Cumbre europea por
la crisis del euro

Merkel y Sarkozy se reúnen para acordar las medidas
que propondrán el jueves y el viernes

Una semana en la que se decidirá el destino del euro

Por Paul Taylor
Agencia Reuters, 05/12/11

Paris.– El euro inicia hoy una semana decisiva, en la que los líderes europeos, urgidos por un ansioso Estados Unidos, intentarán acordar el plan de rescate definitivo para la crisis que desde hace dos años tiene en vilo a la Unión Europea (UE) y al mundo entero.

A pesar del optimismo de los mercados en los últimos días por un posible acuerdo que resuelva la crisis y garantice la supervivencia de la moneda común, el desenlace es por demás incierto de cara a la cumbre que se celebrará en Bruselas el jueves y el viernes.

"Esta semana está en juego la estabilidad futura del euro y, por lo tanto, la recuperación de la economía y del empleo en Europa", dijo el comisionado de asuntos económicos y monetarios de la Unión Europea, Olli Rehn. "Esto exige un convincente paquete de medidas de la cumbre del Consejo Europeo", dijo.

Si todo sale según los planes delineados en Berlín y París, para el viernes por la noche la Unión Europea habrá dado un paso adelante hacia la unión fiscal, tras un acuerdo para modificar los tratados e imponer una estricta disciplina presupuestaria a las 17 naciones de la eurozona.

El jueves, el Banco Central Europeo (BCE) podría rebajar sus tasas de interés para contrarrestar la recesión en ciernes y habrá tomado nuevas medidas para dar financiamiento a largo plazo a los bancos europeos en problemas.

Una demostración convincente del compromiso político de respaldar al euro y de remontar la crisis a través de una mayor integración de la eurozona podría impulsar al BCE a brindar mayor apoyo a los bonos de la deuda de Italia y España, lo que consolidaría esa incipiente mejora en la percepción de los mercados.

"Todo se reduce a lo que haga el BCE y a si los líderes políticos presentan un plan lo suficientemente convincente como para dar pie a la intervención del BCE", dijo una alta fuente de gobierno de la UE. Sin embargo, si las 27 naciones de la Unión Europea no se ponen de acuerdo, o si después de meses de dudas acuerdan otra vez soluciones a medias, podría acelerarse la huida de los inversores del mercado de bonos de deudas europeas, la desconfianza se profundizaría y la crisis podría hacer eclosión en enero, cuando Italia debe comenzar una descomunal campaña de refinanciamiento.

Fuentes cercanas a Angela Merkel afirman que la canciller alemana está dispuesta –a pesar de la oposición del Bundesbank– a ocuparse de que el BCE incremente su compra de bonos de naciones en problemas, como una solución a corto plazo, hasta que se implementen controles presupuestarios más estrictos en la eurozona.

Merkel se reunirá hoy en París con el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, para delinear la propuesta conjunta de gobernabilidad económica. Alemania y Francia siguen teniendo discrepancias significativas acerca de la manera de controlar los presupuestos nacionales de la eurozona.

Merkel es partidaria de otorgarle a la Comisión Europea el poder de vetar los proyectos de presupuesto que excedan los límites de la UE antes incluso de que lleguen a los respectivos parlamentos, de incluir sanciones automáticas para los que infrinjan las reglas del déficit y de llevar incluso a los transgresores ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea para que sean castigados.

Sarkozy, que en mayo próximo buscará la reelección, quiere que los líderes de la eurozona tengan la última palabra, sin otorgarles nuevos poderes supranacionales a las instituciones de la Unión.

Otros gobiernos, en especial los de Gran Bretaña, Irlanda y Holanda, no quieren que se modifiquen los tratados por temor a enfrentar costos políticos en sus propios países. Algunos sospechan que sería muy difícil que la opinión pública se manifieste afirmativamente en los referéndums.

El presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, quien presidirá la crucial cumbre que se realizará en Bruselas esta semana, presentará opciones de mayor control presupuestario que no implican la modificación de los tratados, así como alternativas que sí exigen enmiendas, afirmaron sus colaboradores.

El presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, advirtió el viernes que la modificación de los tratados generaría divisiones y sería "peligrosa".

Alemania y Francia quieren tomar un atajo que permita acortar el complejo procedimiento de enmienda de los tratados. Las nuevas medidas presupuestarias podrían incluirse en una sola enmienda, según el deseo de Berlín y París. De ese modo esperan poder ahorrar a la mayoría de los países, si no a todos, la necesidad de celebrar un referéndum ratificatorio.

Ese atajo ha enfurecido a algunos legisladores, que aseguran que los grandes poderes de la UE están intentando pasar por encima de la soberanía presupuestaria de los parlamentos nacionales sin el menor sentido democrático.

Berlín y París argumentan que la crisis de la deuda es una emergencia que exige acciones rápidas para evitar una catástrofe.


La nueva cumbre europea el 8 y 9 de diciembre

Los tres salvavidas que le quedan al euro

BBC World, 05/12/11

Con el acecho de los mercados, el euro enfila su futuro en el Consejo Europeo de este 8 y 9 de diciembre. Tres salvavidas se cruzan en su camino: la emisión de eurobonos, la intervención del Banco Central Europeo (BCE) y la unión fiscal de la eurozona. Este último es el que quiere la canciller alemana.

Este lunes la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Nicolas Sarzoky se reunieron en el Elíseo para definir los detalles de la unión fiscal de cara al consejo que reúne a los 27 jefes de estado de la Unión Europea. Allí, sus posiciones parecieron acercarse, al menos en el rechazo a los eurobonos y el llamado a una mayor austeridad fiscal.

Merkel, que rechaza los eurobonos y la intervención del BCE, es partidaria de la unidad fiscal con la creación de un supraministro o ente que pueda introducir reglas más rígidas y sanciones a quienes no cumplan los objetivos presupuestarios.

"La crisis no se resuelve de un sólo golpe. Se trata de un proceso de durará años", ha señalado la canciller.

El presidente francés, que apoya un nuevo tratado pero que se siente acosado por los intereses de la deuda francesa, era hasta este lunes más proclive a los eurobonos pero finalmente los ha rechazado como solución. ¿Cuáles son los pros y los contra de las tres posibles salidas del euro?

La emisión de eurobonos

La gran amenaza del euro son los altos intereses que se están pagando por las deudas. Si los países no pueden refinanciar sus deudas se corre el riesgo del impago. En ese sentido la Comisión Europea ha presentado una propuesta de emisiones de bonos europeos que sustituyan la deuda nacional. El respaldo sería la propia unión.

De esta manera los eurobonos garantizarían que todas las naciones de la zona euro puedan pedir prestado a un precio asequible.

Mientras que el Presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, es partidario de los eurobonos, la canciller alemana, que lleva la voz cantante en la actual crisis, no. Al ser el estado más grande de la zona euro con la mejor posición fiscal, Alemania estaría más expuesta con la aplicación de los bonos. Este lunes, Nicolas Sarkozy también desechó la idea.

La compra de deuda por parte del BCE

La propuesta es que el BCE tenga libertad para comprar toda la deuda soberana de la zona euro, lo cual desanimaría a los especuladores y rebajaría los tipos de interés.

Al respecto se cuestiona el papel del banco cuando se le compara con los bancos centrales de países como Estados Unidos, Reino Unido o Japón, que en situaciones como las que está viviendo Europa, suelen comprar toda la deuda necesaria.

Los líderes de los países más endeudados y el propio presidente francés son partidarios de esta vía. No obstante, el Bundesbank y la propia Merkel se muestran reacios con el argumento de que la financiación de las deudas dispararía la inflación en su país. Alemania es el principal inversor del banco.

La unión fiscal y la creación de un supraministerio

Es la propuesta y la condición que exige Merkel para que en un momento dado el BCE pueda intervenir. La llamada Unión Fiscal significaría un control de los presupuestos nacionales por parte de Bruselas, con poder para modificarlos y un endurecimiento de las sanciones a los países que infringen los límites de deuda.

Una de las principales críticas al espacio común europeo es la ausencia de un ministro de finanzas, un ente que centralice y aplique las políticas monetarias y que pueda demandar ante el Tribunal de la UE a los países infractores.

Países que están dentro de la unión pero fuera de la zona euro, como Reino Unido o República Checa, se oponen a esta medida. Un veto de ambos países echaría por tierra los acuerdos que se puedan alcanzar este jueves y viernes. No obstante, Merkel y Sarkozy contemplan la posibilidad de lograr un acuerdo entre los 17 países del euro que esquivaría a países escépticos de la unión fiscal como Reino Unido.


A 48 horas de la cumbre, Alemania enfría las
expectativas sobre un posible acuerdo 

Es pesimista porque "algunos socios parecen no entender
la gravedad de la situación"

El Confidencial, 07/12/11

Berlín es cada vez más pesimista respecto a las probabilidades de un acuerdo que resuelva la crisis de deuda de la zona euro en la cumbre de la Unión Europea de esta semana, porque algunos gobiernos no parecen captar la gravedad de la situación, dijo el miércoles un responsable del Gobierno alemán a Reuters. Mientras, la agencia AFP señala que Alemania parece querer rebajar las expectativas de la decisiva cumbre europea de este jueves y viernes, en la que se esperan acordar una serie de medidas a corto plazo para calmar la tensión de los mercados y otras a largo para sellar la disciplina presupuestaria y abrir paso a emisiones de deuda común.

Alemania también ha filtrado que no está dispuesta a aceptar que funcionen de forma simultánea el actual fondo de rescate dotado con 440.000 millones de euros con el entrará en vigor en 2012, tal y como han reclamado algunos Estados miembros. El resultado es que el euro ha perdido las ganancias que acumulaba esta mañana contra el dólar y ahora cede un 0,2% hasta los 1,3373 frente al billete verde.

Por su parte, las bolsas pierden gas respecto  a los máximos del día. El Ibex, que subió más de un 1% en el arranque de la sesión, ahora pierde todas las ganancias acumuladas en la jornada. El EuroStoxx reduce su subida a la mitad y el resto de índices europeos acumulan ganancias que no superan el 0,5%. En los mercados de deuda, lo más destacado es la subida del diferencial español, que salta hasta los 312 puntos básicos. La deuda española es la más atacada de esta mañana. El resto de las primas de riesgo se mantienen tranquilas, a la espera de noticias.

Una fuente cercana al Gobierno alemán ha confesado que es "más pesimista que la semana pasada" sobre el resultado de la reunión. "Sólo puedo concluir que soy más pesimista que la semana pasada sobre la posibilidad de un acuerdo completo", dijo la fuente, que añadió que la negociación ha mostrado que "algunos socios parecen no entender la gravedad de la situación". El Ejecutivo germano ha afirmado también que "es absolutamente necesario encontrar un nuevo Tratado para Europa".

Francia promete un acuerdo "potente"

Los líderes de Francia y Alemania no abandonarán la mesa de negociaciones en la cumbre europea de esta semana hasta alcanzar un acuerdo "potente" sobre la crisis de la deuda soberana de la zona euro, indicó el Gobierno francés, coincidiendo con la visita del secretario del Tesoro de EEUU, Timothy Geithner, quien ha urgido a Europa a adoptar medidas de peso.

El responsable de la Hacienda estadounidense ha viajado a Europa para encontrarse con varios líderes europeos a los que ha pedido que adopten medidas decisivas, a la vez que ha expresado su confianza en el plan franco–alemán para reformar el Tratado de la UE. "Tengo mucha confianza en lo que el presidente de Francia y el ministro están haciendo, junto con Alemania, para construir una Europa más fuerte", dijo Geithner tras mantener una reunión con el ministro francés de Finanzas, Francois Baroin.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, presentarán este viernes a sus socios los detalles de su plan para reformar el Tratado de la UE, incluyendo la imposición de sanciones automáticas para los países que incumplan los objetivos de déficit con el objetivo de restaurar la confianza de los mercados. "Ni Nicolas Sarkozy ni Angela Merkel abandonarán la mesa de negociación de esta cumbre sin un acuerdo potente", afirmó Baroin en declaraciones al canal de televisión francés Canal+, donde admitió que gran parte del futuro de la 'triple A' de Francia dependerá de lo que ocurra el viernes y de cómo sea acogida la respuesta de los líderes europeos.

La lista de Van Rompuy

Los Veintisiete continúan hoy estudiando el documento que les envió ayer el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, con una larga lista de ideas, que incluyen dotar al fondo permanente de rescate con nuevas capacidades y más recursos financieros. El dirigente comunitario ha sugerido también que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), cuya entrada en vigor se adelantará a 2012, pueda participar directamente en la recapitalización de entidades bancarias y tenga además las características de una institución de crédito. Esto último le permitiría un acceso ilimitado al Banco Central Europeo (BCE) y actuar como verdadero cortafuegos en la crisis de la deuda, una exigencia que había planteado Francia pero que siempre había sido rechazada por Alemania.

Otra de las medidas a corto plazo que propone Van Rompuy es aumentar los recursos del FMI a través de préstamos bilaterales para que pueda ayudar a países del euro con problemas. En otros aspectos, Van Rompuy ha propuesto a los Veintisiete blindar la disciplina fiscal de los países del euro a través de diversas modalidades de cambio de los tratados (unas a corto plazo y de fácil aprobación y otras a largo plazo y de larga ratificación). El objetivo es que el compromiso de los países del euro con la disciplina fiscal abra la puerta "a largo plazo" a la creación de una "deuda común" (los eurobonos, llamados de otra forma). Sin embargo, a este paso solo se llegaría tras un procedimiento por fases y sobre la base de unos criterios estrictos de disciplina presupuestaria y competitividad económica, según han explicado diversas fuentes comunitarias y diplomáticas.

Los jefes de Estado y Gobierno de los Veintisiete iniciarán sus discusiones con una cena informal de trabajo mañana, jueves, a partir de las 18.30 GMT. La cumbre comenzará formalmente en la mañana del viernes, y se desarrollará durante toda la jornada. A pesar de la trascendencia de la reunión, fuentes comunitarias avanzaron que esperan que la reunión acabe sin grandes retrasos debido a que los contactos previos de Van Rompuy han permitido acercar posturas en muchos de los puntos.

El primer ministro británico, David Cameron, llegará a Bruselas tras haber advertido ayer de que no aceptará cambios en los tratados sin salvaguardas que protejan los intereses de su país, especialmente la City, el centro financiero de Londres y uno de los motores económicos del Reino Unido.


La agonía del último minuto

La “nueva” UE: ¿un protectorado franco–alemán?

Por José Blanco
La Jornada, 06/12/11

Si no es reversible, dice el lugar común, a la agonía sigue la muerte. Por supuesto, la muerte de un país, o de un grupo de ellos, no tiene el mismo sentido que la de los seres vivos. Europa puede morir –incluso más allá de la Unión Europea (UE)– y es desde luego enormemente complejo intentar definir esa muerte. Dejará de ser lo que hasta hace tres o cuatro años era, y más aún, su planeada evolución futura no tendría nada que ver con el Tratado de Lisboa, que sustituyó al fracaso del intento por crear una constitución para Europa y con la parte de la UE convertida en eurozona.

Lo posible fue el tratado, firmado por todos los miembros de la UE en Lisboa, apenas el 7 de diciembre de 2007 (la crisis ya estaba en marcha). En un mundo donde no existen las unanimidades, el tratado tuvo críticos acérrimos –que ahora pueden decir: se los dije– que aseguraban que ese texto promocionaba la desregulación del mercado y no favorecía la intervención del Estado para lograr objetivos sociales. Los partidarios del tratado, en cambio, consideraban que haría a la UE más eficaz y democrática. A grado tal que, en la más penosa de las inocencias, declararon que la estrategia de ese acuerdo era alcanzar la economía del conocimiento más competitiva y dinámica del mundo antes de 2010. Tal objetivo sería posible con la firma del tratado, más los instrumentos de que 17 de los 27 miembros de la UE se habían dotado desde el 1º de enero de 1999, señaladamente la creación de la unión monetaria, con la adopción del euro el 1º de enero de 1999.

Los dirigentes de la UE no pudieron ver que en la más negra oscuridad crecía un gigantesco cisne negro, que en la primera década de este siglo continuó creciendo. El euro había sido adoptado en el contexto de la inflación inimaginable por su magnitud de un sistema de transacciones financieras a escala mundial, construido sobre timos y estafas por millones de millones, que representaban la soga en el cuello de la nueva moneda europea.

De pronto, el cisne se dejó ver: la burbuja inmobiliaria estadunidense reventó y sacó a la luz las toneladas de heces acumuladas en los bancos de los países desarrollados, hacia fines de 2007.

El proceso de ratificación del Tratado de Lisboa por los parlamentos nacionales comenzó el 17 de diciembre de 2007 por la Asamblea Nacional de Hungría, y terminó de ratificarse el 1º de diciembre de 2009, por la República Checa. Todo este proceso ocurrió ya en plena crisis. Pero el Tratado de Lisboa fue una pavesa, y ahora van por un nuevo tratado que firmarán quienes quieran y puedan aceptar las nuevas reglas económicas. Ya veremos el detalle de las mismas, pero los principios anunciados por el supuesto eje Berlín–París tienen el rostro aturdido de una visión limpiamente neoliberal, que logró imponer la nueva canciller de hierro Angela Merkel.

Hasta hace unos días todavía las declaraciones de unos y otros decían, a voz en cuello, que hacía falta más Europa y más integración, sin abandonar su declaración neoliberal del control rígido del déficit fiscal, rindiéndose la plaza entera a los intereses de los banqueros.

Se trata de concretar una reforma que rescate a la nueva UE, que saldrá del nuevo tratado, de la catástrofe financiera que supondría que algunos de sus países más grandes no puedan pagar sus deudas y financiarse con normalidad. Veremos si todos los miembros de la eurozona están de acuerdo en que la disciplina fiscal sea una norma sagrada para armonizar los presupuestos. Falta que las reglas digan cómo se articula eso, quién pone cuánto, quién se compromete a qué y quién responde ante quién.

La ampulosa llamada de Sarkozy a la refundación de la Unión Europea se redujo al anuncio hecho por Merkel y Sarkozy, ayer lunes, de los principios que regirán este gran espacio económico:

1) Sanciones automáticas para quien no respete el déficit del 3 por ciento en 2012. Los países que no cumplan serán vigilados por el Tribunal de Justicia europeo, salvo que se oponga una mayoría cualificada. Se incorpora así la fórmula de la mayoría a la inversa.

2) Regla de oro reforzada y armonizada. Todos los presupuestos nacionales deberán ser sancionados por los tribunales constitucionales de cada país.

3) Mensaje al sector privado: lo de Grecia no sucederá nunca más. No podemos construir Europa basada en la falta de compromiso, dijo Merkel.

4) El mecanismo de estabilidad se adelanta de 2013 a 2012. Las decisiones no se tomarán por unanimidad, sino por “mayoría calificada”.

5) El consejo de presidentes de gobierno y jefes de Estado será el gobierno económico de la zona euro. Se reunirá todos los meses mientras la crisis dure.

6) Confianza en la independencia del Banco Central Europeo, y abstención de todo comentario.

La UE que conocíamos está muriendo, es decir, pasando a la historia. Un diputado francés dijo ayer que la UE (por nacer) parece un protectorado franco–alemán. Nos ocuparemos del cataclismo que se avecina.


Ante una posible refundación de la UE

Cameron amenaza con vetar un tratado
sin "salvaguardas" para el Reino Unido

El Periódico, 06/12/11
Desde Londres

El primer ministro británico, David Cameron, ha amenazado este martes con vetar el nuevo tratado de la Unión Europea (UE) en el caso de que no contenga "salvaguardas" especiales para el Reino Unido. El primer ministro británico teme medidas que afecten especialmente a las transacciones financieras de la City y al mercado único.

Cameron dijo que el nuevo tratado de la UE debe proteger los intereses del Reino Unido y de la City, a cambio de que "las instituciones de Europa" rescaten a la moneda única. "No firmaré un tratado que no tenga esas salvaguardas en torno a asuntos como la importancia del mercado único y de los servicios financieros", declaró el premier británico. La City, centro financiero que aglutina buena parte de las transacciones de capitales de todo el mundo, podría verse afectada en el caso de que la unión monetaria estableciese algún tipo de tasa para minimizar los movimientos de dinero en la eurozona.

El primer ministro británico, David Cameron, descarta que el nuevo tratado de la Unión Europea (UE) propuesto por Francia y Alemania vaya a suponer cambios "significativos" que impliquen la celebración de un referendo en el Reino Unido. Durante un discurso pronunciado en Londres, Cameron explicó que, si el tratado propuesto supusiera ceder poderes a Bruselas, su Gobierno tendría que convocar necesariamente una consulta, pero insistió en que es algo que no espera.

La reforma

Francia y Alemania han expuesto su plan de reforma urgente de la UE para lograr que antes de marzo haya un nuevo tratado con los países que lo quieran firmar y advierten de que se sancionará a los que escapen al rigor fiscal. Ese nuevo tratado de la UE podrá contar con el apoyo de los 27 estados miembros de la Unión, pero no necesariamente, indicaron el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la cancillera alemana, Angela Merkel, que avisaron de que, si eso no es posible, irán por delante los 17 de la eurozona.

Los dos líderes conservadores presentarán su plan de reforma a los demás países de la UE en el Consejo Europeo del viernes en Bruselas. En este sentido, Cameron dijo que, si hay una reforma de los tratados europeos que afecte a los 27 miembros, su Ejecutivo se asegurará de que el Reino Unido "consigue mejorar, proteger, defender y promover nuestro interés nacional en Europa". El líder tory insistió en que como primer ministro no tiene la intención de ceder ningún poder a Bruselas, por lo que reiteró que no será necesario celebrar un referendo sobre ello.