La falta de solvencia de la banca europea
obliga a
intervenir a la desesperada a los bancos centrales
ElConfidencial.com. 01/12/11
Los principales bancos centrales del
mundo vuelven a sacar la artillería para desatascar el
mercado interbancario. En particular, el mercado de swaps en dólares,
cuya actividad no sólo se ha venido deteriorando desde el
verano, sino que, literalmente, se ha visto estrangulado por
lo que el mercado entiende como falta de solvencia de las
entidades financieras europeas en un contexto de creciente
aversión al riesgo.
¿La causa? La banca estadounidense no
confía en la europea, y eso ha provocado tensiones a la hora
de captar recursos en dólares. La solución que han pergeñado
los bancos centrales (de EEUU, la Unión Europea, Inglaterra,
Canadá, Suiza y Japón) pasa por sustituir al mercado
interbancario con fondos baratos de la autoridad monetaria. En
todo caso, a un coste muy inferior al precio oficial del
dinero (1,25%). Y el instrumento elegido ha sido un recorte
sustancial de las penalizaciones que ahora sufren las
entidades europeas, cuya financiación es bastante más
costosa que la estadounidense.
Mientras que los bancos norteamericanos
pagan por los fondos federales, según los plazos, alrededor
de un 0,25%, en el caso de los europeos llega al 1,60%. Ahora,
y tras la decisión de la autoridad monetaria, pagarán
alrededor de un 0,6%, con lo que se pretende aliviar tensiones
en el interbancario y volver a abrirlo. A menor liquidez,
mayores costes de financiación. Y viceversa.
Un swap de divisas –en castellano sería
algo parecido a una permuta financiera– consiste en la
compraventa de monedas a un precio pactado en la fecha de la
firma del contrato. En sentido contrario, se firma otra
operación a fecha futura a un precio también previamente
pactado. Por ejemplo, se adquiere de dólares contra euros a
un precio de 1.35 y posteriormente, al cabo de tres meses, se
venden euros contra dólares a 1.34.
La experiencia ha demostrado que el
aumento del diferencial (una especie de prima de riesgo que
pagan los bancos cuando se prestan entre sí) tiene que ver
con una mayor reticencia de las entidades a proveerse de
liquidez. En algunos casos, con el objetivo de protegerse ante
necesidades de tesorería mayores de las previstas
inicialmente. En otros, para resguardarse ante las
incertidumbres que generan unos balances bancarios muy
expuestos a la deuda soberana y al mercado inmobiliario.
Con todo, y según fuentes de toda
solvencia de la autoridad monetaria, lo más relevante de la
decisión de ayer es enviar un mensaje claro a los mercados en
el sentido de que los bancos centrales están dispuestos a
seguir actuando de forma coordinada para normalizar la situación
y hacer funcionar los mercados, que siguen secos por problemas
de solvencia, no de liquidez. De hecho, el acuerdo de ayer
establece reciprocidad de los bancos centrales, lo que
significa que también el BCE prestará euros cuando los
reclamen bancos centrales de fuera de la eurozona. En ese
caso, de forma ilimitada.
Un aviso de Trichet
De paso, el BCE se quita presión sobre
la intensidad de sus compras de deuda soberana. El anterior
presidente del Banco Central Europeo, Jean–Claude Trichet,
ya advirtió poco antes de despedirse en el parlamento de
Estrasburgo que el problema de Europa no tiene que ver con la
liquidez. Y de hecho se quejó de que la transmisión de la
política monetaria a los agentes económicos (facilitando
fondos a tipos baratos) se había roto al no funcionar el
interbancario por un problema de falta de credibilidad de los
balances bancarios. Se da incluso la paradoja de que muchos
bancos prefieren devolver sus excesos de liquidez al BCE –aún
perdiendo dinero– antes que prestarlo a otras entidades bajo
sospecha. Las nuevas líneas de swaps (permutas financieras)
estarán disponibles hasta
el 1 de febrero de 2013.
Muy probablemente, esta no será la última
acción a la desesperada del BCE para salvar el euro. En el
mercado se sigue especulando con la posibilidad de que los
banqueros de Fráncfort amplíen los plazos de provisión de
liquidez hasta dos o tres años, frente al actual límite
temporal de un año. Algo que facilitaría la financiación,
aunque con mayor riesgo para el prestamista. Todo antes que
comprar deuda de forma masiva o aportar por el lanzamiento
real de los eurobonos, las dos cuestiones malditas para la
canciller Merkel.
Los
bancos centrales apuntalan a
Europa... al menos por un día
La acción coordinada no aborda
directamente
la crisis fiscal europea
Por
Brian Blackstone y Jon Hilsenrath
Wall
Street Journal, 01/12/11
La acción coordinada no aborda
directamente la crisis fiscal de Europa. En cambio, busca
aliviar el impacto de esos problemas en los mercados globales.
Además, allana el camino para que los bancos centrales
adopten nuevas medidas si los mercados o la economía global
se deterioran. "El propósito de estas acciones es
aliviar la presión sobre los mercados financieros y, de esta
manera, mitigar los efectos de esas presiones sobre el
suministro de crédito a los hogares y las empresas, así como
ayudar a estimular la actividad económica", indicó un
comunicado emitido el miércoles por seis bancos centrales: la
Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), el Banco de Canadá,
el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón, el Banco Central
Europeo y el Banco Nacional Suizo.
La Fed enfatizó que podría recurrir a
otras medidas, al decir que cuenta con una "variedad de
herramientas" a su disposición para brindar financiación
a corto plazo a los mercados estadounidenses y que estaba
preparada para usarlas de ser necesario.
Las bolsas globales subieron de forma
marcada el miércoles en respuesta a la enérgica actitud por
parte de los bancos centrales.El Promedio Industrial Dow Jones
trepó 490,05 puntos, o 4,2%, para cerrar en 12.045,68
unidades. El índice Stoxx Europe 600 avanzó 3,6%, mientras
el DAX, que agrupa a las acciones de las principales empresas
alemanas, aumentó 5% y el CAC–40, el indicador líder de la
Bolsa de París, 4,2%. Los precios del oro y el petróleo
aumentaron y el dólar se debilitó.
El impacto de la acción coordinada de
los bancos centrales parece más psicológico que de fondo.
Michael Feroli, economista de J.P. Morgan, afirmó que los
corredores de Wall Street interpretaron la iniciativa como una
señal de que "la Fed y los bancos centrales están
presentes para apoyar" y que "nos cubren la
espalda".
La intervención de la Fed fue bastante
acotada. Se limitó a reducir en medio punto porcentual el
precio de las líneas de crédito en dólares que ofrece a los
bancos centrales de otros países. Las entidades luego prestan
esos fondos a los bancos que están bajo su jurisdicción.
Por su parte, el banco central chino, en
una iniciativa que pareció no estar coordinada con EE.UU. y
otras autoridades, redujo el monto de reservas que les exige a
los bancos.
Cuando la Fed lanzó las líneas de canje
hace tres años, en medio de la crisis financiera, las
consideró como una parte esencial en su estrategia para
combatir la tormenta que azotaba los mercados. Los bancos en
Europa y otros países tienen activos hipotecarios de EE.UU. y
otros valores en dólares estadounidenses.
Consiguen dólares en los mercados de préstamos
a corto plazo para pagar estos valores. En 2008, cuando el
financiamiento en dólares escaseó, los bancos
internacionales se vieron obligados a desprenderse de valores
hipotecarios estadounidenses y otros activos, lo que a su vez
elevó el costo del crédito en EE.UU.
La iniciativa del miércoles fue, al
menos en parte, un intento de impedir la repetición de una
espiral de este tipo. Los costos de financiamiento en mercados
de hipotecas comerciales y otros mercados en EE.UU. han estado
subiendo en los últimos meses, una señal de que la venta
forzada de activos por parte de los bancos europeos ya puede
estar teniendo un impacto. Los inversionistas globales
albergan dudas acerca de la salud de los bancos europeos
debido a sus carteras de deuda soberana de la zona euro. La
Fed dejó en claro que los bancos estadounidenses gozan de
mejor salud que los europeos al señalar que "no tienen
dificultades en obtener liquidez en los mercados de
financiamiento de corto plazo".
Timothy Geithner, secretario del Tesoro
estadounidense, elogió la medida coordinada de los bancos
centrales e intentó mantener la atención en Europa al decir
que "aliviaría la presión sobre el sistema financiero
europeo y ayudaría a estimular la recuperación de la economía
global".
La
eurozona al borde del abismo
Todas las miradas apuntan al Banco
Central Europeo
Por Paul Taylor
Agencia Reuters, 29/11/12
Bruselas.– La eurozona está al borde
del abismo. Si los líderes europeos no acuerdan algún
remedio político para la crisis de la deuda en la cumbre del
9 de diciembre, y si entonces el Banco Central Europeo (BCE)
no interviene masivamente para respaldar los bonos
gubernamentales y los bancos europeos, es posible que el euro
empiece a deshacerse.
Los inversores ya están evitando los
bonos soberanos de la eurozona, los ahorristas están
retirando cada vez más dinero de los bancos del sur de Europa
y los préstamos interbancarios se están congelando, lo que
obliga a los prestamistas a recurrir al BCE.
Josef Ackermann, director ejecutivo del
Deutsche Bank y director del Instituto de Finanzas
Internacionales (IFI), el lobby bancario mundial, envió la
semana pasada un fuerte mensaje al presidente del Consejo
Europeo, Herman van Rompuy. Permitir que persista la indecisión
política es arriesgarse a un dramático agravamiento de la
crisis, advirtió Ackermann.
Bancos importantes como BNP Paribas e ING
anunciaron este mes que se están deshaciendo de deuda
soberana. La institución de préstamos francesa reveló que
había liquidado 12.600 millones de euros en bonos italianos,
españoles, franceses y alemanes en el transcurso de cuatro
meses. El banco holandés dijo que había liquidado deuda
griega, italiana, irlandesa, portuguesa y española por 5400
millones de euros.
Alemania, principal acreedor de Europa,
parece ajeno a todos los llamados a una acción inmediata y
sigue una estrategia unidireccional para cambiar el tratado de
la Unión Europea (UE) e imponer una disciplina fiscal más
dura.
La canciller Angela Merkel, decidida a
impedir que los países vivan por encima de sus medios a
expensas de los contribuyentes alemanes, ha decidido que la
respuesta a la crisis es una unión fiscal más estrecha de
los 17 Estados que comparten el euro.
Según el plan alemán, las autoridades
europeas ejercerían un control último sobre las deudas y déficits
nacionales, con el derecho a obligar a los Parlamentos a
revisar presupuestos que transgredan las reglas de la UE.
Países como Francia, tradicionalmente
apegados a la soberanía nacional, no tienen más alternativa
que tragarse las exigencias alemanas de modificación del
tratado, dado que sus propios costos de créditos están
subiendo y la calificación crediticia AAA de París está
amenazada.
El presidente Nicolas Sarkozy, cuyas
esperanzas de ser reelegido en 2012 dependen de la crisis,
tiene hasta el momento pocas cosas que mostrar a cambio de las
concesiones que ha hecho a Berlín.
La semana pasada, Merkel extinguió toda
esperanza francesa de una solución de compromiso en la que
Alemania diera luz verde para una compra mucho mayor de bonos
por parte del BCE o accediera a emitir bonos comunes a toda la
eurozona. "No se trata de un toma y daca", dijo
Merkel.
Alemania, obsesionada por su experiencia
con la hiperinflación en 1923, teme corromper al BCE haciéndole
emitir dinero para prestarles a los gobiernos.
Fuentes de la UE y del BCE dijeron que
había un entendimiento de que si los líderes políticos
europeos daban un gran paso hacia la unión fiscal el 9 de
diciembre eso le daría pie al BCE para intervenir de manera
decisiva.
Aún no hay certeza de un acuerdo para
avanzar hacia la unión fiscal, y los mercados, que odian la
incertidumbre, seguramente sienten que el tortuoso proceso de
introducir cambios al tratado crea más riesgo político del
que elimina.
Sin embargo, si se le da al BCE un
pretexto para usar su poder de fuego para defender los bonos
de los gobiernos de la eurozona, los desesperados políticos
europeos deberán aceptar la unión fiscal.
Un tema clave que se ignora es si los 27
Estados aceptarán la enmienda del tratado, si se sellará un
acuerdo entre los 17 Estados de la eurozona o entre un núcleo
interno más pequeño, lo que llevaría a una incómoda Europa
de dos velocidades.
También cunde un generalizado
resentimiento debido a la hegemonía política de Alemania en
la UE. Las protestas causadas por "una Europa
alemana" se vuelven más insistentes en Francia, Irlanda
y el sur de Europa.
Pero si la promesa de una unión fiscal
es la única manera de provocar la acción del BCE para alejar
a Europa del abismo, es probable que los líderes europeos se
traguen sus recelos y se comprometan con ese curso de acción.
Europa
peor
Se complica Italia y analizan
descalificar a 87 bancos
Por Julio Algañaraz
Desde Roma
iEco,30/11/11
Son entidades bancarias de 15 países
europeos. La agencia Moody’s anunció una inminente baja de
la nota, debido a la crisis que destruye la confianza en el
continente. Italia ayer debió pagar tasas de 8% con un riesgo
sin precedentes para obtener fondos.
Se acentúa el peligro de que la crisis
en Europa haga saltar a varios bancos. El lunes la agencia
calificadora Moody’s señaló el peligro de “múltiples
default” y ayer se entendió que se refería a los
institutos de crédito europeos y no a los países medio
ahorcados porque no pueden pagar sus deudas soberanas en títulos
públicos.
En esa línea Moody’s volvió a
intervenir ayer para amenazar con una rebaja de la calificación
de riesgo de 87 bancos de 15 países de los 27 países de la
Unión Europea de casi 400 millones de habitantes. Los españoles
con 21 entidades bancarias y los italianos con 15 son los
favoritos del torniquete de la agencia anglosajona. En
realidad los bancos europeos están asfixiados y el Banco
Central Europeo, que dirige ahora el italiano Mario Draghi,
está instalando una enorme cámara de oxígeno para
devolverles capacidad de crédito. Sin embargo, todo parece
ser poco y llegar muy tarde.
Ayer, así, los bancos pasaron al centro
del escenario, con la sola excepción de la noticia de que en
la subasta de títulos por 7.500 millones de euros, el Tesoro
italiano había pagado precios de usura que pintan como es
dramática la crisis. En el caso de las obligaciones a tres años
Italia orilló el desastroso nivel del 8% (7,89%) que hasta
hace tres meses los expertos consideraban “imposible”. En
el decenal se bajó al 7,56% porque el fuego de la especulación
y la desconfianza se concentra en los plazos más cortos.
En las bolsas, en cambio hubo poca
historia. Orillaron la paridad y solo se despegó la de
Frankfurt, que cerró al 0,95%. Milán 0,34%, París 0,46%,
Madrid 0,10%. Londres, que está fuera del euro, siguió la
tendencia y cotizó en el final 0,46%.
El Banco Central Europeo está ahora en
el centro de gravedad de los acontecimientos. Ayer se supo que
había recaudado 9.000 millones de euros menos de lo previsto
en una operación para absorber liquidez para compensar los títulos
públicos de los países en dificultad, que el BCE está
comprando al ritmo de 10 mil millones por semana. Ochenta y
cinco bancos de la zona le pagaron 194 mil millones, cuando
debían llegar 203.500 millones. Esto no hace sino aumentar
las preocupaciones.
Los bancos están asfixiados y necesitan
respiración artificial. Por eso se guardan lo más que pueden
de liquidez. Draghi, desde el comando del Banco Central
Europeo, quiere hacer funcionar la cámara de oxígeno porque
sobre Europa sobrevuela ominoso el espectro de la bancarrota
de Lehman Brothers, el 15 de setiembre de 2008, que hizo
estallar definitivamente la crisis global y mandó a medio
mundo a la recesión de 2009. La cámara de oxígeno se apoya
en dos fundamentos. Una subasta ilimitada de liquidez a tres años
para los bancos, más la opción de aceptar como garantía los
prestamos sufridos, que se pagan o no se pagan, de los mismos
institutos.
Una brutal era glacial se ha abatido
sobre el sistema crediticio. Los bancos no se prestan dinero
entre ellos y en el mercado se financian fondos a un día.
Hay que evitar el desastre porque los
bancos necesitan recapitalizarse. Hoy los ministros de Economía
y Finanzas reunidos en Bruselas recibirán una nueva estimación
de cómo esta el enfermo. A finales de octubre la Autoridad
Bancaria Europea estimó que se necesitaban 106 mil millones
de euros de recapitalización.
¿Y ahora, cuándo todo esta peor? El
sector crediticio europeo necesita 280 mil millones de euros
en el primer trimestre del año que está llegando, para
evitar la insolvencia, y 800 mil millones en todo el año de máxima.
Enero, febrero, marzo y parte de abril pueden convertirse en
un pozo negro sin fondo. Italia necesita 150 mil millones de
euros para renovar los títulos de la deuda pública, mientras
que los 17 países de la Eurozona suben la cifra a 400 mil
millones. Y ahí falta el costado privado. Según Federico
Fubini del Corriere della Sera, los bancos y la Europa de 27
socios deben conseguir 700 mil millones en los primeros cien días
de 2012 para no colapsar.
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