiración contenida la decisión de los inspectores internacionales y las posibles consecuencias que puedan tener las nuevas medidas de austeridad y despidos de empleados públicos.

Los griegos tienen hasta octubre para obtener el crédito por 8000 billones de euros del sexto tramo del primer plan de rescate de la UE y el FMI, que asciende a un total de 110 millones de euros.

Si no logran calificar para la inyección de capital, de la que dependen para pagar sueldos y pensiones más allá del mes próximo, caerán indefectiblemente en default, lo que hará temblar a la eurozona y golpeará duramente a la economía internacional.

Traa, del FMI, confirmó que la economía griega caerá este año un 5,5% y que el país cumplirá en 2012 su cuarto año consecutivo en recesión. Según prevé el Fondo, la economía caerá un 2,5% adicional el año próximo y el crecimiento no llegará hasta 2013.

Traa lamentó el retraso del ambicioso programa de privatizaciones de empresas y bienes estatales con el que el gobierno griego pretende recaudar 50.000 millones de euros hasta 2015. El propio Venizelos coincidió con él en que el sector público griego es demasiado grande y en la necesidad de cumplir con los compromisos para recaudar 78.000 millones de euros hasta 2015 gracias a recortes y privatizaciones.

Sin embargo, pese a las advertencias del Fondo, una fuente griega cercana a las negociaciones se mostró ayer optimista y afirmó: "Las negociaciones transcurrieron mejor de lo esperado y estamos cerca de alcanzar una solución".

"Se espera que el miércoles [por mañana] se celebre una reunión ministerial en la que se anuncien las medidas" que conllevan el acuerdo con los inspectores internacionales, añadió. La fuente informó que las medidas "se centrarán mayormente en recortes, para reducir los gastos del Estado, y menos en medidas que sean nuevos impuestos".

Según la prensa griega, el gobierno anunciará el despido hasta 2025 de 100.000 funcionarios, de los alrededor de 750.000 del país, además de enviar a otros 50.000 empleados públicos a la "reserva", un paso previo al despido.

Tras los pasos de la Argentina

Roma (ANSA).- Grecia no tiene otra opción que caer en un default "ordenado" y abandonar la eurozona, para regresar a su moneda nacional y "tomar medidas que le permitan recuperarse rápidamente", como hizo la Argentina. Así opinó ayer en su blog del Financial Times el prestigioso profesor de Economía de la Universidad de Nueva York Nouriel Roubini, según el cual las autoridades griegas deberían tomar la decisión de volver al dracma para devaluar la moneda y recuperar competitividad. "El retorno al dracma y la drástica devaluación permitirían recuperar rápidamente la competitividad y el crecimiento, igual que hizo la Argentina", apuntó.


El desempleo y la recesión ahogan a la golpeada Grecia

Más del 16% no encuentra trabajo;
la economía no crecerá en 2012

Por Luis Doncel
El País, 17/09/11

Atenas.- Además de ser líderes en déficit, deuda y en la capacidad de generar problemas susceptibles de extenderse al resto de Europa, Grecia se ha convertido en el segundo entre los países europeos con mayor desempleo, por detrás de España. La agencia estadística griega anunció anteayer que el 16,3% de la población activa no consigue trabajo.

No preocupa sólo que esta cifra haya llegado a un nivel tan alto, sino el rápido deterioro del mercado laboral en un país que hace tres años rondaba una tasa de desempleo del 7%. Los economistas prevén que el número de desempleados, que ha aumentado un 36% en el último año, seguirá creciendo durante los próximos meses, pero desconocen hasta dónde y hasta cuándo.

"Los datos oficiales son muy preocupantes. Pero la realidad es aún peor. Porque según nuestros cálculos, a la estadística oficial habría que sumarle unos cinco puntos. Muchas personas que trabajan un día al mes o reciben encargos específicos cuentan como si fueran empleados, y en realidad no lo son. Estimo que el porcentaje real ronda el 22%, y el año que viene va a ser mucho peor", señala Sabas Rovolis, director del Instituto de Empleo, organismo dependiente del sindicato del sector privado GSEE.

Aunque el desempleo golpea a toda la sociedad, son las mujeres y los jóvenes, y especialmente las mujeres jóvenes, los que se llevan la peor parte. El paro entre los mayores de 15 y menores de 30 roza el 30%, y en el caso de las jóvenes supera el 38 por ciento.

Pero los 810.000 desempleados no son el único problema de este país con 11 millones de habitantes. La clase media está cada vez más agobiada por una presión fiscal que se ha vuelto insoportable. En los cafés de Atenas, muchas conversaciones giran estos días en torno al impuesto solidario de hasta el 4% de los ingresos brutos anuales, sobre la nueva tasa que gravará la vivienda en propiedad o sobre tantos otros nuevos gravámenes.

Y los jóvenes oscilan entre la perspectiva del desempleo o de unos trabajos pésimamente pagados. Es el caso de Christos Ntalis, un joven de 18 años que trabaja en un local de relojes en el centro de Atenas 60 horas a la semana por 420 euros al mes, dinero que, "por supuesto", recibe en negro. Ntalis no se queja demasiado. Considera que esta crisis terminará algún día. "Aunque con los políticos que tenemos, seguramente pasará mucho tiempo hasta que eso ocurra", dice, y asegura que si ve que la situación no mejora se marchará a Gran Bretaña a ganarse la vida.

El ministro de Finanzas dio en el Parlamento argumentos para que este joven vaya haciendo las valijas. Evangelos Venizelos anticipó que el país seguirá en recesión en 2012 por cuarto año consecutivo.

Además, el PBI caerá este año un 5%, y no el 3,8% pronosticado. La economía griega no es sólo la que más cae de Europa y la que crea desempleados a mayor ritmo, también está entre las que experimentan una menor subida de los precios, lo que pone de manifiesto el congelamiento que sufre la demanda interna del país.

Tras abandonar el país hace dos semanas debido a los incumplimientos de las medidas de austeridad por parte del gobierno, los inspectores de la troika (Comisión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo) regresarán a Atenas pasado mañana. Está previsto que hagan un dictamen favorable sobre el ritmo de las reformas, tras la aprobación del nuevo impuesto sobre viviendas y la retirada de una paga a los altos funcionarios.

Precisamente desde Atenas habló el enviado de la Comisión Europea para Grecia, Horst Reichenbach. "Estamos aquí para ayudar, no para controlar", aseguró el alemán, que reconoció no tener "recetas mágicas" con las que curar al enfermo griego. Los trabajos de la comisión se centran en asegurarse de que el gobierno griego ponga en marcha herramientas para mejorar la recaudación fiscal, informatizar la administración pública y reformar el sistema sanitario.

Los responsables europeos tratan de vencer las resistencias que encuentran en gran parte de la sociedad griega para poner en marcha las medidas reformistas. Ayer, una vez más, el centro de Atenas era un gran hervidero de protestas.

Si Grecia quiebra

Mercados de bonos un default griego aumentaría la presión sobre Portugal e Irlanda, que también están en programas de salvataje, ya que los inversores temerían que el caso griego pueda sentar un precedente. Esta semana, los temores de un default contribuyeron a llevar los rendimientos italianos desde el punto de referencia de los últimos 10 años hasta cerca del 6%, después de un mes de compras regulares de bonos por parte del BCE, para poder mantener los rendimientos a un nivel asequible para los Estados. Un default griego podría impulsar al BCE a una intervención más agresiva, con consecuencias negativas para su balance.

Mercados de dinero una quiebra griega traería problemas para los bancos de la eurozona. Los bancos franceses son los más expuestos a la deuda griega, de la que tienen 56.900 millones de dólares, más del doble de la participación de los alemanes, de 23.800 millones. Los bancos franceses también son los que tienen mayor participación en la deuda italiana, con 410.200 millones, seguidos por los alemanes, con 164.900 millones. Los bancos europeos ya han hecho una quita del 21% de los bonos griegos que se vencen en 2020. En el caso de default, las quitas podrían ser aún más significativas.

Otros mercados los problemas del sector bancario perjudicarían a los mercados de valores. Las valuaciones de las acciones caerían de manera significativa y crearía preocupaciones sobre la capacidad de las corporaciones de recaudar capital. Esto perjudicaría a las empresas y alteraría los sentimientos del consumidor, disminuyendo la posibilidad de una recuperación global significativa. Los mercados de valores europeos tuvieron en agosto su mayor caída mensual desde mediados de 2009 y se devaluaron casi un 6% este mes, por el temor a un default griego.