La deuda se dispara y la previsión de
crecimiento cae al 0,9% este año
La crisis económica ha entrado en tromba
Por Walter Oppenheimer
Desde Londres
El País, 29/11/11
La crisis económica ha entrado en tromba
en la política británica. Justo 24 horas antes de que el
sector público protagonice hoy la que puede ser la peor
huelga desde los años ochenta, el canciller del Exchequer,
George Osborne, se vio obligado el martes a admitir en los
Comunes que la economía crece muchísimo menos de lo que
esperaba hace tan solo seis meses, el ajuste se ha de
prolongar tres años más de lo previsto, el endeudamiento público
crecerá 110.000 millones de libras (128.000 millones de
euros) más de lo calculado por el Gobierno y el sector público
va a seguir perdiendo poder adquisitivo al ver limitado al 1%
el crecimiento de sus salarios tras dos años de congelación
en 2011 y 2012, con la inflación ahora mismo al 5%.
Un Osborne a la defensiva tuvo que
admitir en los Comunes que “si el resto de Europa se
encamina a una recesión, puede ser difícil evitarla aquí en
Reino Unido”. La OCDE pronosticó ayer que la economía británica
se contraerá un 0,03% este trimestre y un 0,15% el próximo.
Es más un encefalograma plano que una recesión, pero indicio
de que el país vuelve a estar en el agujero.
Ese cúmulo de malas noticias para el
Gobierno ha reabierto con virulencia el debate político que
ya dominó las elecciones generales de 2010, en las que los
británicos echaron del poder al laborismo para instalar una
coalición de conservadores y liberales demócratas liderada
por David Cameron: ¿necesitaba el país el ajuste inmediato
que quería y ha hecho el nuevo Gobierno o un año más de estímulos
para consolidar la recuperación, como preconizaban los
laboristas?
Osborne dijo ayer que el país tendría aún
peores cuentas públicas con la receta laborista. Estos
sostienen que las cuentas estarían como están ahora, pero la
economía no se habría hundido de nuevo.
El problema para Osborne es que sus
planes de que el sector privado tomaría el relevo del
crecimiento mientras el sector público saneaba sus cuentas no
se han visto cumplidos. El Gobierno sostiene que eso se debe a
la crisis en la zona euro. Los laboristas responden que el
euro influye pero que el enfriamiento británico es anterior a
esa crisis y es consecuencia del ajuste. Un debate sin fin.
El Gobierno sostiene que a favor de
Osborne está la reacción del mercado. A pesar de la cascada
de malas noticias, el bono británico a 10 años se pagaba
ayer más barato que el alemán. Pero a juicio de David
Blanchflower, miembro del Comité de Política Monetaria del
Banco de Inglaterra entre 2006 y 2009, “la afirmación del
Gobierno de que ha convertido al Reino Unido en un refugio
relativamente seguro de la tormenta de la deuda soberana no
tiene fundamento”. “El interés de los bonos de Reino
Unido es tan bajo porque el crecimiento es tan ínfimo que los
mercados no creen que el comité de política monetaria sea
capaz de subir los tipos de interés durante años y porque
tenemos nuestro propio banco central, que puede empezar a
imprimir dinero”, escribe en The Guardian.
Y expertos como Jonathan Portes, director
del prestigioso Instituto Nacional de Investigación Ecomómica
y Social, opinan que el hecho de que las cuentas públicas se
hayan deteriorado de forma tan espectacular sin que haya una
tormenta en los mercados lo que realmente prueba es que era
“un mito” la tesis de que el ajuste era imprescindible
para evitar el pánico en los mercados de bonos. "Si los
que pronosticaban el desastre hubieran tenido razón, los
mercados estarían ahora en estado de pánico. En cambio, los
intereses a largo plazo siguen estando muy bajos, reflejando
la debilidad económica subrayada por el informe de la Oficina
para la Responsabilidad Presupuestaria”, escribe en el
Financial Times.
La oficina ha pronosticado un crecimiento
del 0,9% este año y del 0,7% en 2012, en lugar del 1,7% y el
2,5% que vaticinaba hace tan solo seis meses. También
pronostica el citado aumento de 110.000 millones en el
endeudamiento, que significa que el país aún tendrá que
endeudarse en 79.000 millones de libras (92.500 millones de
euros) en 2015, el año de las próximas elecciones generales,
en lugar de los 33.000 millones (38.600 millones de euros) que
esperaba la coalición de conservadores y liberales demócratas.
Según las estimaciones del Instituto de
Estudios Fiscales, que se ha convertido en los últimos años
en la fuente de referencia nacional a la hora de interpretar
las grandes cifras de la economía británica, la recaída
obligará al Gobierno a seguir recortando el presupuesto en
los próximos años, empobreciendo a los británicos.
“La economía será en 2016 un 13% más
pequeña de lo que esperábamos hace un par de años y más de
un 3% menor de lo que pensábamos hace seis meses. Es un
cambio extraordinario respecto de lo que se esperaba”,
declaró el director del Instituto de Estudios Fiscales, Paul
Johnson, a la BBC. “Y una de las consecuencias de eso, y así
lo indican las cifras de la Oficina para la Responsabilidad
Presupuestaria, son recortes reales en los ingresos reales de
los ciudadanos. Es decir, la gente va a ser mucho más pobre.
Y no volverá hasta 2015 a tener los niveles de vida que tenía
en 2001”, añadió. Las elecciones de 2015 empiezan a
parecer muy abiertas.
El Reino Unido no
logra controlar la
inflación, pese a que el crecimiento económico
casi roza la
recesión
El dilema británico
Por Fernando Cano
El País, 20/11/11
Reino Unido creció un 0,5% en el tercer
trimestre del año, alentando las previsiones más pesimistas,
que hablan de un crecimiento más cercano a cero a finales de
año. La situación de la tercera economía europea no es muy
distinta de la del resto de la UE, con elevados déficit
fiscal y deuda pública y una incipiente ralentización del
sector exterior. El problema radica en que una preocupante
combinación de elevada deuda de los hogares, altas tasas de
paro y un crecimiento galopante de la inflación impide
mantener en pie el consumo interno, uno de los principales
motores de su crecimiento reciente.
En estos momentos, las previsiones
oficiales del Fondo Monetario Internacional (FMI) hablan de
que la economía británica crecerá un 1,1% este año,
mientras que la OCDE apuesta por un alza del 0,9%. No
obstante, las últimas cifras están lejos de estas
previsiones, y solo los más optimistas creen que el
crecimiento de 2011 rondará ese nivel. En el segundo
trimestre, el PIB aumentó un 0,1%, y en septiembre, el
crecimiento interanual fue del 0,5%. El temor a una nueva
recesión en Europa ha tirado por tierra los pronósticos de
una importante recuperación en el cuarto trimestre del año.
Pese a ese débil crecimiento, los
precios están en plena escalada. En septiembre, el IPC creció
un 5,2%, el nivel más alto en tres años. El Gobierno
justifica el dato por la reciente subida del IVA al 20% y por
los crecientes precios de la energía. Las previsiones del FMI
indican que los precios crecerán en 2011 el 4,5%, más del
doble de la meta gubernamental. Esa alza puede frenar la
demanda de los hogares, que, según la OCDE, solo crecería un
0,2% este año, cuatro décimas menos que el año pasado.
Pero el consumo interno no es lo único
que se mantiene estancado. El comercio exterior tampoco pasa
por su mejor momento. Hasta ahora, la fortaleza de la libra
esterlina había logrado reducir el déficit comercial al 1,7%
del PIB durante el segundo semestre del año, desde el 3% de
2010. No obstante, con Alemania, Francia y EE UU coqueteando
con bajísimas cifras de crecimiento, las ventas de Reino
Unido se resentirán duramente, ya que la reducción de la
demanda internacional es inminente en el nuevo escenario.
En estas circunstancias, el gasto público
se antoja como una de las pocas soluciones para tirar de la
economía. Pero el Gobierno británico debe manejar el
delicado equilibrio para seguir estimulando la economía y no
desequilibrar sus cuentas. En 2010, el déficit fiscal llegó
al 10,3% del PIB, frente al desequilibrio del 11,5% un año
antes. Los datos de Eurostat reflejan, además, que la deuda pública
llegó a finales de 2010 al 79%, frente al 44% de 2007, el año
en el que estalló la crisis financiera internacional.
La OCDE ha sugerido a Londres nuevas
reformas para mejorar la eficiencia del sector público y
aumentar la edad efectiva de jubilación. De esa forma, dicen,
se mitigarían las presiones fiscales a través de la
racionalización más que de los recortes. Adicionalmente,
proponen continuar con una política monetaria expansiva este
año para apoyar la actividad. Con todo, los pronósticos para
2012 siguen a la baja. El FMI habla de un 1,6%, el Banco de
Inglaterra prevé un alza del PIB de solo el 1% y la OCDE se
decanta por un 0,8%. Todo dependerá del desempeño de la Unión
Europea durante los próximos meses.
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