Junto
con Sarkozy, cae el gobierno de Holanda,
otra víctima de la crisis
La
coalición oficialista renunció tras no lograr un acuerdo de
presupuesto que cumpliera el pacto fiscal de la Unión Europea
Associated
Press (AP), 24/04/2012
La Haya.-
Mientras los ojos del mundo estaban puestos ayer en el futuro
de Francia, la crisis europea se cobró silenciosamente una
nueva víctima: el gobierno de Holanda, uno de los más críticos
con los países que no reducen su gasto, presentó ayer su
renuncia al no poder acordar un plan para bajar su propio déficit
a los niveles que exige la Unión Europea.
El primer
ministro, Mark Rutte, presentó la renuncia de su gabinete a
la reina Beatriz, tras informarle que las negociaciones entre
los partidos de gobierno sobre un plan de austeridad
fracasaron el fin de semana. Luego del anuncio, el líder del
opositor Partido Laborista, Diederik Samsom, lo acusó de
"abandonar en el peor momento posible".
El gobierno
seguiría a cargo de Rutte hasta las nuevas elecciones, cuya
fecha no está definida, aunque su tarea consistirá en
gestionar el día tras día, sin la posibilidad de someter
leyes al Parlamento ni tampoco medidas importantes, como el
plan de recortes para bajar el déficit.
La caída del
gobierno holandés ocurrió un día después de la primera
vuelta electoral en Francia, que ganó el socialista François
Hollande, partidario de centrarse menos en las medidas de
austeridad y más en el crecimiento económico.
Se trata de una
crisis política de graves consecuencias para el país, apenas
dos años después de las elecciones de junio de 2010.
El desenlace se
precipitó el sábado, cuando se rompieron las negociaciones
entre el Partido de la Libertad (PVV), del ultraderechista
Geert Wilders, y la coalición de gobierno que integran el
partido de la derecha liberal VVD, de Rutte, y el
democristiano CDA, a la que hasta ahora Wilders le daba su
respaldo.
Rutte había
dicho que el país necesitaba recortar cerca de 15.000
millones de euros para 2013 y así cumplir con la meta de déficit
del 3% del PIB fijada por Bruselas. Pero Wilders torpedeó el
acuerdo al negarse a recortar partidas como la seguridad
social o las pensiones "a costa de los ciudadanos".
No tiene sentido
"sufrir por los dictadores en Bruselas", dijo
Wilders. Muchos coinciden en que la meta es demasiado
agresiva, entre ellos el centro de estudios oficialista
Oficina de Planeamiento Central.
Ahora el tiempo
apremia. Hace unos días, la agencia Fitch advirtió que si
las negociaciones presupuestarias, bautizadas
"negociaciones de la Catshuis" por el nombre del
recinto de La Haya donde se realizaban desde hacía casi siete
semanas, fracasaban, la triple "A" del país
peligraba.
Holanda tiene
como límite el 30 de abril para enviar a Bruselas un plan
detallado de cómo piensa recortar gastos para cumplir con las
metas. Según el CPB, un instituto de análisis estadísticos
que asesora al gobierno, la previsión de déficit de Holanda
en 2013 es del 4,5% del PIB, lejos del límite del 3% que pide
la UE.
Rutte prometió
a Bruselas que, sea cual fuere la situación, Holanda cumpliría
con el objetivo del déficit el año que viene. En el mismo
sentido, el ministro de Finanzas, Jan Kees de Jager, que
sostiene una línea dura con los "pecadores
presupuestarios" de la zona euro, como Grecia, trató de
tranquilizar a los mercados diciendo que el país no estaba
cerca de abandonar sus compromisos.
"Holanda
mantendrá su política fiscal sólida, y también mostrará a
los mercados que reducirá su déficit y que tiene una
trayectoria de finanzas públicas sostenibles", afirmó
De Jager.
Martin
Schulz, presidente del Parlamento Europeo:
“Temo
una ruptura entre el norte y el sur de Europa”
Por
Miguel Ángel Villena
El País, 27/04/2012
Martin Schulz,
de 56 años, socialdemócrata alemán, presidente del
Parlamento Europeo (PE) desde comienzos de año, tiene fama
bien ganada de ser un político de verbo directo y brillante.
A pesar de los estrictos límites de su cargo institucional,
este antiguo librero suele llamar al pan pan y al vino vino.
Schulz viajó ayer a España para mantener reuniones con los
dirigentes del Gobierno, del Congreso de los Diputados y de la
oposición, pero quiso también mantener una larga reunión
con 26 jóvenes españoles de todos los sectores (parados,
trabajadores y estudiantes). “He quedado impresionado y
deprimido por los efectos de la crisis en la juventud española”,
comentó tras ese encuentro.
Tiene muy claro
Schulz que existen claras diferencias para salir de la crisis
entre las políticas conservadoras y socialistas en Europa y
recuerda que la izquierda se ha opuesto en los últimos dos años
a una receta de austeridad pura y dura. “Hay que
combinar”, señala en una entrevista con este diario, “las
políticas de recortes y austeridad, como las que preconiza el
Gobierno de Angela Merkel, con políticas de crecimiento y estímulo
del empleo. Es evidente que el debate sobre esta cuestión se
ha reforzado tras la victoria del socialista François
Hollande en la primera vuelta de las presidenciales en
Francia. Si Hollande se convierte en presidente, Merkel tendrá
que ajustarse a un Gobierno socialista”.
A juicio de
Schulz, “Europa vive una grave contradicción porque
contamos con una unión monetaria y económica, pero no
tenemos una unión política”. “Necesitamos, por tanto”,
añade, “un Gobierno económico europeo que responda de la
política del euro y de toda la actuación económica”.
Ahora bien, no se fía en absoluto el presidente del PE de las
agencia de calificación norteamericanas y ayer se encargó de
subrayar la importancia de crear una agencia de calificación
dependiente de la Unión Europea. “En el caso de las
agencias norteamericanas”, explica, “no sabemos ni quiénes
son sus propietarios ni qué criterios aplican para sus
calificaciones ni con quién firman los contratos para
elaborar sus informes. Además quiero recordar que las tres
principales agencias de EE UU consideraron buenas las
actuaciones de Lehman Brothers antes del estallido de la
crisis. O sea, que no me inspiran ninguna confianza”.
Martin Schulz
aspira a devolver el PE a un lugar central en la escena política
de Europa. “Mi empeño pasa por hacer más visible y más
audible al Parlamento y que sea el foro donde se legitimen
también los Gobiernos nacionales. En los últimos días he
invitado a comparecer en el Parlamento al primer ministro húngaro,
Viktor Orbán; y al titular del Gobierno italiano, Mario Monti,
porque representan a países con dificultades y en la UE hemos
de saber que los éxitos y los fracasos nos afectarán a
todos. Mi estrategia apunta a que los temas relevantes se
debatan en el Parlamento Europeo”.
Este
extrovertido alemán se queda pensativo cuando el periodista
le pregunta por la posibilidad de que se abra una brecha entre
los países del norte y del sur de Europa. “Confieso que
temo una ruptura entre el norte y el sur de Europa. Es un
riesgo evidente que llevaría a una situación muy peligrosa
porque podría desmoronarse la UE y la zona euro. En esa línea
me indigna ese tópico de que todo funciona bien en el norte
y, por el contrario, todo marcha muy mal en el sur. Que yo
sepa, Irlanda no pertenece a los países del sur y sufre una
profunda crisis, y Holanda arrastra un déficit del 8%. Los
problemas están en todas partes y las soluciones han de ser
comunes. Claro que existen grandes diferencias entre Laponia y
Andalucía, pero no mayores que las que separan a
Massachusetts y Tejas”.
Nacido
cerca de Aquisgrán —en una región alemana de confluencia
con Francia, Holanda, Bélgica y Luxemburgo—, el presidente
del PE se toma su tiempo antes de responder a la última
pregunta en su calidad de librero. “Para comprender esta
terrible crisis no recomendaría un ensayo económico, sino un
libro de historia, El último verano de Europa, escrito por el
estadounidense David Fromkin, sobre las vísperas de la I
Guerra Mundial. Todos los Gobiernos europeos coincidían
entonces en las medidas a adoptar, pero al final todos
pensaron solo en sus intereses nacionales. Tomaron las
decisiones incorrectas y no evitaron la catástrofe”. Se
despide Schulz con un toque optimista: “Espero que ahora no
pase lo mismo”.
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