Grecia estalla contra los nuevos
recortes: miles de ciudadanos salen a protestar
por la situación
económica
Papademos aprueba en el Parlamento
pero
se enfrenta a la calle
Por Amanda Mars
Enviada especial a Atenas
El País, 18/11/11
Porque cree que está mejor que muchos
otros, Giannis Hasanakos salió a protestar el jueves contra
la factura social de la crisis económica de Grecia. Perdió
el trabajo en junio, con lo que cobra 460 euros de paro, y su
mujer, empleada de una empresa constructora de colegios públicos,
ha visto caer su jornal de 1.400 a 1.100 euros. Ambos esperan
un hijo y algunas respuestas. “Haga números: si pagamos 600
euros de alquiler, nos quedan apenas mil para pagar todas las
facturas, seguros… y los impuestos no dejan de subir”,
explica. Con 37 años, planean irse a vivir con los padres de
su esposa, como muchos griegos han hecho desde que empezó lo
más negro de la crisis. “Mucha gente no es que no quiera más
austeridad, es que no se la puede permitir. Yo estoy mejor que
muchos”, añade.
Miles de griegos han tomado esta tarde
todo el centro de Atenas para protestar contra la oleada de
ajustes económicos que han sufrido en un año, para protestar
contra los políticos, contra la banca, contra la corrupción,
contra todo aquello que ellos creen que ha llevado al país al
borde la bancarrota. Fueron dos largos ríos de gente cargada
de cánticos y banderas que debió servir al nuevo primer
ministro, Lukas Papademos, como termómetro del malestar
social al que se enfrenta en las calles.
La protesta de ayer, en realidad,
conmemora el levantamiento estudiantil de 1973 contra la
dictadura militar, pero cada año sirve para poner en el
asfalto las quejas de la población y, desde hace dos años,
no son otras que las relacionadas con la crisis. Mal, la gente
está pasándolo muy mal, le dice a uno cualquier taxista,
universitario, anciano u hombre de negocios en Atenas. ¿Cómo
se mide eso de estar mal? Es difícil poner números. Son
cuatro años en recesión, que seguirá en 2012, una tasa de
paro oficial del 18% (hay quien lo eleva al 21%), y sobre
todo, una deuda pública y privada descomunal. Entre rebajas
de salarios, pensiones y subidas de impuestos, los sindicatos
calculan muchos trabajadores ha perdido hasta un 40% de sus
ingresos para vivir.
La cifra de suicidios de este país, que
solía tener una de las tasas más bajas de Europa, no ha
dejado de crecer con la crisis. En los cinco primeros meses
del año, el número ha crecido un 40%, según los datos del
Ministerio de Salud. Y en un año, el ratio se ha duplicado,
de tres a seis por cada 100.000 habitantes.
Nikos Pleuris, un médico de 26 años sin
trabajo, militante de izquierdas, se quejaba airado: “Mucha
gente que conozco ha tenido que cortar la luz porque no pueden
pagar y ahora viene el invierno, no podemos asumir más
sacrificios, nos amenazan todo el día con salir del euro,
pues salgamos, no podremos acabar de pagar esta deuda
nunca”.
“Las personas están por encima de los
mercados”, decía un melancólico Yorgos Papandreu se
despidió de su semana pasada, cuando anunciaba que dejaba el
Gobierno, arrinconado por su propio partido, contestado en la
calle y rechazado en Europa. Pero el mercado ha prestado al
estado heleno una cantidad de dinero que equivale al 167% de
su producto interior bruto (PIB), los vencimiento de la deudas
se acercan y apenas quedan euros en la hucha para pagar. Y
Bruselas y el Fondo Monetario Internacional (FMI), quienes
financian el primer y segundo rescate, que es una inyección
de 130.000 millones de euros hasta 2014, pide a Grecia más
aceite de ricino para conseguir que el país ponga sus cuentas
en orden y no seguir hinchando la deuda. Esa es la labor
encomendada al nuevo Ejecutivo de unidad que juró su cargo
hace una semana.
Así que, como era previsible, los gritos
contra Europa, el FMI, y la llamada troika (los inspectores
del Banco Central europea, la comisión Europa y el FMI que
vigilan la economía griega), dominaron toda la marcha. La
policía antidisturbios -había miles de agentes repartidos
por toda la ciudad- utilizó gases lacrimógenos para
dispersar a los manifestantes en varias ocasiones durante la
protestos, que vivió su momentos más caliente en la plaza
Syntagma, donde se encuentra en Parlamento y es razón social
de las protestas atenienses, y al finalizar, frente a la
embajada de Estados Unidos, país al que consideran haber sido
cómplice de aquella dictadura militar.
La policía detuvo al menos a dos
personas que habían lanzado bombas incendiarias contra los
agentes que protegían el Parlamento griego, según se ve en
las imágenes de la emisora en internet Zougla, aunque las
revueltas fueron más leves que otros años.
Y en medio de la protesta, marchaba también
el movimiento de insumisión fiscal Den Plirono (No voy a
pagar), cuyo portavoz, Leónidas Papadopoulos, sin aparentar
un pelo de ironía, explicaba así el estado de su lucha:
“Bueno, el movimiento es previo a la crisis pero ahora ha
crecido mucho, lo que pasa es que mucha gente ha dejado de
pagar las tasas porque no puede, la mayoría, y nuestra
reivindicación es política, no hay que pagar dos veces por
los bienes públicos, aunque se pueda”.
Medidas de ajuste
• El primer plan de ajuste se adoptó
en mayo de 2010; el segundo, a finales del pasado junio. A
ellos se sumaron en septiembre medidas como un nuevo impuesto
sobre bienes inmuebles o el fin de la gratuidad de los libros
de texto.
• Gran parte de los recortes se basan
en el incremento de la presión fiscal (este año se pagarán
2.300 millones más que en 2010) y en la lucha contra el
fraude.
• Otras medidas pasan por la
privatización de empresas del Estado (se prevé ingresar
50.000 millones hasta 2015) y el drástico recorte del
funcionariado (desaparecerán 150.000 de los 700.000 puestos
existentes).
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