Más de dos millones de empleados
paralizan el sector público británico
El hundimiento de la economía pone
a la
defensiva al gobierno
Por Walter Oppenheimer
Desde Londres
El País, 30/11/11
Más de dos millones de empleados británicos
están llamados a paralizar el sector público en la peor
huelga que sufre Reino Unido en 30 años, la mayor confrontación
sindical contra un Gobierno conservador desde que ocupó su
jefatura Margaret Thatcher.
El motivo de la protesta: la reforma del
sistema de pensiones que les va a obligar a trabajar hasta los
67 años y a aumentar sus contribuciones. Se prevé que la
huelga, que recorrerá el país con un millar de
manifestaciones, afecte a colegios, hospitales, tribunales o
bibliotecas, pero también a los trabajadores de la agencia
que controla las fronteras británicas, la UK Border Agency.
En las carreteras se esperan colas de hasta 12 horas para
entrar por los puntos más calientes.
A primera hora del miércoles y según
datos de BBC, solo 2.700 colegios, de un total de 20.000, han
abierto con normalidad en Inglaterra. El sector de la educación
es el más golpeado en el inicio del paro como ya se preveía
inicialmente. Tanto es así que el primer ministro, David
Cameron, propuso a los empresarios que dejasen a los
trabajadores llevar a sus hijos a la oficina. El sindicato que
agrupa a los directores de los colegios, uno de los 30 que
participan en la protesta, no había participado en una huelga
en sus 114 años de historia.
El segundo frente especialmente afectado
esta mañana por el paro es el de la sanidad. En los
hospitales, miles de citas y operaciones no urgentes han sido
canceladas o reprogramadas. BAA, la empresa propietaria del
aeropuerto de Heathrow, el principal del país, ha informado
de que no hay "retrasos significativos" en los
puestos de control fronterizo. En Heathrow, a la protesta por
la reforma de las pensiones se une el malestar por una
reciente polémica política sobre la suspensión de controles
a los viajeros procedentes de la Unión Europea en los
momentos de máxima afluencia. Gatwick, el segundo aeródromo
británico, tampoco está sufriendo grande demoras, aunque sí
espera que se produzcan a lo largo del día.
Lejos de buscar el entendimiento con los
sindicatos, el ministro de Economía, George Osborne, anunció
ayer que el sector público perderá 700.000 empleos en los próximos
años, en lugar de los 400.000 hasta ahora previstos. Y los
salarios, congelados este año y el siguiente, no podrán
aumentar más del 1% en 2013 y 2014.
Osborne anunció también medidas más
conciliadoras, como la suspensión del aumento de 3 peniques
en el impuesto sobre la gasolina; un tope del 6,2% (1% por
encima de la inflación) en lugar del 8,2% en el aumento de
los precios del ferrocarril; facilidades crediticias por
47.000 millones de euros para las pymes; 1.200 millones
adicionales para regeneración de las regiones; 130.000 plazas
adicionales para cuidados infantiles; ayudas a la compra de
vivienda para 100.000 personas, y un plan de obras públicas
por 35.000 millones de euros, de los que dos tercios deberían
llegar desde el sector privado pero el Estado hará
inversiones nuevas por casi 6.000 millones de euros en tres años.
Algunas de las medidas han sido bien
recibidas por la CBI, la Confederación de la Industria Británica,
en particular las dirigidas a las pymes y los proyectos de
mejora de las infraestructuras viarias.
Masivo
paro contra el ajuste de Cameron:
fue la huelga más importante en 30 años
Multitudinarias manifestaciones en varias
ciudades
Agence France-Press (AFP), 01/12/11
Londres.- Cientos de miles de empleados públicos
británicos, incluidos maestros, enfermeras, inspectores de
inmigración y trabajadores del Estado, se sumaron ayer a la
mayor huelga general celebrada en Gran Bretaña en tres décadas,
una protesta que puso en jaque al gobierno de coalición que
lidera el conservador David Cameron.
La jornada de huelga, que no logró
afectar el transporte aéreo y marítimo del país, estuvo
acompañada por marchas multitudinarias en Londres y otras
ciudades de Gran Bretaña. La manifestación más numerosa
tuvo lugar en la capital británica, donde unas 30.000
personas tomaron las calles de la ciudad para protestar contra
la política económica del gobierno. Medio centenar de
manifestantes fueron detenidos por desorden público.
Unos 2,5 millones de trabajadores
estatales mostraron así su rechazo a las medidas de
austeridad aprobadas por Cameron. Una de las decisiones más
impopulares del gobierno es la reforma del sistema
jubilatorio, que según los sindicatos forzará a millones de
personas a trabajar más años y pagar más por sus pensiones.
La protesta, la mayor en el país desde
1979, coincide además con un fuerte rechazo de la población
a los recortes en los salarios de los empleados estatales y a
la eliminación de miles de puestos de trabajo en el sector público.
El gobierno de Cameron anunció anteayer la supresión de
otros 300.000 empleos en el sector público, que eleva a
700.000 el total previsto hasta 2017, y la limitación al 1%
del incremento salarial de los trabajadores de este sector en
2013 y 2014.
El premier británico calificó la huelga
de "bastante decepcionante" y destacó que el 40% de
las escuelas públicas abrieron sus puertas, mientras que los
aeropuertos funcionaron con normalidad. "No quiero ver
ninguna huelga, ninguna escuela cerrada, no quiero problemas
en nuestras fronteras, pero este gobierno tiene que tomar
decisiones responsables", dijo en tono desafiante el
mandatario, durante una intervención en la Cámara de los
Comunes.
La huelga, que contó con el apoyo de 30
sindicatos, no provocó inconvenientes serios en los
principales aeropuertos, entre ellos Heathrow y Gatwick, como
habían pronosticado los sindicatos, aunque el gobierno debió
suplantar a los inspectores de inmigración y frontera con
funcionarios de distintos ministerios.
Trenes, con problemas
En cambio, la protesta sí afectó
severamente al servicio de trenes públicos en Escocia y a la
red de ómnibus en Irlanda del Norte.
En el sector educativo, miles de familias
se vieron afectadas por el cierre del 60% de las 21.700
escuelas de Inglaterra. En lo que respecta a la sanidad, ayer
se cancelaron 6000 de las 30.000 operaciones quirúrgicas
previstas, según cifras oficiales. También fueron canceladas
miles de citas médicas.
El poder de los sindicatos británicos
fue reducido notablemente por los gobiernos conservadores de
Margaret Thatcher en los años 80, pero el sector público
continúa siendo uno de sus principales bastiones. Los gremios
amenazaron ayer con la convocatoria de nuevas huelgas para el
próximo año si el gobierno no modifica su plan de
austeridad.
Brendan Barber, secretario general de la
asociación sindical TUC, afirmó que los trabajadores
estatales están "bajo el ataque del gobierno" y
advirtió que habrá más paros el próximo año si Cameron no
cambia el rumbo económico.
"Queremos resolver estas
negociaciones para final del año; espero que sea posible,
pero en caso contrario habrá más huelgas", subrayó.
"¿Por qué el gobierno se ensaña
con nosotros en el sector público?", se preguntó Kevin
Smith, un trabajador estatal de 54 años que se sumó a la
protesta celebrada frente al Parlamento, una de las 1000
marchas convocadas en todo el país. "No tuvimos ningún
aumento salarial en dos años y para los próximos dos años sólo
se nos va a aumentar un 1%, menos del IPC [5% anual]. ¿Hasta
cuándo aguantaremos?", agregó.
El gobierno de Cameron, que busca impedir
que la endeudada economía británica caiga en recesión,
sostiene que las reformas del sector público son necesarias
debido a que la población vive más y el sistema jubilatorio
del sector es ya "impagable".
La huelga general celebrada ayer en Gran
Bretaña se suma a otras protestas similares realizadas
recientemente en varios países europeos afectados por la
crisis económica.
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