El
dilema: ajustar o evitar la explosión social
Por
Dina Kyriakidou y I. Melander
Agencia Reuters, 16/02-2012
Atenas. - Grecia
tiene una larga historia de promesas hechas a sus acreedores,
reformas que luego no cumplió; esta vez no parece ser la
excepción. El fin de semana pasado, el Parlamento desafió
las violentas protestas callejeras y votó a favor de una
mayor austeridad, pero es probable que la plena aplicación de
las medidas sea una tarea imposible, dadas las divisiones políticas
y la profunda inquietud social.
El paquete de
medidas, que incluye despidos del sector público, una
importante reducción del salario mínimo y de las
jubilaciones, así como aumentos impositivos, desencadenó la
indignación y la furia pública y fue una prueba para la
voluntad de los políticos griegos.
Después de décadas
de usar los servicios públicos como botín político, las
autoridades también deben enfrentar la corrupción y la
ineficacia que ellas mismas estimularon, antes de estar en
condiciones de poner en marcha las reformas que sus acreedores
exigen para entregar nuevos fondos de rescate.
La severa ley de
austeridad es una de las condiciones necesarias para asegurar
el desembolso del segundo rescate y así evitar un caótico
default que sacudiría la eurozona y que llegaría después de
dos años de recortes salariales y aumentos de impuestos que
han sumido a Grecia en su peor recesión en varias décadas.
Los prestamistas
internacionales, el FMI y la UE, atribuyen el fracaso hasta el
momento del rescate a la lenta aplicación de las reformas
estructurales. Grecia ha votado reiteradamente en favor de
medidas y privatizaciones que nunca se materializaron. El
gobierno aprobó tres veces leyes destinadas a abrir las
profesiones legal y farmacéutica a nuevos practicantes, con
la intención de conferirles mayor eficacia y bajar los
costos, sin resultados visibles, encolerizando tanto a los
reformadores como a los acreedores.
La UE y el FMI
ya expresan abiertamente su exasperación y se muestran cada
vez más reticentes a comprometer otros 130.000 millones de
euros para rescatar a Grecia, a menos que los partidos griegos
respalden esas medidas a largo plazo.
El gobierno de
coalición del primer ministro tecnócrata Lucas Papademos,
ahora apoyado solamente por los dos principales partidos,
después de que la extrema derecha se retirara negándose a
votar a favor de la ley de austeridad, no tiene mucho tiempo
antes de las elecciones de abril.
El partido
conservador Nueva Democracia es favorito para las elecciones,
pero su triunfo no sería directo, con lo que existe el riesgo
de una parálisis aun mayor, mientras los partidos discuten la
formación de una coalición o la repetición de las
elecciones en caso de fracasar. Todo eso hará que el
escenario político de los próximos meses sea inestable y
dificultará aún más la implementación de las duras
reformas.
Muchos analistas
económicos dicen que la única manera que tiene Grecia de
mejorar su competitividad es abandonando el euro y devaluando
su moneda, porque dudan de que un rescate pueda estar en pleno
funcionamiento para fines de 2012.
Sin
resultados
Las reformas
laborales y sociales tardarán años en mostrar resultados, y
un ambicioso programa de privatización de 50.000 millones de
euros no ha dado resultado, mientras los inversores se
mantienen lejos de Grecia, azotada por la crisis.
El voto del
domingo a favor de una nueva oleada de austeridad fue una señal
de que los políticos advirtieron que deben hacer un serio
esfuerzo para enfrentar la crisis. Pero también deben
asimilar la ira popular, evidente no sólo en la juventud
furiosa que se ensañó con cerca de cien edificios la noche
del domingo, sino que cunde cada vez más entre comerciantes y
funcionarios que también salen a protestar.
Aunque el
gobierno dice que espera las primeras señales de crecimiento
para fines de 2013, después de cinco años de recesión, el
desempleo subió a índices récord y el número de mendigos y
de personas sin techo en las calles de la capital creció
visiblemente. Con uno de cada dos jóvenes desempleado y cada
vez más familias que se las tienen que arreglar con un solo
salario recortado, el descontento social, sin dudas, se hará
explosivo.
|