Entrevista
con Leonidas Vatikiotis, economista y editor del portal
Catastroika
"Grecia
es la primera colonia de la zona del euro"
La
deuda no puede ni debe ser pagada,
y hay que salir del euro y la Unión Europea
Por
B. Bauzá
elboletin.com, 28/03/2012
Leonidas
Vatikiotis es economista y profesor universitario en Chipre,
además de ejercer como periodista y editor en algunos
proyectos como el portal digital Catastroika. Él fue una de
las personas que acusó al ministro de Finanzas heleno,
Evangelos Venizelos, de vender los ahorros de los griegos en
el canje de deuda del país. Es, además, uno de los
principales referente en los círculos que piden la salida del
euro.
¿Qué opina
usted del canje de deuda? Por lo visto, esta operación ha
sido la que ha dado luz verde al segundo paquete de ayudas,
valorado en 130.000 millones de euros, para Grecia.
El canje de
deuda que ha involucrado al PSI [al sector privado] ha sido el
peor escenario que se podía esperar para la evolución de la
crisis de deuda griega. Es un paso muy negativo por muchas
razones.
En primer lugar,
este acuerdo no elimina ninguna deuda. Todo lo contrario, añade
más compromiso sobre las espaldas de la gente griega. ¿Por
qué? Porque han eliminado, con el canje, 103.000 millones de
euros. Pero al mismo tiempo tomamos prestado 109.000 millones
de euros de la zona del euro y 28.000 millones de euros del
FMI [Fondo Monetario Internacional]. De esta cantidad, que en
total supone 137.000 millones de euros enmarcados en el
segundo paquete de rescate para el país, alrededor de 110.000
millones de euros irán a parar a los bancos. Finalmente, hay
que pagar 37.000 millones más por el primer paquete de
ayudas, valorado en otros 110.000 millones de euros (y del que
sólo hemos usado 73.000 millones).
Así que, en
total, hemos eliminado con este canje unos 103.000 millones de
euros mientras que nos hemos comprometido en 174.000 millones
de euros. La diferencia es de 71.000 millones de euros en
contra.
Pero aún hay más.
Con este canje hemos alterado el carácter de la deuda griega.
Ahora le debemos dos tercios de nuestros bonos a los
acreedores institucionales (los estados y el FMI). Esto
deteriora la condición de Grecia y nos demuestra lo que
pretendían Angela Merkel y Nicolas Sarkozy [canciller alemana
y presidente galo, respectivamente]: salvar a los bancos
franceses y alemanes "nacionalizando" la deuda pública
griega para que los banqueros, lejos de perder dinero, lo
ganen gracias a unos tipos de interés altísimos.
En tercer lugar,
como condición previa, el canje de deuda tenía que venir
acompañado de un plan de austeridad bestial. Es decir, que
los salarios han bajado legalmente un 22%, para la gente joven
un 32%, y las pensiones se han reducido entre un 20% y un 30%.
Al mismo tiempo se han recortado ayudas sociales y se ha
impulsado la privatización de activos públicos.
Cuarto, los
nuevos bonos emitidos por Grecia a raíz del canje de deuda
estarán supervisados por las leyes de Luxemburgo y Reino
Unido. Esto convierte a Grecia, en parte, en un estado con una
soberanía limitada, un protectorado moderno o la primera
colonia de la zona del euro. Aunque puede que ya se sepa que
el país, en realidad, está gobernado por la Troika [así se
conoce al grupo de prestamistas integrado por el FMI, Bruselas
y el Banco Central Europeo]. Los emisarios de la UE [Unión
Europea] y el FMI están establecidos en todos los ministerios
relevantes y en las agencias públicas mientras un emisario
alemán, Horst Reichenbach, es el verdadero gobernador de
Grecia, tal y como sucedía en la Segunda Guerra Mundial.
La última gran
consecuencia negativa del canje de deuda es que instituciones
tales como las universidades o las cámaras de comercio se verán
arrastradas a la quiebra porque han perdido miles de millones
de euros en la operación, ya que tenían en depósito deuda
griega. También se han visto afectados los fondos de
pensiones. En la otra mano, los bancos griegos, que tenían
unos 50.000 millones de euros en bonos griegos, han logrado
recuperar, gracias a los mecanismos de rescate europeos, todo
el dinero.
A pesar de
los efectos que el canje de deuda pueda tener en Grecia, ¿qué
opina usted del rol que han ejercido los seguros contra el
impago de los bonos, unos productos financieros más conocidos
como CDS?
Los CDS son una
apuesta, una apuesta justa especialmente para aquellos que no
tengan "naked CDS" [es decir, que es justa para
aquellos que posean además del CDS su equivalente en deuda
griega]. Finalmente se pagaron 2.500 millones de euros en
indemnizaciones, una cantidad pequeña que demuestra cómo de
infundado era el terrorismo ideológico que hablaba de una
hecatombe en los mercados cuando algunos griegos se mostraban
en contra de pagar los bonos. [Las autoridades helenas
lograron que más del 80% de los inversores privados acudiesen
voluntariamente al canje de deuda, y en teoría la asistencia
voluntaria en la operación anulaba el cobro del CDS].
¿Cuál puede
ser la solución para Grecia llegados a este punto? ¿Deben
los griegos apostar por su permanencia en el euro actualmente?
La deuda pública
griega no podía ser pagada y no debía ser pagada. La
normativa internacional ofrece toda clase de herramientas para
renunciar a ello. La más característica, y útil ahora, es
un artículo de emergencia que permite a una nación detener
sus compromisos con los acreedores para lograr evitar el
genocidio social, que es lo que está pasando en Grecia hoy
por hoy con el cierre de más de 1.000 colegios, con 25.000
mendigos en las calles de Atenas, con el doble de parados [del
11% al 21%] en los dos últimos años, etcétera.
En segundo
lugar, hay que salir de la zona del euro y obtener una
independencia monetaria para lograr equiparar la divisa y los
tipos de interés de acuerdo con los intereses de Grecia y no
con los de Alemania, los de los banqueros y los de las grandes
empresas. La zona del euro ha sido el mayor fracaso del
continente desde la primera mitad del siglo XX tal y como
demuestra la separación de la región en dos partes: la
periferia, que importa y toma prestado de forma masiva, y los
países fuertes, que salen ganando. Tan pronto como
abandonemos la divisa única mejor será para los europeos, y
no sólo los de la periferia sino para todos. No debemos
olvidar que las medidas de austeridad que dañan nuestros países
proceden de Alemania, cuando Gerhard Schröder fue canciller.
El siguiente
paso sería salir de la UE, que durante el último año se ha
convertido en un "Dachau fiscal", prohibiendo
cualquier forma de redistribución del bienestar social. Los
últimos pactos fiscales institucionalizan la pobreza y
justifican los recortes en el gasto social. Es una agenda de
un corte neoliberal brutal.
¿Qué piensa
usted de lo sucedido en Islandia? Ellos decidieron no asumir
las deudas de sus bancos y han sentado en el banquillo de los
acusados a varios banqueros e incluso políticos. ¿Debe
Grecia o cualquier otro país de la periferia europea seguir
su camino?
Islandia es una
prueba viviente que demuestra que dejar de pagar a los
acreedores no significa regresar a la época de las cavernas,
tal y como se ha dicho muchas veces. En Islandia, hasta el FMI
ha respetado su decisión y no han impuesto ninguna medida
punitiva. Sin embargo en Grecia la élite política acepta
todas las decisiones que se envían desde Berlín y Bruselas,
aunque supongan la destrucción del país, bajo pena de
recibir fuertes sanciones.
En este sentido
Islandia supone un éxito como ya lo fue Rusia, Argentina y
Ecuador en el pasado más reciente. Si queremos ir más atrás
en el tiempo, incluso Alemania no hubiese podido disfrutar del
milagro económico que vivió tras la Segunda Guerra Mundial
si hubiese tenido que pagar todas las deudas y compensaciones
derivadas de las atrocidades cometidas por los nazis. En este
contexto, Berlín le debe mucho a Europa.
Las
elecciones griegas llegan pronto. ¿Puede ello cambiar los
pasos que el primer ministro Lucas Papademos ya ha dado hasta
ahora? ¿Qué se puede esperar de los candidatos?
Las elecciones
anticipadas [que tendrán lugar el mes que viene] suponen una
forma de manipular el enfado de la gente. Los griegos no confían
en Papademos, que por cierto es uno de los arquitectos
financieros de la Grecia de los años 90, quien, como Mario
Monti en Italia, ha sido elevado hasta el palacio presidencial
gracias a una orden de Alemania. No tiene ninguna legitimidad
y no tiene influencia sobre la sociedad helena, porque ha
elegido ponerse del lado de los banqueros y de las nuevas
fuerzas de ocupación alemana.
Así que de las
elecciones no se puede esperar nada más que una aceleración
en la descomposición del sistema político. Los socialistas
del PASOK obtendrán un porcentaje todavía más bajo (entre
el 13% y el 17%) a la hora de formar una coalición con los
conservadores de Nueva Democracia, que obtendría más votos
(alrededor de un 25% según las encuestas). Este nuevo
Gobierno será insostenible.
Su principal
misión será votar un nuevo paquete de medidas de austeridad
el próximo mes de junio, que será impuesto tras no lograr
cumplir los objetivos del 2012. Este nuevo paquete de
austeridad llevará a Grecia a una recesión aún mayor. Hay
que darse cuenta de que la recesión actual que se vive aquí
no tiene precedente reciente alguno en ningún lugar del
mundo. Solo en tiempos de guerra se han vivido situaciones
similares. Ni en Argentina ni en Rusia sufrieron una caída
del 17% del PIB como ha sucedido en Grecia.
Algunas
personas han argumentado que Grecia tiene diversos problemas
estructurales con los que debe lidiar, además de las ayudas
internacionales, y sitúa la corrupción por encima de todos.
¿Comparte usted esta opinión?
La corrupción
institucional sigue creciendo debido a que ha nacido dentro
del sistema político y de los grandes partidos que ahora
gobiernan el país. Estas formaciones, que han estado
obteniendo sobornos para los Juegos Olímpicos, para
incentivar el gasto militar, de Siemens… ahora culpan a los
griegos. Hablo de los griegos de a pie. Y mientras miles de jóvenes
ciudadanos tienen que ir a buscarse la vida en otros países
cada mes, ellos se mantienen en el poder con la ayuda de
Merkel y del FMI. Todos los que han colaborado con ellos
mantienen el poder y se reparten el bienestar robado.
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