Declaración
de Socialisme ou Barbarie France, 07/06/2013
Muerte del joven antifascista Clément Méric
¡Ni olvido ni perdón, movilización!
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texte français
El 5 de junio, cuando salía de una venta
privada de ropa cerca de la estación Saint Lazare con algunos
compañeros de la organización Acción Antifascista Paris-Banlieue
(Paris-Suburbio), Clément fue rodeado por militantes de
extrema derecha, de las Juventudes Nacionalistas
Revolucionarias, un grupo fascista, y fue golpeado por los
militantes con una manopla de hierro. Murió más tarde en la
noche en el hospital de la Pitié-Salpêtrière
En primer lugar, queremos expresar nuestra
solidaridad en este momento difícil, con su familia y sus
camaradas de Acción Antifascista y del sindicato estudiantil
Solidaires, organizaciones en las que militaba.
El caso ha sido muy “mediatizado”, y todas
las organizaciones políticas, desde el Front National de Le
Pen hasta el gobernante Partido Socialista, dieron su opinión.
Ya ha sido lanzado una campaña en los medios de comunicación,
de demonización de la extrema izquierda, diciendo que es la
hermana gemela de la extrema derecha: según los medios, habría
sido una pelea que termino mal, y donde 'todos los
extremistas' son responsables.
Rechazamos esta versión escandalosa de los
hechos, así como la propaganda maquinea según la cual todos
los extremos son malos. La extrema derecha tiene como objetivo
continuar con este sistema de explotación y de opresión,
reforzar las ideologías más reaccionarias, contra la clase
obrera, las mujeres, los inmigrantes y las minorías. Los
militantes de extrema izquierda, al contrario, combatimos este
sistema, y luchamos por una sociedad sin explotados ni
oprimidos.
Es una provocación: los medios intentan
transformar las victimas en victimarios, hacer pasar nuestro
camarada asesinado por los fascistas como un “violento”,
mientras los fascistas son presentados como unos pobres
muchachos que solo iban a comprar su ropa sin armar problemas.
No son los “extremos” en abstracto los que matan: los que
matan son los militantes fascistas, los que defienden el odio
y el oscurantismo moral y político como modelo de sociedad.
Hay un responsable de la muerte de nuestro camarada, y no es
Clément, sino los fachos y sus ideólogos, y todos aquellos
que dejan que la extrema derecha crezca
Queremos aportar nuestro análisis de la
situación, así como la política que consideramos correcta
para combatir el ascenso de la extrema derecha.
Un clima reaccionario
El ataque a Clément tuvo lugar en un contexto
donde la derecha y la extrema derecha están a la ofensiva.
Durante meses, tomaron la calle contra el matrimonio
homosexual, ocupando la escena política. Esta fue una
oportunidad para estos grupos de extrema derecha de salir
impunemente a la calle, colocándose junto a la derecha
'Republicana' y la Iglesia Católica para legitimarse.
La violencia homofóbica se multiplica, y la
retórica racista y xenófoba impregna el debate político. El
ascenso de la extrema derecha se confirma en el plano
internacional, con Amanecer Dorado atacando a inmigrantes en
Grecia y el crecimiento de las organizaciones de extrema
derecha en otros países.
El principal responsable político del
desarrollo de la extrema derecha es la izquierda en el poder,
el gobierno de Ayrault-Hollande. La extrema derecha no crece
en el vacío: lo hace sobre la base de una crisis económica,
social y política, sobre la base de los retrocesos y
traiciones de la izquierda. No sólo el gobierno ha aplicado
todas las políticas de austeridad dictadas por la Unión
Europea y los patrones, sino que retrocedió respecto a la
Procreación Medicamente Asistida durante el debate sobre el
matrimonio homosexual y respecto al derecho de voto de los
extranjeros. Peor aún, este gobierno ha aplicado la política
derechista de Sarkozy de expulsión de los gitanos, controles
policiales selectivos hacia los árabes y los negros,
alimentando un discurso xenófobo y racista
El Gobierno promete con cinismo "la máxima
firmeza" contra estos grupos, aunque les permitió
construirse durante meses alrededor de la lucha reaccionaria
en contra el matrimonio entre personas del mismo sexo. No va a
ser el gobierno el que va a solucionar el problema, sino la
organización y la lucha contra la extrema derecha y su raíz,
el capitalismo.
El Front de Gauche es más de lo mismo
El Front de Gauche inmediatamente ha intentado
apropiarse la muerte de Clemente para fines electorales.
Deslizó una versión a los medios de comunicación de que Clément
era militante del Front de Gauche, aunque Clemente consideraba
al Front de Gauche uno de sus enemigos políticos. Luego
llamaron a una movilización de manera absolutamente
unilateral, sin consultar a Acción Antifascista, al sindicato
estudiantil Solidaires, ni a su familia. Más allá de estos
comportamientos burocráticos y electoralistas, el problema es
que el Front de Gauche no opone una verdadera solución al
gobierno.
Desde sus inicios, el Front de Gauche ha hecho
de su lucha contra el Front National, uno de sus puntos
centrales. Sin embargo, esta lucha no va más allá de las
declaraciones altisonantes en la televisión. El Front de
Gauche no llamo a ninguna contramanifestación para disputarle
la calle a la derecha y la extrema derecha en los últimos
meses durante el debate sobre el matrimonio entre personas del
mismo sexo. Este comportamiento se comprende bien cuando vemos
que los diputados del Front de Gauche eran "reacios"
a la Procreación Medicamente Asistida y no querían crear
"divisorias de aguas" (tienen miedo de crear
divisorias de aguas con la derecha?).
Pero la cuestión central es que el Front de
Gauche tiene la política de "cambiar el rumbo" del
gobierno, con la propuesta de poner a Mélenchon como Primer
Ministro. Lejos de combatir en forma directa el gobierno, el
Front de Gauche se limita a proponer darle una capa de pintura
“roja” a Hollande. Pero en el contexto de la crisis,
cualquier solución bajo el capitalismo solo puede conducir a
“aliviar” un poco la austeridad, una gestión de
"izquierda" del capitalismo. Ahora bien, mientras
las condiciones de vida de las masas empeoren, y el poder político
(de derecha o de izquierda) construya un discurso xenófobo y
racista, la extrema derecha tendrá un terreno fértil para
construirse.
Desarrollar la más amplia movilización para
imponer desde abajo la disolución de los grupos
fascistas
El gobierno ha defendido en los medios de
comunicación la política de ilegalizar los grupúsculos de
extrema derecha como una respuesta al problema. Esto es
defendido también por el Front de Gauche, mientras que la UMP
exige la disolución de todos los “extremos”, es decir,
también de los grupos de extrema izquierda, sobre todo los
grupos antifascistas.
Nos oponemos claramente a la ilegalización de
los grupos de extrema izquierda, que no puede igualarse a los
grupos de extrema derecha, como hemos explicado anteriormente.
Pero creemos que la única manera de imponer esa disolución
es mediante la más amplia movilización, organización y
autodefensa de la clase obrera, los luchadores y la izquierda.
Nosotros estamos por poner en práctica todas
las tácticas posibles para prevenir el crecimiento de la
extrema derecha. La legalidad política es una herramienta muy
importante a la hora de desarrollar iniciativas para ligarse a
las masas: las elecciones, las actividades públicas son
oportunidades para defender sus ideas políticas frente a un público
más amplio. No es casualidad si todos los gobiernos de la
historia han intentado prohibir a los grupos de extrema
izquierda cuando era posible, y si el derecho a la legalidad
del movimiento socialista ganó se gracias a la heroica lucha
de la clase obrera.
Somos conscientes de que esta no será la
solución al problema del fascismo: para luchar contra el
fascismo, hay que construir organizaciones y movilizaciones de
masas, que luchen también por terminar con este sistema en
crisis. Pero hay que utilizar todos los medios posibles para
prevenir el crecimiento de la extrema derecha.
Al mismo tiempo, debemos rechazar cualquier
intento de igualar a la extrema derecha con la extrema
izquierda, así como los intentos de ilegalizar la extrema
izquierda. Tenemos que delimitarnos también del gobierno.
Para él, esta política es una cortina de humo para ocultar
el hecho de que han alimentado la extrema derecha durante
meses. Nosotros, al contrario, queremos la disolución de los
grupos de extrema derecha para seguir construyendo sindicatos
y organizaciones políticas que luchen contra la política de
este gobierno y de la patronal.
Pena máxima para los responsables materiales
e intelectuales de este crimen
La lucha principal que comienza a partir de
ahora es por la máxima sanción contra los asesinos de Clément
y los autores ideológicos y políticos que están detrás de
ellos. Es para nosotros una reivindicación que debe ser
levantada por todas las organizaciones que apoyan esta lucha.
Este eje podría dejarse en segundo plano por
algunos con el argumento de que no se trata de una solución
al problema del fascismo. Esto es cierto, en general, y es en
este sentido que debemos construir organizaciones y
movilizarnos. Pero el verdadero problema es que si la extrema
derecha sale impune de este asesinato, se fortalecerán,
continuará ganando confianza y este tipo de ataques se
multiplicará. Si los fascistas que mataron a Clément siguen
tranquilamente su vida, será una victoria para la extrema
derecha.
Otro argumento sería que esa es la política
del gobierno, que ha prometido "firmeza" en este
caso. Esto es para nosotros un error de caracterización política.
Por supuesto que el Gobierno promete firmeza y justicia:
prometerá lo que haga falta para calmar la movilización y
ganar credibilidad. Pero sabemos que las promesas del gobierno
terminan rápidamente en la basura: el derecho de voto de los
extranjeros está ahí para recordárnoslo.
Al contrario, un operativo está ya en marcha
para dejar impunes a los asesinos de Clément: el argumento de
la legítima defensa, que fue una pelea entre dos grupos
extremistas, incluso que fue Clément el que había provocado,
y que los pobres fachos solo querían irse. Es el argumento
del dirigente de las Juventudes Nacionalistas Revolucionarias
y de Tercera Vía, Serge Ayoub, que es reproducido por los
medios e incluso por un personal de seguridad (el principal
testigo según los medios) de la tienda en la cual Clément y
los militantes de extrema derecha se cruzaron
Repetimos: se trata de una abominación que
intenta amalgamar a los asesinos fascistas con nuestro
camarada que militaba por una sociedad libre de opresiones. Más
allá de las reacciones iniciales de “repudio”, sabemos
que los políticos burgueses utilizaran esta oportunidad para
atacar a la extrema izquierda, para intentar poner en pie de
igualdad a aquellos que luchamos contra este sistema de
explotación y a aquellos que están dispuestos a ir hasta la
exterminación física de los que piensan diferentes, de los
que ellos consideran “inferiores”, como los negros, los árabes,
las mujeres.
La muerte de Clément puede rápidamente
volverse contra los militantes antifascistas, si dejamos a los
medios y al poder político continuar con esta campaña. Van a
intentar hacer pasar su versión reaccionaria de los hechos y
atacar a la extrema izquierda: somos nosotros quienes debemos
defender a nuestros camaradas, combatir esas mentiras, y es
solo gracias a la movilización que lo lograremos.
No podemos depositar confianza ni en la
justicia burguesa, ni en los medios, ni en el gobierno: si
damos un paso atrás, van a avanzar sobre nosotros. La situación
en la justicia está subordinada a la relación que fuerza que
lograremos imponer con la movilización. Sin una política
clara de exigencia de castigo a los autores materiales e
intelectuales de la muerte de Clément, acompañada de una
movilización constante, corremos el riesgo de ser atacados
mientras los fachos quedan impunes.
Continuamos el combate de un militante
antifascista y anticapitalista
A partir de la muerte de Clément, el debate
se ha convertido en público, y cada organización política
defiende sus soluciones al problema de la extrema derecha.
Para evitar que el Front de Gauche y el gobierno utilicen la
muerte de Clément para sus propios fines políticos, no
alcanza con señalar que él no era militante del Front de
Gauche: hay que dar nuestra propia respuesta al problema de la
extrema derecha.
Eso pasa por empezar por reivindicar la
militancia de Clément que estaba en las antípodas de la del
Front de Gauche y del PS. En tanto que militante antifascista
y anticapitalista, entendía que la única solución al
problema del fascismo era terminar con esta sociedad opresora.
Para evitar la instrumentalización de la muerte de Clément
de parte del PS, hay que denunciar a cada oportunidad la política
del gobierno, sus concesiones a los fachos, así como las
falsas soluciones del Front de Gauche.
Pero sobre todo hay que defender que la solución
al fascismo es la organización antifascista, sindical y política,
para responder con la movilización al crecimiento de la
extrema derecha. No podemos depositar confianza en el gobierno
ni en los reformistas, ni en las soluciones “republicanas”
a la extrema derecha. Nuestra sola garantía es la organización
y la lucha contra este sistema que engendra el fascismo, para
construir una sociedad distinta, sin opresores ni oprimidos.
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