El euro al borde
del abismo

Después de Grecia, el blanco del pánico
europeo ahora es Italia

BBC World, 07/11/11

Tras pasar por Irlanda, Portugal y Grecia, la tormenta económica que se cierne sobre Europa parece haberse posado esta semana en Italia.

Todo indica que las dudas sobre la capacidad italiana de hacer frente a los pagos de su astronómica deuda generarán una crisis política como la que está sacudiendo Grecia desde la semana pasada.

Sin embargo, los observadores miran la situación con más preocupación que nunca antes a lo largo de los distintos capítulos de la crisis que vive la Eurozona.

Italia no es un país "periférico" en el mapa económico de la Unión Europea: es la tercera economía de la Eurozona.

Según el editor para Europa de la BBC, Gavin Hewitt, la crisis italiana puede explicarse de una manera simple: los mercados dudan de que el primer ministro Silvio Berlusconi tenga la credibilidad para implementar las reformas que reducirán la enorme deuda del país y generen crecimiento.

Sin esos pasos, afirma Hewitt, los inversores consideran que el país está dirigido a un momento en el que los costos de pedir prestado se harán insostenibles y podría necesitar un rescate.

El problema, concluye, es que la economía italiana es tan grande – en comparación con Grecia, Irlanda o Portugal – que la Eurozona no tiene el la capacidad de acción necesaria para ayudar a Italia.

Italia, muchos creen, es demasiado grande para caer.

Y con los indicadores económicos jugando claramente en su contra, las posibilidades de que la crisis económica termine con la carrera política de Berlusconi – el protagonista de la política italiana por más de dos décadas – están en franco aumento.

Interés

El lunes por la mañana, el costo para el gobierno italiano de conseguir fondos a un plazo de 10 años subió a un nuevo récord de 6,4%, casi 5% más que los que Alemania debe pagar.

El editor de economía de la BBC, Robert Peston, asegura que eso está peligrosamente cerca de ser imposible de pagar para un sector público que tiene una deuda que equivale al 120% del Producto Bruto Interno del país, muy superior a lo que los economistas consideran saludable. Además, Italia deberá pedir US$300 mil millones más el año próximo.

Por eso, según Peston, será difícil convencer a los inversores de que acepten una tasa de interés menor.

Y lo preocupante, asegura, es que Portugal, Irlanda y Grecia fueron forzados a pedir rescates de emergencia después de que los inversores insistieron en aceptar tasas de interés no mucho más altas de lo que están pidiendo de Italia en estos momentos.

Por ahora, lo que asegura Berlusconi – y mucho otros líderes de la Eurozona – es que el problema de Italia es más de liquidez y no tanto de insolvencia básica: Italia podría ser capaz de pagar todo lo que debe, recalibrando el equilibrio entre el sector público y privado, lo que permitiría que el nivel de deuda baje.

A diferencia por ejemplo de España o Irlanda, los ciudadanos italianos no se han endeudado con grandes hipotecas, y en general tienen muy pocas deudas.

Por otro lado, Italia no está tan endeudada como otros países como Francia, Canadá o el Reino Unido.

Además, las deudas del gobierno italiano no son nada nuevo: el país trae una tasa de deuda de más del 100% de su PBI desde 1991.

Según Laurence Knight, reportero económico de BBC, esto se debe a que en realidad, a diferencia de Grecia, Italia es relativamente prudente en sus finanzas.

El gobierno gasta menos en servicios públicos y beneficios para los ciudadanos que lo que recauda en impuestos.

Por eso, la única razón por la que Italia sigue pidiendo prestado es para poder cumplir con los pagos de los intereses de la deuda ya existente.

El problema ahora es el bajo crecimiento del país: el país sufre de una regulación pobre, intereses económicos particulares, una población que envejece y poca inversión, lo que ha limitado la capacidad del país para aumentar su productividad. El crecimiento anual en los últimos 15 años ha sido de un escaso 0,75%.

Política

Otro problema en Italia es que, tal como ocurrió en Grecia la semana pasada, a la inestabilidad económica se le suma la incertidumbre política.

A este punto, la desconfianza hacia Berlusconi y su capacidad de realizar reformas rápidas es difícil de esconder para otros líderes de la Unión Europea.

Las críticas a Berlusconi en el resto de Europa arrecian.

Este domingo, el periódico británico The Independent publicó en su portada una foto del primer ministro italiano sonriente.

Junto a la foto, el texto: "¿Usted cree que este hombre será capaz de salvarnos de la catástrofe financiera?"

En los últimos días, Berlusconi ha minimizado el estancamiento económico de su país.

"Los restaurantes están llenos", dijo Berlusconi y aseguró que "es difícil reservar un vuelo" para los italianos debido al alto nivel de demanda.

A este punto, ni siquiera es seguro que Berlusconi tenga los votos necesarios para garantizar una mayoría parlamentaria.

Durante las últimas horas, varios miembros de su coalición han desertado de las filas del "Pueblo de las Libertades" y pasado a otros grupos parlamentarios.

El gobierno de Berlusconi enfrenta un voto clave este martes, en el que se votará el informe presupuestario de 2010.

En esa votación, podría hacerse evidente que la coalición encabezada por Berlusconi no cuenta con los votos necesarios y que se llame a un voto de censura que Berlusconi podría perder.

Incluso varios miembros de su gobierno, como el ministro del Interior, Roberto Maroni, han admitido públicamente que el gobierno está a punto de caer.

"No hay mayoría", dijo Maroni en una entrevista con la RAI, y en una frase intepretada como una referencia indirecta a Berlusconi, dijo: "es inútil obstinarse".


Italia en capilla

¿Quién será el próximo después de Grecia?

Por José Carlos Díez (*)
El Periódico, 08/11/11

“¿Quién será el próximo?” Este es el título de un artículo clásico que Rudiger Dornbusch, catedrático del MIT y padre de la teoría moderna de los tipos de cambio, escribió en 1995. Tras la crisis mejicana analizó los países más vulnerables y anticipó que el siguiente en caer sería Argentina. Se equivocó. Ya antes de Argentina en el 2001 cayeron la mayoría de países asiáticos en 1997, y Rusia y Brasil en 1998. No obstante, ni en mis peores pesadillas pensé que en Europa íbamos a ver este tipo de paranoias.

Tras Grecia, Irlanda y Portugal parece que todo está predestinado a que el próximo sea Italia. Merkozy (Merkel + Sarkozy) escenificaron la sentencia en la pasada cumbre. La caza de brujas continúa, y ahora le toca a Silvio Berlusconi. La tesis es que no hace reformas, no es austero y se dedica a editar discos y montar orgías. Pero eso sucede desde hace una década, por lo que culpar a Berlusconi de la prima de riesgo italiana tiene el mismo rigor científico que decir que la erupción de El Hierro (isla de Canarias con actividad volcánica) es un castigo divino.

Puede ser una venganza por haberse filtrado sus insultos a Merkel, pero si alguien le ha contado las cifras de Italia a la cancillera no es creíble que sea la causa. Italia tiene 1,8 billones de deuda pública, tres veces el tamaño de Lehman Brothers. Pero cuando se colapsa la deuda pública de un país se colapsa también la de su sistema bancario, que en este caso tiene otros cuatro billones de pasivo.

Por lo tanto, estamos hablando de un terremoto financiero de una magnitud diez veces superior al de Lehman. Hasta el próximo mes de marzo, al tesoro italiano le vencen 200.000 millones de euros, y hay que tener en cuenta que toda la deuda pública griega que se va renovando desde Aristóteles es de 350.000 millones.

Italia es un enfermo con obesidad mórbida por lo que no cabe en la mesa del quirófano. ¿A Merkozy no les cuentan estas cifras? ¿Estamos gobernados por un dúo de irresponsables? O ¿estamos ante un ejercicio de cobardía política como el que protagonizó George Bush en el 2008 vendiendo la quiebra de Lehman como una señal moralizante para el resto de los bancos?

Da igual, la banca europea, incluida la alemana, no emite bonos en los mercados desde junio y ha visto como los bancos americanos y asiáticos les cerraban las líneas de financiación a corto plazo. Por lo tanto, ya no hay más salida en la autopista que la del Banco Central Europeo. Es necesario que salga a bombardear los mercados como hizo la Reserva Federal de EEUU en el 2008, en lo que el inversor Warren Buffet calificó como el nuevo Pearl Harbor.

La paranoia es que detrás de Italia va España, pero no es cierto. Detrás de Italia está el colapso del sistema financiero mundial, desde Nueva York hasta Shanghái, pasando por Londres, Sao Paulo y Dubai. El evento es de tal magnitud que habrá reacción política. La única cuestión es si hemos aprendido algo desde el 2008 y el BCE interviene preventivamente o si lo hace después del evento y con los servicios de emergencia. En ambas situaciones tendrá que comprar bonos, pero en el segundo escenario las compras duplicarán o triplicarán la cuantía.

* Economista jefe de Intermoney.


La anunciada salida de Berlusconi no logró tranquilizar las bolsas

Al borde del default, Italia alarma aún más a la UE

Por Elisabetta Piqué
Corresponsal en Roma
La Nación, 10/11/11

Roma.– Lejos de traer alivio, el histórico paso al costado de Silvio Berlusconi –anteayer prometió que dimitirá una vez que el Parlamento dé luz verde a un plan de ajuste exigido por la Unión Europea– desencadenó ayer un tsunami financiero y dejó a Italia al borde del abismo.

En un miércoles "negro" que no esperaba ni siquiera el más agorero de los analistas y que arrastró a las bolsas de todo el mundo, los mercados castigaron duramente la demorada salida de escena del Cavaliere , de 75 años. En tanto, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, ya diseñan una reforma de la eurozona, que podría determinar que sólo los países de la UE con las economías fuertes mantengan la moneda común.

Las dudas sobre la veracidad de la dimisión de Berlusconi y sobre el calendario de la aprobación del plan de ajuste hicieron precipitar la Bolsa de Milán (cerró con una baja de 3,78%) y dispararon la rentabilidad de los títulos públicos, que superaron la barrera psicológica del 7%. Ese umbral significó, en los casos de Grecia, Irlanda y Portugal, la necesidad de un salvataje.

En lo que los operadores bautizaron una "tormenta perfecta", el fatídico número de tres cifras que certifica la desconfianza sobre la capacidad de Italia de pagar su propia deuda pública –equivalente al 120% de su PBI–, alcanzó un nuevo récord histórico al rozar los 600 puntos, una verdadera hecatombe, según los expertos. A un ritmo de pesadilla, en tanto, las principales acciones italianas se desplomaron, con las de Mediaset (el coloso mediático de Berlusconi) encabezando las bajas, con un derrumbe del 12,04%.

"Los mercados reclaman claridad, algo inexistente en el panorama político actual", explicó a La Nación un operador bursátil.

Con el país al borde del default en una nueva jornada infartante, fue el presidente de Italia, Giorgio Napolitano , quien se vio obligado a intentar apagar el "incendio de Roma". En un comunicado, Napolitano afirmó por la tarde que las medidas de austeridad prometidas a la UE y destinadas a relanzar la maltrecha economía del país "se aprobarán pronto, en los próximos días". Y añadió: "Habrá un nuevo gobierno pronto".

Consciente de que la tercera economía de Europa se encuentra al borde de la cornisa y que su caída podría desatar un efecto dominó mortal para toda la eurozona, Napolitano también intentó calmar a los mercados, que reaccionaron con gran nerviosismo a la movida de Berlusconi de intentar demorar su salida. "No hay duda de que se irá", dijo el presidente, sobre el premier. "Los temores a un período de desgobierno prolongado son infundados", añadió.

Para "disipar cualquier malentendido o incomprensión ante la presión de los mercados financieros en los títulos de la deuda pública italiana", Napolitano incluso dijo que habrá una solución "dentro de unos días sobre la base de un acuerdo entre los presidentes del Senado, la Cámara de Diputados y los grupos parlamentarios de la mayoría y la oposición". Según el calendario que se conoció al final de una jornada de frenéticas negociaciones entre las diversas fuerzas políticas, el texto de la denominada "ley de estabilidad" será aprobado mañana en el Senado, donde el oficialismo no tiene problemas de números.

Al día siguiente, el sábado, ya estará en la Cámara de Diputados, donde se espera su aprobación en tiempo récord. Ese mismo sábado no le quedará más remedio a Berlusconi, que dominó la vida política italiana durante 17 años, que presentar su renuncia ante el jefe de Estado, tal como se comprometió.

A partir de ese momento, le tocará a Napolitano la difícil tarea de ver si hay margen para un gobierno técnico que ponga en marcha todas las reformas impopulares que Italia necesita con urgencia para salir del pozo en el que se encuentra (como una reforma del mercado laboral, de las pensiones, entre otras), o si no queda otra opción que llamar a elecciones, como querría el Cavaliere , fiel a su estilo "o yo o el caos".

En una jugada magistral que confirmó que está firmemente decidido a desempeñar un papel decisivo en estas horas dramáticas, Napolitano nombró anoche senador vitalicio al prestigioso economista Mario Monti. Ex comisario de la UE y presidente de la Universidad Bocconi de Milán, Monti es el nombre más mencionado para encabezar un posible gobierno técnico, un escenario que pareció reforzarse anoche y en el que evidentemente está trabajando contra reloj Napolitano.

Los mercados habían pedido durante semanas que Berlusconi diera un paso al costado, debido a su fracaso en llevar adelante las resistidas medidas de austeridad.

El Partido Democrático (PD), el principal de la oposición, y el Tercer Polo hicieron saber que apoyarían al posible gobierno técnico. De todos modos, no harían lo mismo el partido Italia de los Valores, del ex juez anticorrupción Antonio Di Pietro, ni la Liga Norte, aliada de Berlusconi.

“Gobierno técnico”

Fuentes informadas dijeron a La Nación que Napolitano le encargaría este mismo domingo a Monti la formación de este gobierno técnico, que además de los asuntos económicos debería encargarse de aprobar una nueva ley electoral.

A través de diversas intervenciones en los medios, sin embargo, Berlusconi hizo saber que no quiere esta alternativa y que para él la única salida son las elecciones anticipadas.

"Claro, el jefe de Estado puede hacer sus consultas, pero yo no veo mayorías alternativas posibles. Por un lado, yo no pienso formar un gobierno con el PD, por lo que queda como única vía maestra la de las elecciones", dijo, en una entrevista a La Stampa.

Lo cierto es que aumenta la rebelión en la granja del Partido del Pueblo de la Libertad, donde hay muchos pesos pesados que empiezan a pensar que ir a celebrar elecciones a fines de enero o en febrero sería una locura. Entre ellos están Roberto Formigoni, presidente de la poderosa región de Lombardía, y el ex ministro Claudio Scajola.

No casualmente Berlusconi, consciente de que aumenta el número de correligionarios que no quieren que se celebren elecciones anticipadas, y presionado por el temor a una hecatombe económica, habría dado anoche el visto bueno a la hipótesis de un gobierno de Monti. Habrá puesto una única condición: que sea un gobierno de transición, que duraría lo que le queda a la actual legislatura, es decir, hasta 2013. Y que Monti no vuelva a ser candidato.