La
UE, el FMI y la burguesía griega pretenden imponer un ajuste
genocida
Una
confrontación de consecuencias continentales
Por Claudio Testa
Socialismo
o Barbarie, periódico, 01/03/2012
“Los
líderes de la Unión Europea juegan con fuego.”
(“Grecia, la primera ‘colonia financiera’ de la zona
euro”,
por Luisa Corradini, corresponsal en París, La Nación, 22/02/12)
“¿Adónde
irán los votantes cuando se hayan hartado de austeridad y
reformas? La lección de los años 30 y de las crisis de los
países emergentes en los últimos años es que el pueblo sólo
puede soportar austeridad hasta cierto punto. Si la carga se
hace demasiado pesada, el sistema político colapsa.”
(“Destructive creation”, The
Economist, 12/11/2011).
No
es frecuente que coincidamos con la prensa
conservadora-neoliberal. Sin embargo, hoy estamos de acuerdo
con estas caracterizaciones y pronósticos de dos destacadas
publicaciones de derecha –La Nación, de Buenos
Aires, y The Economist, de Londres–, que advierten,
preocupados, en relación a Grecia y, en general, a los
“planes de ajuste” europeos, que la dirigencia de la UE
está “jugando con fuego”, y que, de seguir
indefinidamente por ese camino, la perspectiva serán los
estallidos sociales y el colapso de los “sistemas políticos”;
es decir, de las “democracias” europeas de posguerra.
La
votación de un ajuste genocida hace perder toda legitimidad al
actual Parlamento
Este
proceso tiene una “prueba piloto” en marcha: el super-ajuste
que tratan de implementar en Grecia. Aunque la situación
de Grecia es presentada como una “excepción” –y tiene
efectivamente rasgos específicos–, el plan de hambre,
miseria y desempleo griego apunta en el mismo sentido
que los aplicados en el resto de la UE. Grecia es un pequeño
país en relación a la UE y la euro zona. Pero aquí se está
probando en grandes dosis la misma “medicina” con
que los capitalistas de Europa (y sus operadores políticos y
“tecnócratas”) piensan superar la crisis en todo el
continente: planes de “austeridad” y “ajuste” cada
vez más salvajes.
Esto
implicaría un cambio histórico en relación a cómo
se configuró la Europa occidental de posguerra, no sólo en
cuanto a la liquidación del “estado de bienestar
social”, sino también en cuanto a cacareada “democracia”
europea y a la supuesta “igualdad” de los estados
que conforman la Unión. Esto ya puede verse plenamente
esbozado en Grecia.
Por
los mismos motivos, la lucha de la clase obrera y el pueblo
griego debe ser tomada como un combate que incumbe
directamente a todos los trabajadores y la juventud de
Europa. ¡Grecia es el laboratorio de la “austeridad”
en Europa! ¡La solidaridad con Grecia pasa a ser,
entonces, la tarea internacionalista número uno, y además la
mejor manera de prepararse para las luchas y los ataques que
se vienen!
Un
ajuste genocida
No
hay la menor exageración en esto. El plan impuesto por la
“troika” (Unión Europea, FMI y Banco Central Europeo) y
votado por sus sirvientes del Parlamento griego simplemente
condena a morir de hambre a los trabajadores y los sectores
populares. Estos son algunos de sus puntos:
•
Reducción del 20 al 25% de los salarios. Para los jóvenes
(que ya están desempleados en su gran mayoría) la reducción
llega al 35%. Reducciones similares en las pensiones de retiro
(jubilaciones). Aplicación retroactiva de todas esa
reducciones a partir de enero de 2012.
•
Abolición de los convenios colectivos de trabajo por rama y
por profesión, debiendo ser remplazados por contratos
individuales a nivel de empresas. Abolición del derecho de
los trabajadores a un puesto permanente.
•
Despido de 150.000 funcionarios públicos durante 2012 a 2015.
Despido inmediato en la sanidad y educación de todos los
trabajadores que no tuviesen un puesto permanente.
•
Desmantelamiento
de todos los servicios sociales del estado (hospitales,
vivienda, etc.).
•
Liquidación de las riquezas del país a través del remate de
todas las empresas públicas, en primer lugar de Hellenic
Petroleum.
•
Establecimiento de “zonas económicas especiales”, donde
los capitalistas griegos y europeos no pagarán impuestos, y
podrán imponer los salarios y condiciones de trabajo que se
les dé la gana.
Como
dice un manifiesto de trabajadores y estudiantes griegos,
“estas medidas se añaden a muchas otras impuestas y
aplicadas desde hace más de dos años. En el plano social, el
pueblo griego se enfrenta con fenómenos de pobreza y de
miseria jamás vistos desde la ocupación nazi. Los hechos son
tan desesperantes, que según ‘Médicos del Mundo’, el
centro de la ciudad de Atenas está enfrentando una verdadera
crisis humanitaria: una persona de cada diez se alimenta de
ollas populares, el ministerio de Educación implementa el
reparto de meriendas en escuelas, debido a los innumerables
desmayos de alumnos por desnutrición.”[1]
La
solidaridad con Grecia pasa a ser, en Europa, la tarea
internacionalista número uno
En
ese cuadro, no es para asombrase con el estallido del
domingo 12 de febrero, que fue una jornada de lucha
histórica, cuando cientos de miles de jóvenes y
trabajadores salieron a la calle en Atenas, Salónica y otras
ciudades, en momentos en que los diputados siervos de la
Troika votaban semejantes medidas. Pese a una represión
feroz, las manifestaciones se mantuvieron hasta la noche,
donde fueron atacados y quemados bancos, negocios y hasta
estaciones de policía.
Lo
sucedido a partir de allí refleja, con sus luces y sombras,
las contradicciones que empiezan a estallarle en las narices a
los gestores del super-ajuste, pero también los problemas de
la clase trabajadora y el pueblo griego para derrotarlos.
Crisis
política de los partidos de la Troika
En
el parlamento griego pudo finalmente reunirse una mayoría de
votos para legalizar el monstruoso plan dictado por la Troika
de la UE, el FMI y el BCE. Pero el costo político de esa
votación fue comenzar a incinerar el “sistema político”
que ha garantizado la estabilidad política del capitalismo
griego desde el establecimiento de Tercera República Helénica,
tras la caída de la dictadura militar en 1974.
Este
régimen político descansó, como en la gran mayoría de los
estados europeos, en la alternancia bipartidista
centro-derecha/centro-izquierda, a través respectivamente
de los partidos Nueva Democracia (ND) y el Movimiento
Socialista Panhelénico (PASOK). Esto permitía el usual mecanismo
de continuidad: cuando los electores se hartaban de uno de
ellos en el gobierno, lo reemplazaban con el otro... que seguía
sin mayores diferencias aplicando el mismo programa.
Pero
resulta que ahora ambos partidos están el gobierno
encabezado por el “tecnócrata” Lukás Papademos, elegido
por nadie e impuesto “a dedo” por la Troika. Y tanto ND
como el PASOK votaron el monstruoso plan de ajuste dictado
desde Berlín y Bruselas.
La
consecuencia de esto es que, según las encuestas, hoy son partidos
minoritarios. Si hoy hubiese elecciones, el PASOK, actual
mayoría en el parlamento, sólo tendría entre el 10% y el
15% de los votos. A ND le iría algo mejor que al PASOK, pero
rondaría apenas entre el 20 al 25% de los votos.
El
derrumbe del bipartidismo, abriría el paso a las
organizaciones que votaron contra el plan de ajuste de la
Troika, principalmente a formaciones de izquierda,
como el KKE (Partido Comunista Helénico), la alianza
radical de izquierda Syriza y la Demokratiké Aristerá (DA
– Izquierda Democrática). Sumadas, alcanzarían entre el
40% y el 50% de los votos.
Ya deberían haberse realizado elecciones parlamentarias el 19 de
febrero. Desesperado, el gobierno de Papademos-PASOK-ND las
postergó para abril. Pero el plazo no puede alargarse más.
La perspectiva de que en menos de dos meses haya un nuevo
Parlamento con mayoría de partidos opuestos al diktat de
la Troika, ha agravado la crisis política... y la
posibilidad de sostener el plan de ajuste votado. Tiene razón
un analista de la BBC al decir que el FMI y la UE “están
tirando de cuerdas políticas [el PASOK y ND] que están
rotas”.[2]
Una salida que se baraja –¡créase o no!– sería votar en el
actual parlamento que el plan de ajuste sea parte de la
Constitución de Grecia. Pero medidas disparatadas de este
tipo sólo pueden agravar la crisis política y llevarla a
terrenos mucho más extremos.
Tendencias
a la radicalización política
La
crisis griega muestra también otra perspectiva amenazadora.
Hasta ahora una clave fundamental de la estabilidad política
europea ha sido la escasa radicalización política a
nivel de masas (tanto hacia la izquierda como hacia la
derecha). Incluso en países donde ha habido luchas
importantes (como el caso de Francia, en octubre de 2010) el
“carrousel” de la política sigue girando en el reducido y
aburrido diámetro del centro derecha/centro izquierda.[3]
Ahora
en Francia, el “voto castigo” en las presidenciales va muy
probablemente a llevar al gobierno a la “izquierda”, el
PS, de la misma manera que recientemente en España derribó a
los “socialistas” para subir a la “derecha”, el PP.
Pero estas “derechas” e “izquierdas” tienen
esencialmente el mismo programa y son las dos caras del
mismo “sistema político”, aludido por The Economist.
Pero,
como ya vimos, en Grecia está apuntando otra cosa, que
va más allá de la cuestión electoral y del “régimen de
programa único” que impera en el conjunto de la Unión
Europea. Que en las elecciones puedan derrumbarse los dos
partidos tradicionales e imponerse partidos de izquierda
contrarios al plan de ajuste y algunos, como el KKE,
opuestos al pago de la deuda pública y favor de salir del
euro, implicarían un grado de radicalización insólito
a nivel europeo... sería comenzar a “sacar los pies del
plato”.
Los
problemas del campo obrero y popular
Por
supuesto, estamos llamando la atención sobre tendencias y
perspectivas aún no categóricamente desarrolladas, y con
protagonistas políticos como el KKE, Syriza-
Synaspismós
o Demokratiké Aristerá (DA) en los que no se puede
depositar confianza alguna.
En primer lugar, ninguno de estos partidos y coaliciones es anticapitalista
ni menos socialista y revolucionario. Todos,
incluso el KKE, postulan otras formas de capitalismo,
supuestamente mejores que la actual versión neoliberal.
A eso se suma que los combativos trabajadores griegos han dado luchas
importantes y heroicas, y expresado elementos de desborde de
las burocracias sindicales, como por ejemplo, los obreros de
la "Helliniki Halivourgia" (Acería Griega) y otros
establecimientos. Pero todavía, en su mayoría, el movimiento
obrero está encuadrado por las podridas burocracias de la
Confederación de Trabajadores Griegos, GSEE, del sector
privado, y ADEDY, central de trabajadores del sector público
(ambas controladas por sindicalistas provenientes del PASOK),
junto con la PAME, central dirigida por el KKE, con una línea
que combina la verborragia “revolucionaria” con el
ultrasectarismo, como por ejemplo, hacer movilizaciones por
separado.
Los burócratas helenos, en una situación volcánica, siguen sin
embargo la misma política derrotista del resto de las
burocracias europeas: evitar a toda costa una verdadera
huelga general, llamando de tarde en tarde a
movilizaciones y paros aislados de 24 ó 48hs., que no son
parte de ningún plan de lucha escalonado.
Desbordar a estos organizadores de derrotas, sigue siendo una
tarea fundamental pero aún pendiente para el movimiento
obrero y sus luchadores de vanguardia. De ello depende de que
una auténtica huelga general indefinida ponga finalmente
knock out al régimen.
Pero, de la misma manera, es también fundamental, frente a la
vanguardia y las masas trabajadoras griegas, levantar desde el
marxismo revolucionario un programa que no deje dudas ni ambigüedades
en cuestiones fundamentales, como la deuda o la Unión
Europea.
En ese sentido hay que terminar con equívocos como “auditoría de la
deuda” o “Europa social”, afines al charlatanismo
reformista de ATTAC y organizaciones similares. Esto podría
resumirse así:
• ¡Por el repudio y no pago de la deuda pública!
• ¡Por la expropiación de todos los bancos y corporaciones! ¡Plan
económico basado en la imposición del control obrero en
todos los sectores fundamentales de la economía!
• ¡Por la ruptura con el euro! ¡Abajo la Unión Europea de los
capitalistas! ¡Por los Estados Unidos Socialistas de Europa!
• ¡Por un gobierno de los trabajadores y el pueblo de Grecia!
Notas:
1.-
« Manifestation de solidarité - Initiative des étudiants
et des travailleurs grecs de Paris », www.socialismo-o-barbarie.org,
edición del 16/02/12.
2.-
Paul Mason, “Los griegos pierden la confianza en el
Estado”, BBC World, 18/02/2012.
3.-
Subrayamos que esta muy limitada radicalización política es
a nivel de las grandes masas. Al mismo tiempo, hay procesos
políticos muy importantes, pero a nivel de sectores de
vanguardia.
Un “protectorado financiero”
germano-francés
“Para
decirlo en forma brutal y sin rodeos, el acuerdo logrado en la
madrugada de ayer en Bruselas convirtió a Grecia en la
primera ‘colonia financiera’ en la Unión Europea.”
(Luisa Corradini, La
Nación,
cit.)
“Deutschland, Deutschland über alles,
”Über alles in der Welt”
”Alemania, Alemania sobre todos,
sobre todos en el mundo”
(Los dos primeros versos del Himno Nacional
del imperialismo alemán)
Los
cambios históricos que la crisis capitalista están
motivando en Europa occidental, no se limitan solamente a la liquidación
del “estado de bienestar social” y al vaciamiento
de la “democracia” (burguesa), por la vía de regímenes
de “programa único” y ahora por la imposición de
gobiernos de “tecnócratas” elegidos por nadie (como en
Grecia e Italia).
Asimismo
está muriendo otra fábula de posguerra, que es también
un mito fundacional de la Unión Europea. Se
trata del mito de la igualdad y el no avasallamiento
entre los distintos estados de la Unión. Este no es un tema
de menor importancia en un continente caracterizado
secularmente por lo contrario: las sangrientas peleas
por el dominio de unos estados sobre otros, cuyo resultado
final fueron las dos guerras mundiales del siglo XX, la última
de 1939-45 con unos 40 ó 50 millones de muertos en Europa.
No
es casual que este fantasma comience nuevamente a recorrer
Europa y a ser evocado también para imponer el acatamiento a
los diktats de la Troika: “si no se portan bien,
muchachos, volvemos a lo de antes de 1945...”
El
hecho es que la crisis está dando la razón a Lenin, que
insistía que en el capitalismo las relaciones entre estados
se establecen no por normas idílicas de igualdad, sino según
las relaciones de fuerza: los más fuertes le pisan la
cabeza a los más débiles... y con más razón en época de
crisis... ¡Alemania no es igual a España, Italia o Grecia! ¡Deutschland está über alles!
Entonces,
las sacrosantas “instituciones” de la Unión Europea están
siendo dejadas de lado por los acuerdos –generalmente
informales– entre las dos principales potencias
continentales, Alemania y Francia. Y en esta dupla tampoco hay
igualdad. ¡Sarkozy propone, pero siempre es la Merkel quien
dispone!
En
relación a Grecia, esto implica también una novedad: su
reducción a un status de “protectorado”, más
cercano al de una semicolonia africana o latinoamericana que
al de un estado “soberano” miembro de la UE. Así el
“gobierno” griego no puede disponer libremente de los
fondos del supuesto “rescate”. Ese dinero, manejado por
“comisarios de la UE”, sólo servirá para pagar a los
bancos alemanes y franceses involucrados en la monumental
estafa de la deuda griega. ¡Los verdaderos “rescatados”
no son los griegos, sino esos banqueros-bandidos!
Durante
la Segunda Guerra Mundial, Grecia fue uno de los países que
luchó más heroicamente contra la ocupación del imperialismo
alemán. Esto vive en la memoria popular. Y es otro factor que
contribuye a exasperar, con toda razón, al pueblo griego. (C.T.)
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